El viernes 30 de agosto, a las 10:30 hora
universal, se produce la Luna Nueva en Virgo. La Luna Nueva ocurre cuando
nuestro satélite entra en conjunción con el Sol; en esa fase la Luna no se ve y
su influjo en la psique humana disminuye; así como bajan las mareas, también en
nuestro organismo (constituido en un 75% de agua) baja nuestra “marea”.
Luna Nueva con Stellium en Virgo
El resultado de esto es que nuestro mundo
subconsciente se aquieta, y por tanto, la conciencia, que es nuestra energía
solar, adquiere más claridad.
En Virgo, la fase de Luna Nueva, que de por sí nos
da una mente más despejada de turbulencias emocionales, favorece una mayor
capacidad de análisis y observación, ayuda a discernir mejor, a distinguir lo
bueno de lo malo, lo verdadero de lo falso, nos permite ver mejor los detalles,
y tomar decisiones en forma práctica, racional y lógica.
Luna Nueva viene reforzada
En esa ocasión la Luna Nueva viene reforzada, por
un “stellium” en Virgo, que le da aún más realce a las cualidades de este
signo.
Un “stellium” es un término
astrológico que indica que varios astros coinciden en un mismo signo; en este
caso, el Mercurio, Sol, Luna, Marte y Venus.
La presencia de Mercurio de por sí refuerza mucho
las cualidades de Virgo, porque es su planeta regente, el astro de la mente y
la comunicación, por lo tanto la capacidad analítica, práctica y selectiva,
está en su máximo nivel.
La Luna Nueva se dará en una conjunción (unión) con
Marte
Lo que proyecta este ciclo mensual con un gran
impulso energético, ya que este es el astro de la acción, la competencia y la
confrontación, que en Virgo se produce en forma muy calculada, como una especie
de juego de ajedrez, donde la estrategia es lo más relevante.
Venus en Virgo está débil, por este astro mueve el
mundo de los afectos y Virgo es cerebral. Cuando analizamos mucho los
sentimientos, pierden fluidez y espontaneidad, y los vínculos que se
establecen, se dan más por asuntos prácticos que por simpatías personales.
Igual ocurre con la Luna, que mueve las emociones,
pero estas se contienen ante las cualidades cerebrales de Virgo.
En este caso, el astro más predominante es
Mercurio, el astro de los procesos mentales, que canalizará las energías de
Marte y el Sol (que tendrán mayor nivel energético que Venus y la Luna),
marcando un tiempo de acción, confrontación y conflicto, pero con sentido
práctico y calculado.
Las energías afectivas y
emotivas de Venus y la Luna pueden ser canalizadas a través de acciones que
conlleven al servicio público y el trabajo en equipo.
La Luna Nueva de manera muy precisa, junto al resto
de los planetas que forman el stellium en Virgo, estarán en un ángulo muy
armónico denominado “trígono”, con Urano en Tauro, que le dará a este muevo
ciclo lunar un fuerte impulso renovador y vanguardista.
En el gráfico (carta astral de la Luna Nueva) sólo colocamos los
planetas que hacen el “stellium” (Mercurio, Sol, Luna, Marte, y Venus, en
Virgo) y a Urano desde Tauro, que hace el “trígono” con este “stellium”, y muy
especialmente con la Luna Nueva.
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