Los que desean trabajar para la buena voluntad deben enfocarse más en las oraciones. Las oraciones son instrumentos excelentes para manifestar los efectos positivos para el entorno común. Las cosas no pueden cambiarse en el plano externo, si el cambio no comienza en el plano sutil. El trabajo espiritual consiste en la purificación del plano mental invocando la luz y el amor y causando así una atmósfera mejor. Por lo tanto, las oraciones son un medio de traer cambios armoniosos a los planos sutiles.
Muchos piensan que la oración tiene menos importancia que la meditación. Es una ilusión pensar que con la meditación podamos dejar atrás las oraciones. La oración tiene la misma gran importancia, especialmente hasta que hayamos logrado la perfección en la
meditación. Es similar a como algunos niños ya piensan en un título universitario desde la escuela primaria. La aspiración no debe ser cortada, pero hay que dar muchos pasos hasta llegar a la meditación. La oración nos ayuda en esto. Incluso podemos orar por que nuestra meditación sea satisfecha. Entonces ésta se desarrolla más fácilmente y también se asegura de que no andemos por caminos incorrectos y suframos.El logro más
elevado de la meditación es llegar al punto de experimentar la conciencia
universal. La
oración es para unirnos con la conciencia universal; la meditación es para
vivir en ella. La oración, la meditación, la adoración o los rituales son
medios de establecer la conexión con la corriente de luz, del amor y de la
síntesis. Si la conexión se interrumpe, aparecen obstáculos y bloqueos. Nos
llegan todo tipo de pensamientos referentes a los problemas, lo cual interrumpe
la conexión aún más.
Equilibrio,
Hiperactividad, Inercia
El propósito de
la oración es traernos de nuevo a la fuente de donde emergemos. Como alma, busca ayuda del alma universal. Su
intención es construir conscientemente un puente entre nosotros y la fuente de
nuestra existencia. La sabiduría antigua propone siempre conectarse con la
cabeza de la fuente y después ir de la unidad original a la diversidad, de lo
sutil a lo denso. Cuando hacemos esta oración regularmente, permanecemos en
equilibrio interior (sattva).
Pedimos muchas
cosas en la oración: el pan de cada día, la salud, la subsistencia económica,
la pareja adecuada, una vida marital armoniosa. Las oraciones con expectativas que exigen de
Dios el que él haga algo por nosotros, tienen la vibración de la hiperactividad
(rajas). La mente hiperactiva no puede asimilar las sugerencias que vienen del
alma. En este punto, son importantes los ejercicios de relajación y meditación
para hacer que la mente se vuelva receptiva a través de la paciencia y la
espera. Entonces no continuamos buscando resultados o dando instrucciones a la
Divinidad sobre lo que tiene que hacer. Cuando estamos conectados a lo Divino,
las cosas ocurren a su debido tiempo, y no tenemos que correr detrás de ellas.
Donde prevalece
la inercia interna (tamas), pueden aparecer resultados incorrectos, ilusiones y
fascinaciones con los ejercicios espirituales. Algunos intentan invocar con sus oraciones a
personas difuntas o a espíritus, y estos seres pueden resultar desconcertantes.
Otros caen un en estado letárgico, o tienen la sensación de estar hundiéndose
durante las oraciones y se sobrecogen de miedo. A ellos, se les pide poner sus
vidas en orden y volverse más activos. Por inercia, algunos se comprometen con
las cosas impuras: lugares impuros, alimentos impuros, pensamientos impuros.
Las oraciones sólo son provechosas cuando mantenemos un orden. Debemos
prepararnos y aspirar a la pureza física, emocional y mental.
Superando Obstáculos
No obstante, no
es fácil superar nuestros propios patrones de comportamiento e implementar
nuevos patrones de vida. Hemos
alimentado estas tendencias por largo tiempo. Son las estructuras de nuestro
karma pasado y dominan nuestras buenas intenciones. Es particularmente difícil,
cuando pensamos que lo que pensamos y hacemos es correcto, y que lo que los
otros hacen es incorrecto. Aquí las oraciones pueden ayudarnos. Son como una
llamada de emergencia en una crisis, donde no podemos lidiar con nuestras
tendencias: “No puedo ser mejor de lo que soy, pero Tú puedes hacerme mejor.
Ayúdame a pensar mejor, a actuar mejor y a organizarme bien durante el día
entero.” En la oración, podemos someter todos nuestros problemas a la
divinidad, incluso nuestra desesperación y falta de esperanza: “Espero de Ti la
gracia”, de manera que desaparezcan todos los obstáculos e incapacidades.”
