Francisco Nieto Vidal
Aunque los interesados por el mundo del ocultismo creemos que cada día somos más los que estudiamos estas enseñanzas, la verdad es que somos muy pocos en relación con la cantidad de humanos que habitamos la Tierra. Y eso nos tiene que hacer comprender que si preguntáramos a las personas que nos encontramos a diario que si creen en estas enseñanzas, la respuesta sería que no en la mayoría de los casos. Y si les volviéramos a preguntar que si creen que nosotros tenemos alguna ventaja sobre ellos por el hecho de creer en el renacimiento, en el karma, en la existencia del Purgatorio o del Cielo, en los otros mundos, etc., seguramente que lo negarían. Esa es una posición normal puesto que no todos los humanos tenemos el mismo grado de conciencia y de intelectualidad desarrollada. Dicho de otro modo, es lógico que un niño de 3 o 4 años no admita o le parezca imposible que por una serie de fórmulas se sepan ciertos hechos precisos sobre el universo o sobre el cosmos. Y en esos casos no quedan nada más que dos opciones, o
creer sin tener pruebas que demuestren lo que se afirma, o no creer en nada y pensar que el ser humano procede de la nada, de la casualidad o de una serie de circunstancias; que nacemos cada uno en las circunstancias que nacemos (unos muy buenas y otras muy malas) también por casualidad; y que después de cada vida, tras, la muerte no hay nada y que solo hay una vida.Por supuesto que de todo este conocimiento se
extrae una enseñanza que nos hace evolucionar más rápidamente y mejor si la
aplicamos a nuestra vida cotidiana. Si yo sé que existe la Ley de Consecuencia
que hace que cada causa tenga su efecto y procuro no hacer ninguna maldad, me
estaré librando de mucho sufrimiento como el que reciben las persona normales
que les da igual todo. Y si yo sé que siendo una persona altruista y servicial
con el prójimo tendré una futura vida cómoda, con ayuda y muy social, pues esa
ventaja que llevo respecto a quien no cree. Y si sé que cuidando mi cuerpo
físico y alimentándole de una forma sana, y haciendo ejercicio, etc., es muy
posible que en la próxima vida tenga un cuerpo sano, pues lo lógico es que lo
haga y no fume ni consuma alcohol, tabaco, etc. Y si yo creo en el renacimiento
porque pienso que quien ha construido el universo no lo ha hecho para que
nazcamos una sola vez con un destino cualquiera casual, lo lógico es que piense
que ha una evolución para todo y que debería de actuar correctamente en todos los
sentidos porque esa sería la explicación del porqué unos nacen en unas
circunstancias buenas mientras y otros lo hacen en otras muy malas.
Así que, a esas personas que no creen cabe
preguntarles ¿Y si todo fuera cierto? Esto es como decir a los no creyentes en
Dios que aunque ellos no crean Dios existe y seguirá existiendo. Como en todo
lo demás, es cosa de evolución, el poco evolucionado como el que casi no ha
estudiado, no pueden tener la misma conciencia ni la misma capacidad
intelectual que otros muchos más avanzados. En este artículo voy a tratar un
tema muy importante en ocultismo, y lo haré porque puede ayudar tanto al
estudiante que podría cambiar su destino (en parte el presente y mucho el
futuro) Ese tema es el Mundo del Pensamiento y la mente, así que, para los no
creyentes, que se pregunten después de leerlo que qué ventaja tendrían ellos si
todo fuera cierto.
Parece ser que lo que los teósofos y otros
ocultistas llaman el cuerpo mental (en mi opinión es la mente) ocupa casi todo
el cuerpo físico en una especie de niebla de forma más o menos ovoide. La
observación hecha por un iniciado clarividente de la interpenetración de los
diferentes cuerpos, muestra al cuerpo físico en el centro del ovoide; a
continuación y sobresaliendo un poco del cuerpo físico tendríamos el cuerpo
etérico o vital; después y siendo todavía más sutil en su materia que el cuerpo
etérico, tendríamos al cuerpo de deseos con su forma ovoide; y por último,
tendríamos al cuerpo mental que es el cuerpo menos desarrollado rodeando principalmente
la cabeza. Evidentemente, cuanto más elevado sea el cuerpo más sutil en
materia, más vibración y más difícil de interpretar. Respecto al cuerpo mental,
su materia vibra incesantemente como el de deseos, pero con la diferencia de
que la naturaleza buena o mala del pensamiento pone en actividad la materia del
subplano que corresponda; así, los buenos pensamientos se centran en las
subdivisiones superiores de la región Concreta y los menos buenos o malos en
las inferiores, aunque hay que dice que los buenos también están a la altura
superior del cuerpo físico y los malos en la inferior. Con la mente o cuerpo
mental ocurre como con el cuerpo de deseos que atrae su materia del Mundo de
Deseos según la naturaleza de sus deseos, sentimientos, etc.
Así que, podemos imaginar una mente brillante y
grande en los iniciados (algo menos grande en los aspirantes espirituales y
discípulos) y lo mismo respecto a los colores del cuerpo de deseos. A lo largo
de la vida, según sea nuestro carácter y nuestros ideales, vamos intercambiando
materia de nuestros cuerpos superiores atrayendo nueva del mundo
correspondiente según vamos evolucionando. Y eso mismo o similar ocurre con la
materia que atraemos para formar los nuevos cuerpos antes de renacer.
