Hemos aprendido que todo lo
que es de naturaleza física tiene dos aspectos: la realidad ilusoria del 1 % y
el 99 % que es la realidad verdadera. El Zóhar explica que las bendiciones
proporcionan una conexión con Biná, la Madre Celestial, y que gracias a la
manera en la que están configuradas las bendiciones de los alimentos con el
alfabeto hebreo, hacemos una conexión con la verdadera realidad de los
alimentos: su sustancia metafísica, no solamente con su sustancia física.
"EN YOM KIPUR SUCEDE ALGO ESPECIAL: SE REVELA EL ASPECTO INTERNO DE
BINÁ".
Pero a lo largo del año,
cuando hacemos estas bendiciones antes de comer y beber, solo atraemos el
aspecto externo del Mundo Superior de Biná. Y si bien es metafísico, —que, por
cierto, es el único aspecto que puede alimentar al cuerpo— todavía se trata de
algo de naturaleza temporal dado que la Vasija no es la Luz. Así que debemos
comer una y otra vez.
Durante el año, el cuerpo
sigue siendo el cuerpo y la naturaleza física de los alimentos sigue
involucrada; así que por más que elevemos el nivel del alimento físico, su
presencia en este mundo sigue siendo una realidad. Es una realidad ilusoria,
pero aún así existe. Esto es lo que nos impide alcanzar una conexión con el
aspecto interno de Biná.
El Zóhar dice que en Yom
Kipur sucede algo especial: se revela el aspecto interno de Biná. Las puertas
están abiertas y cualquiera puede hacer su conexión con este aspecto interno y,
de hecho, la única manera en la que podemos detener esta conexión con el
aspecto interno de Biná es comiendo.
A lo largo del año, hay una
válvula de seguridad; la energía que fluye a través de Zeir Anpín ya está
diluida y no es la energía pura y cruda de la Luz directa. Y sabemos que cada
vez que tenemos una disminución, un descenso de energía, tenemos protección porque
si nos conectamos directamente con esta energía podríamos quemarnos.
Pero en Yom Kipur, Maljut,
somos restaurados a la posición de la Creación. Antes del pecado de Adán, Adán
atraía la energía directamente, razón por la cual él estaba destinado a vivir
para siempre. No había muerte; aunque él atraía la Luz de forma directa, estaba
protegido y la energía no lo quemaba.
"EN YOM KIPUR NO QUEREMOS NINGUNA PRESENCIA DE MALJUT".
Yom Kipur es cuando Zeir
Anpín ya no es la capa protectora de esta energía pura y cruda llamada Biná.
Estamos expuestos de forma directa a esta energía debido a que somos
restaurados al nivel de Adán (hombre) original en el que no había
contaminación, no había descenso de energía. Cualquier descenso significaría
que el año debe ser una disminución de energía reducida, y energía reducida
implica que las klipot pueden asentarse.
Entonces, ¿por qué no
comemos en Yom Kipur? ¿Acaso es un ritual religioso? No, dice el Zóhar. Comer
estimula al cuerpo físico; se siente la presencia del cuerpo físico, que es
diametralmente opuesto a la energía de Biná y su característica dadora. Si nos
involucramos con el cuerpo, entonces nos conectamos con la energía-inteligencia
interna del cuerpo: el Deseo de Recibir para Sí Mismo.
Por lo tanto, la Biblia
recomendó que no comamos en Yom Kipur para que el cuerpo no sea estimulado y
sienta que existe. Si alguien estimula su cuerpo con lociones, comida, baños o
sexo, en esencia está creando una desunión y disparidad con la Luz. Cuando
hacemos restricción en Yom Kipur al no tomar un baño, comer, aplicarnos
lociones, etc. se crea una afinidad con la Luz que está disponible en este día.
De cualquier manera que la
trates, la energía interna de un alimento está contenida en una Vasija. Así que
por más que queramos —a través de las bendiciones— alcanzar una conexión
directa con el aspecto interno de Biná, seguimos lidiando con el aspecto físico
de la comida.
Con base en este concepto,
al no comer en Yom Kipur no generamos dolor al cuerpo. Simplemente no estamos
permitiendo una interferencia de cualquier naturaleza transformadora, porque
cuando comemos nos estamos relacionando con algo de índole física. Aquí
tratamos de evitar cualquier cosa que se asemeje a la materialidad ya que la
energía pura y cruda quema cualquier cosa de naturaleza física. En Yom Kipur no
queremos ninguna presencia de Maljut y, por consiguiente, tenemos las cinco
restricciones que evitan que creemos separación o perturbemos el contacto entre
nosotros y la energía misma.
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