El tantra es una tradición compleja, entretejida con
las enseñanzas espirituales de la India y que retorna desde la antigüedad. El
concepto popular de tantra en Occidente representa sólo una parte de un vasto
sistema de conocimiento. En Occidente, ha sido asociado con prácticas sexuales
especiales, con el culto a la Diosa, con el Kundalini y los chakras, con un
enfoque afirmativo de la vida y el cuerpo hacia un camino espiritual, y con un
temperamento artístico y dramático más que ascético y fuera de este mundo. A veces,
también se le asocia con todo lo exótico, dramático o peligroso en las
prácticas espirituales. A pesar de que existe cierta validez en esta
percepción, ella no comprende todos los aspectos de la tradición tántrica; por
lo tanto, no revela su verdadera esencia.
Podemos comparar el estado del tantra en Occidente con
el del yoga, del cual es pariente. Al igual que en el tantra, en el yoga se
enfatiza su dimensión física –esto es, la práctica de posturas o asanas- aun
cuando éstas representan una pequeña parte del yoga clásico, cuya mayor
preocupación es la meditación. Vivimos en una era materialista, donde las
tradiciones espirituales son modificadas y reducidas al modelo físico. Aunque
éste puede ser un modo útil de introducir estas enseñanzas en la cultura
actual, y ciertamente enriquece nuestros sistemas de salud, no revela el
verdadero pensamiento o la intención de estas enseñanzas.
El significado del término Tantra
En el sentido más básico del sánscrito, el término
tantra significa “libro”. Un gran número de libros o de temas pueden ser
denominados tantras. Más específicamente, tantra significa un libro
práctico, que contiene información y técnicas, a pesar de que puede contener
filosofía también. Tantra primariamente significa un compendio de varias
fuentes de conocimiento espiritual y oculto, particularmente aquellas que datan
de la edad medieval en la India. La primera vez que aparece el término tantra
es 2.000 años atrás, y se vuelve importante en las enseñanzas de los últimos
1.500 años. No sólo hay tantra hindú, también hay tantra budista y jainaista.
No sólo hay enseñanzas tántricas para la liberación, sino también para alcanzar
objetivos en la vida. No sólo hay tantras espirituales, sino para casi
todos los campos del conocimiento humano. Los textos tántricos poseen ciertas
características generales:
El tantra enfatiza técnicas o enfoques energéticos,
que incluyen el ritual, el mantra y la visualización. Dichas técnicas son
empleadas como medios para transportarnos más allá de ellas, en lugar de
ser una finalidad en sí mismas.
El tantra tiene una aproximación universal; utiliza
todos los métodos disponibles y no rechaza nada. Esto incluye métodos que
podrían ser considerados como “no espirituales”.
El tantra da especial lugar a la Diosa y su adoración.
El Tantra y el sexo
A pesar de que el tantra contiene yogas sexuales, es
erróneo pensar que está sólo caracterizado por eso. En la misma luz, el arte
tántrico, que posee una apariencia erótica, es una representación de las
fuerzas superiores de la conciencia, a través de las cuales pueden ser
transformadas las fuerzas primitivas de la vida. No es una glorificación de la
sexualidad ordinaria, aun cuando no le teme a esta fuerza y es capaz de ver el
poder cósmico detrás de ella.
El Tantra no sexual
Las enseñanzas tántricas son una parte integral de las
tradiciones ascéticas y monásticas de la India. Hay un fuerte
componente tántrico en las órdenes de los Swami Vedánticos, lo que
involucra el culto a la Diosa y el Shri Yantra. La mayoría de los
ashrams y monasterios hindúes manejan formas regulares de culto tántrico. El
mismo Shankaracharya (500 a.C.), fundador de las órdenes monásticas vedánticas
fue un gran adepto tántrico, yogui y devoto de la Diosa, aunque era también un
sabio y filósofo de lo Absoluto.