Evidentemente, eso es gracias al átomo simiente que es el que guarda todo el
desarrollo espiritual que obtenemos después de cada vida. Si bien los colores
del cuerpo de deseos no son fácilmente descriptibles por nuestros sentidos,
parece ser que en el cuerpo mental (y posiblemente el de deseos) suelen
destacar el violeta, el amarillo, el rosa y el azul, dentro de una gran
brillantez. La actividad de la materia mental en este cuerpo variará siempre
dependiendo del empeño voluntario que se haga al crear el pensamiento y si su
naturaleza en espiritual o no; si es espiritual su vibración será más rápida y
elevada.
Si entendemos a la mente como vehículo o medio de
expresión para que el Ego pueda manifestarse en el mundo físico por medio del
cerebro, entonces podríamos calificar a esa mente como cuerpo mental. O sea, lo
que normalmente llamamos “razón” o “intelecto” es el uso de la materia mental
atraída del Mundo del Pensamiento para formar ese cuerpo mental relacionado con
la memoria, la imaginación, etc. El pensamiento abstracto, al cual no tenemos
acceso consciente fácilmente, está relacionado directamente con el Ego o Yo
superior en las subdivisiones superiores del Mundo del Pensamiento; y el
pensamiento concreto o razón es la materia inferior que utiliza el Ego para
enfocarse en el mundo y en cuerpo físico y que nosotros utilizamos para
discernir, calcular, comparar, memorizar, etc. Como ya he explicado, el Ego
tiene o utiliza una idea, y ésta toma forma en las subdivisiones inferiores, a
ese pensamiento-forma se le añade un deseo, sentimiento o emoción, para
terminar en alguna clase de acción en el cuerpo físico.
Como la mente es el último vehículo que hemos
obtenido, es la menos evolucionada de todos los cuerpos. Antes de tener la
conciencia en el Mundo del Pensamiento la tendremos (en un futuro lejano) en el
Mundo de Deseos como ahora la tenemos en el mundo y en el cuerpo físico. Y esto
es así hasta el punto de que muchas personas creen tener su conciencia en el
cerebro y por eso se sienten un yo físico y personal. Es cierto que en el
Período actual solo somos auto-conscientes aquí en el mundo físico, un poco en
el Mundo de Deseos por las noches (dependiendo del desarrollo) y nada, en mi
opinión, en el Mundo del Pensamiento. Sin embargo, eso no es impedimento para
que seamos conscientes de cuando hacemos bien o mal y lo mismo respecto a los
deseos, sentimientos y pensamientos. Aunque nosotros llamemos subjetivo o
irreal al Mundo del Pensamiento, la verdad es que es todo lo contrario, lo real
está allí y lo irreal aquí.
La función de la materia del pensamiento es vibrar
como respuesta a lo que llega del propio Ego y de la personalidad que es la que
más utiliza la mente concreta. El Ego puede lanzar ideas, consejos,
advertencias, etc. a través de la mente abstracta, haciendo vibrar su materia
para que alcance al cerebro; luego la personalidad puede escuchar o no
dependiendo de su desarrollo y cercanía al Ego. Pero la personalidad, entre
otras cosas, también hace vibrar la materia mental del Mundo del Pensamiento
según lo que le llega por los sentidos o por el cuerpo de deseos. La diferencia
entre uno y otro es que el Ego trabaja en el Mundo del Pensamiento siempre para
la mente y puede pensar de forma positiva o negativa que es lo que normalmente
hace.
Pero esto tiene que hacer meditar al aspirante
espiritual porque el Mundo del Pensamiento, cuya materia utilizamos para
pensar, es el más elevado de los mundos donde evolucionamos ahora, y todo el
mal que sembremos con el pensamiento en él, puede afectar a gran parte de la
humanidad. El Mundo del Pensamiento es algo parecido a nuestra cuna porque de
ahí nos dieron el germen de la mente que nos hizo humanos; y de ahí también
surgen los arquetipos de todo lo existente en la Tierra. Como nosotros todavía
no estamos preparados para tener una comunicación directa con el Ego porque no
todo lo que él desea nos llega, nuestra obligación es de pensar y actuar de
manera que nuestra personalidad vaya acercándose a él un poco más en cada vida.
El entendimiento con el Ego está relacionado con el desarrollo de la mente y
con el Espíritu, así, los cerebros que son muy receptivos y los muy activos
son, generalmente, los que responden más a lo que llamamos genio, intuición,
profecía, etc.
Aunque parezca increíble a los no familiarizados
con el ocultismo, diré que todo lo existente en la Tierra ha sido originado en
el Mundo del Pensamiento. Lo mismo que el “inventor” se le ocurre una idea y
luego la desarrolla con la mente para darle forma en su cabeza, para terminar
creando (lo que sea) físicamente, así las Jerarquías Creadoras forman los
arquetipos de materia mental de todo lo que hay en la naturaleza (incluyendo
los cuerpos) para que otras entidades los cristalicen físicamente. Dios mismo
hace lo mismo para crear este esquema de mundos y planetas, pero Él trabaja con
la materia del esquema superior que parte del Ser Supremo. Al igual que nuestra
personalidad contiene materia del Mundo del Pensamiento, del de Deseos, vital y
físico, así todas las ideas o arquetipos de las subdivisiones superiores del
Mundo del Pensamiento, toman forma en las inferiores y se concretan con materia
de deseos y física.
