Bereshit significa “en el principio” y es la
primera lectura del año. En estos últimos 4000 años ha habido un malentendido
total en la comprensión de la Creación. La razón por la que digo esto es porque
si la Kabbalah hubiese estado disponible para todos, hasta para la ciencia, no
habrían distintas interpretaciones sobre cómo comenzó el mundo. Nunca entendí
el conflicto entre la Iglesia y la ciencia ni las teorías que han surgido sobre
el big bang, hasta ahora. Se ha ignorado la cosa más simple y, una
vez que se hace simple, está fuera del campo de la ciencia.
“TODO LO QUE ESTÁ
EN EL MUNDO FÍSICO ES ILUSORIO, ESO INCLUYE AL TIEMPO”.
¿En el momento en el que encontramos los
esqueletos de dinosaurios, no queda claro que éstos desaparecieron? Tenemos la
prueba de que existieron, pero ¿cuántas pruebas necesitamos de que los
dinosaurios ya no existen? El Zóhar, en la porción de Bereshit, dice que nada
se extinguió; entonces, ¿qué ocurrió con los grandes dinosaurios? Estamos entre
ellos. Se redujeron a lagartos pequeños. Adán era tan alto que alcanzaba los
cielos. Él no les temía a los pequeños lagartos de sus días, así como nosotros
no les tememos a los lagartos actuales. Dado que se ha ignorado esta idea
simple, hemos tenido que enfrentar el caos.
La Biblia lo dejó bien claro y Rav Shimón bar
Yojái también lo dijo: nunca debemos hacer una traducción literal de la Biblia
porque es un código, y la herramienta para descifrar este código es el Zóhar.
El Zóhar señala que todo lo que está en el mundo físico es ilusorio, eso
incluye al tiempo.
Incluso en vidas anteriores, la materialidad
estaba con nosotros. El tiempo, el espacio y el movimiento todavía tienen peso
en nuestra rutina diaria porque no hemos entendido la idea de que lo físico es
ilusorio. El domingo es una ilusión, también lo es Shabat, el cual observamos
porque vivimos en la conciencia de la materialidad. El Zóhar dice que cuando
entendamos que el tiempo, el espacio y el movimiento son una ilusión, Shabat
desaparecerá; pero hasta ese momento, tenemos que usar estas herramientas como
leer la Torá y guardar los preceptos de Shabat.
“De acuerdo con el Zóhar, el caos es una
ausencia de entendimiento”.
La Biblia, en Bereshit, habla de una energía
que la conciencia no puede captar con los cinco sentidos, una energía que no
podemos medir. Es la energía que nos hace hacer cosas tanto de manera positiva
como negativa. Una vez que entendamos su significado, podremos aprender a usar
dichas energías. Hasta que llegue ese momento, estamos sujetos a los caprichos
de la energía positiva o negativa, como un viaje en montaña rusa.
De acuerdo con el Zóhar, el caos es una
ausencia de entendimiento. El Zóhar explica que Bereshit es la semilla y que el
mundo real es una energía de entendimiento. El mundo real no es el mundo
físico. No dicta que una persona nos persiga; él o ella no es nuestro enemigo.
Nada físico es nuestro enemigo. La humanidad debe enfrentar condiciones físicas
caóticas a causa de la energía negativa creada por el ser. Nosotros trajimos
este caos hacia nosotros, pero la mayoría no hemos aprendido esta verdad. Aún
tenemos un chivo expiatorio.
“NADA FÍSICO ES
NUESTRO ENEMIGO”.
El Zóhar dice que nadie más es responsable de
nuestro caos y que si no vemos a un nivel que no es visible, no podremos
eliminar las condiciones caóticas. En Bereshit estamos en la semilla de esta
conciencia, saber que no son las acciones de otros, sino las nuestras, las que
crean nuestra propia realidad; que somos responsables de todo lo que nos
ocurre.
El Zóhar dice que en Bereshit captamos la
idea de que el mundo físico es un desarrollo, una evolución de nuestra
conciencia (que es el aspecto inmaterial). Los siete días de la Creación se
refieren a las Sefirot, siete niveles de energía o Nombres de Inspiración
Divina. Estas energías deben integrarse en nuestra conciencia para lograr
entender la verdadera realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario