Aprendemos que quienes reencarnan bajo el signo de Piscis vienen a este mundo a terminar su trabajo final. Un alma como esa ha recorrido muchas vidas y los piscianos están en esta tierra para completar su limpieza y purificación. En este mes de Piscis 2, nos encontramos al final del Zodíaco y con él aparece nuestro residuo espiritual y los aspectos internos que necesitan purificación. No solo los piscianos reciben este mes la oportunidad de atar cabos sueltos y ser purificados, todos recibiremos esta energía. Afortunadamente, el Creador siempre nos vigila y nos ofrece el amor y la ayuda que necesitamos. Esta semana, al leer la última porción de la Torá que se lee en el mes de Piscis, recibimos el regalo de la limpieza y la
purificación espirituales. Somos sumergidos en las aguas piscianas y somos restaurados nuevamente, de ese modo, se nos concede también la renovación de nuestro espíritu y el corazón más puro para el tiempo venidero."Todos
recibiremos esta energía."
Nuestra porción esta semana es Sheminí, y la leemos esta
semana en el llamado Shabat Pará. Shabat Pará es el Shabat de la
limpieza que siempre está antes del inicio del nuevo año astrológico y del mes
de Aries. El Creador siempre nos provee el antídoto antes de que el caos nos
afecte, y esta semana recibimos la restauración que necesitamos para comenzar
el año nuevo con un buen pie. Sheminí describe la purificación de los
israelitas, que era guiada por los sacerdotes, Aharón y sus hijos. Sheminí nos
lleva justo al momento después de la ordenación de los sacerdotes y del inicio
de su trabajo de sanación. Desafortunadamente, dos de los hijos de Aharón
murieron en ese proceso. La purificación y los sacrificios necesitaban un
comportamiento muy específico y se relacionaban directamente con el Creador; la
energía estaba más allá de lo comprensible. Al igual que lidiar directamente
con el sol, la energía tenía el potencial de provocar un desastre como ocurrió
con los hijos de Aharón. Pero Aharón entendió inmediatamente que su gran
pérdida era una limpieza y el equilibrio de su propio karma. Aharón conocía el
papel fundamental que él tuvo en la creación del becerro de oro, el ídolo
sustituto de Moshé. Él sabía que había minimizado su única protección y Luz al
crear este reemplazo de Moshé y el Creador. Sabía que sus hijos le fueron
arrebatados a causa de su error. Su gran pérdida era una limpieza necesaria y
el equilibrio de la energía kármica que formaba parte del proceso único de
Aharón. Además de ese equilibrio kármico de energía, tenemos Shabat
Pará. Shabat Pará significa Shabat de la vaca roja. El Midrash nos dice que
la vaca roja era la madre del becerro de oro. ¿Cómo es posible que un animal de
sacrificio sagrado haya dado nacimiento a un ídolo de oro? Esto claramente nos
muestra que hay una conexión metafísica entre el becerro de oro y la
purificación que proporcionaba la vaca roja. En esta porción adicional de
Shabat Pará, que se lee esta semana junto a Sheminí, leemos sobre el sacrificio
de la vaca roja. Milagrosamente, a través del sacrificio de la vaca roja se
elimina y limpia toda la caída de los israelitas con el becerro de oro. La
historia de Aharón y Shabat Pará nos dan una de las oportunidades más grandes
para la limpieza espiritual, así como un ajuste de la deuda kármica para todo
el año. Estos regalos vienen para purificarnos de cualquier error que hayamos
cometido, lo cual nos renueva y nos prepara para las bendiciones por venir.
"Estos regalos
vienen para purificarnos de cualquier error que hayamos cometido."
En la vida a veces nos preguntamos: “¿Por qué me pasa esto a
mí?”. La vida puede estar llena de desafíos y dificultades. Muchas veces las
cosas no resultan como queremos y los bloqueos abundan en nuestro camino. A
veces incluso, Dios no lo quiera, podríamos pasar por increíble dolor y pérdida
como Aharón. En esos momentos, si estamos abiertos, podemos recordar que el
universo está basado en compasión y amor. El Creador siempre nos envía el
camino más misericordioso para que podamos continuar con la evolución de
nuestra alma. Primero nos envían una piedrita, luego una piedra y después un
ladrillo. Las dificultades se presentan para abrirnos los ojos y evaluar en
cuáles aspectos nos hemos desviado del camino. Los desafíos aparecen en nuestra
vida ya sea para limpiarnos, ayudarnos a aprender una lección o para abrir
nuestro corazón un poco más. ¿Acaso no aprendemos empatía en nuestros momentos
tristes? ¿Acaso no tendemos a mirar hacia arriba y pedir ayuda en momentos de
preocupación y miedo? ¿En nuestro dolor no se esclarece el dolor de los demás?
Sin importar los desafíos que enfrentemos, estos se presentan solo por nuestro
bien y crecimiento. En estos últimos días de Piscis aceptamos los desafíos que
enfrentamos sabiendo que nosotros somos quienes se benefician de la limpieza
que nos traen. Shabat Pará, con la lectura de la porción Sheminí,
provee el valioso regalo de la limpieza misericordiosa de nuestra alma.
Esta semana en tus meditaciones, visualízate en la orilla del
mar. Imagina que estás parado frente a la hermosa agua clara que se extiende
más allá de lo que alcanzas a ver. El mar es cristalino y no tiene oleaje. El
sol brilla en un cielo sin nubes y el día es cálido. Entra lentamente en el
agua y sumérgete en su tibiez, permite que te rodee. Permite que el agua te
cubra, sumérgete por completo. Siente cómo el agua te limpia. Ahora eres libre
del pasado y tus errores. Estás purificado. Te sientes más ligero y sin
límites. No hay más obstáculos en tu camino. Visualiza tu vida llena solo de
bendiciones. Visualízate renovado gracias a tu conexión con tu propia alma y la
Luz del Creador. Lo que cubría tu corazón fue eliminado. Sientes tu corazón
abierto. Estás listo para dar amor a quien lo necesite y estás dispuesto a
recibir todo el amor que necesitas.
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