El ciclo trae encuentros amorosos efímeros y una actitud egoísta e indiferente. Tiempo de inicios y energías fuertes.
Esta Luna nueva se
produce en el grado 11º 30’ de Aries, el 1 de abril de
2022 a las 3.24 de Argentina; 0:24 de México, Perú, Colombia y Ecuador; y en
España serán las 07:24.
El poder de la Luna
Desde la más remota
antigüedad la actividad humana se ha sometido al influjo de la Luna.
Sería absurdo negar la influencia que ella ejerce sobre la Tierra,
desde numerosos fenómenos de la naturaleza como las mareas, los cambios meteorológicos, el ciclo femenino e, incluso, el comportamiento de muchos animales están estrechamente relacionados con su poder.El ser humano conoció
desde antaño la influencia de la Luna y, por ello, en todas las épocas el calendario
lunar fue de vital importancia porque, si bien el hombre no puede evitar
tales ciclos, sí puede beneficiarse de ellos aprovechando sus
influencias para diversos trabajos y actividades.
Debido a nuestra actual
forma de vida, esperar el momento oportuno para cada cosa es prácticamente
imposible, pero en muchas oportunidades podemos comprobar y experimentar por
nosotros mismos la veracidad de esta antigua sabiduría.
En el libro de L.
Moeller, "El influjo de la Luna sobre las personas", encontramos
la siguiente frase: "la lunación crea en el hombre diversos estados
anímicos. El hecho es realmente curioso, pero resulta fácil encontrarlo en
la vida de cada uno de nosotros”.
Cómo nos impacta la
Luna nueva
La Luna nueva
corresponde al comienzo del ciclo. Nuestro satélite se encuentra en
conjunción con el Sol y no queda iluminada ninguna parte visible para
nosotros.
En estos días, los
encuentros amorosos suelen ser efímeros y los encuentros sociales
parecen despertar en grado sumo la vanidad de los participantes. En la fase de
Luna nueva cada uno procura beneficios para sí mismo sin preocuparse de
los deseos del otro ni de la realidad de la situación.
Sin embargo, es
la mejor fase lunar para iniciar nuevos proyectos, para comenzar cualquier
tipo de cura depurativa o aplicar un tratamiento a una planta enferma; también
es la indicada para arar, podar, efectuar injertos o eliminar las hierbas parásitas.
Es el momento ideal para la meditación y la introspección.
Bajo el signo de Aries
El signo de
Aries está
gobernado por Marte, el Dios de la guerra en la Mitología Griega. Y tiene
analogía con todo lo que este dios del Olimpo simboliza: la guerra, las armas,
la velocidad, el fuego, la virilidad y el impulso.
El liderazgo, el
impulso, el coraje, el mando, la ambición, el deseo de conquista son algunas de
las características de los nativos de este signo.
No es de extrañar que
entre sus representantes haya deportistas, amantes de la
velocidad, del riesgo y de las artes marciales, así como a médicos, cirujanos,
herreros y militares.
Marte gobierna la
cabeza. Por eso, difícilmente los
arianos escapen de lesiones en la cabeza o en la cara, donde casi siempre
llevan una marca particular de esta energía.
Todo lo que afecte esas
partes del organismo resultará más dañino en esos días y en cambio; en cambio,
todo lo que se haga para el bienestar de esos órganos, tendrá el doble de
efecto y será sumamente beneficioso, con excepción de las operaciones
quirúrgicas.
Luna, Marte y Saturno:
impacto sobre cada signo
Esta lunación se
presenta con aspectos disonantes.
Marte, el planeta que rige a Aries, se encuentra en Acuario y está punto de
perfeccionar la conjunción con Saturno.
De acuerdo con Abraham
Zacuto, si esta conjunción se produce en signos húmedos (como en este caso, ya
que Acuario es caliente y húmedo por ser de Aire), unos días antes y después
del aspecto exacto se produce un cambio dañino en el aire y anuncia
granizo, lluvias y truenos. Además, los signos de Aire
también significan vientos.
Más allá del clima, la conjunción
de Marte con Saturno se asocia con una energía que puede
llegar a ser perniciosa o destructiva, que puede estar asociada con miedos,
con la sensación de represión y puede provocar accidentes o golpes como
resultado de caídas.
La sensación es
de pesimismo, a veces de resistencia y lo que es seguro en
obstinación y terquedad. Es una época nada favorable, especialmente
para aquellos que tengan puntos sensibles en los primeros grados del tercer
decanato de los signos Fijos: Acuario, Leo, Escorpio y Tauro.
Si tienen litigios
entre manos, obren con prudencia, de igual forma en la calle y
conduciendo.
Para los otros signos
de Aire -Libra y Géminis- y en menor medida para Aries y Sagitario, será un tiempo donde se podrá orientar el poder de la
voluntad. Esa conjunción puede brindarles gran capacidad de resistencia, mayor
caudal de energía y capacidad de superación: logros que se
consiguen con sudor y esfuerzo.
Los demás signos no
reciben aspectos mayores de
la conjunción de Marte con Saturno desde Acuario.
