La porción Tsav comienza con el versículo: “El Eterno habló a Moshé para decir: ‘Ordena a Aharón y sus hijos diciendo: Esta es la ley de la ofrenda quemada…’”. En apariencia, toda esta sección solo trata leyes muy técnicas sobre el proceso para realizar un sacrificio. Sin embargo, sabemos que cada sección de la Torá tiene una lección para enseñarnos sobre nuestro trabajo espiritual. Y, a menudo, mientras más difícil de encontrar sea la lección, más profunda es.
Personalmente, siempre es muy emocionante para mí, después de profundizar en un versículo y leer de las enseñanzas de grandes kabbalistas, ver de repente todo un nuevo y hermoso entendimiento en una sección determinada."Cada sección de la Torá tiene una
lección”.
Una de esas enseñanzas viene de Rav Avraham
Yehoshúa Heshel de Apta, que explica este versículo en su libro Ohev
Yisrael. Rav Heshel nos dice que si bien olá es la palabra
usada para “ofrenda quemada”, su significado literal es: “ascender”. Por lo
tanto, explica que este versículo y sección en realidad nos enseñan a ser
una olá, es decir, nos muestra cómo elevarnos y qué hacer para que
nuestra alma ascienda y se conecte con la Luz del Creador.
¿Cómo hacemos esto? Rav Heshel explica que la
mejor manera de alcanzar este nivel de elevación es ver nuestra propia raíz y
fuente espiritual. Escribe en su libro: “Tus ojos deben mirar por delante de
ti”, lo cual significa que siempre debemos recordar nuestra fuente. La palabra
hebrea usada para la frase “por delante de ti” es nojaj, la cual es
un acrónimo en hebreo para nishmat col jai: “el alma de
todo lo que vive”, para referirse a la fuente del alma de una persona. Además,
la palabra nojaj es numéricamente equivalente a la
palabra mazalá, y los kabbalistas explican que dicha palabra es la
fuente espiritual que todos tenemos. Para explicar un poco mejor qué es mazalá,
los sabios escriben que a menudo, cuando nos asustamos sin razón aparente,
quizá es debido a que sentimos las cosas negativas que ocurren a nuestro
alrededor y que, aunque nuestros ojos físicos no las vean, nuestra mazalá sí.
"Toda persona tiene una fuente celestial
con la que está conectada siempre”.
Toda persona tiene una fuente celestial con la
que está conectada siempre. Y es a través de dicha fuente, o mazalá,
que recibimos nuestra Luz espiritual. Es hermoso e importante saber que la
conexión con nuestra mazalá personal es constante; ya sea que
realicemos acciones positivas o negativas, nunca se rompe dicha conexión. Así
pues, entender que siempre tenemos nuestra propia mazalá, o
conexión con nuestra fuente, debería ayudarnos a elevarnos a nivel espiritual.
¿Por qué? Porque reconocer y recordar que siempre estamos conectados con los
Mundos Celestiales y con la Luz del Creador puede ayudar a abstenernos de
realizar acciones negativas. Si una persona está consciente de su mazalá,
se eleva cada vez más alto hasta estar completamente unido al Creador.
Asimismo, el Ohev Yisrael nos
dice que en la primera frase de la porción Tsav dice: “Esta es la ley de la
ofrenda quemada”, la palabra hebrea para “esta” es zot, y se
refiere a mazalá. A través de esto, nos damos cuenta de que la
belleza y la sabiduría que este versículo comparte con nosotros es que la ley
para volvernos olá, espiritualmente elevados, consiste en entender
que tenemos una conexión constante con los Mundos Celestiales y la Luz del
Creador. Esta es una lección importante que debemos recordar, no solo durante
Shabat Tsav, sino siempre.
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