“Yo soy el alfa
y el omega, el primero y el último, el principio y el fin”
Llamada antiguamente principio del alfa y el omega, el movimiento de
desdoblamiento une el horizonte omega mayúscula y la partícula alfa
minúscula por el vínculo rho. No se trata de una casualidad que en griego Oura
(palabra formada por estas tres letras) signifique “la división del tiempo”. El
caduceo, símbolo de clarividencia de Hermes- y, sobre todo, esquema del
movimiento de desdoblamiento- estaba coronado por el espejo de la prudencia que
permite asociar el futuro con el pasado. ¿Para qué buscar la
respuesta a una
pregunta que nunca hemos querido hacernos? Un movimiento de desdoblamiento
divide el tiempo para separar el presente, del pasado y del futuro. Es
fundamental, pues permite explicar el universo, las fuerzas en juego y la
necesidad de un único “Maestro de los Tiempos”. Este entendimiento cambia toda
una vida. Un ser excepcional y muy sabio me dijo: “Tu vida presente es el futuro posible de un pasado real y actual
en el cual tienes múltiples problemas en este mismo momento, pero es también el
pasado real y actual de un futuro posible en donde se fabrican -siempre en este
mismo momento- soluciones potenciales“. Me ha costado un cierto
tiempo entender esta ley científica. Era necesario que cambiase totalmente mi
visión de las cosas para entender que el pasado, presente y futuro son tres
realidades simultáneas transcurriendo a velocidades diferentes. Pero esta
visión es estupenda pues mi vida sobre la Tierra me permite actualizar a cada
instante un pasado o un futuro potencial experimentado por otra realidad
desdoblada de la mía. Y puedo pues decir de manera totalmente racional: “yo
era, yo soy y yo seré“, simultáneamente pero en tiempos diferentes. Nueve años
de trabajo intensivo, iban a ser coronados por una teoría universal pudiendo ir
más allá de lo imaginable, explicando paradojas, barriendo postulados, dando
por fin sólidas certezas científicas a confusas aproximaciones esotéricas o a
creencias ancestrales, empíricas, metafísicas o religiosas. Me quedé pasmado al
comprobar que a excepción de ciertos círculos restringidos de científicos, la
desinformación era casi total. Hasta llegué a pensar que era deseada al más
alto nivel por los responsables políticos y militares.
Esta nueva noción ilustra perfectamente lo que Platón, escribía en
Timeo-Critias, cinco siglos antes de J.C.: “Se trata de divisiones del
tiempo. Ciertamente decimos que él “era”, “es” y será”, pero, a decir verdad,
sólo la expresión él “es” se aplica al Ser que es eterno.” Imaginaos
que utilizáis dos mundos idénticos en donde el tiempo no transcurre a la misma
velocidad. Mientras un tiempo imperceptible de una mil millonésima parte de segundo transcurriría en el primero,
el segundo viviría en un tiempo acelerado, digamos que durante horas, lo cual
permitiría aprender tranquilamente cual es la mejor manera de franquear ciertos
obstáculos. Un intercambio de información entre los dos mundos daría de manera
instantánea en el tiempo normal la información necesaria para llegar
directamente al objetivo de manera instintiva o intuitiva. Además, los
numerosos fracasos realmente vividos en un mundo serían memorizados en el otro
para de esta manera nunca tener ni ganas ni la idea de vivirlos. El éxito
vendría de la actualización de la mejor experiencia gracias a un buen
intercambio de informaciones debido a aperturas entre ambos tiempos. Claro
está, cada pregunta tendría múltiples respuestas creando así infinitos futuros
posibles, y cada respuesta sería la consecuencia instantánea de la mejor
elección entre esta diversidad de potenciales. Una percepción periódica o
estroboscópica puede suprimir las variaciones continuas del transcurso del
tiempo. Para el que se desdobla, esta supresión aparente permite disponer al
mismo tiempo de dos transcursos de tiempos diferentes, caracterizados por
vibraciones luminosas opuestas. Éstas se intensifican en el futuro hasta el
punto de volverse tinieblas. Es, pues, de rigor afirmar que el desdoblamiento
pone luz en la oscuridad. Las civilizaciones antiguas sabían que el presente
separaba la luz creadora de las tinieblas en donde se escondían potenciales
peligrosos. Los tiempos imperceptibles son siempre tiempos reales pero oscuros,
en donde se fabrican futuros instantáneos. Sin estos potenciales, la vida es
imposible. El presente actualiza futuros
potenciales creados por el pasado. Podríamos pues crear el futuro a cada
instante en aperturas inobservables entre instantes observables con la
apariencia de un transcurso de tiempo continuo. Un cambio
de pensamiento de un segundo debía entonces crear numerosos potenciales de
equilibrio en un tiempo acelerado cuya síntesis instantánea en nuestro tiempo
conllevaría una puesta en forma rápida de apariencia milagrosa.
