Queridos
amigos, creativos y buscadores cultural en todas partes,
El 11 de
septiembre de 2001, antes de que el humo de las Torres Gemelas derrumbadas
hubiera incluso
despejado, los líderes mundiales vinieron a llamar a la puerta de la Casa Blanca. Estaban buscando el apoyo de George Bush para crear una coalición global que de una vez por todas se esforzaría por eliminar el terrorismo planetario. Desafortunadamente, Bush rechazó la invitación para poder atacar Irak y poner fin a una disputa familiar eliminando a Saddam Hussein, quien ni siquiera estuvo involucrado en el ataque a las torres gemelas.
Actualmente
el mundo está tratando de aceptar las atrocidades inhumanas perpetradas por
ambas partes en el conflicto israelo-palestino. En todo el mundo, los
ciudadanos se están reuniendo en un esfuerzo concertado para poner fin a la
naturaleza barbárica de la violencia planetaria y la guerra en el mundo moderno
de hoy. En el horizonte, veo que está surgiendo una segunda oportunidad en la
que la civilización global se está uniendo una vez más y exigiendo el fin de la
guerra.
La guerra,
la violencia y la división solo perpetúan un ciclo de sufrimiento. Ahora
debemos comenzar a
Enfatizamos
que no son nuestras diferencias, sino nuestra humanidad común lo que debe pasar
a la vanguardia.
Mediante
la compasión y la empatía, llegaremos a reconocer la noción de que el bienestar
de uno está intrínsecamente ligado al bienestar de todos. Este es el primer
paso hacia la curación del mundo.
En tiempos
de crisis, nos unimos para apoyarnos unos a otros, independientemente de
nuestros antecedentes. Esta capacidad de unirse debe extenderse más allá de los
momentos de crisis para convertirse en un estilo de vida. Tengo la ferviente
esperanza de que podamos crear un mundo donde se celebren las diferencias,
donde los conflictos se resuelvan mediante el diálogo y la comprensión, y donde
prevalezca el poder de nuestra humanidad compartida. El conflicto
israelo-palestino es un doloroso recordatorio de la labor que nos espera, pero
no es un desafío insuperable.
Comprometámonos
a educarnos acerca de las complejidades de esta cuestión, a apoyar las
iniciativas de paz y a difundir el mensaje de unidad. Al hacerlo, podemos
honrar nuestra humanidad compartida y trabajar hacia un futuro donde los
conflictos ya no definan nuestro mundo.
Con Paz,
Amor y Luz,
Bruce
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