La porción de Ékev es una continuación del
comienzo de Devarim, cuando Moshé está por dejar este mundo. En ella, él nos
enseña una lección espiritual muy importante.
"LA ANTIGUA PALABRA HEBREA BRAJÁ PUEDE SIGNIFICAR 'HACER
MÁS'."
Moshé dice que después de que una persona
come o realiza alguna acción de este mundo físico, debe bendecir a Dios: uverajta
et HaShem Eloeija. Durante las oraciones —incluso en el kadish,
una oración muy poderosa— hablamos de dar bendiciones al Creador. En términos
religiosos, la gente entiende este concepto de bendición como dar gracias de
una manera u otra. Pero los kabbalistas dicen que el Creador ciertamente no
necesita nuestro agradecimiento. Entonces, ¿cuál es el entendimiento profundo
de este concepto de bendecir al Creador?
Hay una explicación dada por el Kabbalista
Rabeinu Bajié, quien nos dice que la antigua palabra hebrea brajá puede
significar “bendición”, que es la forma en la que se traduce literalmente, pero
también significa “una adición” o “hacer más”; es decir, que nosotros, a través
de nuestras bendiciones y oraciones, sumamos o hacemos más poder para la Luz
del Creador. Y he aquí el secreto: a través de nuestras oraciones y
bendiciones, en realidad damos fuerza y poder a la Luz del Creador.
Rabeinu Bajié cita una historia del Talmud en
la que Yishmael el Sumo Sacerdote entró en el Santo de Santos del Templo en
Jerusalén, y el Creador se acerca a él y dice: “Yishmael, hijo Mío, dame una
bendición”. ¿Qué significa que el Creador le pida a un hombre que le dé una
bendición? ¿Para qué podría llegar a necesitar el Creador una bendición? El secreto
de esta interacción, tal y como Moshé nos enseña en la porción Ékev y Rabeinu
Bajié nos dice, es que cuando damos una bendición al Creador le añade fuerza y
un espíritu de santidad a los Mundos Superiores. Y por lo tanto, nuestras
bendiciones causan que el mundo reciba más de la Luz del Creador.
"LA LUZ QUIERE DESCENDER Y SATISFACER NUESTRA NECESIDAD O
CARENCIA".
También dice que el Creador desea y anhela
nuestras oraciones. No obstante, el Creador ya sabe lo que nos falta o lo que
cada uno de nosotros necesita; por consiguiente, ¿cuál es el propósito de orar
por algo que el Creador ya sabe? ¿Qué significa que el Creador desea nuestra
oración? Retomando lo que mencioné antes, el secreto es que proviene de la
palabra brajá, cuyo origen es una palabra que es como un “manantial”, crear
más. Es decir, que nosotros creamos más.
Este, dice Rabeinu Bajié, es el secreto del
concepto de bendición y oración. De nuevo, no se trata de dar gracias. No es
recordarle al Creador aquello que nos falta. Sino que nosotros, a través de
nuestras bendiciones, oraciones y trabajo espiritual, en realidad le damos al
Creador la capacidad de irradiar Luz y bendiciones al mundo mundo.
Para profundizar un poco más este concepto,
el propósito de nuestro trabajo espiritual es crear canales por medio de los
cuales pueda descender la Luz que existe y quiere ser revelada. Imagina una
enorme torre de agua, repleta de agua, y una ciudad con miles de personas
sedientas, pero que nadie haya pensado en conectar los ductos a través de los
cuales puede fluir el agua desde la torre y llegar a la ciudad. Nuestro mundo
existe de esta manera hoy en día. El agua es como nuestra plenitud, y lo que no
existe —o ciertamente no existen suficientes— son los canales y caminos por
donde la Luz pueda fluir hasta llegar a nuestro mundo.
Cuando oramos, cuando hacemos una conexión
espiritual, lo que hacemos es crear un nuevo ducto mediante el cual pueda fluir
la Luz hacia nuestra vida y el mundo. Entonces, cuando Moshé les dice a los
israelitas que su trabajo espiritual es uverajta et HaShem Eloeija —dar
a Dios la capacidad— está diciendo que el Creador quiere dar, pero no puede.
Porque solo nosotros podemos crear esos caminos.
Es un entendimiento muy hermoso y poderoso de
nuestro trabajo espiritual. El Creador desea nuestras oraciones porque la Luz
quiere descender y satisfacer nuestra necesidad o carencia, pero sin las oraciones
no hay un camino para que llegue. Cuando una persona ora con la conciencia
adecuada, lo que hace es crear un nuevo camino para que la Luz de aquello por
lo que está orando fluya hacia su vida. Ese es el propósito de la oración. Ese
es el propósito de las bendiciones. Cada vez que una persona hace una bendición
lo que hace es abrir un nuevo camino.
Es una comprensión muy poderosa y
significativa de nuestro trabajo espiritual: “Voy a crear un nuevo camino por
medio del cual la Luz del Creador pueda venir a mi vida y a este mundo”. Y lo
que este entendimiento hace además es aclararnos que nuestro trabajo espiritual
no es tan difícil; no estamos creando Luz, no estamos creando plenitud, porque
todo eso ya existe. Todo lo que tenemos que hacer es abrir los canales. Crear
el agua es mucho más difícil que colectar agua, y todo lo que tenemos que hacer
es perforar un agujerito en la torre a fin de que el agua pueda salir. Con esta
conciencia, entendemos que no existen las acciones pequeñas. Cada oración,
conexión y acción de compartir abre ese ducto.
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