Avraham tenía dos hermanos, Harán y Nahor, y es en esta porción de Nóaj que
Harán muere. El Arí nos dice que Harán reencarnó posteriormente en Aharón, el
hermano de Moshé, un gran gigante espiritual. El nombre Aharón tiene
al nombre Harán en él con la adición de una Álef,
que representa una inyección de la Luz del Creador.
"Entender que nuestra singularidad y cómo todas las situaciones son siempre perfectas".
Durante la época de
Avraham, la gente pensaba que había muchas fuerzas en el mundo y que se debían
adorar diferentes ídolos para recibir ayuda en cosas distintas. Pero Avraham
comenzó a darse cuenta de que hay solo una única fuerza en este mundo y es en
ésta en la que debemos concentrar nuestras energías, conectándonos y
unificándonos con esa fuerza, en lugar de adorar a distintos ídolos.
Sin embargo, Téraj, su
padre, era un gran idólatra cuyo negocio era vender ídolos a mucha gente. Así
que cuando vio que su hijo, Avraham, comenzó a ir en contra suya, su negocio y
el mundo, Téraj fue a hablar con Nimrod (el líder en aquel momento) y le pidió
hacer algo con su hijo; Nimrod arrojó a Avraham a una hoguera. Como ya sabemos,
ocurrió un milagro, Avraham fue salvado del fuego y comenzó a cambiar el mundo.
Pero ¿en dónde estuvo el hermano de Avraham, Harán, durante todos estos
eventos?
Cuando Téraj le dijo a
Nimrod “asesina a mi hijo”, Harán estaba allí. Rashi dice en el Midrash que
Harán era una de esas personas a las que no les gustaba involucrarse mucho, que
no se enfrentaban a nada, en especial cuando podría conducir a la muerte o a
problemas. En específico, dice que Harán estaba “sentado”, es decir, no le hizo
frente a la situación. Harán se convenció de que si Avraham se salvaba de alguna
manera, eso significaba que su camino era el correcto y, por ende, seguiría su
camino; pero si Nimrod lograba asesinar a Avraham, eso significaría que el
camino de Nimrod es el correcto y, por lo tanto, lo seguiría a él. Harán, por
consiguiente, deja bien claro que no se pondrá del lado de ninguno, él piensa
que Avraham está en lo correcto, pero no está dispuesto a sacrificar su vida o
ponerse en medio de todo este drama. Así pues, cuando el milagro ocurre y
Avraham es salvado del fuego, Harán dijo: “Muy bien, estoy con Avraham”, a lo
que su padre respondió arrojándolo a la hoguera y allí murió.
"El Creador
nos revela la fuente de nuestra Alma".
¿Por qué Harán murió y
Avraham vivió? Porque se trata de la responsabilidad de defender una posición y
no de solo enfrentar algo cuando parece fácil. Avraham no fue salvado solo
porque defendió una posición, sino que lo hizo inmediatamente, cuando no tenía
idea de lo que le esperaba al hacerlo; vida o muerte. Harán defendió una
posición cuando creyó que las cosas serían fáciles, cuando ya Avraham había
asegurado el camino. Pero dado que Harán estaba esperando que las cosas fuesen
más fáciles, perdió la oportunidad de corregirse en esa encarnación.
La enseñanza que
obtenemos de esto es que si no defendemos nuestro camino a tiempo, tal vez
tengamos que esperar a la siguiente encarnación para hacerlo. El Arí, en la
sección 33 de Las puertas de las reencarnaciones, habla de las
encarnaciones de Aharón, y de el siguiente paso de Harán como Aharón. Harán
reencarnó como Aharón, una persona increíblemente justa. Pero en realidad, él
vino a este mundo a corregir solo una cosa: defender su posición. Aharón le
dedicaba todo el día a compartir, ayudar y hacer la paz, pero todo este gran
trabajo no era realmente lo que su alma vino a corregir en este mundo. Solo
hubo un momento en su vida por el que había venido a este mundo, y ese momento
fue cuando los israelitas querían hacer el becerro de oro. Ellos se acercaron a
él y le preguntaron “¿Estás con nosotros o en nuestra contra?”. Esta es la
misma pregunta que Nimrod le hizo a Harán.
En la época de Avraham,
Harán contestó: “Estoy con Avraham”, pero lo dijo tarde, cuando ya era fácil,
por eso reencarnó en Aharón. ¿Qué ocurrió cuando la prueba apareció nuevamente?
No pudo enfrentar la situación y cometió el mismo error. Y aunque él no hizo un
becerro de oro, tampoco defendió su posición hasta que ya fue tarde, y por eso
no pudo hacer la corrección. Ciertamente, Aharón logró grandes cosas, pero no
logró la corrección de Harán.
El Arí dice que, a fin
de que Aharón lograse su corrección, estaba destinado a ser asesinado en ese
momento. Pero ¿entonces por qué en ese momento Aharón comenzó a pensar en todas
las razones por las que no debía renunciar a su vida? Porque esa era
la razón por la que estaba en este mundo. Y esto nos sucede a todos nosotros;
cada vez que tenemos razones o excusas para no estar incómodos, para no
enfrentar situaciones difíciles, necesitamos detenernos a pensar que la única
razón por la que estamos en este mundo es para enfrentar esas situaciones. Lo
que menos queremos hacer en este mundo, lo más difícil para nosotros, es lo que
en realidad vinimos a hacer aquí.
Somos únicos como
individuos y somos únicos en lo que vinimos a corregir en este mundo. Tanto las
cosas buenas como las cosas terriblemente incómodas son las que nos hacen
únicos, y son las cosas por las que estamos en este mundo. El Arí dice que toda
persona necesita conocer la fuente y la raíz de su alma. ¿Cómo se nos revela la
fuente de nuestra alma? Cuando entendemos y profundizamos en nuestra mente que
lo más incómodo, las cosas más terribles que nos están ocurriendo ahora, forman
parte del proceso para revelar nuestra singularidad. Vivir con esta conciencia
no necesariamente hace más fácil el hecho de enfrentar situaciones o estar
incómodo, pero puede darnos alegría en el proceso.
Nos conviene comenzar a
ver nuestras vidas de esta manera entender que nuestra singularidad y las
situaciones buenas, malas o incómodas son perfectas para el desarrollo de
nuestra Luz única. Cuando realmente empezamos a saber y vivir esto, el Creador
no solo nos comienza a revelar la fuente de nuestra alma, sino que también
podemos comenzar a llenarnos de dicha por los momentos difíciles e incómodos,
porque sabemos que son la razón exacta por la cual estamos aquí.
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