El influjo de Júpiter y
Neptuno en Piscis
La otra conjunción
importante en esta lunación es la de Júpiter y Neptuno en el grado 23
del signo de Piscis. Esa conjunción tiene muy buena prensa en el medio
astrológico ya que se asocia con momentos ideales de paz, de mística, de
espiritualidad de humanitarismo. En este aspecto existe una meta de proyección
universal carente de todo interés.
Sin embargo, en cartas
mundiales también está asociada a peligro inflacionario ya que
Neptuno es engañoso y Júpiter lo hace crecer desmedidamente, sobre todo en
Piscis -un signo mutable y de Agua- puesto que la firmeza y la claridad no
es lo suyo y la tendencia es cambiante.
Esta conjunción se
relaciona también con iniciativas de paz, acuerdos y armisticios, por lo que rogamos por la paz en Ucrania.
Neptuno tiene analogía con todo aquello que tiene que ver con
lo trascendente, lo ideal, simbólico e imaginativo, lo intangible, lo
intuitivo, pero también con la ilusión, el engaño, al escapismo, la psicosis y
las distorsiones.
Esa conjunción
hace buenos aspectos al tercer decanato de los signos
de Agua -Piscis, Escorpio y Cáncer- y a los de Tierra -Capricornio y Tauro-, pero en menor medida.
Podemos esperar
especialmente para los que tengan puntos sensibles allí un gran aumento
de la intuición y sensibilidad, una rica expresión sentimental o emocional,
una activación de la imaginación, creatividad, intuición, conexión con el arte,
la música o interés en temas metafísicos o religiosos y capacidad de dar
afecto a quienes lo necesitan.
En cambio, para el
último decanato de los signos mutables -Géminis, Sagitario y Virgo- existe mucha inestabilidad. Será un tiempo en el que
pueden verse fácilmente influenciados por ideas de los demás y
puede haber decepciones, ya que existe un contraste muy marcado
entre el ideal soñado y la realidad.
También las pérdidas y
los enfrentamientos políticos son posibles durante este
período.
Plutón, el último
planeta lento
Putón, que continúa transitando el signo de Capricornio,
es el último de los planetas lentos y aún continúa trabajando en este signo.
Capricornio es un signo
cardinal y, por lo tanto, activo, ambicioso, racional, exigente e
introvertido.
El último decanato está
viviendo un proceso de profundas trasformaciones. El paso de Plutón
en conjunción al Sol puede asociarse a una intensa o difícil
experiencia interna que se expresará como un cambio
fundamental cuyas consecuencias durarán mucho tiempo, tanto para sí como
para los demás.
Para los nacidos en el
tercer decanato de los signos Cardinales -Aries, Libra y Cáncer- aunque
existe la misma necesidad de cambio. Como se trata de un
aspecto inarmónico, se presentan más esfuerzos y desafíos. Las
cosas no se producen tan naturalmente y habrá que superar obstáculos
empleando la voluntad y la creatividad.
Tauro y Virgo, especialmente los nacidos en el
tercer decanato, reciben esa influencia de manera más armónica. Sin embargo, a
menos que esté acompañado de otra influencia, este aspecto no se percibe de
manera notoria.
Lo mismo sucede
con Piscis y Escorpio, quienes reciben
esta energía transformadora de manera suavemente favorable.
Sagitario, Géminis,
Acuario y Leo no reciben esta energía en forma directa.
El rol de
Urano
Urano continúa su periplo por el segundo decanato del signo
de Tauro, revolucionando y cambiando la vida de los signos
Fijos: Tauro, Escorpio, Acuario y Leo.
Estos signos
corresponden al tiempo de estabilidad en las estaciones, cuando los cambios ya
se han aquietado y el clima es constante. Por esa razón, en general, a estos
nativos les cuestan mucho los cambios.
La energía
uraniana los desequilibra porque, además de tener una influencia
tensional, inclina a la inestabilidad que no es propia de los signos
Fijos.
Es que Urano se relaciona
con todos los cambios, especialmente con aquellos rápidos e impensados y, por
lo tanto, también con la imprevisibilidad, con la insubordinación, con lo no
convencional, lo radical y rebelde y con la búsqueda de libertad.
Urano es un gran
“despertador” y se asocia también sorpresas repentinas, relámpagos de
intuición, con la inesperada quiebra de estructuras; es un gran acelerador de
acontecimientos y pensamientos.
Su influencia puede dar
brillo intelectual,
innovación cultural y tecnológica, y creatividad, porque está también asociado
con la inventiva y la originalidad.
Tiene que ver con
aquello que es diferente, errático, su conducta es brusca,
nerviosa, espasmódica o también compulsiva. Cuando toca un área de la Carta
Natal, se acrecientan las
ideas de independencia, de libertad, es el planeta de las ideas
nuevas, las nuevas costumbres y modos de vivir.
Los signos de Tierra -Capricornio y Virgo-
y, en menor medida, Cáncer y Piscis, reciben
esta energía de forma armónica y pueden vivir interesantes
cambios a nivel social y de relaciones.
Las oportunidades suelen
aparecer de forma inusual y producir cambios trascendentes para la evolución
personal, formarse amistades o tener algún contacto con grupos de personas o
con alguna organización.
Por Patricia
Kesselman
No hay comentarios:
Publicar un comentario