¿Alguna vez has notado que cuando te quejas
de algo que te incomoda, el problema parece crecer en lugar de disminuir? Quizá
has tenido un largo día y te estás quejando del trabajo con tu pareja. Esperas
que hablar de tus problemas te haga sentir mejor, pero de alguna manera
terminas todavía más enojado. Esto incluso sucede a veces en un grupo. Tal vez
tus compañeros de trabajo y tú están quejándose del jefe a la hora del
almuerzo. Cuando todos terminan de comer, están de mal humor y se sienten
completamente estancados en una situación sin salida.
"TODO EN
NUESTRA VIDA PROVIENE DIRECTAMENTE DEL CREADOR".
Si bien es importante abrirnos y conversar
con otras personas cuando estamos luchando con algo, con frecuencia podemos
caer en el territorio de las quejas. Cuando nos quejamos,
concentramos nuestra atención en lo negativo de la situación en lugar de las
soluciones o las lecciones de vida. Quizá pensamos que estamos expresando
nuestras frustraciones, pero en realidad les estamos dando energía. Y cuanta
más energía demos a algo, más fuerte se vuelve. Es por ello que quejarse es una
poderosa fuente de desconexión y caos en nuestra vida. Tiene el poder de atraer
más negatividad a nuestra vida e intensificar nuestros problemas.
Entonces, ¿qué podemos hacer cuando nos damos
cuenta de que comenzamos a quejarnos? ¿Cómo podemos cambiar nuestra conciencia?
1. Entender que quejarse es desconectarse del
Creador.
Si creemos que todo en nuestra vida proviene
directamente del Creador, entonces deberíamos entender que incluso nuestros
obstáculos son regalos ocultos que tienen la función de enseñarnos algo o
impulsarnos en una nueva dirección. Por lo tanto, cuando nos quejamos sobre
nuestra situación, en realidad nos estamos quejando del Creador y diciéndole
que no nos agrada lo que Él ha puesto en nuestra vida. Lo opuesto de la queja
es apreciar las bendiciones en nuestra vida. Esto no quiere decir que nos
engañemos al creer que todo siempre está bien y que no necesitamos conversar
las cosas cuando no marchan bien. Esto solo significa que entendemos que
incluso los desafíos de la vida son una bendición con el propósito de
transformarnos y mejorar.
2. Pregunta “por qué”.
En lugar de quejarte, un método mejor es
preguntar al Creador: “¿Por qué enviaste esto a mi vida? ¿Qué quieres
enseñarme?”. Cuando hacemos esto, nos abrimos a las verdaderas lecciones que
debemos aprender y nos ayuda a obtener una nueva gratitud por nuestras
circunstancias. Lo mismo sucede cuando algo maravilloso ocurre. Podemos
disfrutar de esta experiencia en un nivel físico, pero también es importante
conectarnos con la razón detrás de ella, el verdadero propósito, a fin de
disfrutar plenitud duradera.
3. Asume la responsabilidad.
Al quejarnos, hacemos de alguien o algo la
causa de nuestra infelicidad. Creemos que si esa persona actuara de forma
diferente o si nuestra situación cambiara, seríamos felices. Esto en realidad
da a la persona o a la situación un poder increíble sobre nosotros: el poder de
controlar cómo percibimos nuestra vida y, en algunas situaciones, ¡hasta cómo
nos percibimos a nosotros mismos! Cuando reconocemos que podemos controlar cómo
reaccionamos ante una situación y lo que podemos recibir de la misma, podemos
ver que la situación no tiene que controlarnos. Es fácil culpar a otras
personas por nuestros infortunios; es mucho más difícil ver que tenemos el
poder para superarlos. Por supuesto, algunas veces habrá personas nocivas y a
veces tenemos que hacer cambios en nuestra vida, pero estos cambios debemos
hacerlos con claridad, aceptación de las lecciones de la vida y un esfuerzo por
seguir adelante.
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Quejarse es un impulso natural. Todos
experimentamos momentos de apreciación y de quejas. A veces sentimos la Luz a
nuestro alrededor y vemos todo como una hermosa lección de vida. Otras veces
nos cuesta ver que algo bueno podría surgir de una situación. Es un proceso
constante por el que pasamos a fin de hallar apreciación por todas las cosas.
Se requiere de mucha certeza en que el Creador quiere lo mejor para nosotros.
Si confiamos en que el Creador sabe lo que nuestra alma necesita, podremos
avanzar con más apreciación y menos quejas.
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