Para sanar
habrá que hablar de los abortos silenciados.
Para sanar
habrá que hablar de las infidelidades.
Para sanar
habrá que contar la violencia, los abusos y los maltratos.
Para sanar
habrá que expresar el odio y la rabia.
Para sanar
habrá que reconocer y contar esos amores frustrados que nunca pudieron ser.
Para sanar
habrá que hablar de las estafas y deudas.
Para sanar
habrá que hablar de los excluídos y “malos” de cada historia.
Para sanar
habrá que hablar de los vivos y los muertos.
Para sanar
habrá que hablar de adicciones y duelos bloqueados.
Para sanar
habrá que enterrar a todos los bebés y niños muertos de mi historia.
Para sanar hay
que llorar y contar los dolores.
Para sanar hay
que contar los secretos y develarlos.
Para sanar hay
que estar dispuesto a decir la verdad y nada más que la verdad.
Para al fin y
al cabo reconocer que solo era “mi” verdad según mi historia.
Y cuando todo
eso suceda te darás cuenta que no había nada por sanar. Que todo estaba ahí
expresado en forma de síntoma, para que trasciendas esa historia.
Para sanar hace
falta que sepas que no hay nada por curar sino todo por integrar.
Florencia
Cerutti
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