por K.
Parvathi Kumar
Cuando
saludamos a alguien deberíamos recordar que el saludo no es para la otra
persona sino para el Señor presente en ese ser. Por lo tanto, no hay duda
acerca de si tú deberías saludar a alguien o no. Sin embargo, hay una forma de
saludar a los demás según la otra persona. En cualquier caso, hemos de recordar
que el saludo es solamente al Señor y cuando dices Namaskarams (o Namasté) o
saludas a través de un gesto físico, hemos de recordar al Señor. Cuando recibes
un saludo de alguien, has de recordar que ese saludo va al Señor dentro de ti y
no directamente a ti. Si tú piensas que el saludo es para ti, entonces te estás
deteriorando con ese pensamiento. Shiva le dice Sati: “Yo permanezco en
saludo constante con el principio Divino que todo lo impregna”.
La práctica
es el aspecto más importante del sendero. Los grandes seres nunca imponen
nada a nadie. Ellos simplemente aconsejan cuando se les pide. Él simplemente
ayuda a los discípulos y hace que aprendan. Si el Maestro lo hace todo cuando
el discípulo se lo pide, el discípulo nunca aprenderá y experimentará. El
propósito de esta creación es la experiencia. A menos que tú hagas, no hay
experiencia. Si tú te orientas hacia el Señor, el Señor simplemente te enseña
desde el interior y hace que tú lo hagas todo. Él no hace nada cuando tú le
rezas. Si él lo hace todo entonces, ¿cuál es el propósito de esta creación y
qué ocurre con la libertad de los seres? El Señor simplemente te otorga la
gracia y te protege pero, él hace que aprendas de una forma u otra. No hemos de
tener una comprensión errónea con respecto a esto. Solamente cuando hacemos el
esfuerzo, el Señor nos otorga la gracia y nos apoya en nuestro esfuerzo. Sin tu
esfuerzo, el Señor no hará nada. Eso es lo que ocurre principalmente con
nosotros: A pesar de que tenemos un buen consejo de un conocedor, acabamos
haciendo lo que queremos hacer y no lo aconsejado. El Maestro no interfiere si
el aspirante decide seguir lo que quiere. El Maestro sabe que él aprenderá de
la experiencia.
Uno ha de
trascender todos los apegos corporales para ser capaz de realizar el principio
Divino. Esto es también otro punto importante. No hemos de estar demasiado
apegados a las cosas físicas. No hemos de estar apegados tampoco a las
comodidades, a la comida, o incluso al agua. Si no comes durante medio día,
nada te va a ocurrir. Nos alteramos incluso pensando que no podremos comer
durante el día. Eso demuestra nuestro apego a la comida. Si lo Divino es tu
prioridad, entonces el cuerpo no ha de ser tu prioridad. Al cuerpo ha de
dársele la importancia para que nos mantenga y sostenga en nuestras actividades
pero, cuidar el cuerpo no ha de convertirse en la prioridad de la vida.
Cuando
alguien te insulta o te critica, has de permanecer en silencio y entregar todo
lo que se dice al Señor. Requiere mucha práctica ser capaz de hacer eso
cuando alguien te critica. Cuando alguien te critica, esa crítica va viniendo a
nuestros pensamientos debido a nuestro propio orgullo. Sean cuantas sean las
veces que la crítica venga a tu pensamiento, has de practicar entregárselo al
Señor. Entonces, gradualmente tu orgullo y apegos corporales desaparecerán.
Solamente entonces podrás entrar en el sendero de lo Divino. Por lo tanto,
recuerda entregárselo todo al Señor cuando alguien te alague o te
critique.
Como
aspirantes, hemos de preferir visitar lugares en los que hay otros aspirantes o
donde los Maestros estén presentes. Hemos de preferir estar involucrados en
actividades relacionadas con lo Divino. Estas actividades nos ayudan a expandir
nuestra conciencia más allá y purificarnos. No hemos de preferir visitar
lugares donde hay gente que no tiene ninguna aspiración Divina, a menos que
tengamos alguna responsabilidad a la que atender.
