El Centro de Kabbalah
Uno de los principios clave de la mayoría de
corrientes espirituales es desarrollar un sentido de certeza en el universo.
Nos esforzamos por tener certeza en que hay un plan para nuestra vida y que el
Creador tiene las mejores intenciones para nosotros. Trabajamos para vencer los
miedos y las dudas que tenemos sobre el futuro. Y tratamos de mantener una
conexión fuerte con la Luz cuando enfrentamos desafíos.
“TENER CERTEZA ES ESENCIAL PARA RECORRER EL CAMINO ESPIRITUAL”.
Tener certeza es esencial para recorrer el
camino espiritual. Expande nuestra capacidad de conectarnos con la Luz del
Creador, nos permite experimentar la bondad inherente que está en todo lo que
nos rodea. Pero tener certeza es más fácil decirlo que hacerlo, y a pesar de
todos los artículos y las clases que existen sobre el tema, con frecuencia
malinterpretamos lo que verdaderamente significa.
He aquí algunas malinterpretaciones sobre la
certeza que pueden retrasarnos en el desarrollo espiritual.
1. No es algo que usamos para obtener lo que
queremos
Es lógico pensar que cuando algo no sale de
la manera que nos gustaría, solo necesitamos inyectar certeza en la situación y
entonces todo resultará a nuestro favor. Pensamos que si tan solo lo creemos,
obtendremos el dinero, el empleo, la relación que queremos. Pero la certeza
verdadera significa entender que estamos exactamente donde debemos estar en la
vida, y que cada desafío u obstáculo que enfrentamos es parte de nuestro
proceso espiritual. Quizá no obtuvimos el empleo que queríamos porque hay otro
mejor esperándonos a la vuelta de la esquina. Quizá no hemos conocido a nuestra
alma gemela todavía porque está apunto de mudarse a la casa de al lado mañana.
O quizá debemos aprender alguna lección valiosa gracias a estos desafíos.
Certeza significa saber que nuestra alma está recibiendo exactamente lo que
necesita cuando lo necesita, incluso si no entendemos cómo o por qué.
2. No es fingir que no tenemos miedos o
dudas.
Como seres humanos que somos, es natural
preocuparnos por el futuro. Intentar convencernos que no estamos preocupados no
es lo mismo que tener certeza. Al igual que los desafíos en nuestra vida son
oportunidades para convertirnos en mejores versiones de nosotros mismos, los
pensamientos negativos tienen la misma función. Nuestros temores y dudas son
obstáculos que surgen, que nos obligan a tomar una decisión: rendirnos ante
ellos o superarlos. Mientras tengamos aire en los pulmones, seremos enfrentados
por los miedos y las dudas. Cuando decidimos avanzar a pesar de ellos,
desarrollamos nuestra certeza.
3. No es lo mismo que la creencia.
Cuando decimos que creemos en algo, indica
que también tenemos la capacidad de no creer en ello. Implica que hemos
decidido lo que creemos. El Rav solía enseñar que la certeza es más fuerte que
la creencia porque implica saber. La certeza es saber que la mano del Creador
está involucrada en cada aspecto de nuestra vida, al igual que sabemos que el
sol saldrá cada mañana.
4. No es algo que solo deberíamos usar en
tiempos críticos.
La certeza debe ser una parte activa de
nuestra vida diaria, no tan solo una herramienta que usamos cuando pasamos por
una situación difícil. También es importante practicar la certeza cuando las
cosas marchan bien. Deberíamos preguntarnos constantemente: “¿Qué hice esta
semana para despertar mi certeza?”.
Es fácil caer en la trampa de pensar que la
certeza es como un poder mágico que hará que todo marche tal y como queremos.
Pero ese no es el propósito de tener certeza. Recuerda que el plan que tenemos
para nosotros no es el mismo que tiene el Creador. El Creador quizá quiera que
pasemos por desafíos porque Él sabe que hay una lección que nuestra alma
necesita aprender a fin de ascender a un nivel superior.
El Creador sabe qué es lo mejor para nuestra
alma, y siempre nos dará exactamente lo que necesitamos. Exactamente cuando lo
necesitamos. Certeza es saber esto.
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