Monica y Michael Berg. Escúchalo y subscríbete aquí.
El miedo puede ser una herramienta poderosa para el crecimiento y la transformación, pero es algo de lo que nos podemos desprender en definitiva cuando ascendemos a una conciencia en la que ya no tenemos miedo. En lugar de esconderte de tus miedos, míralos detenidamente. Si son miedos ilógicos que no te sirven, busca la oportunidad de crecer a partir de ellos, sabiendo que te están robando la alegría y el potencial del día de hoy, y confía en que el Creador te acompaña.
El miedo es algo con lo que todos lidiamos en algún nivel
cada día, ya sea la ansiedad por llegar tarde a una cita, la preocupación por
nuestra salud o incluso el temor de que algo malo vaya a suceder. No siempre
nos damos cuenta del efecto negativo que el miedo puede tener en nuestra vida.
El miedo puede impedirnos seguir nuestros objetivos y crecer de forma
significativa. Afortunadamente, existen métodos tanto para aprovechar como
erradicar el miedo.
He aquí cinco consejos para superar el miedo:
1. Evalúa si tus miedos son sanos, reales o ilógicos.
Hay tres tipos de miedo. Los miedos sanos nos preparan para
nuestra supervivencia y protección. Nos mantienen a salvo al hacernos
conscientes de nuestro entorno y nos ayudan a tomar las precauciones necesarias
para no salir heridos. Los miedos reales se basan en cosas que sabemos que
ocurren, como la muerte, la enfermedad o la pérdida de un ser querido. Estos
miedos pueden ser útiles, ya que pueden llevarnos a comer más sano o a pasar
más tiempo con nuestros seres queridos. Y luego están los miedos ilógicos. El
miedo a las arañas, a las alturas, a los espacios pequeños, al rechazo, al
fracaso… nos paralizan y nos impiden crear la vida que queremos.
La mayoría de las veces nos quedamos estancados en los
miedos ilógicos. Los miedos sanos y reales pueden ser útiles en el contexto
adecuado, pero los miedos ilógicos nos impiden crear cambios y seguir nuestros
sueños. Cuando sientas miedo, tómate un momento para evaluar de dónde proviene
el miedo. Pregúntate: “¿Este miedo me impulsa a crecer y cambiar, o simplemente
me paraliza?”. Si el miedo te está llevando a la inacción en lugar de a la
acción, es un claro indicio de que es algo en lo que debemos esforzarnos por
erradicar.
2. Presta atención a lo que tu miedo te está mostrando y
pregunta: “¿Cuál es la oportunidad de crecimiento?”.
La mayoría de las personas ven el miedo como una señal de
alto. Algo nos da miedo, así que queremos correr en dirección contraria,
evitarlo o fingir que no existe. En realidad, todo lo que llega a nuestra vida
tiene un propósito. Todas las emociones, incluidas la tristeza, la ira o el
miedo, son indicadores para llevarnos a una determinada conciencia. Nos dan
información sobre aquello a lo que debemos prestar atención. La clave es
convertirnos en un observador, reconocer la emoción y preguntarnos: “¿Cuál es
la oportunidad? ¿A qué tengo que prestar atención?”.
Permítete mirar a tu miedo directamente a la cara y decir:
"¿Qué haría si no tuviera miedo?". Al hacerlo, obligas a tu cerebro a
pensar en otras opciones y oportunidades. En lugar de alimentar el miedo, ahora
puedes elegir un camino diferente.
3. Recuerda que el miedo te está robando momentos de alegría
y potencial.
La mayor parte de nuestra vida, hacemos todo lo posible para
asegurarnos de que no nos roben nada. Depositamos nuestro dinero en el banco,
guardamos nuestras joyas en una caja fuerte y cerramos con llave las puertas
del auto. No obstante, permitimos que el miedo nos robe demasiado todo el
tiempo.
El miedo es lo que impide que la gente salga y haga las
cosas que le gustan. Tendemos a poner excusas para explicar por qué no podemos
avanzar: estamos demasiado viejos, demasiado jóvenes, no tenemos suficiente
dinero, no es el momento adecuado. Pero son excusas, porque en realidad es el
miedo lo que nos frena. Cuando estás ocupado en el espacio del miedo, entonces
no estás invirtiendo tiempo y energía en lo que podrías llegar a ser, y así te
roba tu potencial.
El miedo también nos roba el momento presente de alegría y
felicidad. Aun si las cosas que tememos acaban manifestándose, los momentos que
perdemos por la preocupación no vuelven. Hay una pérdida de felicidad, alegría
y placer debido a los días que damos cabida al miedo.
Mira todos los miedos que tienes ahora mismo e imagina cómo
será tu vida si sigues alimentando el miedo. Imagina tu vida y siéntela
profundamente. Ahora imagina que erradicas el miedo. ¿Qué camino preferirías
seguir?
4. Confía en que el Creador es quien tiene realmente el
control y quiere lo mejor para ti.
El miedo detrás de todos los miedos es el miedo a lo
desconocido. ¿Qué va a pasar? ¿Qué pasa si algo sale mal? La parte desconocida
de la vida es la que nos hace tropezar. Todo parece muy incierto y fuera de
nuestro control.
En realidad, nosotros no controlamos casi nada. Podemos
hacer planes, pero el día podría marchar así o no. No tenemos ni idea de lo que
va a pasar. Incluso cuando respiramos, no tenemos realmente el control; nuestro
cuerpo y el Creador nos asisten.
A fin de erradicar verdaderamente el miedo, tenemos que
despertar la certeza en el panorama completo. El Creador, en definitiva, quiere
lo mejor para nosotros; aun si no vemos cómo en el momento. Confía en el proceso
del Creador. Esto no significa que vas a obtener todo lo que quieres o que todo
funcionará exactamente como lo planeas, pero, en última instancia, es para el
beneficio de tu alma.
5. Ten la certeza de que puedes superar el miedo con el
trabajo y el crecimiento espiritual.
Con frecuencia tratamos de mitigar o reducir nuestros miedos
mientras intentamos seguir siendo las mismas personas que somos hoy. En
realidad, no es posible erradicar el miedo si no estamos creciendo y cambiando
constantemente, y convirtiéndonos en personas diferentes. Uno de los objetivos
de nuestro trabajo espiritual es elevarnos al punto de que esos miedos no
tengan control sobre nosotros.
Es posible llegar a un estado en el que el miedo no te
afecte, aun el miedo a la muerte. Se puede vivir una vida en la que no haya
miedo. Requiere trabajo y crecimiento espiritual, pero se comienza con saber
que es posible.
El miedo puede ser una herramienta poderosa para el
crecimiento y la transformación, pero es algo de lo que nos podemos desprender
en definitiva cuando ascendemos a una conciencia en la que ya no tenemos miedo.
En lugar de esconderte de tus miedos, míralos detenidamente. Si son miedos
ilógicos que no te sirven, busca la oportunidad de crecer a partir de ellos,
sabiendo que te están robando la alegría y el potencial del día de hoy, y
confía en que el Creador te acompaña. Y, sobre todo, ten la certeza de que es
posible superar esos miedos a través de la transformación espiritual.
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