Cuando en la muerte abandonamos el mundo físico y
llegamos al Mundo del Pensamiento después de pasar por el Purgatorio y el
Cielo, aunque hemos olvidado las experiencias de la vida pasada, seguimos
identificándonos con la mente y el pensamiento del yo personal, pero cuando
pasamos a las subdivisiones superiores donde se encuentra el Ego con su cuerpo
Causal, el común de la humanidad queda inconsciente de sí mismo olvidando
completamente todo (los iniciados se identifican con el Ego) Quiero decir que
las subdivisiones de la región Concreta del Mundo del Pensamiento se pueden
considerar “personales” puesto que utilizamos esa materia para formar nuestra
mente en cada renacimiento. Lo mismo que en nuestro cuerpo de deseos hay bajos
deseos, malos sentimientos, etc. relacionados con las subdivisiones inferiores
del Mundo de Deseos, así en nuestra mente (íntimamente ligada al cuerpo de
deseos) hay orgullo, error en el razonar, prejuicios, complejos, etc.; sin
embargo, nada de esto ocurre en las subdivisiones superiores del Mundo del
Pensamiento, el mundo del Ego.
En el mundo del Ego domina su vida y en las
subdivisiones inferiores domina la “materia” aunque sea mental, pero es la
materia mental la que sirve para dar forma a la vida superior. Y algo similar
debe ocurrir respecto a la vida de la región Abstracta respecto al descenso del
Triple Espíritu desde los Mundos superiores porque, en realidad, los planos
superiores dan origen y mantienen a los de abajo. Y por eso las subdivisiones
inferiores de un mundo son menos activas y más personales y materiales que los
de arriba. El Ego está velado por la mente concreta, por el cuerpo de deseos,
por el cuerpo etérico y por la materia del cuerpo físico; y por eso se dice que
aquí abajo se convierte en personalidad. Y lo mismo ocurre con el Espíritu
Virginal que en cuanto comienza a manifestarse en los mundos inferiores al
suyo, comienza a velarse su conciencia divina hasta perderla para ir
adquiriendo después y progresivamente la suya propia.
Es de suponer que el Mundo del Pensamiento sea
parecido al de Deseos en algunas cosas como que allí no hace frío ni calor, que
no hay día y noche, que se hable o se viaje con el pensamiento, etc., pero, si
bien el Mundo de Deseos es el mundo del color, el del Pensamiento es el del
sonido y de una luz que supera la belleza de los colores del Mundo de Deseos.
Si la materia de deseos vibra muy aceleradamente en comparación con la física,
la del Pensamiento vibra mucho más con cada pensamiento, sobre todo en la
región Abstracta, puesto que en la Concreta toman forma las ideas y arquetipos.
Decía Max Heindel que en el futuro Período de Júpiter no podremos mentir porque
seremos capaces de ver la mentira, pues eso mismo pienso yo al hablar sobre
esto en el Mundo del Pensamiento, y respecto a las entidades o iniciados que
trabajan conscientemente allí. Allí se supone que no hay idioma y que serán
formas mentales más o menos geométricas o inimaginables que vendrían a ser como
nuestras palabras, con la diferencia de que allí se reconocerán las falsedades.
Y lo mismo ocurrirá (en mi opinión) con la manera de contactar unas entidades
con otras, simplemente se necesitará poner la atención en el otro. Evidentemente,
todo variará de acuerdo a la evolución de cada uno.
¿Qué es la mente? Veamos, nosotros tenemos mente
gracias a un átomo simiente que nos dieron las Jerarquías y que gracias a éste,
en cada renacimiento atraemos cierta cantidad de materia del Mundo del
Pensamiento (materia de la clase que corresponda según el karma y el destino
que tengamos) para que el Ego pueda expresarse en la personalidad a través del
cerebro y del sistema nervioso y, por supuesto, a través de la razón. La mente
está formada de materia mental como el cuerpo físico está formado de materia física
y el cuerpo de deseos de materia de deseos o emocional. Hay quien lo interpreta
como un cuerpo pero cuerpos en realidad hay solo tres personales que son: el
cuerpo físico, el vital o etérico y el de deseos.
La mente es el foco a través del cual el Espíritu,
y más directamente el Ego, se expresa en la personalidad y en el mundo físico.
Los pensamientos son vibraciones que el Ego crea en la región Abstracta del
Mundo del Pensamiento y que al descender a la región Concreta toman una forma
según la clase de pensamiento que sea. Y ese pensamiento, generalmente, genera
actividad en la materia de deseos de ese cuerpo y éste expresa un deseo, una
emoción, un sentimiento, etc. que acompañará al pensamiento. Y si ese
pensamiento se repite, todo se va creando con más rapidez y más efectividad
hasta formarse un hábito. Todo esto puede suceder así porque el Mundo del
Pensamiento, con sus cuatro subdivisiones inferiores, es capaz de responder a
cualquier pensamiento, sea de la naturaleza que sea; lo mismo ocurre con las
siete subdivisiones del Mundo de Deseos de donde se forma el cuerpo de deseos.