Un “doble” experimenta muy rápidamente nuestro futuro y, por aperturas
imperceptibles entre los dos tiempos, intercambios permanentes de informaciones
nos llevan por el buen camino. Ahora bien, para ir por este camino, es
necesario saber por qué vivimos obligatoriamente “a dos” en dos tiempos
diferentes. También es necesario dejarnos guiar por esta otra parte de
nosotros mismos que, desde pequeños, hemos aprendido a ignorar. Nuestro cuerpo
está concebido para recibir informaciones vitales en el transcurso de nuestros
sueños durante un período bien determinado llamado “sueño paradoxal”. El sueño
paradoxal o sueño R.E.M (rapid eyes movement / movimiento rápido de los ojos)
no es el único momento -las aperturas temporales están
a nuestra disposición de continuo- pero es el más importante. En esta fase del
sueño hay una asombrosa actividad intelectual, mucho más intensa que la
existente mientras estamos despiertos. Este curioso momento del sueño se
explica de manera perfectamente lógica, debido a la necesidad de intercambios
de informaciones entre tiempos diferentes. Nuestro doble está a nuestro
servicio, y lo ignoramos. Está a la espera de nuestro buen querer para
transmitirnos los mejores instintos de Supervivencia. Podréis de esta manera
mejorar vuestro futuro, y por consiguiente el nuestro, puesto que podremos
extraer de un potencial colectivo diferente. Poco a poco, alejaremos graves
problemas planetarios, viviendo en espíritu y en
verdad, modificando los futuros de la tierra y todo el mundo se
beneficiará de ello. Primeramente, es necesario controlar el momento de
dormirnos para poder beneficiarnos de una noche enriquecedora. ¡Nada más fácil
que controlar nuestros pensamientos antes de quedarnos dormidos! Este sencillo
principio era conocido desde la noche de los tiempos. Cinco siglos antes de
J.C., los seguidores de Pitágoras ya decían en “Los Versos de Oro”: “Acostúmbrate a controlar tu sueño… y no dejes que el dulce sueño
se apodere de tus lánguidos ojos sin antes haber repasado lo que has hecho
en el día.” El día nos aporta problemas que siempre podemos
resolver por la noche mientras dormimos. Preferimos complicar esta sencillez
para esconder nuestra total responsabilidad en nuestros trastornos y
desequilibrios. Nuestro “doble” no es el cuerpo astral o etérico del que
algunos hablan. Es verdaderamente otro “yo”. El cuerpo visible explora
el espacio en nuestro tiempo, el otro, totalmente imperceptible, viaja en
los diferentes tiempos de nuestro desdoblamiento. De
manera esquemática podemos decir que un cuerpo energético informa
nuestro cuerpo físico. En efecto, nuestro organismo posee una
característica común a todo el universo: toda partícula emite y recibe ondas.
Así pues, los físicos hablan del carácter ondulatorio y corpuscular de la
materia.
