Ya hace varias décadas que en el ambiente conspiranoico se denuncian multitud de cuestiones relacionadas con elementos y sustancias venenosas para el ser humano. Se trata de venenos que están presentes en el aire que respiramos y la comida que consumimos. Desde el flúor de nuestras pastas de dientes y el cloro añadido al agua, a los pesticidas de nuestras verduras, pasando por el aluminio de las vacunas y las extrañas frecuencias que emiten ciertas antenas.
La lista de estos venenos que conviven con todos
nosotros parece haber sido ideada por el propio Satán, pero con que la mayoría
de la población confían ciegamente en sus gobiernos y canales de televisión, ni
se les pasa por la imaginación el hecho de que sus gobiernos les envenenen
aposta. Es la misma mayoría de población que aún sigue creyendo que el 11 de
septiembre del 2001, unos terroristas musulmanes que vivían en una cueva
de Afganistán, fueron los culpables de realizar toda aquel desalmado
ataque de falsa bandera.
En este blog siempre hemos proclamado que
investigar los atentados del 11S es una excelente forma de empezar a saber que
nuestros gobernantes son unos desalmados aficionados a la manipulación y las
grandes mentiras. Pero según parece la mayoría de la población en lugar de
investigar, sigue haciendo confianza ciega a todo lo que sus gobernantes les
dictan. Un buen ejemplo de ello ha sido la moda de usar el puto tapabocas.
Los científicos y académicos de todo el mundo
tendrían que ser la punta de lanza con la que empezar a informar a la población
que estamos rodeados de todo tipo de venenos y sustancias tóxicas que tendrían
que hacernos sospechar que algo se está tramando. Pero la mayoría de la
comunidad científica y académica prefiere investigar otras cuestiones. Hay muy
pocos científicos y académicos que hayan dedicado su tiempo a investigar e
informar de lo que ocurre con este tema. Los pocos que han levantado las
alarmas han ido a parar al otro barrio de formas muy sospechosas.
Uno de los académicos con conciencia que
milagrosamente sigue vivo es el doctor Klinghardt. El doctor Dietrich
Klinghardt es muy popular por practicar la medicina integral y con sus
tratamientos haber curado numerosas enfermedades neurológicas. Nació en Berlín
y hace más de 35 años que practica la medicina integral. Tuvo el honor de
formar parte del grupo de científicos que lograron que la medicina integral
fuera un derecho constitucional para todos los ciudadanos de Suiza. Esto
incluye el uso legal de la homeopatía, la acupuntura, neuroterapia y demás
técnicas de curación práctica, convirtiendo a Suiza en el único país del mundo
donde la medicina alternativa es un derecho de nacimiento para todos los
suizos.
El Dr. Dietrich Klinghardt es muy conocido por
su éxito en el tratamiento de enfermedades neurológicas y enfermedad de Lyme
gracias a la medicina integral. Originario de Berlín, Alemania, Klinghardt ha
practicado la medicina en los Estados Unidos por más de 35 años. También
atiende pacientes en Inglaterra y Suiza. En la lista de los pacientes que este
doctor alemán ha tratado con rotundo éxito abarca todo tipo de personas, entre
las cuales se encuentran grandes dirigentes y empresarios de USA, Inglaterra y
Suiza. Puede ser esta la razón por la que Dietrich Klinghardt no ha muerto por
contar ciertas cuestiones médicas.
El propio doctor alemán Dietrich Klinghardt
reconoce que ha tardado 20 años en descubrir la razón por la que los seres
humanos estamos siendo envenenados de diferentes formas. El hecho de que este
doctor no pueda encontrarse en la Wiki nos demuestra que sus publicaciones y
conferencias no conviene que sean conocidas por el gran público. Todos los
autores, investigadores y académicos que no están en la Wiki son dignos de
tener en cuenta y merecen una atención especial.
Klinghardt siempre ha admirado al gran filósofo
austriaco Rudolf Steiner que fue el fundador de la medicina antroposofía, la
agricultura biodinámica y la educación Waldorf. En diferentes entrevistas y
conferencias, el doctor alemán recuerda que Rudolf Steiner a principios del
siglo XX predijo que antes de que dicho siglo finalizara la humanidad seria víctima
de un malvado movimiento impulsado por las grandes corporaciones con el fin de
poder quitar el alma a la población mundial.
