Monica y Michael Berg. Escúchalo y subscríbete aquí.
El amor es uno de los temas sobre los que más se escribe en el mundo. Es el impulso de muchas de nuestras canciones, historias, películas y obras de arte favoritas porque es algo con lo que todos soñamos: encontrar a esa persona especial que hace cantar a tu corazón y descubrir, como si estuviera escrito en las estrellas, que esa persona también te ama. Se darían un dramático beso bajo la lluvia o con una rosada puesta de sol de fondo, como en las películas. Pero ¿qué sucede después de la puesta de sol o del beso bajo la lluvia? Nunca nos muestran esa parte de la película.
Lo que
vemos en las películas es la idea que nuestra sociedad tiene del amor romántico
y del apego apasionado entre dos personas. En la vida real, eso es solo el
comienzo de la historia. Cuando la sensación eufórica del nuevo amor se
desvanece, debe surgir un amor más profundo, llamado amor incondicional.
He aquí
cuatro preguntas que debes hacerte para ayudar a determinar si estás mostrando
y cultivando el amor incondicional:
1. ¿Estoy
asumiendo la responsabilidad de mi propia felicidad?
Tenemos la
tendencia a creer que, una vez que encontremos a "la persona
indicada", por fin seremos felices y nuestra vida podrá comenzar de
verdad. Solemos adjudicar el peso de la responsabilidad a nuestra pareja para
que nos mantenga felices y luego la culpamos cuando no es capaz de hacerlo.
Esto puede hacernos pensar que estamos con la persona equivocada o que tiene
que cambiar de alguna manera para adaptarse a nosotros. Es una expectativa poco
realista que podemos tener de otra persona y que podría tener un efecto
perjudicial en la relación.
Pregúntate:
"¿Soy una persona feliz por mí mismo?". Si eres sincero contigo
mismo, con frecuencia descubrirás que si estás disgustado, decepcionado o
infeliz, en gran parte tiene que ver contigo y no con tu pareja. Si eres
realmente infeliz, haz una pausa y evalúa la relación que tienes contigo mismo.
Dedica tiempo a tu trabajo interno, a descubrir tus creencias, historias e
ilusiones y a responsabilizarte de ti mismo, de tu vida y tu felicidad.
Cuando
cambias tu enfoque de encontrar al indicado a ser el
indicado, es cuando comienza la transformación profunda.
2. ¿Estoy
practicando el amor al demostrarlo a quienes me rodean cada
día?
Si tuvieras
una nueva afición o habilidad y quisieras llegar a ser realmente bueno en ella,
sabrías que tienes que dedicar mucho tiempo y esfuerzo al entrenamiento y la práctica.
No esperarías pintar un paisaje perfecto la primera vez que sostienes un pincel
o batear un jonrón la primera vez que juegas béisbol. Amar es como cualquier
otra habilidad o arte: requiere una práctica constante para desarrollarse.
Pregúntate:
"¿Qué estoy haciendo para demostrar mi amor a los demás?". Intenta
hacer una lista de las personas más cercanas a ti y piensa en maneras en las
que puedes ampliar tu capacidad de amar a cada una de ellas. Después, haz una
lista de las personas de las que te sientes más alejado. ¿Qué gesto amable
puedes hacer por cada una de ellas? Es imposible hacer algo amable por otra
persona sin ampliar simultáneamente tu aprecio por ella, independientemente de
cómo la hayas visto antes.
¿Cuánto
practicas compartir tu amor cada día? ¿Le dedicas el tiempo que le dedicarías a
practicar tenis o aprender a navegar? Para experimentar el verdadero amor,
primero debes expandir tu capacidad de amar a través de tus acciones con los
demás.
3. ¿Con
qué frecuencia muestro bondad a mi pareja?
Es probable
que hayas oído el pasaje de Corintios que dice: "El amor es paciente, el
amor es bondadoso". Sin embargo, la amabilidad suele pasada por alto o
menospreciarse en nuestras relaciones. La bondad es amor incondicional en
acción. Le hace saber a la otra persona que es tomada en cuenta, que es
escuchada y que es digna. Y cuando surgen conflictos, pueden acercar a dos
personas cuando se abordan con respeto, dignidad humana y bondad.
Podemos
creer que somos personas bondadosas, pero no nos concentramos intencionalmente
en cultivar y expresar nuestra bondad. Expresar amor es algo más que decir
"te quiero". Los grandes gestos son bonitos, pero no necesarios. Más
bien, comienza a prestar atención a las cosas pequeñas, aparentemente triviales,
de la otra persona y considera formas de celebrarlas.
Cuando
pienses en tu relación o tengas dudas o quejas, pregúntate: "¿Cuán
consecuentes son mis gestos de bondad con mi pareja?".
4. ¿Apoyo
el crecimiento personal de mi pareja?
El cambio
es la única constante en la vida. Cambiamos cada segundo del día, ya sea de
forma proactiva o como reacción a algo que nos ocurre. Cada uno de nosotros
está destinado a cambiar y evolucionar, y eso puede dar miedo. ¿Cómo sabemos
que la persona en la que nos convertimos será amada? ¿Cómo podemos saber que
amaremos a la persona en la que se convierta nuestra pareja? La certeza
proviene del compromiso de crecer juntos y apoyarnos mutuamente en ese
crecimiento.
A veces
esperamos que nuestra pareja siga siendo la misma con el paso del tiempo, pero
eso no solo es una exigencia imposible, sino que no es lo que significa el amor
incondicional. Nuestra pareja está destinada a crecer y cambiar
individualmente, igual que nosotros. Una de las razones por las que están
juntos es para que ambos crezcan. Las relaciones son mejores y más fuertes
cuando pueden crecer juntos y apoyarse uno a otro en ese proceso. Una relación
solo puede llegar a ser tan satisfactoria y próspera como está destinada a ser
si ambos miembros de la pareja están comprometidos con el cambio y el
crecimiento y ayudan al otro en ello.
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