Monica y Michael Berg. Escúchalo y subscríbete aquí.
Piensa en la cantidad de tiempo que la gente dedica a conseguir el cuerpo perfecto: hacer dieta, ejercitarse, cuidar la piel y el cabello. Si bien esto, por supuesto, es importante para nuestra salud y bienestar, en definitiva, sabemos que nuestro cuerpo es impermanente. Una vez que dejamos este mundo, no podemos llevárnoslo con nosotros. Sin embargo, lo que es permanente es el alma; algo a cuyo desarrollo dedicamos mucho menos tiempo y atención.
La sabiduría de la Kabbalah enseña que nuestras almas pasan por un
proceso de reencarnación: un ciclo de nacimiento, evolución, muerte y
renacimiento. La Luz que revelamos en cada vida es eterna, lo que significa que
nunca desaparece. Se convierte en parte de lo que somos. Nuestro trabajo es
redescubrir lo que ya hemos aprendido en vidas pasadas y construir sobre ello
al encontrar y transformar las partes de nosotros que necesitan más trabajo.
Este es el propósito de cada uno de nosotros en este mundo, pero es mucho más
fácil decirlo que hacerlo.
He aquí tres consejos que pueden ayudar a perseguir tu propósito de
vida:
1. Inclínate hacia las áreas que más te cuestan. Son
un indicador de lo que estás destinado a transformar.
No nacemos como lienzos en blanco. Llevamos con nosotros nuestro
progreso y nuestro trabajo incompleto de vida en vida. El propósito de la
reencarnación es aprender todo lo que ya sabemos, volver a elegir, volver a
aprender e incluso desaprender algunas cosas de vidas pasadas. Si miramos
nuestras vidas a través del marco de la reencarnación, podemos tener una
perspectiva diferente del trabajo que tenemos que hacer.
Ser simplemente buenas personas no es el objetivo de nuestro trabajo de
vida. Todos deberíamos esforzarnos por ser buenas personas, pero nuestro
trabajo va más allá. Hay áreas específicas en las que cada uno debe enfocarse y
que son únicas para nosotros. Las áreas que nos resultan más difíciles suelen ser
las partes de nosotros que necesitan más atención. Por ejemplo, si te cuesta
defenderte porque le temes a la confrontación, esto es un indicador de que es
un área que necesita corrección.
Las cosas que son naturales para una persona pueden ser muy difíciles
para otra. Esto se debe a que cada uno de nosotros tiene un papel único en el
mundo que solo nosotros podemos completar. No huyas de las cosas que te son
complejas. Acógelas y enfréntalas directamente.
2. Cuando llegue a tu vida la oportunidad de hacer algo
bueno, ¡aprovéchala! No sabes si esa oportunidad volverá a presentarse.
Tenemos la tendencia a pensar que las personas llegan a nuestra vida por
casualidad y que podemos elegir ayudarlas o no. Pensamos: "Si no ayudo a
esta persona, ayudaré a otra". En realidad, cada persona que llega a
nuestra vida no llega por casualidad, sino que probablemente sea la
continuación de una relación (profunda o no) de una vida anterior. Esta persona
no necesita tu ayuda por casualidad: puede que tengas una deuda espiritual con
ella.
Toda situación que vivimos y cada persona que conocemos está destinada a
ayudarnos en nuestro camino para elevar nuestra alma. Corre a aprovechar la
oportunidad de ayudar a otras personas, porque nunca se sabe cómo un alma está
conectada a ti desde una encarnación pasada. Si pierdes esta oportunidad de
ayudarla, puede que no vuelva de nuevo en esta vida.
3. Concéntrate en expandir tu capacidad de amar.
La mayoría de nosotros vivimos en un estado bajo de amor, lo que
significa que nuestro potencial para amar es mucho mayor que el nivel que
sentimos actualmente, incluso hacia los más allegados a nosotros. Tendemos a
reservar nuestro amor y lo mejor de nosotros para unas pocas personas cercanas.
A menudo no entendemos cuán importante es el trabajo de expandir nuestra
capacidad de amar. Nos quedamos estancados si otros nos han hecho daño en el
pasado y, en consecuencia, retenemos nuestro amor y lo retraemos en lugar de
expandirlo.
Estamos destinados a desarrollar el amor en nuestra vida: por nosotros
mismos, por nuestros más allegados y también por los demás. Nuestra visión de
nosotros mismos debe ser más amplia y comprender que todos somos uno.
Pregúntate: "¿Estoy estancado en el amor que siento o estoy desarrollando
activamente mi capacidad de amar para incluir a más personas y amar con más
profundidad?".
Nuestro trabajo de vida es precisamente eso: algo que lleva toda una
vida completar. De hecho, a menudo lleva muchas vidas. No se supone que sea
fácil para nosotros, pero es una misión importante que puede revelar una Luz y
bendiciones gigantescas en el mundo. Para perseguir tu propósito, encuentra las
áreas que sean un desafío para ti y trabaja en ellas, aprovecha las
oportunidades para realizar buenas acciones y concéntrate en ampliar tu capacidad
de amar.
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