El Poder de los Sonidos
A causa de la
influencia del tiempo y el crecimiento del materialismo, el hombre perdió la
clave del sonido, el color, la forma, y los poderes divinos relacionados con
estos aspectos. Sólo en
algunas partes de la India y el Tíbet se preservó tal conocimiento, pero fue
guardado celosamente para protegerlo de usos inadecuados. Hace poco más de 100
años, la Jerarquía Espiritual decidió dar nuevamente los principios de su uso.
Tal conocimiento se da ahora a la gente que está dispuesta a trabajar con él
para el bien de la humanidad. Los Mantras ayudan a purificar las emociones y el
cuerpo mental. Pueden hacerse sonar en hospitales y centros curativos para
atraer alivio e incluso la curación de los enfermos. Pueden ser también
utilizados en conferencias y seminarios para traer claridad al plano mental de
los participantes. Cuando están a punto de ocurrir acontecimientos globales
importantes; cuando, por ejemplo, se establecen conversaciones de paz entre
naciones en guerra, se recomienda trabajar con los mántrams en los grupos para
enviar Amor y Luz a los participantes. Los mántrams pueden ser utilizados
también cuando ocurren calamidades naturales, para atenuar el daño a las vidas
y propiedades. Ayudan a reconstruir a la sociedad en consonancia con la ley de
trabajos de buena voluntad, producen y definen campos de luz alrededor de los
grupos practicantes y los aíslan del impacto de fuerzas negativas.
El Sonido
Silente
En estos
tiempos, el sonido es la clave central para la transformación y para el trabajo
interno. El sonido
es más sutil que la luz o la forma. Cuando hablamos, estamos divergiendo de un
sonido a muchos. Desde esta divergencia, volvemos a convergir hacia un sonido
único en el momento en que comenzamos a escuchar. Cuando prestamos atención al
silencio, escuchamos un murmullo. Éste es el subtono, la base de todo discurso,
toda la inhalación y la exhalación. No es una emisión nuestra, es sólo una
ocurrencia continua dentro de nosotros mismos. Cuando escuchamos el sonido
subjetivo, escuchamos el OM. El OM que pronunciamos es sólo para ponernos en
sintonía con el OM que está en nosotros; es un duplicado del OM que está
ocurriendo perpetuamente en nuestro interior. Si el OM concluye, concluimos; si
el OM termina, los mundos terminan. Muchos cantan OM, pero no lo escuchan realmente.
Sólo podemos escuchar el OM cantado cuando hemos desarrollado la facultad de
escuchar en la vida cotidiana.
La fuente de
donde emerge el sonido es el centro del corazón. Este centro se llama Anahata en Sánscrito, que
significa el sonido sin el contacto de dos objetos (an – ahata). Allí podemos
oír el sonido silente y escuchar la voz del silencio. Esto manifiesta la
energía eléctrica del espíritu y del fluido magnético del alma y del prana. La
invocación diaria de la Palabra Sagrada repudia pensamientos de vibración más
baja y atrae pensamientos de naturaleza más refinada. De esta manera se pueden
construir los cuerpos adecuados para las almas superiores. Cuando usamos el OM,
es importante que lo pronunciemos con determinación, que pensemos constructivamente
y que creemos sólo pensamientos de buena voluntad traducidos a buenas acciones.
Destruiremos otros pensamientos con el OM, o el OM nos destruirá. Todas
nuestras intenciones de trabajar con OM serán destruidas cuando nuestra
garganta y nuestra lengua sean críticas, negativas y enjuiciantes y en
consecuencia, hirientes y desalentadoras para otros. De igual manera, hablando
sin pensar también gastamos energía acumulada.