El Ego se encuentra en la región Abstracta del
Mundo del Pensamiento y se dice que utiliza un cuerpo (el cuerpo causal) que es
donde se guardan las virtudes fruto de las experiencias de cada renacimiento, y
los átomos simiente que utiliza el Ego para formar sus cuerpos en cada vida. La
mente es utilizada por el Ego para enfocarse en el mundo físico a través del
cerebro, para adquirir conocimiento, para ser consciente de las percepciones y
así formar conceptos, etc., la reconocemos también en sus conceptos de
discernimiento, atención, memoria, imaginación etc. Cuando nosotros, como
personalidad, pensamos voluntaria y conscientemente en cosas relacionadas con
la personalidad, quehaceres diarios, etc., las vibraciones se convierten en
pensamientos-forma y cumplen su misión; si los pensamientos son de naturaleza
elevada y espiritual se elevan hasta la región donde se encuentra el Ego,
ampliando así la comunicación entre ambos.
El mundo del Ego es el mundo de la realidad, de la
esencia y de las ideas abstractas que en el mundo de la mente se convierten en
cosas concretas de materia mental que se manifiestan o expresan en el mundo
físico. La personalidad debe evolucionar de los mundos inferiores al Mundo del
Pensamiento donde evoluciona el Ego a través de los ejercicios esotéricos y los
dados individualmente por los Maestros. Los pensamientos buenos y elevados de
la personalidad, además de tomar forma mental, se incorporan al cuerpo causal
para ir formando virtudes, ideas elevadas o abstractas y conceptos nuevos. Los
pensamientos de los pocos desarrollados (de baja vibración) no pueden
incorporarse al cuerpo causal pero son un impedimento para el desarrollo y
expresión de las virtudes del Ego. En general, cuando se tiene un defecto,
suele faltar la correspondiente virtud relacionada con él, es decir, el Ego no
ha desarrollado todavía la virtud y por eso nosotros debemos analizarnos en
todos los sentidos para ver qué defectos tenemos y qué virtudes debemos
desarrollar. Es difícil adquirir un vicio determinado si ya hemos desarrollado
la virtud relaciona con él y que ya es parte de la naturaleza del Ego; aun así
se puede dar el caso.
Los vicios los crea la personalidad y no pueden
manchar al Ego ni a su cuerpo causal, pero si se convierten en hábitos severos,
pueden ser un verdadero obstáculo a vencer salvo que el Ego cree o haya creado
la virtud correspondiente para combatirlos. La falta de una virtud es como un
vacío en el desarrollo del Ego, por lo tanto, el aspirante espiritual debería
esforzarse por pensar en el sentido que corresponda para desarrollarlo. El
hecho de pensar altruistamente y de intentar amar y servir al prójimo, afecta
al crecimiento del cuerpo causal y a las virtudes del Ego; el hecho de pensar,
sentir, desear y actuar desde la posición del Ego, es alcanzar el Mundo del
Espíritu de Vida, el Mundo del Amor Crístico. Los pensamientos malos solo
pueden existir en los mundos personales o inferiores porque sus vibraciones no alcanzan
a los superiores; es decir, esos pensamientos afectan a la mente y a los
cuerpos relacionados con el Mundo de Deseos y el físico, pero también tienen
relación con los átomos simiente formadores de los próximos cuerpos
relacionados con el karma de la persona.
El Ego, el observador y pensador, el recopilador
del fruto de las experiencias de cada vida, crea pensamientos según lo que le
llega a través de los sentidos, del cerebro y de la mente. Pero el lugar donde
se encuentra el Ego no tiene formas puesto que las formas están donde se
encuentra la mente (región Concreta inferior) El mundo del Ego es abstracto y
respecto al tema que estamos tratando es el mundo de las ideas y de los
arquetipos vibrantes y sin forma de donde se materializan luego en formas
físicas. Por eso, cuando el Ego desea responder a lo que le llega, por ejemplo
por el sentido de la vista, emite una vibración que desciende y toma una forma
mental y, como he dicho, dependiendo de la naturaleza de la respuesta, se puede
despertar un deseo, sentimiento o emoción que, todo junto, es muy posible que
impulse al cuerpo físico a la acción. Nosotros tenemos la conciencia en el
mundo físico, por las noches la tenemos en el Mundo de Deseos, y muy pocos en
la región inferior del Mundo del Pensamiento donde se crean los pensamientos
formas. El cuerpo más desarrollado es el físico, después le sigue el de deseos,
y por último la mente; por tanto, la humanidad en común no tiene acceso al
Mundo Mental Abstracto del Ego porque si fuera así, tendríamos la conciencia
del Ego en nosotros.
