Centro Holística Hayden

Escuela de Autoconocimiento personal y espiritual

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20 de junio de 2016

El regado selectivo

La conciencia es el suelo de la mente y contiene todo tipo de semillas.
Por ejemplo, está presente la semilla de la ira. Si bien en este momento no nos sentimos enfadados, eso no quiere decir que la semilla de la ira no esté en nosotros. Al momento de sentirnos molestos, se manifiesta.
De esta misma forma, tenemos en nuestro interior todo tipo de semillas. Están las semillas negativas, como la ira, el miedo, el dolor, y también se encuentran las semillas positivas, del amor, la compasión y la alegría.
Mediante la atención consciente aprendemos a regar las semillas positivas y elegimos no regar las semillas negativas. De esta forma se hacen cada vez más pequeñas, más débiles. Cuando las semillas se van haciendo más débiles, es cada vez más difícil para ellas manifestarse.
Esta metáfora de Thich Nhat Hanh sobre el regado selectivo ilustra uno de los objetivos en la práctica de la meditación mindfulness.

El regado selectivo
En esta metáfora, Thich Nhat Hanh nos ofrece una imagen que se vuelve más clara mediante la práctica de la meditación. No se trata de intentar eliminar las semillas negativas que hay en nosotros, o de ignorarlas, sino que elegimos no regarlas. La totalidad de las semillas son nuestra consciencia, son parte de nosotros y también son necesarias para que florezcan las semillas positivas.
Es el principio de no-dualidad budista. Las semillas de la tristeza, del dolor son materiales con los cuales nacen las flores de la comprensión, del amor y de la alegría. No puede haber alegría sin tristeza, pero eso no quiere decir que reguemos el dolor.
Hoy elegimos regar la alegría, el amor, la paz, las semillas positivas que hay en nosotros. Simplemente, al sentir que van a manifestarse las semillas negativas, hacemos un ejercicio de respiración consciente o damos un paseo meditativo.


“Es como un jardinero. Él sólo quiere tener flores, sin basura en su jardín. Pero es una necesidad para una flor convertirse en basura. No se puede mantener una flor viva para siempre jamás.
Habrá un momento en que una flor se ha convertido en basura. El amor en nosotros es así también. Pero un buen jardinero orgánico no tiene miedo de la basura, porque sabe perfectamente cómo transformar la basura de nuevo en flores. Ambos, flores y basura, están hechos de materia orgánica. Las formaciones mentales también son orgánicas. Esto es muy interesante: todas nuestras formaciones mentales son de naturaleza orgánica. Es por ello que podemos transformarlas.
El amor puede transformarse en odio. Pero si tienes odio, no tengas miedo. Aprende, aprende a transformar el odio de nuevo en flores…”
Thich Nhat Hanh

“Las semillas de la negatividad siempre están aquí, pero también hay semillas muy positivas, como las semillas de la compasión, la tolerancia y el amor… La práctica de la mirada profunda nos permite identificar las semillas positivas que a diario queremos regar y aprender a no regar las negativas. Este es el “regado selectivo”.


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