El Shabat de Ajarei Mot-Kedoshim, porciones que por lo general son leídas
juntas excepto en año bisiesto en el calendario kabbalístico, es un Shabat de
Luz y júbilo sobrecogedores.
El Zóhar establece que cuando los estudiantes de Rav Shimón bar Yojái llegaban al Shabat de Kedoshim, se llenaban con un júbilo sin comparación a otro Shabat del año. Así que, incluso antes de que podamos comenzar a entender los regalos que se nos otorgan en esta semana, necesitamos estar conscientes de que tiene lugar algo tremendamente excepcional.
La lectura
de Ajarei Mot comienza con: “El Creador habló a Moisés ajarei
mot(después de la muerte) de los dos hijos de Aaron”, Nadab y Avihu.
Como hablamos durante la porción de Shminí, si observas las muertes
de Nadab y Avihu en un nivel literal, no parece ser alegre; sin embargo, cuando
profundizamos en esto entendemos por qué es, de hecho, una ocasión de júbilo.
También
hablamos sobre la muerte de Rav Akivá. Mientras los romanos le quitaban la piel
con cepillos de metal, uno de sus estudiantes se acercó a él y llorando le
dijo: “No podemos soportarlo ¿Cómo puede ocurrir esto?” ante lo que Rav Akivá
les recordó que en la oración del Shemá dice que debemos
sentir amor hacia el Creador incluso si Él toma nuestra alma, y que: “este
verso me ha causado dolor toda mi vida y ahora que tengo la oportunidad de
vivir sus palabras, quiero aferrarme a él”. El Midrash nos dice que
mientras Rav Akivá terminaba de recitar el Shemá, culminando con la
palabra Ejad, que significa “uno” o “unidad”, su alma dejó su
cuerpo.
Rav Israel
de Regin explica que cuando recitamos el Shemá en la mañana y
en la noche, se supone que alcancemos el nivel de devekut (completa
unión) de nuestra alma con la Luz del Creador. Rav Akivá alcanzó este nivel
de devekut de manera absoluta. Cuando recitaba el Shemá cada
mañana y cada noche, él llegaba al punto en el que su alma quería dejar su
cuerpo porque había alcanzado completa unificación con el Creador; su alma no
deseaba permanecer en su cuerpo, pero él sabía que todavía tenía trabajo por
hacer en este mundo, así que no permitía que su alma se fuera.
Pero cuando
Rav Akivá vio que los romanos acabarían con su cuerpo de todos modos, él dijo:
“Ya no tengo que detener a mi alma para que no deje mi cuerpo. Puedo permitirle
a mi alma reunirse completamente con la Luz del Creador”. Los romanos no
mataron a Rav Akivá, más bien él le permitió a su alma dejar su cuerpo. Y
el Zóhar dice que al conectarnos con esta historia, despertamos esta
Luz de devekutdentro de nosotros.
El Or
HaJaim (Rav Jaim ben Attar, 1696–1743) explica que el nivel de devekut que
Rav Akivá alcanzó con el Creador no fue el mismo que experimentaron Nadab y
Avihu. A diferencia de Rav Akivá, no era el momento para que ellos alcanzaran
esa unificación con la Luz; ellos aún tenían más trabajo que hacer. Sin
embargo, ellos mismos decidieron que querían alcanzar ese devekut en
ese lugar y en ese momento. El Or HaJaim nos dice que ellos experimentaron
muchos niveles diferentes de amor, placer, dulzura y Luz hasta que fue muy
tarde para que sus almas regresasen a sus cuerpos. Lo que Nadab y Avihu
experimentaron fue la única cosa real en este mundo, una verdadera conexión con
la Luz del Creador.
"Cuando
recitamos el Shemá, se supone que alcancemos la
unificación completa de nuestra alma con la Luz del Creador."
Para alguno
de nosotros este puede ser un concepto atemorizante o más allá de nuestro nivel
de entendimiento, pero este sentido de devekut, completa
unificación con la Luz del Creador, ES el propósito de nuestras vidas y el
regalo de este Shabat. Tenemos que llegar al nivel de Rav Akivá en el que
podemos alcanzar 99 por ciento de devekut con la Luz del
Creador y sin embargo, evitar que dejemos nuestro cuerpo, sabiendo que aún
tenemos más trabajo por hacer.
No es
tampoco una coincidencia que el poder secreto del incienso Ketoret sea
también revelado en este Shabat. Se nos dice en el Talmud que cuando Moisés
subió al Monte Sinaí a recibir el regalo de la Torá, todos los ángeles
también le dieron un obsequio, incluyendo al angel de la muerte, quien le dio
el secreto de ketoret. El Zóhar explica que
la palabra ketoret proviene de la palabra hitkashrut, atadura,
devekut, y tiene el poder de remover las plagas del mundo.
El ketoret era
la manifestación física del trabajo espiritual de devekut hecho
por Nadab y Avihu. La muerte de ambos creó un puente para la Luz de devekut
en nuestro mundo, y ese puente es el ketoret. De tal modo,
el Zóhar nos enseña que cuando recitamos las palabras de la
conexión ketoret, conectamos con la Luz que Nadab y Avihu
revelaron.
¿Por qué se
revela este secreto en este Shabat? Porque es la Luz de completa unificación
con el Creador; en la que nos unimos completamente a la Luz del Creador y no
hay muerte. El Ángel de la Muerte le dijo a Moisés que a través del poder
del ketoret él podía despertar una conexión para el mundo
entero al nivel mayor de unificación: Bila Hamavet Lanetzaj, la
Remoción de la Muerte. El Rambán también nos dice que finalmente, este es el
Shabat en el que podemos alcanzar la inmortalidad física. Piensa en ello, este
es el único Shabat llamado Ajarei-Mot, “después de la muerte”. Así
que a través de nuestra elevación en el Mundo Superior en este Shabat,
alcanzamos el nivel de Ajarei-Mot, de llegar “después de la
muerte”, de trabajar hacia alcanzar la inmortalidad física.
Tenemos una
tremenda responsabilidad en este Shabat de despertar nuevamente el poder
secreto del ketoret, el secreto de Ajarei-Mot, y traer la
conciencia de estar por encima de la muerte en el mundo. Pero al mismo tiempo,
el Shabat Ajarei Mot/Kedoshim no se trata tanto sobre un
entendimiento; más bien es un Shabat sobrecogedor… lleno de amor, júbilo
y devekut.
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