Hermanos!!!Levantemos
los corazones en profundas plegarias donde ofrezcamos a Aquellos que conocen y
sirven, nuestro corazón!!!
Las noticias
que nos llegan de todas partes dan cuenta de desesperanza, de violencias, de
separaciones, de odios, de intolerancias, pero nosotros sabemos que “cuando el
diablo no sabe que más hacer siembra el desaliento”. El desaliento, la falta de
confianza en los otros, la pérdida de la fe son estrategias de las fuerzas
siniestras para que no veamos que una nueva Humanidad está surgiendo y eso
significa una nueva vida para el planeta como un todo.
Una nueva Humanidad está naciendo y se ve en los gestos de buena voluntad, en las acciones de cooperación, en la ayuda mutua, en las relaciones humanas confiables y sanas, esas que nos llenan de alegría, esas que nos impulsan a la celebración.
El modo de orar
que tenemos los servidores puede ayudar, y mucho, a precipitar y acelerar los
cambios favorables. Es hora de dejar de orar para pedir como pordioseros, es
hora de reconocer quien en verdad soy, quien en verdad somos y ofrecernos, como
se ofrecen los que tienen mucho para dar, mucho para compartir.
“Aquí estoy
Padre, Madre, aquí estoy, en profunda ofrenda”
Oremos juntos
ofreciéndonos para la tarea, ofreciéndonos para que el Plan de Amor y de Luz
sea ejecutado sobre la Tierra.
Hay otra
condición que podemos agregar a nuestra oración que la vuelve extraordinariamente
poderosa. Oremos con el poder de representación de todos los grupos de los que
formamos parte. En efecto si yo oro por mí, desde mi Alma no deja de ser una
oración individual, si me ofrezco y no pido, va a ser desinteresada pero su
amplitud va a ser muy baja. En cambio si yo oro en mi nombre y me ofrezco en el
nombre de todos los que considero míos, es decir mi familia, si a eso le agrego
mis amigos y oro por cada uno de ellos sumados a mi oración se amplía el rango
de invocación, pero si yo Invoco en el nombre de todas las mujeres, en nombre
de todos los servidores, en nombre de todos los mediadores, en nombre de todos
los grupos espirituales de los que formo parte, en nombre de todos los
habitantes de la ciudad y el país al que pertenezco, si oro por fin en nombre
de todos los seres de buena voluntad encarnados en este momento, mi Invocación
es poderosa y tiene el poder de la fe sumada, de la entrega sumada, de todos
los seres a los cuales he llamado en representación.
Oremos
hermanos, oremos en profunda ofrenda, en perfecta representación, para que
“desde el centro que llamamos la raza de los hombres se realice el plan de Amor
y de Luz y selle la puerta donde se halla el mal”
Marta N.
Paillet
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