Los pensamientos que nosotros emitimos pueden
quedarse con nosotros, pueden ser enviados a personas voluntariamente para bien
o para mal, y pueden ser creados, mayormente, sin intención y se van quedando
por allá por donde nos encontremos. Los que se quedan con nosotros porque son
creados sin motivos importantes, no tienen ningún papel especial salvo que si
se repiten mucho pueden crear un hábito o pueden influir en las mentes de las
personas cercanas que los atraigan porque en ellos hay algo similar. Los
pensamientos más importantes y que más deberíamos observar si es la mente quien
los piensa por sí misma, (se supone que los otros los pensamientos
voluntariamente y, por tanto, deberían ser buenos) son los que van dirigidos a
alguien o respecto a algo porque nos pueden hacer mucho bien o mucho mal.
Y junto a lo que acabo de decir es también
importante saber que un pensamiento puede llegar o no a otra persona a quien va
dirigido según la intención, fuerza y empleo en que produzca resultados. El
pensamiento claro, preciso y fuerte cumplirá la misión encomendada, el
pensamiento débil y sin intención no llegará lejos ni afectará a la mente a
quien vaya dirigida. Es más, un pensamiento intencionado que puede beneficiar a
muchas personas que se encuentre en su camino, no afectará tampoco a quienes
tienen poco poder sobre su mente y la dejan entretenerse y vagar a su antojo.
Solo en caso de problemas, de preocupaciones, de malas noticias, etc. cogemos a
la mente, la concentramos y la enfocamos en el hecho para encontrar ayuda o una
solución.
Dicho así quizás parezca que no tiene importancia
pero veámoslo a través de unos ejemplos. Si yo quiero enviar pensamientos de
amor y consuelo a una persona que lo necesita tendré que hacerlo desde el
corazón y con la mayor fuerza y buena voluntad posible porque, si no es así, no
llegarán. Pero si eso lo repito a menudo cuando voy en el autobús, cuando estoy
sentado en cualquier sitio observando a ciertas personas, etc., estaré creando
un hábito o fortaleciendo una tendencia. Como, por otro lado, los pensamientos
enviados traen el recuerdo de su viaje a su creador, en esos casos, el
pensamiento atraerá otros similares buenos que repercutirán en un cuerpo mental
aumentando así esa tendencia. Ahora bien, si yo fuera una persona obsesionada
con el sexo opuesto que, además de crear pensamientos de esa naturaleza, me
imagino una serie de escenas que terminan siendo pensamientos-forma, estaría
abandonando totalmente mi sendero espiritual porque esos pensamientos
estimularían mis deseos y pasiones sexuales e incluso podría pasar a la acción
(cometer abusos o una violación) cometiendo algún delito del que luego me
arrepentiría. ¿Qué es lo más importante practicar en esos casos? Pues como
siempre digo, la autoobservación de la mente y del cuerpo de deseos. Es decir,
observar qué piensa la mente o nosotros voluntariamente y qué deseos y pasiones
despierta en el cuerpo de deseos.
El drogadicto, el alcohólico, el obseso sexual, etc.,
se hacen ellos mismos porque se dejan dominar (no utilizan la mente para
razonar) por el deseo de volver a probar algo que les produjo placer cuando lo
probaron por primera vez. Y cuando se dejan dominar quiere decir que el deseo
se hace fuerte, y la mente débil se une a esos deseos. Y entonces la mente
colabora automáticamente o la persona por voluntad propia piensa en lo que
están centrados los deseos. Y a eso se une la imaginación (también creadora de
formas de pensamientos) creando así una entidad mental que llega a dominar a la
persona hasta que algún día pase algo serio o la persona se ponga a discernir
desde la posición del Ego y vea que lo que está haciendo es una locura y un
crimen contra su propio Espíritu. El Espíritu está representado en nosotros por
la voluntad y por conciencia; gracias a la conciencia nos podemos dar cuenta
del mal que estamos haciendo y gracias a la voluntad podemos cambiar de actitud
y de tendencia para no caer más en ello.
Una mente ociosa es un peligro para el Ego porque
es la más vulnerable ante las tentaciones, pruebas y deseos más bajos basados
en el placer y en el egoísmo personal. De aquí que el aspirante espiritual deba
tener ocupada su mente en hechos y cosas del Espíritu y de su entrenamiento;
eso hace a la mente y a la voluntad más fuerte para centrarse en los ideales
elevados. Dicho de otra manera, es necesario tener atada a la mente y
concentrada en cosas del Espíritu o, si no, simplemente en lo que llega por los
sentidos, observando y sin permitir que la mente intervenga. Cuando yo comencé
a hacer ejercicios de concentración para atar a la mente, observaba a mis pies
cómo andaban; a mi mano cómo escribía; a un reloj con manecilla de los segundos
siguiéndola sin permitir que la mente pensara; a observar a la mente cuando
pensaba algo que me interesaba experimentar, no permitiéndola intervenir para
ver cómo desaparecía el pensamiento, etc. Es más, si ponemos intención y buena
voluntad, veremos cómo los pensamientos van acompañados de buenos sentimientos
o emociones. Pues no es lo mismo escribir ese artículo sin ganas ni interés
alguno, que hacerlo con el más elevado deseo de ayudar a quien lo lea y con la
mejor voluntad de ayudar a la humanidad. Cuando se escribe, la escritura va
impregnada de los pensamientos del autor y muchas personas que lo leen lo
perciben. Todo debería ser hecho con el pensamiento de hacer el bien a alguien.