Según Steiner, el propósito de este movimiento
"roba almas" consistía en poder desconectar a los seres humanos del
mundo superior mediante la destrucción del órgano humano encargado de conectar
el mundo inferior con el mundo superior: la glándula pineal.
La glándula pineal es nuestro órgano receptor de
todos los campos superiores de energía que se relacionan con el control de
nuestro pensamiento y sistema inmunológico y endocrino.
El doctor alemán Dietrich Klinghardt en
sus estudios demuestra que la glándula pineal es la parte más sensible de todo
nuestro sistema nervioso central. Tras una exhaustiva investigación por espacio
de 20 años, el doctor alemán afirma de forma rotunda que la glándula pineal del
ser humano es extremadamente sensible a 4 elementos:
Aluminio
Glifosato
Flúor
Wi-Fi
Estos 4 elementos a simple vista no están
relacionados entre sí. Pero las investigaciones del doctor alemán nos
demuestran que estos 4 elementos forman parte de un perverso plan que arrancó
hace décadas.
Veamos cada uno de estos 4 elementos y de qué forma
trabajan en conjunto.
El aluminio se ha estado introduciendo en el
interior de nuestros cuerpos mediante las vacunas y en la actualidad lo
encontramos en el ser humano,140 veces más que la siguiente sustancia tóxica
que circula por nuestros cuerpos. La relación que tiene el aluminio con el
Alzheimer es conocida pero completamente ignorada.
Pero llegados a este punto el doctor alemán se
plantea una interesante cuestión: ¿De dónde viene el aluminio que se encuentra
en el interior del cuerpo de las personas que no se han vacunado?
La respuesta a esta pregunta la responde el
propio doctor: Los Chemtrails
En sus apasionantes conferencias Dietrich
Klinghardt muestra con pruebas científicas al auditorio como las estelas
blancas de ciertos aviones no son el gas de los motores a reacción que se
evapora en menos de 10 segundos. Hay ciertas estelas que no se evaporan, sino
que permanecen y se expanden formando unas extrañas nubes que de naturales no
tienen nada.
Con el fin de conocer si es cierto que nos
fumigan desde el cielo, se han realizado numerosos análisis del agua de lluvia
proveniente de estas extrañas nubes con resultados escalofriantes. Los valores
de la presencia de aluminio son 2000 veces superiores a los valores
considerados como seguros y saludables.
Uno de los otros elementos es el glifosato cuyo
uso tan extendido esta entre los grandes agricultores de las verduras y frutas
que consumimos todos nosotros. Los peligros contra la salud del glifosato y sus
derivados hace décadas que son evidentes y no paran de traer polémica como
ocurre con el caso del ROUNDUP, de la no menos polémica Monsanto.
Cuando inhalamos aluminio al respirar y nos
alimentamos con comida que contiene glifosato, ambos elementos se concentran y
combinan en nuestra sangre. El compuesto resultante de dicha combinación tiene
un lugar de destino dentro de nuestroacorriente sanguíneo que no es otro que la
glándula pineal.
Pero para que este compuesto pueda penetrar en
el cerebro e ingresar en la glándula pineal es imprescindible que la barrera
hematoencefálica se abra. De lo contrario es imposible acceder al interior de
nuestros cerebros y el compuesto quedaría estancado en nuestros cuellos. La
barrera hematoencefálica siempre esta activada y su función justamente consiste
en evitar que nuestro cerebro sea "invadido" vía sanguínea por
cualquier toxina.
Pues bien, el doctor alemán afirma que las
frecuencias Wi-Fi que utilizamos en nuestras comunicaciones son las encargadas
de realizar la apertura de la barrera hematoencefálica. El doctor Klinghardt
comenta que es muy sospechoso que de todas las posibles frecuencias con las que
podemos comunicarnos, se haya seleccionado a nivel mundial el espectro de
frecuencias más perjudicial y peligroso para la humanidad, el 2,4 GHz.
De las frecuencias WiFi en los medios de
información no convencionales se han escrito ríos de tinta respecto a sus
peligros. Y es que todo lo relacionado con las redes de internet huele a 666.
Todo está orquestado para que sean los propios ciudadanos los que deseen que la
red entre en el interior de sus casas y lugares de trabajo. La jugada es
maquiavélica ya que estos venenos para nuestra salud y bienestar se nos ofrecen
camuflados como uno de los mayores avances de la humanidad. Hasta se llega a
ofrecer de forma gratuita, como el mejor de los servicios.