Como
aspirantes, hemos de recordar no hemos de involucrarnos en ningún trabajo sin
responsabilidad. No hemos de encontrarnos con personas sin ningún propósito. Lo
que ocurre es que hay una gran posibilidad de que un encuentro sin
responsabilidad pueda llevar a alguna consecuencia no deseada. Incluso una
conversación casual con parientes o amigos puede llevar a alguna consecuencia o
trabajo no deseado. Por eso, los aspirantes han de intentar evitar
conversaciones casuales y encuentros casuales tanto como sea posible. Si tienes
una responsabilidad, has de estar preparado para ir a cualquier sitio y
encontrarte con cualquier persona pero, sin responsabilidad, ambos son
innecesarios.
Shiva
representa el Principio Divino y Sati es un aspirante que ha alcanzado cierto
estado en el sendero pero que está aun por realizar el Principio completamente.
Sati tenía 2 cosas: Sus parientes y sus deseos de verlos. No hay
responsabilidad en eso. Ella ni siquiera había sido invitada. La regla es que
sin una invitación, uno solo ha de asistir a actividades Divinas. Puedes
asistir a convivencias de grupo sin una invitación personal.
A todos
estos eventos sociales se puede asistir sin ninguna invitación, con intención
de relacionarse con lo Divino. Sin embargo, si alguien está llevando a cabo un
ritual en su casa a título personal, tú no puedes asistir a menos que estés
invitado porque no es una actividad de grupo, aunque sea de naturaleza Divina.
A cualquier otra actividad no se ha de asistir a menos que tengas una
invitación. Aunque estés invitado, has de asistir solo si tienes una
responsabilidad u obligación. Es importante que los aspirantes sigan estas
instrucciones.
Si eres un
aspirante en el sendero, tu objetivo es alcanzar lo Divino y nada más. Todo lo
demás puede llegar e irse pero alcanzar lo Divino es el único objetivo
permanente. Si tienes otras prioridades en la vida, no puedes ser un aspirante.
Como aspirante, has de seguir constantemente a un principio Maestro que está
siempre en alineamiento con lo Divino, para que el aspirante también pueda
alcanzar el estado supremo. No te apegues a un nombre o a la forma del Maestro.
Estemos preocupados sobre el principio Maestro que nos une al principio Divino.
De hecho, ambos son Uno.
Hemos de
unirnos al principio y no a la forma. Eso es lo que Krishna le dice a Arjuna:
“Solo porque yo estoy en una forma, no pienses que yo soy solo esa forma. Yo
estoy mucho más allá de esta forma. Yo soy el principio detrás de la forma. El
principio es eterno y solamente ha descendido en una forma por el momento”. La
forma ha de llevarte al Principio. Solo por el hecho de que empezaste con una
forma, no puedes permanecer en esa forma porque la forma cae en un determinado
momento, pero el Principio permanece.
Lo Divino
vela por aquellos que se relacionan con él a través de cada uno y de todo en la
creación.
Una vez, el
Maestro EK vino al edificio Saudamani y nos dijo que iba a contestar preguntas
hechas por la gente escribiéndolas en un trozo de papel sin escribir el nombre.
Yo escribí una pregunta: “¿Alcanzaré lo Divino en esta vida?”. El vio la
pregunta y respondió: “Si yo alcanzo lo Divino, la persona que hizo esta
pregunta también alcanzará lo Divino”. Ese ha de ser nuestro objetivo cuando se
sigue el sendero de un Maestro. El Maestro CVV nos prometió que nos haría
inmortales y nos ayudaría a realizar el Brahman.
Ella (Sati,
encarnación de la Madre Divina) dijo: “El Señor es el que reside como base para
todas las almas en esta creación. Si tú estás planeando una creación sin el
Señor, esto dará lugar a seres que no tienen base”.
El Maestro
EK explica: AQUELLO YO SOY es la base para cada YO SOY en esta creación.