Generalmente, los pensamientos se revisten de la
materia de la región Concreta de su Mundo del Pensamiento pero no siempre es
así o siguen esa línea de actuación dependiendo de la naturaleza del
pensamiento. En la actualidad y respecto a la humanidad en común, hay varios
grados de evolución activos, estos son: los pocos desarrollados; (son los
menos) los que tienen una evolución normal en el Período actual que nos
encontramos; los aspirantes espirituales, probacionistas y discípulos; y los
iniciados de varios grados. El pensamiento del poco desarrollado que está
dominado por los hábitos y las pasiones del cuerpo de deseos se revisten de materia
mental como todos, pero también lo hace fuertemente de materia de deseos
teniendo muy poca influencia espiritual sobre ellos mismos y sobre los demás;
son pensamientos egoístas, personales y materialistas. Los segundos ya he dicho
más o menos lo que ocurre con ellos. Los de los aspirantes espirituales se
revisten de la materia superior de la región Concreta del Mundo del Pensamiento
y tienden a influenciar al prójimo positivamente y a estimular a sus creadores
para que sigan haciendo lo mismo. Los pensamientos de los iniciados van siempre
dirigidos a hacer el bien y suelen revestirse incluso de materia de la región
superior de la región Abstracta de su Mundo. Es más, pienso que los Hermanos
Mayores de la humanidad revisten sus pensamientos con la materia del Mundo del
Espíritu de Vida que es el mundo Universal, de Amor y Sabiduría. Obviamente,
los pensamientos de los menos desarrollados no alcanzan grandes distancias y,
como consecuencia, reciben poco beneficio de los viajes que hacen. Los de la
humanidad en común se alejan más o menos dependiendo del empeño, fuerza,
intención y de si van o no dirigidos a alguien o a algo concreto. Los
pensamientos del aspirante espiritual se alejan más y traen muchas experiencias
de vuelta si han sido dirigidos al mundo en forma de ayuda, de amor, de
compasión, etc., porque ellos atraen otras formas de pensamientos similares.
Cuando son de trabajos espirituales personales para el propio desenvolvimiento,
no viajan tanto pero ascienden a niveles superiores y estimulan a la mente
positivamente a través del Ego que es el observador y el pensador. Los
pensamientos de los iniciados afectan a todo el planeta y a toda la humanidad
porque ellos viven en la vibración Crística.
Debemos de
familiarizarnos con la idea de que los pensamientos son vibraciones que, como
el sonido de un diapasón, puede hacer vibrar a otro de su misma naturaleza sin
tocarlo. Es decir, la vibración del pensamiento de amor hacia el prójimo (al
que se une un sentimientos de igual naturaleza) viaja por el mundo del
Pensamiento haciendo vibrar todo lo que esté en sintonía con él (todas las
mentes que piensan de forma similar) Pero el pensamiento, también de forma
similar a las formas que se forman en el cristal cuando se pasa un arco de
violín sobre su borde habiendo arena muy fina sobre él, crea formas con la
materia mental y esas formas pueden ayudar o perjudicar según de lo que sean
Los practicantes del espiritismo o de ritos satánicos, entre otros, crean
formas en la región inferior del Mundo del Pensamiento y esas formas se ven
fortalecidas por deseos y sentimientos de igual naturaleza de las subdivisiones
inferiores del Mundo de Deseos. La suerte es que poca gente se ve afectada
porque no creen o son indiferentes y porque los Hermanos Mayores y otras
entidades cuidan y limpian esas regiones. El vudú y otras clases de espiritismo
o brujería trabajan con formas de pensamiento de la peor naturaleza haciendo
mal a otros porque, cuando son repetidos, forman una “entidad” también llamada
elemental que utiliza el pensamiento como vehículo.
Las formas
de pensamiento siempre actúan en el Mundo del Pensamiento. Los cristianos muy
devotos tienen formas muy poderosas que, en mi opinión, a veces hacen milagros
a través de la fe. Si estas formas alcanzan al aura mental de otra persona
devota no cristiana no le afectará igual que a un cristiano pero sí le
estimularía en el mejor sentido respecto a sus creencias. Quiero decir que los
pensamientos estimulan allá donde se ven atraídos por una vibración similar,
sea poco o sea mucho, pero siempre para bien si su naturaleza es espiritual. Y
como es lógico, si una persona piensa muy negativamente sobre otra creando una
entidad gracias a los malos deseos y sentimientos, afectará a la persona en
concreto intentando estimular en su cuerpo mental la naturaleza de los
pensamientos que ha enviado o creado sobre ella. Claro que esos pensamientos
dañinos solo afectarán si en su cuerpo mental hay vibraciones de esa
naturaleza, si no es así, se pueden quedar alrededor de esa persona un tiempo
hasta que, al final, se desintegran. Así que es mucho más fácil hacer el bien
que el mal a través del pensamiento porque cuando son buenos y hay fuerza e
intención, alcanzan al destinatario. En estos casos, incluso si no hubiera
vibraciones similares, el pensamiento los despertará y, si no, esperará a poder
hacerlo cuando la mente de la persona esté tranquila.