En la India, normalmente un profesor tántrico es un
maestro de mantras o de un tipo de práctica de yoga relacionado con la energía,
y no una persona adepta a prácticas sexuales. Grandes maestros del tantra,
entre ellos Shankara, Ramakrishna y Nityananda, fueron célibes de por vida.
Esto no quiere decir que se deba ser célibe para
beneficiarse del tantra. Éste no se caracteriza por la sexualidad o su
negación, pero sí por varias aproximaciones energéticas, como los mantras y los
yantras, las cuales pueden aplicarse en varios niveles y proporcionan
herramientas para las personas de todos los temperamentos y capacidades. El
tantra enfatiza metodologías de energías transformadoras y no está relacionado
con la supresión o el exceso común a través de los cuales se disipa la energía
sexual.
La sexualidad y la liberación
Las tradiciones espirituales de la India, ya sean el
hinduismo, budismo o jainismo, enfatizan la transmutación de la energía sexual,
porque el sexo es la parte esencial de nuestra existencia. Esto ha creado dos
aproximaciones. La primera es una tradición de renuncia, en la cual toda
actividad sexual es cesada voluntariamente. La segunda es la tradición de “jefe
de familia”, en la cual se practica la moderación de la sexualidad.
Esta tradición incluye yogas con prácticas sexuales, a
pesar de que raramente se muestra en los libros occidentales de tantra. Además,
ayuda al mantenimiento del orden social a través del sistema familiar, pues
enfatiza la pureza sexual y la fidelidad. Por otra parte, si bien la tradición
de renuncia es considerada más directa, ya que permite al aspirante enfocarse
completamente en la práctica, esto es sólo una regla general. Muchos grandes
yoguis vienen de tradiciones “jefe de familia” y muchos rishis védicos se
casaron y tuvieron hijos. De acuerdo con la tradición hindú, los seres humanos
pueden vivir una vida doméstica y cumplir con sus deberes sociales y familiares
y aún así alcanzar la liberación.
Aun cuando la tradición de renuncia es más directa,
ésta es más exigente y es la excepción más que la regla en todos los tiempos y
culturas, incluso en aquellas épocas que fueron más iluminadas. Es un camino
particularmente difícil en la era actual y en el mundo occidental, donde no hay
una tradición cultural que lo sustente. El yoga nunca nos alienta a
reprimirnos a nosotros mismos; sin embargo, sí nos alienta a la auto-disciplina
y nos dice que nunca debemos inclinarnos hacia las fuerzas del deseo. El yoga
es parte de un proceso orgánico de alta evolución, en el cual trascendemos
naturalmente nuestras limitaciones a un estado de libertad interior y
satisfacción. No nos dice que debemos renunciar a lo que nos da
felicidad, pero sí sugiere que debemos considerar de dónde viene nuestra
verdadera felicidad. La verdadera felicidad reside en la conciencia
y no en la forma material, la identidad o la actividad.
La tradición yóguica no califica la energía sexual
como malvada, mala o vergonzosa. El celibato es sólo recomendado junto con
prácticas espirituales para poder transmutar esa energía y usarla en otro
nivel. Sin la meditación, la práctica del yoga considera el celibato como dañino,
porque la energía no usada puede estancarse y causar problemas físicos y
emocionales. Sin embargo, sin el control de la energía sexual, no habrá el
poder necesario para realizar prácticas meditativas superiores.
El Tantra y el uso de intoxicantes
Aquellos que utilizan drogas e intoxicantes han
señalado que poseen afinidad con el tantra, pues éste también las utiliza
ocasionalmente. Al igual que las prácticas sexuales, las enseñanzas tántricas
con relación al uso de intoxicantes se señalan como un paso preliminar o bien
como metáfora: el vino, por ejemplo, significa que la bendición del flujo
interno es liberada con la práctica del yoga. El uso de intoxicantes se
encuentra en el tantra, pero no es característico de él. También ha habido
algún uso de marihuana (ganja) por parte de los sadhus fuera de la tradición
tántrica, pero la mayoría de los profesores, sean o no tántricos, no lo
promueven.
