Monica y Michael Berg. Escúchalo y subscríbete aquí.
Existe un concepto fundamental en la filosofía y la religión que dice que todo
tiene un lado opuesto: un frente y un dorso, arriba y abajo, oscuridad y luz.
La mayoría de nosotros tenemos desafíos en nuestra vida que desearíamos que no
existiesen o que no tuviésemos que experimentar. Creemos que, si tan solo
pudiésemos borrar aquella persona o situación, todo estaría bien y seríamos
felices.
Es naturaleza humana no desear
oposición, pero, en realidad, los desafíos son semillas que pueden germinar
bendiciones y alegría. La Luz que podemos hallar en la oscuridad es la fuente
de bendiciones más poderosa y que más transforma nuestra vida.
He aquí cuatro lecciones acerca de enfrentar desafíos:
1. Los desafíos no te están
frenando, en realidad te están haciendo avanzar hacia tu propósito.
A menudo cometemos el error de
considerar nuestros desafíos como una cárcel, que nos atrapa e impide que
vayamos tras las cosas que queremos. Podríamos sentirnos estancados y que solo
cuando el cielo se despeje podremos avanzar. La verdad es que la oscuridad es
movimiento. Quizá no entendamos la oscuridad ni elijamos experimentarla, pero
es el camino para percibir la Luz. Pasar por la oscuridad nos conduce al
propósito de nuestra alma, aunque en el momento no lo veamos.
Recuerda que todo lo que te ocurre
pasa por y para ti. Aunque no puedas aceptar la oscuridad en el momento, ten fe
en que te está haciendo avanzar de formas profundas, no te está frenando.
2. Los desafíos pueden ayudar a
reevaluarte a ti mismo y a tu vida.
Uno de los grandes regalos de la
oposición es que, cuando se emplea de forma apropiada, nos da el tiempo para
obtener conocimiento sobre nosotros mismos y los cambios que necesitamos
realizar. Cuando las cosas marchan según queremos, por lo general no dedicamos
tiempo a hacer introspección y evaluar las áreas que más necesitamos
desarrollar y transformar. Los desafíos son alertas de que hay algo que debemos
reevaluar o atender con más concentración. Nos exigen hacer una pausa y
repensar nuestras acciones y enfoque. Esto puede ayudar a vernos con más
claridad y deducir cómo podemos convertirnos en mejores versiones de nosotros
mismos.
3. Los desafíos en definitiva son
por tu beneficio, aun si no puedes entender cómo.
Cuando la gente pasa por situaciones
duras, se suelen preguntar: "¿Por qué me pasa esto a mí?". A veces
podemos hacer una retrospectiva y ver cómo estos desafíos nos condujeron a algo
mejor, pero no siempre. Es imposible ver siempre el panorama completo y
comprender todo acerca de nuestro lugar en el universo. Somos parte de un
proceso complejo del que solo vemos un pequeño porcentaje.
Hay grandes fuerzas positivas que
participan en nuestra vida y que nunca podremos entender del todo. Ten certeza
en el proceso cuando el resultado no lo conozcas. Certeza es saber que la mano
del Creador está en todo. Todo lo que se te presenta es para apoyarte de la manera
más poderosa. Acoger los momentos difíciles se logra menos con la cabeza y más
con el corazón y el alma. No se trata de entender por qué te está ocurriendo
sino de experimentarlo y saber que tiene un propósito.
4. Los desafíos crean una apertura
para las bendiciones cuando perseveramos para superarlos.
La sabiduría de la Kabbalah enseña
que los desafíos son como una puerta cerrada. Si perseveramos a través de la
cerradura, se convierte en una apertura; y si perseveramos a través de la
apertura, se convierte en una cámara llena de bendiciones.
Cuando enfrentamos un desafío,
nuestro impulso suele ser apartarlo, huir o esquivarlo. Después nos preguntamos
por qué no hemos encontrado las bendiciones que deseamos en la vida. La cámara
suprema de bendiciones solo se puede alcanzar a través de la aceptación y la
perseverancia en los momentos oscuros y, por consiguiente, transformándolos.
Puede que no disfrutes los momentos oscuros, pero puedes confiar en que los
necesitas porque son oportunidades para hallar grandes bendiciones.
Todos tenemos momentos en los que
estamos inspirados y emocionados, y también hay momentos en los que sentimos la
pesadez de la vida. Si bien debemos disfrutar y apreciar los días favorables,
estos no son los momentos más poderosos. Los momentos más poderosos y que más
transforman nuestra vida son cuando tenemos desafíos y encontramos la manera de
extraer de ellos al menos una chispa de Luz. Estamos en este mundo para exponer
la Luz que está dentro de la oscuridad. No huyas de los desafíos. Acógelos como
un camino importante y necesario que te conduce a grandes bendiciones.
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