Solo las
personas que tienen varias iniciaciones están capacitadas para analizar lo que
ocurre con las formas de pensamiento en ese mundo. Pero otros podemos suponer,
deducir, intuir, captar, etc. ciertos hechos. ¿Qué creemos que puede ocurrir
con los pensamientos de una persona ludópata? Pues que sus propios y
multitudinarios pensamientos sobre el juego le presionarán para que siga
apostando. Esos pensamientos, a veces llamados “elementales” porque se
convierten en una entidad gracias a la repetición y a la influencia negativa
del cuerpo de deseos y de otras personas, le sugestionan y le tientan, pensando
la persona misma que no es ella cuando sí lo es. Estos pensamientos son los
que, generalmente, llevan siempre consigo esas personas dominadas u obsesionadas
por algún vicio o mal hábito. Y lo peor de todo es que van sembrando eso mismo
allá por donde se muevan, siendo sus pensamientos la gota que colma el vaso en
personas de similar naturaleza para que hagan algo similar. Aunque estos malos
pensamientos suelen influenciar directamente a similares, ocurre que en
personas de poco control mental y poca actividad voluntaria, se pueden ver
afectadas pero por su descuido o indiferencia mental. Es más, en estos casos la
persona se puede ver inducida al juego, o bien recrea pensamientos de esa
naturaleza y los deja en el mundo.
¿Creemos
que somos dueños de nuestra mente y que solo pensamos lo que queremos? Para
nada, solo cuando somos conscientes de lo que pensamos y cuando lo hacemos
voluntariamente podemos decir que sí lo somos. La mayoría de los que creemos
que son nuestros pensamientos no lo son porque son de otros que se encuentran
en este Mundo del Pensamiento y que les atraemos según la naturaleza de la
personalidad; o lo que es lo mismo, de lo que solemos pensar, desear, sentir,
etc. Esa es la gran diferencia y el gran beneficio de este conocimiento
respecto del aspirante espiritual y la persona vulgar. Los pensamientos que nos
influyen no suelen ser muy peligrosos, y si somos aspirantes espirituales no
tenemos por qué tenerles miedo, pero sí es cierto que la naturaleza de los
pensamientos revolotean por la atmósfera de la Tierra son más malos que buenos;
y en esto, los que no creen en estos conocimientos llevan las de perder.
Hay un
hecho importante que nos suele ocurrir a diario y que es conveniente analizar,
y es que muchas veces nos enfadamos o nos sentimos ofendidos por cualquier cosa
que nos digan que afecte a nuestra personalidad orgullosa. Supongamos que
alguien nos dice algo que nos indigna, en esos casos tenemos dos opciones,
cerrar los oídos o responder. Si la persona que nos ofende no tiene razón será
peor dependiendo del autocontrol que tengamos, pero como en la mayoría de los
casos la respuesta es instintiva, automática o por hábito y sin razonar, seguramente
que responderíamos de malas maneras y podría haber enfrentamiento. Pero, si lo
analizamos desde un punto de vista más razonable, tendríamos otras dos opciones
que serían no hacer caso o dar importancia, o bien razonarlos y después de ver
quién hace mal, reconocer la culpa o pedir que se disculpe a la otra persona.
Eso es lo más lógico entre las personas razonables y cultas pero ¿Qué debe
hacer el aspirante espiritual? Pues es muy sencillo, si permitimos que nuestra
mente piense por sí misma o nosotros voluntariamente pensamos mal sobre la otra
persona casi seguro que nos enfademos o entremos en una discusión. Y digo eso
porque, como he dicho, normalmente, a cada pensamiento se le une un sentimiento
o deseo y eso hace de impulsores en estos casos. El pensamiento estimula y
atrae un deseo o sentimiento del cuerpo de deseos y eso impulsa a la acción,
pero, por otra parte, si no se controla la mente y los pensamientos, eso mismo
seguirá estimulando a la persona para que siga actuando en esa línea. Es deseable
en los aspirantes espirituales que tengan control sobre su mente porque siendo
así, no entrarán en el juego de la respuesta y evitarán que el cuerpo de deseos
intervenga y que haya enfrentamiento. Cuando ocurren estas cosas y se agravan,
luego suelen haber arrepentimiento, entonces y para que eso no ocurra, lo mejor
es la indiferencia y el discernimiento positivo para que todo acabe en paz y no
se tena que culpar a nadie aunque la culpa sea nuestra.
