Veamos el gráfico:
El miércoles 13 tuvimos el Plenilunio de Cáncer en Capricornio.
Este plenilunio destaca por la conjunción de La Luna con Plutón, que hace oposición con El Sol en conjunción con Mercurio. La figura de aspectos, además, involucra directamente a Neptuno y a Urano con el Nodo.
Vale aquí la pena recordar que Cáncer es un signo signo de
agua y cardinal, regido a nivel exotérico por La Luna y, a nivel esotérico, por
Neptuno.
Por otra parte, el sensorial y visionario Júpiter, que está
inaspectado bajo el signo de Aries, parece indicar el camino de la sabiduría
personal y cómo podemos acceder a esa libertad desde la quietud del silencio
interno y confiando en lo nuevo.
Cáncer y El trabajo de Hércules
Recordemos el trabajo de Hércules asignado para el signo de
Cáncer según Alice Bailey. Una metáfora del camino de la Luna a Neptuno: la
capacidad de elegir desde el centro más inclusivo, el corazón, sin dejarse
influenciar demasiado por las formas externas.
Dice así:
Euristeo
envió a Hércules a capturar la gama o cierva Cerinita de los cuernos de oro.
La palabra 'cierva' viene de una antigua palabra gótica que
significa «el que debe ser capturado», en otras palabras, lo que es elusivo y
difícil de aprisionar.
Esa gama era sagrada para Artemisa, la diosa de la luna; pero
Diana, la cazadora de los cielos, la hija del sol, también la pretendía y hubo
una querella sobre la pertenencia.
Hércules aceptó el encargo de Euristeo y se equipó para
capturar la dócil cierva.
Estuvo todo un año persiguiéndola, yendo de un bosque a otro,
apenas avistándola y volviéndola a perder. Pasó un mes tras otro, y nunca pudo
apresarla y retenerla.
Finalmente el éxito coronó su esfuerzos y él capturó a la
gama, la echó sobre sus hombros, «la sostuvo cerca de su corazón», y la llevó
al sagrado templo de Micenas, donde la colocó frente al altar, en el lugar sagrado.
Artemisa simboliza al carácter instintivo del hombre (la
forma, la que aporta adaptabilidad e instinto) y Diana simboliza a su intelecto
(la mente, la que nos proporciona conocimientos).
Una y otra reclaman el origen de la sabiduría, pero únicamente
a través del corazón puede alcanzarse.
Como Hércules, el que busca no encuentra el éxito hasta que no
ha transmutado el instinto en intuición y usado el intelecto de forma correcta:
la intuición tiene que ponerse en juego, interpretando y extendiendo el intelecto,
y aportando después la realización... desde el corazón.
Es importante recordar que el germen de la sabiduría está ya
en todos nosotros y que, por tanto, por su carácter divino y universal, no
tiene carácter exclusivo o personal.
LA MENTE CONDICIONA, EL CORAZÓN SABE.
EL CONOCIMIENTO ES UN PASO, LA SABIDURÍA ES LA LIBERACIÓN.
El camino a la sabiduría viene expresado en el mito de
Hércules mediante un exquisito simbolismo: el buscador alcanza la sabiduría
cuando consigue aquietar el deseo (la tranquilidad del estanque junto al cual
reposa la cierva), trascender la ilusión y anular el control de la mente.
La sabiduría se alcanza en una dimensión nueva que
desconocemos y es en Cáncer cuando la puerta se abre y nos invita a desarrollar
la capacidad de vivir completamente desde la sabiduría.
El lema espiritual de Cáncer es «Construyo una casa iluminada
y habito en ella», un enunciado que nos confronta con las partes de nuestra
vida que necesitan atención en estos momentos.
En este plenilunio, ¿cómo puedes construir algo nuevo más afín
a lo que eres?
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