Pensamientos
Semilla, Mántrams y Arreglos Ritmicos
El centro del
corazón es la puerta a los compartimientos internos que nos conducen al sistema
de la columna vertebral. Allí se
encuentran siete centros energéticos y cada sonido semilla tiene grupos de
sonidos que lo acompañan. En total, hay 35 sonidos semillas que tienen gran
fuerza y son esencialmente de fuego. Los mántrams tienen sus raíces en los
sonidos semillas y son versiones diluidas; más diluidos aún son himnos, y las
canciones. Los sonidos mántricos son universales y no deben entenderse como
versiones orientales, hindúes o del Sánscrito. El mántram de Gayatri, por
ejemplo, se relaciona con todo el universo e invoca la energía solar hacia
nuestro interior, es una contemplación en AQUELLO que existe en todos los tres
planos como conciencia, fuerza y materia, de modo que AQUELLO nos impregna y
nos llena. En consecuencia, la Jerarquía Espiritual ha decidido a extender el
mántram de Gayatri globalmente y ocuparse de que sea cantado por tantos grupos
como sea posible.
El sonido puede
verse como el espíritu mientras que el sonido semilla, los mántrams y el
lenguaje que se relaciona con ellos representan el alma; el lenguaje por su parte, representa la
personalidad de una raza o de una comunidad. La conexión con el lenguaje propio
puede verse como amor a la personalidad propia. Con un mántram, las vibraciones
sonoras son esenciales, pero no el lenguaje y el significado. En consecuencia,
el acercamiento a un mántram es hacia la vibración que proyecta, pero no a su
significado. Allí la mente concreta, intentando sistematizar, lo encontraría difícil
y se cristalizaría.
Las formas
mántricas son colecciones de frases, palabras y sonidos que, en virtud del
efecto rítmico, alcanzan resultados que no serían posibles de no ser por
ellas.” (Meditación
Ocultista, p. 163) La entonación específica trae ritmo a la persona que la
practica. Para alcanzar la vibración se debe escuchar cuidadosamente el sonido
de las letras. Se recomienda no pronunciar a menos que se haya escuchado bien y
se haya ganado la confianza necesaria para la elocución. Cuando pronunciamos un
mántram con regularidad y con actitud de veneración, la vibración sonora crea
un embudo de Luz, un blindaje etéreo protector que nos permite avanzar en la
dirección adecuada y nos protege de direcciones incorrectas, pero la elocución
ocasional no daría tales resultados.
Gracias al
arreglo rítmico de vibraciones sonoras, un mántram puede ser dado por un
iniciado en cualquier idioma. Un
Maestro de la Sabiduría profetizó que en el futuro, el inglés será el lenguaje
de los espiritualistas (yoguis) y, en consecuencia, los videntes y los Devas
del sonido están ahora preparando los patrones y las modalidades en inglés, tal
como lo hicieron en Sánscrito en el pasado. De esta forma, las sílabas del
inglés han sido seleccionadas ahora como los símbolos de meditación de los
espiritualistas de todas las regiones del globo terráqueo.
Los nombres de
algunos maestros se han convertido en mántrams. Podemos pronunciar el sonido y visualizar o
simplemente invocar la presencia sin contemplación mental alguna. Podemos hacer
nuestros ejercicios meditativos en su presencia, e intentar llevar sus
enseñanzas a la práctica cotidiana. Ningún maestro ha pedido nunca que
meditemos invocando su forma; él sigue siendo solamente un canal para AQUÉL que
está más allá.
A Urano le corresponde
el trabajo de introducir nuevamente el trabajo con los sonidos. Fue el maestro CVV el primero que invocó en el
presente los rayos de Urano y los puso a la disposición de todos. Él propuso
las sílabas C V V (en su pronunciación en inglés) como potencia sonora para
estimular la energía uraniana en nosotros y transformar la materia. Su promesa
es corregirnos desde adentro y llevarnos a un desarrollo más rápido a través de
cambios dinámicos. De esta manera, en un plazo de doce años, las energías de la
síntesis que se encuentran latentes en nosotros se tornan dinámicas y nuestra
conciencia se integrará en la conciencia universal o en la síntesis.
Libro: El Sonido - La Clave y su Aplicación
Fuentes
utilizadas: K. P. Kumar: Mántrams. Su Práctica y Significado / Curación
Espiritual / Notas de seminarios. The World Teacher Trust - Dhanishta,
Visakhapatnam, India. - Alice A. Bailey: Cartas sobre la Meditación Ocultista.
Lucis - Trust, New York ( www.lucistrust.org ).
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