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24 de abril de 2020

LA VERDAD SOBRE EL TANTRA


El tantra es una tradición compleja, entretejida con las enseñanzas espirituales de la India y que retorna desde la antigüedad. El concepto popular de tantra en Occidente representa sólo una parte de un vasto sistema de conocimiento. En Occidente, ha sido asociado con prácticas sexuales especiales, con el culto a la Diosa, con el Kundalini y los chakras, con un enfoque afirmativo de la vida y el cuerpo hacia un camino espiritual, y con un temperamento artístico y dramático más que ascético y fuera de este mundo. A veces, también se le asocia con todo lo exótico, dramático o peligroso en las prácticas espirituales. A pesar de que existe cierta validez en esta percepción, ella no comprende todos los aspectos de la tradición tántrica; por lo tanto, no revela su verdadera esencia.

Podemos comparar el estado del tantra en Occidente con el del yoga, del cual es pariente. Al igual que en el tantra, en el yoga se enfatiza su dimensión física –esto es, la práctica de posturas o asanas- aun cuando éstas representan una pequeña parte del yoga clásico, cuya mayor preocupación es la meditación. Vivimos en una era materialista, donde las tradiciones espirituales son modificadas y reducidas al modelo físico. Aunque éste puede ser un modo útil de introducir estas enseñanzas en la cultura actual, y ciertamente enriquece nuestros sistemas de salud, no revela el verdadero pensamiento o la intención de estas enseñanzas.

El significado del término Tantra 
En el sentido más básico del sánscrito, el término tantra significa “libro”. Un gran número de libros o de temas pueden ser denominados tantras.  Más específicamente, tantra significa un libro práctico, que contiene información y técnicas, a pesar de que puede contener filosofía también. Tantra primariamente significa un compendio de varias fuentes de conocimiento espiritual y oculto, particularmente aquellas que datan de la edad medieval en la India. La primera vez que aparece el término tantra es 2.000 años atrás, y se vuelve importante en las enseñanzas de los últimos 1.500 años. No sólo hay tantra hindú, también hay tantra budista y jainaista. No sólo hay enseñanzas tántricas para la liberación, sino también para alcanzar objetivos en la vida.  No sólo hay tantras espirituales, sino para casi todos los campos del conocimiento humano. Los textos tántricos poseen ciertas características generales: 

El tantra enfatiza técnicas o enfoques energéticos, que incluyen el ritual, el mantra y la visualización. Dichas técnicas son empleadas como medios para transportarnos más allá de ellas,  en lugar de ser una finalidad en sí mismas.
El tantra tiene una aproximación universal; utiliza todos los métodos disponibles y no rechaza nada. Esto incluye métodos que podrían ser considerados como “no espirituales”.
El tantra da especial lugar a la Diosa y su adoración.

El Tantra y el sexo
 Para muchas personas en Occidente, tantra significa sexo. El término tantra es comúnmente asociado con técnicas sexuales especiales y con diferentes posturas sexuales y rituales. Esto representa un aspecto del tantra y del pensamiento hindú que se encuentra en el Kamasutra, el manual hindú del amor sexual. Mientras algunas enseñanzas tántricas mencionan tales prácticas, éstas no necesariamente son parte del foco principal del yoga tántrico, el cual es similar a las tradiciones yóguicas verdaderas: los centros, los mantras y la meditación. Muchos textos tántricos no contienen referencias a prácticas sexuales. Otros las mencionan como preliminares o como posibles líneas de acercamiento.  Algunos se refieren a ellas como meras metáforas o símbolos.  El enfoque principal del tantra contiene modos para cambiar todas nuestras  actividades comunes, incluyendo la respiración, el comer y el dormir en rituales o acciones sagradas, lo que no quiere decir que el tantra promueva estas actividades para la gratificación común.
A pesar de que el tantra contiene yogas sexuales, es erróneo pensar que está sólo caracterizado por eso. En la misma luz, el arte tántrico, que posee una apariencia erótica, es una representación de las fuerzas superiores de la conciencia, a través de las cuales pueden ser transformadas las fuerzas primitivas de la vida. No es una glorificación de la sexualidad ordinaria, aun cuando no le teme a esta fuerza y es capaz de ver el poder cósmico detrás de ella.