Pero peor
es todavía cuando ya tenemos en nosotros la semilla de algunos defectos
importantes como la ira o la impulsividad descontrolada que llega al insulto o
a la agresión. Si nosotros somos de esos, no tengamos la menor duda de que
tenemos un grave problema que superar si queremos desarrollar el Espíritu. Esas
semillas son perjudiciales para el aspirante y muy resistentes a la hora de
combatirlas, y sin embargo, no vemos que hemos creado un enemigo y que lo
tenemos dentro. Por eso, el aspirante espiritual, además de quitarse los vicios
más comunes (alcohol, tabaco, crítica, etc.) debe comenzar por autoanalizarse
como persona para ver cuáles son sus defectos y sus virtudes. A partir de ahí,
hay que tener autoobservación, retrospección, meditación en cada instante, y
concentración de la mente en todo lo que beneficie al Espíritu. Los
pensamientos incontrolados (no pensados conscientemente) pueden estimular
negativamente a los deseos y sentimientos más bajos del cuerpo de deseos y ésos
pueden impulsar a la acción física o a la palabra hacia algo malo. El enemigo
no son las otras personas que nos pueden tentar o poner a prueba, el enemigo
somos nosotros mismos. Y eso no se quedar solo en que afecta a nuestro cuerpo
mental y al deseo mostrándose en nuestra aura, lo peor es que vamos sembrando
esas vibraciones por la atmósfera mental afectando a otros que pueden terminar
haciendo también mal. Es cierto que todos tenemos semillas o defectos que no
suelen mostrarse pero, si conseguimos que sigan latentes, tarde o temprano se
atrofiarán; y en eso debemos estar vigilantes, tanto para no exteriorizarlos
como para que los pensamientos de otros nos penetren y los despierten. Por
estos motivos hay que estar siempre expectantes sobre lo que ocurre en nuestro
interior; de ahí también que se diga la famosa frase de: ¡Hombre, conócete a ti
mismo…!.
¿Nos damos
cuenta de la responsabilidad que tenemos ante la sociedad a causa de nuestros
pensamientos negativos o malvados? Nosotros estamos creando karma
constantemente, y ese karma puede traernos muy buenos resultados en el futuro o
tan malos que nuestro destino sea insoportable. Nosotros podemos probar la
droga y luego dejarnos dominar por el deseo de consumir más (no razonar ni
impedirlo con la voluntad) o ser una persona que mira por su salud física y
mental y ser una persona adorable, servicial y cariñosa con los demás. Todo
dependerá de lo que pensemos y de las decisiones que tomemos, si son a la
ligera o en caliente pueden ser malos, si son reflexionadas en la paz y a
través de la buena voluntad, todo será bueno para nosotros. En nosotros está el
poder, no podemos culpar a nadie de lo que hacemos ni de lo que pensamos. Es
deber nuestro trabajar y desarrollar nuestras virtudes pero también fijarnos en
las virtudes de los demás porque, si no es así, les estaremos enviando
vibraciones mentales que les perjudicarán. Creo que no es necesario mencionar
los efectos de las críticas, los juicios personales, la suspicacia, las
calumnias e incluso las mentiras que hacen víctimas de nuestra maldad a otros
aunque algunos hechos fueran ciertos.
Esto es
importante y hay que tenerlo presente aun cuando queramos hacer un bien a los
demás. Imaginemos que conocemos a una persona que, aun siendo buena, está
cayendo en el alcohol. Podemos enviarle pensamientos sobre la salud, sobre un
ideal que esa persona pueda desarrollar para superar el alcohol u otras cosas;
pero lo que nunca debemos hacer es pensar en su defecto de beber alcohol ni en
ningún otro porque se unirían a los suyos y le perjudicarían más. El deber es
siempre de enviar pensamientos positivos y contrarios al defecto, sean de
ánimo, de paz, de superación, de consuelo, etc.; nunca críticas y siempre
señalando las virtudes.
Hay quien
dice que todo esto es imposible, que es muy difícil controlar la mente, y más ser
conscientes de lo que pensamos encada momento. Si digo que es fácil mentiría,
pero también es cierto que cuanto más se intenta más se consigue. Hay que
reconocer que tenemos defectos de otras vidas y que otros están tan arraigados
en nosotros que cuesta vencerlos y erradicarlos. Pero, en estos casos, la
enseñanza explica que esos defectos tan arraigados es porque desde un principio
se les permitió hacerse fuerte (no se les combatió) Si cuando conocemos o
experimentamos algo nuevo (por ejemplo maldecir a Dios como algunos tan
alegremente lo hacen) no escuchamos a nuestra conciencia (el Ego a través de la
mente) lo diremos sabiendo que no está bien. Y si lo repetimos más veces es
posible que ni la conciencia nos diga nada porque vea que ya no le damos importancia.
Entonces queda en nosotros como hábito y cuando queramos vencerlo y eliminarlo
nos costará mucho. Y todo comenzó por una vibración de la mente en la materia
del pensamiento que luego se le unió algún mal deseo o sentimiento. No lo
venceremos en pocos días ni quizás en meses, pero quien persiste una y otra
vez, siempre vence. El mal hábito puede ser muy fuerte pero con cada victoria
sobre él va disminuyendo su fuerza hasta que no nos acordemos de él. Recordad
que es más difícil curar a un enfermo a distancia de una enfermedad física que
curarle de algo creado con el pensamiento tal y como estamos viendo en este
artículo.
Y volviendo
al título, para algunos todo esto puede ser mentira o inventado. Si fuera
inventado también haría mucho bien a todo aquel que lo crea, pero en ese caso y
como en general en el ocultismo, todo es así, y si lo aplicamos a nuestra vida
daremos pasos agigantados en nuestro desarrollo espiritual. Cada uno puede
elegir y creer en lo que quiera, pero siempre será mejor creer en lo bueno y en
lo que pueda hacer bien y no mal.
Francisco
Nieto
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