Canalizado por Gillian MacBeth-Louthan
Hijos de la Iluminación, dejen que sus
espíritus se remonten sobre el viento que susurra a través de sus corazones.
Dejen que sus espíritus se remonten sobre la canción de un pájaro, el guiño de
una estrella, el murmullo de un arroyo. Dejen que sus espíritus viajen sobre la
cola del arco iris. Yo soy la Mujer Búfalo Blanco. Yo Soy la que entreteje y
sana los agujeros en su corazón. Hilo Luz como una araña, atrapando el rocío
matinal de la esperanza.
La Ascensión no está disponible hasta que
hayan aceptado todo lo de la Tierra: sus dilemas, sus angustias, sus dolores.
Porque ustedes vinieron a despejar y amar la carne de su carne que viene del
cuerpo de la Madre Tierra. Al no amar su
humanidad, al no amar su terrenalidad,
al no amar las células, los órganos, los pelos y las arrugas de su cuerpo, no
están amando a su Madre Tierra. Solo la pueden sanar si USTEDES se aman.
Deténganse a diario y amen cada pulgada del
cuerpo humano que llevan puesto sobre su luz. Se les pide que ingresen en este
próximo portal de Luz amando cada molestia, cada dolor, cada hueso, cada pelo,
cada pizca suya adentro y afuera. Es fácil amar a las ballenas, los árboles y
el arco iris, pero no es fácil amar su humanidad. ¿Aman quiénes son en este
instante? Cada intersección de la vida está grabada en las memorias de su
carne.
Cada elección que hicieron alguna vez –sin
importar cómo la vean ahora- fue una elección divina. Cada experiencia que
germinaron, cultivaron y luego cosecharon fue una creación manifestada y dada a
luz por la Divinidad interior. Cada persona en la Tierra está teniendo una
experiencia distinta. No juzguen sus experiencias, no la critiquen, no la
analicen, no la reprendan, porque sus experiencias son perfectamente divinas,
ya que ella las creó.
Las energías inminentes les piden que se
equilibren interiormente y no se preocupen si su prójimo está equilibrado, si
su marido está equilibrado o su jefe está equilibrado. El equilibrio empieza y
termina en ustedes. Lo que hagan los demás como su experiencia de aprendizaje
no es de su incumbencia. No se ocupen de los pormenores de cambiar a otros,
ocúpense de honrar sus propias elecciones, sus energías, sus frecuencias y sus
retos.
Cada uno de ustedes ha llegado a un cañón
encajonado. Parecen estar al final de su cuerda y de sus elecciones. Queridos,
comprendan que se les pide que muevan montañas, que cambien la estructura
molecular de lo que bloquea su camino, que atraviesen lo que los mantiene
disminuidos, separando los mares de su vida. Anden empoderados sabiendo que
pueden cambiar lo que ordenaron que existiese.
Porque ustedes ordenaron que existiese cada
ítem en su vida, en su armario, en su piso y en su cuerpo. Ustedes lo crearon
en el mundo físico. Yo, la Mujer Búfalo Blanco, les pido que amen todas sus
creaciones – porque Dios no reprende ni siquiera a una de sus creaciones – las
ama a todas, sin importar cuánto deje de amarse la creación. Se les pide que
tomen la postura del Creador y amen todo lo que hayan manifestado en su vida.
Todos ustedes se hallan en la Puerta de El
Sol. Experimentarán un eclipse del sol. Esto no significa que la negrura
entrará en su corazón, sino que irán a su interior, al portal del corazón, y se
involucrarán en todo lo que han creado para aprender de ello. Del otro lado de
todos los agujeros negros hay estrellas que están naciendo. Den a luz a esa
estrella en su interior.
Caminen hacia el sol. El sol es una puerta de
pura luz. Es un agujerito en el cosmos, y la veracidad de Dios brilla a través
de él. Entren en el sol interior. Acepten quiénes son. Yérganse en su luz. Yo
soy la Mujer Búfalo Blanco. Los dejo en amor y bendiciones.
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