Por Alicia Sánchez Montalbán
Nos encontramos inmersos en un cambio de conciencia global. Numerosas
señales en el firmamento nos anuncian a diario que algo está sucediendo más
allá de nuestro hermoso planeta, y también dentro de él. Evolucionamos en
conjunto con los millones de seres estelares que pueblan la inmensidad del
cosmos. Lo que sucede en La Tierra hoy está sucediendo también en otros mundos,
a pequeña y a gran escala. Es un cambio que se refleja también en cada uno de
nosotros. Son muchas las personas que hoy están dando un giro importante a sus
vidas.
En un cambio que se está produciendo paulatinamente, al ritmo que marca
la energía de elevación que ahora nos impulsa. Nos elevamos hacia dimensiones
superiores, transportados hacia arriba por una fuerza irresistible que nos
conduce de regreso al amor. Podemos hacerlo en armonía o presos de la
confusión. Sea como sea, el cambio se producirá.
Entre las señales que el cielo nos muestra para anunciar el avance de
ese cambio se encuentra la luna roja. Cuatro lunas rojas que acompañan ese
proceso evolutivo y lo fomentan. La primera lo anuncia, la segunda lo impulsa,
la tercera ayuda a su desarrollo y la cuarta lo completa.
El martes 15 de abril se producirá la primera luna roja que
anuncia este nuevo ciclo evolutivo que generará un movimiento energético a gran
escala: millones de personas avanzando en armonía o confusión hacia su lugar en
el mundo. Se trata en realidad de un proceso de aceleración. Lo que esta luna
roja anuncia es el inicio de la re-ubicación, para que cada pieza ocupe su
lugar en el puzzle.
La luna roja se produce porque la Tierra se coloca entre ella y el Sol,
generando un eclipse que, no obstante nos permitirá ver la Luna iluminada con
tonalidades rojizas durante algo más de una hora, porque la luz del Sol llegará
hasta ella refractada. De manera que nuestro planeta recibirá así la energía
del Sol por partida doble: directamente del Sol y, al mismo tiempo, proyectada
desde la Luna sobre la "umbra", que es la parte central del cono de
sombra terrestre.
Desde siempre, la Luna ha catalizado la luz del Sol para que llegase
hasta la Tierra en medio de la noche. La energía masculina del Sol catalizada
por la energía femenina de la Luna representa en nuestros días una gran fuente
de evolución. La Luna apacigua el ímpetu, atempera la pasión, dulcifica la
agresividad y acompasa la acción. Podríamos decir que modula las poderosas
energías de cambio que, a diario, entran en la Tierra a través del Sol.
Con la luna roja se produce una especie de retirada de la Luna para que
el Sol pueda enviarnos libremente sus energías de impulso y acción durante unas
horas, en fase de luna llena. La fase de luna llena se caracteriza porque
amplifica cualquier cosa que suceda bajo su influencia, con lo que obtenemosun
efecto multiplicado. Es decir, durante más de una hora, el Sol encontrará vía
libre para impulsar nuestro proceso de cambio, para animarnos a pasar a la
acción, con su energía masculina proyectada sobre la Tierra de manera directa,
mientras la Luna le ayudará, desde el otro lado del globo, amplificando el
efecto del trabajo solar con su fase lunar.
¿Cómo afectará eso a los seres humanos?
Vamos a sentir que nuestras mentes se deciden, por fin, a dar el primer
paso; van a pasar a la acción. Por eso es muy importante, en estos días,
predisponerse a encontrar el propio lugar, conectar con la voz del alma, sentir
su mensaje, atender los deseos del corazón, que constantemente nos indica el
camino a seguir. Descubro quién soy, decido hacia dónde me dirijo y
aprovecho la influencia de esta luna roja para que su energía me ayude a
avanzar hacia mi lugar en el mundo. Si lo hago, a pesar de los inconvenientes,
mi evolución se producirá en armonía, lejos del caos interior y de la
confusión; lejos también del miedo y la desesperanza. Sólo debo confiar en lo
que siento, en lo que sé que es mi verdad, atender el mensaje de mi alma y
avanzar.
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