Por medio de
las oraciones, podemos adaptar nuestra voluntad a la voluntad divina, de modo
que recibamos fuerza para contrarrestar nuestras tendencias. Las oraciones no neutralizan el karma de las
acciones incorrectas del pasado. Sólo por medio de acciones correctas y del
servicio podemos neutralizarlo. No obstante, las oraciones nos ayudan a hacer
frente a las consecuencias de nuestras acciones incorrectas, para cumplir con
nuestros deberes hacia la vida y para servir a nuestros semejantes.
Algunos días,
las oraciones y las meditaciones son muy buenas, y otras veces parece que nada
sucede. Entonces
no queremos continuar y nos aburrimos de ellas. Por mucho que tratemos de
atraer la energía del alma, nada sucede. Todo se mantiene embotado y nuestro
servicio parece no tener ningún resultado. Tenemos a veces preguntas: “¿Para
qué es todo esto? ¿Qué estoy haciendo aquí?” Y se desarrolla una lógica extraña
que nos hace enojar. Debemos saber que nunca podemos establecer la conexión por
nosotros mismos, la Divinidad abre la puerta y también la cierra de nuevo.
Nosotros podemos sólo esperar la gracia por medio de acciones correctas y a
través de la oración correcta. Las oraciones intensas nos conducen al
alineamiento con el alma más fácilmente que una meditación mental hecha sin
total atención. Eso significa que la mente se alinea con el corazón, y la
oración se hace desde el corazón.
Oraciones en
Grupo
Cuando sólo
vivimos para nosotros mismos, leemos libros y meditamos, terminamos en
frustración al cabo de un tiempo. Como
individuos no somos tan efectivamente capaces de elevarnos en la oración, o de
estudiar, tal como podemos hacerlo como grupo. Es una cualidad de la energía de
Acuario que ésta trabaja mejor en grupos. Por tanto, las oraciones trabajan
mejor cuando nos reunimos en grupos y las decimos juntos. En la oración se
puede pedir también por el ajuste en el grupo y entre los miembros del grupo.
No debemos
conducir nuestras oraciones y meditaciones para nuestro propio bienestar, sino
para la elevación global y el bienestar de la humanidad en su totalidad. Hay millares de posibilidades para orar. Las
oraciones que vienen de los iniciados son diferentes de otras oraciones que
tienen una vibración más pequeña. Las mejores oraciones han sobrevivido al
tiempo porque tocan la verdad. No hay mejor oración para el bienestar como:
“Loka Samastha Sukhino Bhavantu”, que significa: “Que todos los seres en todos
los planos estén en paz y equilibrio.”
La Oración del
Maestro CVV
Para el Maestro
CVV, la oración es el primer paso y el tema central de la trayectoria
espiritual. Por lo
tanto le llama al método introducido por él “oración”, no meditación. La
oración del maestro es única y armoniza con la Era de Acuario. Las bendiciones
de esta oración son totalmente diferentes y de una clase que nunca ha estado
allí antes. Sentimos o visualizamos al Maestro en el centro del corazón o en el
centro de la frente, mientras invocamos su nombre y decimos la invocación:
“Namaskarams Maestro CV”. Entonces permanecemos como un observador. Cuando
observamos correctamente, nos damos cuenta, de un movimiento sutil en el
cuerpo, una corriente débil que corre a través de nosotros. También podemos
sentir un movimiento en los pensamientos, e impulsos, para las acciones
diarias. La energía que se nos vierte en nuestro interior causa muchos ajustes
y alineaciones. Él dice: “Soy el Maestro mecánico. Yo repararé el organismo.
Estacione su carro en mi garaje.”
Los cambios en
el cuerpo o en la personalidad suceden incluso sin percatarnos de ellos,
incluso cuando nos quedamos dormidos. Durante la oración, o después, pueden llegar a
nosotros destellos de ideas, y debemos anotarlas y seguirlas en nuestras
acciones. Si somos demasiado ociosos para tomar el impulso, ya no vendrán
otras. Por tanto, se recomienda llevar un diario anaranjado y anotar en él, los
mensajes y las enseñanzas que recibimos durante la oración, de modo que no nos
olvidemos de ellas. De esta manera, el Maestro trabaja desde el interior del
discípulo y lo eleva hasta sí mismo.
K.P. Kumar:
Curación Espiritual / notas de seminarios / E. Krishnamacharya: El Maestro CVV.
The World Teacher Trust / Ediciónes Dhanishta España.
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