El Tantra no sexual 
Las enseñanzas tántricas son una parte integral de las tradiciones ascéticas y monásticas de la India. Hay un fuerte componente  tántrico en las órdenes de los Swami Vedánticos, lo que involucra el culto a la Diosa y el Shri Yantra.  La mayoría de los ashrams y monasterios hindúes manejan formas regulares de culto tántrico. El mismo Shankaracharya (500 a.C.), fundador de las órdenes monásticas vedánticas fue un gran adepto tántrico, yogui y devoto de la Diosa, aunque era también un sabio y filósofo de lo Absoluto.

En la India, normalmente un profesor tántrico es un maestro de mantras o de un tipo de práctica de yoga relacionado con la energía, y no una persona adepta a prácticas sexuales. Grandes maestros del tantra, entre ellos Shankara, Ramakrishna y Nityananda, fueron célibes de por vida.

Esto no quiere decir que se deba ser célibe para beneficiarse del tantra. Éste no se caracteriza por la sexualidad o su negación, pero sí por varias aproximaciones energéticas, como los mantras y los yantras, las cuales pueden aplicarse en varios niveles y proporcionan herramientas para las personas de todos los temperamentos y capacidades. El tantra enfatiza metodologías de energías transformadoras y no está relacionado con la supresión o el exceso común a través de los cuales se disipa la energía sexual. 


La sexualidad y la liberación
Las tradiciones espirituales de la India, ya sean el hinduismo, budismo o jainismo, enfatizan la transmutación de la energía sexual, porque el sexo es la parte esencial de nuestra existencia. Esto ha creado dos aproximaciones. La primera es una tradición de renuncia, en la cual toda actividad sexual es cesada voluntariamente. La segunda es la tradición de “jefe de familia”, en la cual se practica la moderación de la sexualidad.

Esta tradición incluye yogas con prácticas sexuales, a pesar de que raramente se muestra en los libros occidentales de tantra. Además, ayuda al mantenimiento del orden social a través del sistema familiar, pues enfatiza la pureza sexual y la fidelidad. Por otra parte, si bien la tradición de renuncia es considerada más directa, ya que permite al aspirante enfocarse completamente en la práctica, esto es sólo una regla general. Muchos grandes yoguis vienen de tradiciones “jefe de familia” y muchos rishis védicos se casaron y tuvieron hijos. De acuerdo con la tradición hindú, los seres humanos pueden vivir una vida doméstica y cumplir con sus deberes sociales y familiares y aún así alcanzar la liberación.

Aun cuando la tradición de renuncia es más directa, ésta es más exigente y es la excepción más que la regla en todos los tiempos y culturas, incluso en aquellas épocas que fueron más iluminadas. Es un camino particularmente difícil en la era actual y en el mundo occidental, donde no hay una tradición cultural que lo sustente.  El yoga nunca nos alienta a reprimirnos a nosotros mismos; sin embargo, sí nos alienta a la auto-disciplina y nos dice que nunca debemos inclinarnos hacia las fuerzas del deseo. El yoga es parte de un proceso orgánico de alta evolución, en el cual trascendemos naturalmente nuestras limitaciones a un estado de libertad interior y satisfacción.  No nos dice que debemos renunciar a lo que nos da felicidad, pero sí sugiere que debemos considerar de dónde viene nuestra verdadera felicidad.  La verdadera felicidad reside en la conciencia y no en la forma material, la identidad o la actividad.

La tradición yóguica no califica la energía sexual como malvada, mala o vergonzosa. El celibato es sólo recomendado junto con prácticas espirituales para poder transmutar esa energía y usarla en otro nivel. Sin la meditación, la práctica del yoga considera el celibato como dañino, porque la energía no usada puede estancarse y causar problemas físicos y emocionales. Sin embargo, sin el control de la energía sexual, no habrá el poder necesario para realizar prácticas meditativas superiores.

