SEPTIEMBRE 11,
2019
La frase uveartá hará mikirbejá,
que se traduce como “… y extinguirás la negatividad de tu interior”, se repite
muchas veces en la porción de la Torá de esta semana y de la semana pasada.
Pero ¿qué quiere decir?
"Conciencia… de eso se trata todo".
El Zóhar nos dice que cuando los israelitas
recibieron la Luz en el Monte Sinaí, alcanzaron el nivel de Bilá
HáMavet LaNétsaj, el nivel de la inmortalidad. Sin embargo, aunque sí
alcanzaron este nivel de conexión, revelación y separación de las fuerzas de la
oscuridad, después cayeron en un cierto nivel del Deseo de Recibir para Sí
Mismo, y perdieron ese dominio sobre la muerte. Por lo tanto, entendemos que
existen dos formas para escapar de la oscuridad; una es completa y la otra no
lo es.
Cuando los israelitas alcanzaron el nivel
de Bilá HáMavet LaNétsaj en el Monte Sinaí, atravesaron un
proceso de desprendimiento total de las fuerzas del ego y la oscuridad; pero
las fuerzas permanecieron. Ellos completaron la primera parte del proceso, el
cual era separarse de la oscuridad, pero no completaron la segunda parte que
era extinguir esas fuerzas. Y debido a que estas fuerzas seguían existiendo,
cayeron de nuevo. Para explicar este concepto con un ejemplo, es como si en un
nivel una persona con problemas de ira pudiese hacer el trabajo espiritual para
separarse de la ira, pero la verdad es que mientras solo se haya separado y no
haya eliminado por completo la raíz, entonces siempre puede caer en ello
nuevamente.
Cada uno de nosotros tiene su propio tikún,
su propia cuota de manifestación del Deseo de Recibir para Sí Mismo, y
generalmente lo que hacemos en nuestro trabajo espiritual es separarnos de esas
acciones sin extinguir su fuente. Y necesitamos extinguir esa fuente, de lo
contrario siempre podemos caer en ella nuevamente. Así que ¿cómo extinguimos
verdaderamente esas fuerzas de la negatividad en lugar de simplemente
separarnos de ellas? Conciencia… de eso se trata todo. Todo se trata sobre lo
que estamos pensando mientras peleamos estas batallas.
"TENEMOS LA OPORTUNIDAD DE CAMBIAR NUESTRA CONCIENCIA".
Continúo utilizando la ira como ejemplo, ya
que es fácil hablar de ella: una persona se da cuenta de que su batalla, o al
menos una de ellas, es contra la ira. Esta persona tiene la oportunidad de
enojarse, y sabe que para poder alcanzar su corrección tiene que luchar contra
esta tendencia. La pregunta es: ¿cuál es su conciencia al presentarse esta
oportunidad y pelear esa batalla? Para la mayoría de las personas es algo como:
“Esto es contra lo que debo luchar. Pelearé contra la tendencia a enojarme o
lastimar a otra persona”, pero no vamos más allá en nuestra conciencia. Y esa
es la habilidad que la porción y el Shabat Qui Tetsé realmente nos dan: la
conciencia de eliminar la fuente de la oscuridad y la negatividad… y eliminarla
verdaderamente es tan simple como usar la conciencia.
Necesitamos ir más allá de simplemente
decirnos: “Debo luchar contra esto para conectarme con la Luz del Creador y
recibir las bendiciones que estoy destinado a recibir”. Tenemos que decir: “No
solo hago esto para ganar esta batalla, sino también para eliminar su fuente
espiritual, la fuente de la oscuridad que me empuja”. Porque la verdad es que
incluso si ganamos la batalla el día de hoy y no nos enojamos, mañana
seguiremos teniendo la oportunidad de enojarnos. Necesitamos que nuestra
conciencia sea: “No quiero ganar esta batalla simplemente. Quiero ir a la
fuente espiritual de esta ira y eliminar una parte de ella para que mañana,
aunque tenga otro desafío que puedo vencer, la fuente espiritual de la ira ya
esté reducida”.
Y para llevar esto un paso más allá, si el
individuo no solo piensa en sí mismo y en la batalla actual, sino que también
piensa que la batalla que realiza está extinguiendo o eliminando una fuente
espiritual de esta oscuridad, con el tiempo podrá eliminar y extinguir esa
negatividad de raíz y, por ende, del mundo. Cuando una persona pelea su batalla
contra su propio Deseo de Recibir para Sí Mismo individual en cualquier forma
que se manifieste en su vida, y siempre está consciente del hecho de que está
realizando esta lucha para extinguir esta negatividad de raíz, entonces está
ayudando a la humanidad porque la fuente de la ira es la misma fuente de ira
para todos en el mundo. Y esto ocurre con los celos, el odio gratuito y cada
manifestación del Deseo de Recibir para Sí Mismo.
Cuando tenemos conciencia de la manera en la
que nuestra batalla individual influye en el mundo, recibimos fortaleza,
sabiendo que si hoy caemos en nuestro egoísmo y nos enojamos, no solo nos
afectamos a nosotros mismos, sino que también habremos fortalecido la fuente de
la ira en el mundo; y el resultado de esto es que cualquiera que esté luchando
contra la ira tenga más dificultades. Pero el lado positivo es que al saber que
si ganamos la batalla y tenemos la conciencia de querer que esto no solo sea
bueno para nosotros sino que también disminuya la fuente de ira en el mundo,
entonces ahora habremos ayudado a todo aquél que esté luchando con la misma
situación. Y cuando vamos a la batalla por el colectivo, recibimos fuerza del
colectivo.
El propósito del trabajo espiritual de la
humanidad no es regresar al estado en el que los israelitas se encontraban en
el Monte Sinaí, sino alcanzar un estado en el que no solo estemos separados de
todas aquellas fuerzas de la oscuridad, sino que también las hayamos eliminado
y extinguido completamente para que nunca puedan volver a este mundo. Mediante
la porción y el Shabat Qui Tetsé, tenemos la oportunidad de cambiar nuestra
conciencia y acercarnos a alcanzar esa meta.
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