NOVIEMBRE 13, 2022
En nuestras oraciones, a veces podemos pedirle sustento, sanación,
prosperidad y bendiciones al Creador. Pero aprendemos de los kabbalistas que la
alegría que puede obtenerse de cualquier bendición es directamente proporcional
a cuánto podemos compartir de esa bendición.
A primera vista, la porción de esta semana, Jayei Sará, es una simple historia sobre una mujer llamada Sará quien murió a los 127 años de edad. Sin embargo, cuando vemos con el lente del Zóhar, se convierte en mucho más que una historia. Se convierte en un código. Por ejemplo
, la Biblia nos dice que Sará tenía 127 años, ¿qué significa eso? El Zóhar explica que a los 100 años Sará era tan hermosa como a los 20 y tan pura como a los 7. Este es un mensaje para nosotros sobre la energía de Sará, sobre la vitalidad y la pureza para las cuales tenemos el apoyo para alcanzar en esta semana tan especial."¿Qué
es lo que realmente quiero y cómo puedo usarlo para ayudar a otros y al
mundo?".
El Zóhar
revela que la razón por la que Sará era considerada tan pura es porque conocía
al Creador. Conocer al Creador es estar en afinidad con Su manera de actuar:
incluir a todos, estar continuamente en un marco mental que tenga en cuenta el
bienestar de los demás. Sará entendía que diariamente tenemos la capacidad de
volver positiva la energía que existe en ese día al pasar de una conciencia del
“yo” a una conciencia del “nosotros”. Las oraciones de Sará no eran solo para
ella, sino para el mundo.
"La
alegría que puede obtenerse de cualquier bendición es directamente proporcional
a cuánto podemos compartir dicha bendición".
Algunos
de nosotros oramos en comunidad como lo hacemos en el Centro de Kabbalah. Otros
lo hacemos de manera solitaria. Algunos oramos de pie, otros de rodillas; no
importa cómo oremos, lo importante es hacerlo porque las oraciones son un
regalo que tenemos para conectarnos con el Creador y conocerlo. En nuestras
oraciones, a veces podemos pedirle sustento, sanación, prosperidad y
bendiciones al Creador. Sará oraba, pero no por ella. Por supuesto, Sará nació
con un Deseo de Recibir como cada uno de nosotros. Así fuimos hechos, fuimos
creados para querer para el “yo”. Pero aprendemos de los kabbalistas que la
alegría que puede obtenerse de cualquier bendición es directamente proporcional
a cuánto podemos compartir dicha bendición. Por lo tanto, en esta semana,
cuando tenemos a nuestra disposición la energía completa de Sará, es el momento
perfecto para pedirle al Creador en nuestras oraciones, ciertamente, beneficios
para nosotros, pero quizá no solo podemos pedir para nosotros, sino para
beneficiar a los demás.
En los
próximos siete días, pregúntate: ¿Qué es lo que realmente quiero y cómo puedo
usarlo para ayudar a otros y ayudar al mundo? Y no olvidemos las
bendiciones que ya tenemos. No importa lo mucho o poco que tengamos, siempre
hay mucho por compartir si realmente buscamos. Esta es una poderosa semana para
comenzar a compartir esas bendiciones también y, al hacerlo, podríamos obtener
un poco más de satisfacción de las cosas que tenemos y más vitalidad, pureza y
alegría de todo lo que pedimos.
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