MARZO 23, 2022
En la porción Sheminí, después de dar las leyes de comida kósher que explican que algunos alimentos tienen la capacidad espiritual de hundirnos o de elevarnos, el Creador luego pregunta por qué es importante esta indicación que Él, “la Luz del Creador que los elevó de Egipto”, les da. Hay muchas palabras diferentes en la Torá para referirse a la salida de Egipto; sin embargo, la palabra usada aquí significa específicamente “elevó”. Entonces, ¿Por qué la Torá en la porción Sheminí usa específicamente la palabra que significa “Yo los elevé” y qué debemos recibir de ese secreto en este Shabat?
"Cada uno de
nosotros tiene al menos cinco niveles del alma."
Para entender esto, los kabbalistas comienzan
citando un versículo de Eclesiastés, del Rey Shlomó. Dice: “¿Quién sabe que el
alma del hombre asciende hacia arriba y el alma del animal desciende hacia
abajo…?” precisa que hay dos conjuntos de existencia en este mundo. No se
refiere literalmente a los humanos y a los animales, sino más bien al alma de
cada individuo; hay momentos en los que el individuo se eleva y el alma puede
ascender, y hay momentos en los que el animal, o alma básica, hunden al
individuo.
Esto se basa en un concepto del que habla
ampliamente el Arí, Rav Yitsjak Luria, un concepto que dice que cada uno de
nosotros tiene al menos cinco niveles del alma. El nivel más bajo se
llama Néfesh HaBehemit, el alma animal. Y las decisiones que
tomamos a diario con respecto a ser egoístas o generosos, perseguir nuestros
deseos más básicos o los deseos de nuestra alma, determinan si seremos hundidos
o elevados. El Rey Shlomó dice que son decisiones a las que no les prestamos
atención suficiente porque estas muy a menudo permiten que descendamos a Néfesh,
la parte básica de nuestro ser.
"Tenemos la
opción de permitir que nuestra alma ascienda."
Los kabbalistas dicen que hay un constante
debate entre la parte de nuestra alma que quiere elevarse y la parte que
intenta hundirnos. Ya sea que estemos conscientes de ello o no, esta batalla
ocurre dentro de nosotros todo el tiempo, y el ganador de la batalla es
determinado por nuestras decisiones. Y Shabat Sheminí consiste en la batalla
entre esas dos partes. En Shabat Sheminí podemos pedir la fuerza para ganar esa
batalla; no obstante, para ganarla tenemos que comenzar a entender que esta
batalla existe. Una vez que estemos conscientes de ello, sabemos que cualquier
acción que realizamos o decisión que tomamos motivados por el Deseo de Recibir
para Sí Mismo, desde nuestro lugar más básico, fortalece la parte de nosotros
llamada Néfesh HaBehemit y nos hunde.
Por lo tanto, la próxima vez que tengamos la
oportunidad de tomar una decisión, podemos detenernos y preguntarnos qué
ocurrirá si elegimos el lado egoísta, porque ahora sabemos que no es
simplemente que quizá no estemos haciendo el trabajo espiritual o lo correcto.
Si elegimos actuar motivados por nuestra alma animal, en realidad estamos
poniendo un peso sobre nosotros que nos hunde aún más, evita que ascienda
nuestro aspecto angelical, la parte elevada de nosotros. Así pues, ahora,
cuando nos sintamos hundidos sabemos cuál es la razón: nuestra alma, a través
de nuestras propias decisiones, le puso peso a Néfesh HaBehemit.
Pero tenemos la opción de permitir que nuestra alma ascienda. Y en Shabat
Sheminí podemos pedir la ayuda para tener la fuerza de siempre tomar decisiones
basadas en nuestra alma elevada, en la parte de nosotros que nos permite
ascender.
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