Si bien las drogas nos sacan del estado ordinario de
conciencia y podrían ayudar a abrir nuestros horizontes en la vida, su
habilidad para realizarlo es limitada y su uso prolongado produce graves
efectos secundarios para la salud. Hay maneras de expandir nuestra conciencia
de forma más segura, beneficiosa y estable en el tiempo, y consisten en seguir
las prácticas mántricas y meditativas del camino principal del yoga.
El Tantra y los gurúes locos
Los grupos tántricos, particularmente en Occidente,
tienen la reputación de actuar de manera poco común, exagerada o
contradictoria, lo cual muchas veces incluye el tener relaciones sexuales con
los discípulos o actuar hacia ellos de un modo abusivo. El tantra, con su punto
de vista abierto de las cosas, es más tolerante a un comportamiento tan inusual
y muchas enseñanzas tántricas dicen que estos métodos pueden, bajo ciertas
circunstancias, ayudar al discípulo a su despertar.
Sin embargo, un comportamiento tan poco común puede
ser usado como una excusa para cubrir una incapacidad de controlar nuestros
deseos y puede convertirse en explotación. Debemos destacar que muchos gurúes
tántricos han sido figuras de una conducta ejemplar y un comportamiento inusual
no es un requisito necesario para un profesor tántrico. Esto no quiere decir
que un verdadero profesor no pueda actuar de un modo poco convencional o que él
o ella deban alimentar los prejuicios del discípulo, sino que siendo un
profesor, éste debe poseer un alto estándar de comportamiento, superior a las
personas comunes. Ser un profesor espiritual no debe ser una licencia para
hacer lo que se quiera, ya que debe ser un ejemplo para los demás. Si bien los
gurúes locos o las sabidurías locas no son la esencia del tantra, tienen un
espacio en la historia tántrica.
Debemos, además, hacer notar que algunos de los
profesores que se han vuelto famosos en Occidente como tántricos (o gurúes
locos) no vienen de una tradición que los sustente y se han proclamado a sí
mismos gurúes, sin haber tenido ellos mismos un gurú.
No debe sorprender que el tantra tenga una mala
reputación en muchos círculos espirituales. La larga lista de
excesos incluye prácticas sexuales, drogas, prácticas mágicas para infligir
dolor o tomar control de otras personas y otros métodos considerados impuros.
Por esta razón, muchos profesores, incluso algunos que han sido verdaderos
profesores de tantra, han evitado usar este nombre. Y han preferido
enfatizar las tradiciones védicas, las yóguicas o las vedánticas, que incluyen
al tantra, pero no están teñidas con sus conceptos erróneos. El
mismo Swami Vivekananda -la principal figura que trajo el yoga y el vedanta a
Occidente cientos de años atrás- fue cuidadoso de no introducir conceptos
tántricos en las audiencias occidentales, a pesar de que él estaba
familiarizado con estos términos, pues su propio maestro Ramakrishna era un
adepto al tantra. Esto no fue sólo para evitar ofender la mentalidad
victoriana, sino también para evitar atraer el lado insensato de la mentalidad
moderna, el cual ya estaba en evidencia en su tiempo.
El futuro del Tantra
El tantra como tradición, tanto en Occidente como a
nivel global, está aquí para quedarse. Su amplitud y diversidad continuarán
apoyándolo. Sin embargo, el tantra se ha desarrollado hacia un estado en el
cual debemos abordarlo a un nivel más profundo. Esto requiere dejar de lado
nuestro entendimiento limitado de él e ir más allá de una visión ingenua del
tantra como mero sexo y sensación. Debemos reconocer en él su espectro total y
sus muchas dimensiones; es decir, espiritual, artística y de conocimiento
científico.
David Frawley
prolífico autor sobre hinduismo, yoga y ayurveda. Es
fundador y director del American Institute for Vedic Studies, en Estados
Unidos. Es también profesor de astrología védica y ayurveda en la International
Vedic Hindu University.
vedanet.com
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