Tal y como hemos dicho muchas veces antes, Shabat Pinjás es un Shabat muy poderoso, no solo para la sanación, como se ha dicho, sino que también es un momento importante para conectarnos y entender con qué nos estamos conectando durante las llamadas “tres semanas”. Nada sucede por casualidad, por lo tanto, hay una razón para que Shabat Pinjás caiga usualmente cerca del inicio de un período de tiempo considerado como las tres semanas más negativas del año, lo que los kabbalistas llaman Yeméi Bein HaMetsarim. Literalmente, esas palabras significan que estos días son de estrechez o que son
restrictivos.“En los lugares más
ocultos, aquellos que solemos ver como desafíos u oscuridad, se encuentra la
mayor Luz”.
El gran Kabbalista el
Ohev Yisrael, Rav Avraham Yehoshúa Heshel de Apta, explica que no es
coincidencia que en la porción de esta semana leamos sobre todas las
festividades de todo el año. Señala que hay veintiún festividades en todo el
año y que estas se corresponden con los veintiún días que inician con el
período de tres semanas hasta el 9 de Av, Tishá BeAv, considerado como el día
más negativo del año. Además, él dice que en cada uno de estos veintiún días
hay una Luz oculta que es aún más grande que las veintiún festividades. Todos
sabemos cuán poderosos son Rosh Hashaná, Yom Kipur y Pésaj… ahora imagina que
tenemos veintiún días que poseen la totalidad de esa Luz de manera consecutiva,
uno después de otro, ¡al menos a nivel potencial!
Se dice que, aunque el
9 de Av sea el día más oculto, en realidad es el día en que se revela la Luz
de Mashíaj. ¿Por qué? Porque, tal y como enseñan los kabbalistas,
en los lugares más ocultos, aquellos que solemos ver como desafíos u oscuridad,
se encuentra la mayor Luz; los canales de Luz abiertos por la transformación de
la oscuridad revelan gran Luz.
"En las próximas
semanas hay una gran Luz”.
El Zóhar usa una frase
hermosa que hace referencia a la letra Tet, que significa nueve,
por el 9 de Av; la frase dice: “Su bondad está oculta en su interior”. Por eso
la letra Tet apunta hacia dentro como queriendo decir: “Sí, en
estos veintiún días podrías experimentar desafíos, pero si eres capaz de
mantener la claridad y la certeza de que, dentro de cada uno de estos, dentro
de cada uno de los veintiún días, hay bondad, Luz y poder ocultos, entonces
podrás descubrir más Luz que en cualquier otro momento del año”. Por lo tanto,
dice que para quienes buscamos la Shejiná y la Luz del
Creador, el momento del año en que tenemos mayor capacidad de conectarnos con
ella son estas tres semanas, Yeméi Bein HaMetsarim; los días que
son aparentemente restrictivos, días que en apariencia no están tan llenos de
Luz.
Así pues, en Shabat
Pinjás lo que nos interesa pedir es, por supuesto, toda la Luz de Pinjás, la
Luz de sanación. Pero es igual de importante querer entender que en las
próximas semanas que nos llevan a Tishá BeAv hay una gran Luz. Nos
enfrentaremos al caparazón de esa Luz, en un nivel u otro, enfrentaremos el
ocultamiento de esa Luz, pero si somos capaces de mantener la certeza y la
claridad de que la gran Luz está oculta en estos veintiún días (Yeméi Bein
HaMetsarim) y en los desafíos, entonces podremos revelar dicha Luz.
Mientras pedimos
recibir la Luz de sanación, también queremos obtener de Shabat Pinjás la fuerza
para realmente ser capaces de extraer durante las próximas semanas la bondad
oculta en estos veintiún días, sabiendo que en realidad nos podemos conectar y
recibir algo más grande que cualquier Luz que recibamos en el resto del año.
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