El último de los 4 elementos denunciados por el
doctor alemán es el flúor que en los medios de comunicación convencionales se
nos presenta como si se tratara del elíxir de la eterna juventud.
En un estudio científico publicado en 2001 se
demostró que el consumo de flúor está asociado a la calcificación de la
glándula pineal, que a su vez se asociada a toda una serie de enfermedades y
problemas:
Mal de Parkinson
Esquizofrenia
Trastorno bipolar
Desequilibrios hormonales
Enfermedad de Alzheimer
Insomnio y trastornos del sueño
Disregulación cardiaca
Fuertes dolores lumbares
El protocolo para fluorizar el agua que
consumimos tiene una íntima relación con querer crear lo que el doctor alemán
Dietrich Klinghardt denomina "La tormenta perfecta" que un grupo de
personas muy inteligentes, poderosas y malvadas han orquestado desde la sombra.
Da la "casualidad" de que estos 4
elementos (Aluminio, glifosato, flúor y Wi-Fi) se han estado introduciendo en
todos los países desarrollados de nuestro planeta. Tras varias décadas los
efectos son evidentes y todas nuestras glándulas pineales de los humanos de la
actualidad están severamente calcificadas.
Desde hace años el doctor alemán reside en el
estado de Washington y se ha especializado en la llamada "medicina
integrativa" fundando una academia. El destino lo ha hecho vivir a escasos
metros de la residencia de Bill Gates y como todo buen vecino es conocedor de
ciertos asuntos muy intrigantes y sospechosos de la familia del magnate de la
informática.
Dietrich Klinghardt afirma rotundamente que
ninguno de los hijos de Bill y Melinda están vacunados. La propia ama de llaves
de la familia Gates afirma que la razón de no estar vacunados es muy simple:
"sus padres no quieren que sus hijos tengan
problemas de salud y perdida de inteligencia".
Dietrich Klinghardt cuenta como el propio padre
de Bill Gates fue el fundador de "Eugenics" cuya principal actividad
se centra en limitar y reducir la población mundial. Por otra parte, afirma que
Bill Gates nunca invento absolutamente nada, tan solo se dedicó a comprar
inventos y desarrollos de otras personas, gracias al respaldo económico que la
fortuna de su padre le daba. Durante los últimos 20 años, Bill Gates ha ido
socorriendo de forma económica a la OMS, que cada dos por tres estaba en
quiebra. Con el paso de los años el magnate se ha convertido en el verdadero
único líder de la OMS.
En diversas ocasiones el propio Bill Gates ha
declarado que las vacunas son una excelente forma de controlar a la población
mundial. En África tenemos un evidente ejemplo de que las vacunas promocionadas
por Bill Gates están íntimamente relacionadas con los problemas de fecundidad
que todas las mujeres africanas sufren desde que fueron vacunadas.
La ONU y la OMS no paran de anunciar que el
mundo actual esta sobrepoblado y es preciso actuar de inmediato. Pero todas las
voces que se alarman de tanta sobrepoblación no concuerdan con los últimos
estudios científicos. El doctor alemán proclama que los diversos estudios
universitarios nos demuestran que, aplicando una buena agricultura y ganadería,
natural y orgánica, el Planeta Tierra tiene espacio para albergar a 32 mil
millones de personas. Está claro que estos recientes estudios universitarios no
cuadran con el exceso de población que la ONU y la OMS proclaman.
Muchos de los avances tecnológicos que nos
venden esconden ciertos aspectos que nunca son mencionados ni en la letra
pequeña de los prospectos que acompañan a cada producto. Por tanto, la mayoría
de la población los consume sin temor alguno. Pero cuando investigamos y vamos
encajando las piezas en su lugar correcto, todas las alarmas se disparan.
A pesar de tanta alarma sonando seguimos
utilizando el WiFi y lavándonos los dientes con flúor. La vida de nuestros
hijos está en peligro, pero nosotros seguimos con la boca cerrada y mirando
para otro lado, como si nada pasara.
Nos hemos dejado tapar la boca
Nos hemos dejado engañar
Vivir para ver.
Johnny McClue 2022
No hay comentarios:
Publicar un comentario