No pensar en uno mismo en determinadas situaciones significa no amarnos ni abogar por nuestras necesidades cuando es necesario y no es negociable
Amarse a uno mismo no es egoísta aunque sí requiera
actuar como tal para avanzar en la vida
El egoísmo, tal y como lo recoge la RAE es: un “inmoderado y excesivo amor a uno mismo y que atiende de forma desmedida al propio interés, sin cuidarse del de los demás”. Sin duda, se trata de una descripción con connotaciones muy negativas, pues en la mayoría de los casos a la persona egoísta suelen acompañarle rasgos egocéntricos, mandones y algo manipuladores. Personas que suelen ser un tanto arrogantes,
y tóxicas, por lo que definir a alguien con estos rasgos no transmite una sensación positiva.Sin embargo y, paradójicamente, no siempre ser
egoísta es malo. En muchas más ocasiones de las que pensamos es lo que
conveniente. Pero ¿en qué casos es fundamental actuar de forma egoísta con los
demás y cuál es el límite con darse prioridad? Si bien es verdad que cada vez
más la definición de amor propio se aleja de sus tradicionales vínculos
negativos como el narcisismo y el egoísmo y se considera una práctica de la
psicología positiva que puede ayudar a las personas a gestionar mejor sus
emociones y su salud mental, aún no están claros los límites de ese 'exceso'
de amor propio.
Un concepto que se ha investigado mucho. Existen estudios como el publicado en Positive Psycology que esclarecen
cómo ese excedente de amor propio repercute de forma positiva en la salud
mental, en la autoestima y una satisfacción en general con la vida, y hacen una
diferenciación con el narcisismo.
El amarse a uno mismo no es egoísta aunque sí
requiera actuar como tal para avanzar en la vida. “Hemos de hacer espacio para
parar e indagar conscientemente y llegar a saber qué quiero realmente más allá
de los condicionamientos sociales y familiares”, nos cuenta Techu Arranz
Basagoiti, directora del Instituto Potencial Humano (IPH), experta en PNL,
coach y conferenciante.
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placer en la cama
Así, el amor propio, ante todo, se trata de
reconocer la necesidad de ocuparse de nuestras propias necesidades, no de
nuestros deseos, y de trabajar para mejorarnos a nosotros mismos en lugar de
sacrificar nuestras necesidades para priorizar la felicidad de los demás. “El
proceso de madurez y auto realización implica asumir qué me gusta, qué
necesito, qué me nutre, para luego decidir conscientemente en qué cedo o en qué
me defino honestamente con un si claro cuando es si y con un no gracias
relajado cuando es no. A veces la vida “nos regala” un cambio de rumbo
inesperado, una enfermedad, una ruptura personal o laboral. En todos esos casos
priorizarse es el camino”, agrega.
Y es que si le damos constantemente nuestro tiempo
y energía a los demás sin hacerlo por nosotros mismos, y sin tener si quiera la
intención, corremos el riesgo de poner en peligro nuestra salud física, mental
y emocional.
“Vivimos en un mundo muy desgastante entre las proyecciones del ego,
personajes, máscaras..., y nuestro ser más auténtico y esencial; pero lo malo
es que este juego hace que no seamos protagonistas de nuestra propia vida,
generando una auténtica disociación. Cuando el encuentro interior se va
relegando nos desconectamos de nosotros mismos y nos enajenamos. A parte de la
infelicidad e insatisfacción que produce muchos casos de fatiga crónica y
enfermedades psicosomáticas se deben no priorizarse como es necesario”, explica
la experta.
Hemos de hacer espacio para parar e indagar
conscientemente y llegar a saber qué quiero
Como dice Jeffrey Borenstein, presidente de la
Brain and Behavior Research Foundation (BBRF)
“El amor propio es apreciarse uno mismo, y crece con acciones que apoyan
nuestro crecimiento físico, psicológico y espiritual. Significa tener una gran
consideración por tu propio bienestar y felicidad. El amor propio significa
cuidar de tus propias necesidades y no sacrificar tu bienestar por complacer a
los demás”.
“Una persona que ha aprendido a conocerse, a
aceptarse y a quererse completo se cuida, se respeta y aprende a expresar lo
que quiere y lo que necesita con amabilidad y firmeza. No necesita pasar por
encima de ella misma y poner a los demás por delante”, dice Techu Arranz.
Pasar tiempo a solas juega un papel clave en
nuestra salud mental. Permite la exploración personal, puede fomentar la
creatividad y puede ayudarnos a recargar nuestros tanques de energía cuando
pasamos tiempo con los demás. Si no te centras en ti un tiempo, valora la
posibilidad de que algo no funciona del todo bien.
“La autoestima y el amor propio se consolidan tras
un proceso vital personal e intransferible en el que cada uno va conectando con
su propia esencia y forma personal de tal manera que consiga descubrirse y
desarrollar sus talentos y expresión propia. Es parte del proceso natural de
propia madurez”.
Disfrutar de eventos, reuniones con amigos y
vínculos sociales es maravilloso. Sin embargo, invertir demasiado en
actividades sociales puede hacer que nos sintamos agotados. A veces incluso
podemos boicotearnos al decir que sí a algo cuando en realidad queremos decir
no. “El amor es la fuerza más poderosa y muchas veces se ha puesto al servicio
de los demás en detrimento de uno mismo. Es posible amar a otros y amarse al
mismo tiempo, pero hemos de encontrar ese equilibrio, dice la psicóloga.
En relación con el punto anterior, decir sí a ese
favor a un compañero, una quedada con aquellos conocidos, es decir, todo son
huecos en tu agenda para todo el mundo, y la tienes a reventar. Incluso, estás
de vacaciones y no puedes dejar de contestar mails, watsaps y llamadas.., de
hecho, existen revisiones científicas tal y como se explica en la American
Psycologial Assosiation (APA) donde analizan que,
cuando te sientes demasiado preocupada por complacer a los demás por mantener
las relaciones, ya sea laborales como personales en vez de ocuparte de ti
misma, debes revisarlo seriamente.
Priorizar nuestra realización personal no es
síntoma de egoísmo
CRISTIAN CASANELLES
Es normal sentirte egoísta cuando quieres lograr un
objetivo. Un trabajo nuevo que requiere durante un tiempo de toda tu atención,
estudiar una oposición, exámenes varios etc..., en este caso sí o sí la
prioridad eres tú, porque cuando abogas por sus necesidades emocionales, te
estás empoderando a ti misma”.
“El mejor legado y regalo que puedes hacerle al
mundo es mirar hacia dentro y descubrir qué sientes, quieres y necesitas
realmente. Priorizar siempre a los que nos rodean nos priva y les priva de lo
más genuino, enraizado y esencial de cada cual. Cuando tú no eres tú, y te
pierdes: todos pierden”, comenta Techu Arranz.
Al igual que cuando te fijas un objetivo,
celebrarlo también es una forma de tomarte un momento importante para ti y
compartirlo con los demás. Se trata de otro momento lógico de practicar el
"egoísmo", pues aumenta tu confianza y tus conexiones con los demás.
En los momentos duros de la vida es cuando más
egoísta hay que ser. Puede parecer alejarse de nuestras responsabilidades, pero
es un momento introspectivo, de apoyarse en los demás, pedir ayuda y comunicar
tus necesidades. Al final, si no estás en ti, difícilmente puedes estar para
los demás. “Cuando no estás en ti, no estás disponible para amar ni a estar
realmente presente”, concluye.
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