AQUELLO YO SOY existe como este YO SOY. Si alguien rechaza la existencia de
AQUELLO YO SOY, significa que está rechazando su propia existencia. El Señor no
tiene gustos ni aversiones entre los seres. No hay nadie más grande que Él
porque todos han venido de Él. Como seres, todos están cerca del Señor. Un
verdadero Maestro ve a cada uno de sus discípulos por igual porque todos son
entidades Divinas pero, la disciplina o la enseñanza que el da quizás sea
diferente dependiendo de la personalidad de ese discípulo. La enseñanza ha de
ser de tal forma que el discípulo crezca aunque la enseñanza tenga que ser
severa. Nadie es más o menos para los ojos del Señor o Maestro. Es muy difícil
comprender la visión del Señor. No podemos imaginarnos eso. Sea lo que sea que
la persona haga, el Señor ve a ese ser como a cualquier otra persona porque ese
ser también ha descendido de Él. Si el Señor discrimina entre los seres,
entonces él no puede ser el Señor.
Es solamente
a través de la elevación que uno puede ser liberado de la objetividad. Para
alcanzar ese lugar, uno debe alcanzar el centro del corazón primero. Para ir al
centro del corazón, uno ha de alinear cualquier sonido de dos sílabas a la
respiración. Esto puede hacerse en cualquier momento que estés libre y ha de
ocurrir definitivamente antes de irse a dormir. Se lleva a cabo mucha
purificación a través de este proceso. Por lo tanto, puedes alinear la
respiración con cualquier sonido de 2 sílabas. Puedes incluso alinearlo con el
mismo SO-HAM. El resultado del alineamiento regular de esta forma será la
elevación de la conciencia hasta el Ajna, donde uno puede tener visiones de
luz.
Aunque todos
los detalles de la práctica de la que hablamos no están aquí, se espera que los
aspirantes comprendan que toda la práctica se está sugiriendo de forma abreviada.
Pronunciar no significa decirlo con la boca sino recordarlo interiormente y
alinearlo con la respiración. Ese es el significado sutil. Al alcanzar el Ajna,
uno puede experimentar la presencia de lo Divino. Esa es la presencia que los
devotos se esmeran en alcanzar y se interiorizan para esa experiencia. La
conciencia que ha experimentado ese estado, no tendrá ningún interés en las
actividades de la objetividad, pero aun así, estos seres permanecen alerta en
todos los planos de existencia. Ellos van a la objetividad solamente cuando es
necesario.
Si uno se
olvida de lo Divino, gradualmente perderá la fuerza (sakthi) dentro del cuerpo.
Esta fuerza tiene conciencia desde su origen. Sin conciencia y fuerza, el
cuerpo no puede hacer nada. Cuando veneras a lo Divino, el prana y la
conciencia se fortalecen. Cuando abusas de lo Divino, ambos se debilitan.
Hay una
forma para que los seres experimenten toda la creación y realizarse a sí mismos
antes de que uno pueda ascender a los planos más elevados. El desarrollo en
todos los aspectos debería ocurrir de forma que uno no necesite volver. Uno no
tiene que ir a planos más elevados sin tener una experiencia completa en este
plano. Si la realización no es completa y tú vas a planos más elevados debido a
tus prácticas, en algún momento en el futuro, quizás sientas que debes volver.
Por lo tanto, la realización ha de ocurrir de forma adecuada para que no haya
necesidad de volver. Esta adecuada realización está asegurada para aquellos que
siguen lo Divino. Ha de haber un ritmo adecuado tal en la vida para que haya
una realización completa. El conocimiento necesario para llevar una vida plena,
lo otorga lo Divino. No hay prisa por alcanzar el estado último de existencia.
Uno puede experimentar lo Divino a través del sendero y al mismo tiempo
experimentar la creación también. Al venerar lo Divino, todo el proceso ocurre
de una forma rítmica. Seguirás el camino adecuado incluso sin saber sobre ello
completamente. Esa es la belleza de la veneración a lo Divino.
Por lo
tanto, hemos de controlar nuestros movimientos para permanecer en lugares donde
se siga el Dharma.
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