Podemos
pues afirmar que tenemos un organismo corpuscular observable en nuestro mundo y
un cuerpo ondulatorio encargado de emitir y de captar informaciones vitales, en
otro. Para simplificarlo, diremos que el cuerpo energético es capaz de
desplazarse muy rápidamente y de volver a yuxtaponerse al cuerpo físico con
informaciones vitales que el agua de nuestro organismo transmite por todo para
hacernos vivir. Más rápidos que la luz, estos viajes modifican nuestra
percepción así como nuestro tiempo de vida. De la misma manera, nuestro regreso
es tan imperceptible como nuestra partida, y cada instante permite la
actualización instantánea de futuros posibles desencadenados por nuestras
preguntas antes del viaje de nuestro cuerpo energético. La creación y la
actualización de futuros es una seguridad. No hay pues nunca una
predestinación, puesto que un futuro puede “expulsar” a otro instantáneamente.
Bienaventurados
los pobres en espíritu; porque
de ellos ES la
Realidad Celeste, lo Perfecto.
Tampoco hay lugar alguno para la casualidad pues el presente no será
nunca sino un futuro potencial ya vivido de manera más rápida en otro lugar y
que actualizamos en nuestro tiempo de vida. Nuestro cuerpo está hecho así. Para
sobrevivir, recoge del futuro las informaciones que puede captar en
su presente.
Esta “actualización” instintiva es personal.
Depende de cada uno de nuestros proyectos.
El pensar en un porvenir siempre la hace vivir. Pensar que es imposible,
la suprime. Si pensáis que vuestra creencia es buena, entonces, con toda
seguridad, siempre obtendréis la prueba, que es digna de fe, pero habréis
sencillamente actualizado un futuro potencial que vuestra fe -o la de vuestro
entorno- habrá creado en el pasado. Sólo el intercambio de nuestros cuerpos
energéticos nos permite saber si vamos por el buen camino, y esto se lleva a
cabo por la noche. Es necesario para vivir bien. Lo sabíais hacer cuando
nacisteis pues todavía ninguna persona sobre la tierra os había desinformado.
Lo podéis volver a hacer con éxito volviéndoos despreocupados como cuando erais
pequeños. Este intercambio es demasiado rápido para podernos dar cuenta, y nos
permite prever un porvenir peligroso pero apasionante al tiempo que nos evita
una predestinación que da seguridad pero que es asfixiante. Es la finalidad de
la aceleración del tiempo que suprime la posibilidad de memorizar en el tiempo
normal los datos de una vida demasiado rápida. Debido a la diferenciación de
los tiempos, el inconsciente es en realidad un consciente memorizable pero en
instantes tan rápidos que siempre parece fuera de nuestra conciencia. Sin
embargo, modifica instantáneamente nuestro presente. Pues sólo las
informaciones provenientes de esas “aperturas temporales” imperceptibles os
permiten mejorar vuestro presente. Son siempre tan rápidas, que os llegan bajo
forma de intuiciones, sugerencias y premoniciones. Vuestro cuerpo se ve
obligado a seguir esas informaciones para obtener un instinto de supervivencia
permanente. Si las ignoráis, sufre, y desarrolláis un estrés con su inevitable
secuela de preocupaciones y angustias, que causan desórdenes físicos o
psíquicos. Si las seguís, podéis conocer los problemas con antelación, prever
las soluciones, encontrar los proyectos útiles o imprescindibles, y abandonar
otros proyectos, sin añoranza. Sin perjudicar nunca la libertad de nadie, os
permiten construir un futuro potencial agradable, perfeccionar vuestros
proyectos, mejorar vuestros resultados y, sobre todo, dar una
finalidad concreta a cada momento de vuestra vida. Sabiendo esto, no deberíamos nunca olvidar que en la
Tierra, disponemos a la vez de una energía eterna y de un receptáculo
corporal, provisional y mortal, de esa energía. El equilibrio
de la mente sólo es posible junto con el del cuerpo. El uno no funciona sin el
otro.
Más información sobre este tema: https://agoralibre.wordpress.com/2012/01/15/nuevos-estados-de-ser-el-desdoblamiento-del-tiempo/?preview=true&preview_id=3107&preview_nonce=d339dd8db9&post_format=standard continúa
en “El final de los tiempos”: fin de un ciclo de desdoblamiento“
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