Por tradición, este es un Shabat diseñado
específicamente para la teshuvá. En este Shabat, el líder, el
rabino o quien sea la cabeza de la congregación despierta un espíritu de
arrepentimiento en la gente para que cambien sus hábitos y sean personas
mejores, con el objetivo de que todos obtengamos el perdón.
“HAY INDICIOS
DENTRO DE ESTA PORCIÓN PARA AYUDARNOS A ENTENDER DE QUÉ TRATA ESTE SHABAT”.
Esto ha ocurrido por mucho tiempo, y tal como
el Zóhar señala, no podemos eliminar o borrar las cosas negativas o
transgresiones que hemos causado simplemente con ignorarlas, tampoco diciendo
“lo lamento”. Si bien el canon religioso dice que el propósito de este Shabat
es despertar sentimientos de remordimiento y cambiar nuestras acciones, pues
han ignorado o simplemente eliminado el verdadero propósito de lo que este día
tiene para ofrecer a fin de mejorar nuestra vida.
El verdadero propósito, desde la perspectiva
del Zóhar, no es despertar un sentido de culpa; hay indicios dentro de esta
porción para ayudarnos a entender de qué trata este Shabat.
Aunque Haazinu es muy poética, ¿podemos
entender lo que dice Moshé? Moshé dice: “Escuchen, Cielos, yo hablaré”. También
la estructura de esta porción es completamente diferente. De hecho, Haazinu es
una de las porciones más cortas, ya que contiene solo 52 versículos. Pero ¿por
qué tenemos esta estructura que está compuesta por dos tríadas que forman el
Escudo de David?
El Zóhar explica que Dios le dijo a Moshé
cómo estructurar este pergamino, nuestra herramienta, con las características
necesarias que nos ayudarían a elevarnos para mejorar nuestra vida; el Escudo
de David está compuesto de 52 versículos. El número 52 es el valor numérico de
la palabra Maljut, lo cual significa que esta sección trata con la realidad
física tal como la vemos y conocemos, y el propósito de esta semana —y los diez
días entre Rosh Hashaná y Yom Kipur, incluyendo Shabat Shuvá— es contribuir con
este objetivo. Nunca ha existido una herramienta exitosa para lograr que la
gente cambie. La única ocasión en la que la gente cambia es cuando entienden
que el cambio producirá una mejora de su vida física o plenitud en este entorno
caótico.
El Zóhar explica que las transgresiones deben
ser borradas y compensadas en cada Shabat, no simplemente en este Shabat; pero
como se ha etiquetado a este Shabat con el concepto de arrepentimiento,
entendemos que este Shabat nos da la oportunidad de volver al futuro. El Zóhar
dice que la razón subyacente del caos en este mundo es porque estamos limitados
a los conceptos del tiempo, el espacio y el movimiento. No podemos viajar al
pasado y solo decir: “Lo lamento”.
“LAS LIMITACIONES
DEL TIEMPO, EL ESPACIO Y EL MOVIMIENTO PUEDEN SER APARTADAS”.
En Yom Kipur, pedir que nos perdonen y no
tomar en cuenta a las personas que hayamos lastimado podría quitarnos algo de
culpa, pero no elimina la transgresión o el dolor que les hayamos causado a
otros. Con nuestra habilidad de volver en el tiempo, sin dar los detalles
físicos sobre su funcionamiento, podemos corregir literalmente ese dolor; no
solo en esta vida, sino en cualquier vida.
El Zóhar dice que los celos son la causa del
98 % del caos en el mundo y que debemos entender esto y también reconocer que
tenemos la capacidad de obtener misericordia; nos han regalado la capacidad de
obtener toda la plenitud que buscamos. Este Shabat es muy poderoso para
eliminar el tiempo, el espacio y el movimiento. Tenemos el apoyo aquí y ahora
para despertar en nuestra conciencia la comprensión de que tenemos esta
habilidad para que los celos ya no predominen en nuestra mente. Así nos
conectamos con el Maguén David (Escudo de David).
Cuando Moshé dice: “Escuchen, Cielos”, el
Zóhar explica que se está refiriendo a aquellos niveles de conciencia que no
son de naturaleza física. Hay factores energéticos inmateriales muy reales
aquí, y no están limitados por la realidad física del tiempo, el espacio y el
movimiento. Al eliminar los efectos del caos que provienen de la envidia, las
limitaciones del tiempo, el espacio y el movimiento pueden ser apartadas. Vamos
a elevar nuestra conciencia por encima del tiempo, el espacio y el movimiento.
Es momento de que pongamos fin a este escenario que nos mantiene viendo
repeticiones del mismo programa de televisión, como si nunca fuese a terminar.
Estos 52 versículos son las semanas del año y
el reconocimiento de que vamos a estar en el Cielo, en Zeir Anpín. El Cielo no
es lo que creemos que es o lo que nos han contado, es el Universo Perfecto. Con
estos 52 versículos y el Maguén David, tenemos una oportunidad de cambiar
nuestra mentalidad y fortalecernos para trascender los celos, porque los celos
no son más que otro recordatorio de nuestras limitaciones.
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