El Tantra y el uso de intoxicantes
Aquellos que utilizan drogas e intoxicantes han señalado que poseen afinidad con el tantra, pues éste también las utiliza ocasionalmente. Al igual que las prácticas sexuales, las enseñanzas tántricas con relación al uso de intoxicantes se señalan como un paso preliminar o bien como metáfora: el vino, por ejemplo, significa que la bendición del flujo interno es liberada con la práctica del yoga. El uso de intoxicantes se encuentra en el tantra, pero no es característico de él. También ha habido algún uso de marihuana (ganja) por parte de los sadhus fuera de la tradición tántrica, pero la mayoría de los profesores, sean o no tántricos, no lo promueven.

Si bien las drogas nos sacan del estado ordinario de conciencia y podrían ayudar a abrir nuestros horizontes en la vida, su habilidad para realizarlo es limitada y su uso prolongado produce graves efectos secundarios para la salud. Hay maneras de expandir nuestra conciencia de forma más segura, beneficiosa y estable en el tiempo, y consisten en seguir las prácticas mántricas y meditativas del camino principal del yoga.
 
El Tantra y los gurúes locos
Los grupos tántricos, particularmente en Occidente, tienen la reputación de actuar de manera poco común, exagerada o contradictoria, lo cual muchas veces incluye el tener relaciones sexuales con los discípulos o actuar hacia ellos de un modo abusivo. El tantra, con su punto de vista abierto de las cosas, es más tolerante a un comportamiento tan inusual y muchas enseñanzas tántricas dicen que estos métodos pueden, bajo ciertas circunstancias, ayudar al discípulo a su despertar.

Sin embargo, un comportamiento tan poco común puede ser usado como una excusa para cubrir una incapacidad de controlar nuestros deseos y puede convertirse en explotación. Debemos destacar que muchos gurúes tántricos han sido figuras de una conducta ejemplar y un comportamiento inusual no es un requisito necesario para un profesor tántrico. Esto no quiere decir que un verdadero profesor no pueda actuar de un modo poco convencional o que él o ella deban alimentar los prejuicios del discípulo, sino que siendo un profesor, éste debe poseer un alto estándar de comportamiento, superior a las personas comunes. Ser un profesor espiritual no debe ser una licencia para hacer lo que se quiera, ya que debe ser un ejemplo para los demás. Si bien los gurúes locos o las sabidurías locas no son la esencia del tantra, tienen un espacio en la historia tántrica.
Debemos, además, hacer notar que algunos de los profesores que se han vuelto famosos en Occidente como tántricos (o gurúes locos) no vienen de una tradición que los sustente y se han proclamado a sí mismos gurúes, sin haber tenido ellos mismos un gurú.

No debe sorprender que el tantra tenga una mala reputación en muchos círculos espirituales.  La larga lista de excesos incluye prácticas sexuales, drogas, prácticas mágicas para infligir dolor o tomar control de otras personas y otros métodos considerados impuros. Por esta razón, muchos profesores, incluso algunos que han sido verdaderos profesores de tantra, han evitado usar este nombre.  Y han preferido enfatizar las tradiciones védicas, las yóguicas o las vedánticas, que incluyen al tantra, pero no están  teñidas con sus conceptos erróneos. El mismo Swami Vivekananda -la principal figura que trajo el yoga y el vedanta a Occidente cientos de años atrás- fue cuidadoso de no introducir conceptos tántricos en las audiencias occidentales, a pesar de que él estaba familiarizado con estos términos, pues su propio maestro Ramakrishna era un adepto al tantra.  Esto no fue sólo para evitar ofender la mentalidad victoriana, sino también para evitar atraer el lado insensato de la mentalidad moderna, el cual ya estaba en evidencia en su tiempo.

El futuro del Tantra 
El tantra como tradición, tanto en Occidente como a nivel global, está aquí para quedarse. Su amplitud y diversidad continuarán apoyándolo. Sin embargo, el tantra se ha desarrollado hacia un estado en el cual debemos abordarlo a un nivel más profundo. Esto requiere dejar de lado nuestro entendimiento limitado de él e ir más allá de una visión ingenua del tantra como mero sexo y sensación. Debemos reconocer en él su espectro total y sus muchas dimensiones; es decir, espiritual, artística y de conocimiento científico. 

David Frawley 
prolífico autor sobre hinduismo, yoga y ayurveda. Es fundador y director del American Institute for Vedic Studies, en Estados Unidos. Es también profesor de astrología védica y ayurveda en la International Vedic Hindu University.
vedanet.com

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