MAESTRO MORYA
Maruvu
Maharshi
Para
llegar al Maestro sólo hay una manera: caminar sin mirar atrás.
Cualquier pensamiento de fracaso ya es una derrota. El que conoce la dirección de su vuelo es como un águila que se eleva sobre un abismo. Ya conocéis la magnetización de las circunstancias.
A menudo el Maestro se encuentra en una situación muy difícil con un estudiante. El estudiante promete seguir todas las instrucciones del Maestro, pero tan pronto como las recibe, inmediatamente se encuentran razones para alterarlas. El Maestro experimenta una
dificultad similar cuando se le acusa de ser inactivo. Imaginen la situación de un arquero cuando está tensado para disparar y alguien detrás de él grita: “¿Por qué no dispara?”Los niños pequeños tienden a obedecer la mano que los guía incluso sin conocer la razón. Pero los adultos a menudo alteran las instrucciones que se les han dado para adaptarlas a sus propios estados de ánimo. Son como las personas que, cuando su casa se incendia, abandonan los manuscritos irreemplazables, pero salvan a sus queridas sábanas.
¿De
dónde viene esta falta de respeto a la Instrucción? Ciertamente, de la falta de
confianza. Es sorprendente con qué facilidad se aceptan los regalos del
Maestro, pero con qué facilidad se olvida su mejor consejo. ¡Cuántas transmisiones
cuidadosamente planificadas son rechazadas, cuántas acciones útiles
interrumpidas a causa de la liviandad mental de la gente! Con una mano se rinde
reverencia, mientras que con la otra se arrojan al acantilado las perlas dadas,
olvidando que arrojar nuestras instrucciones personales en el espacio es
contaminarlo.
Los estudiantes olvidan a menudo que el Maestro que han elegido, por experiencia, nunca los menospreciará. ¡Cuánto se ha de valorar entonces la cooperación, permaneciendo firmes en la confianza! (Agni Yoga, 1929).
Compuesto
por Sabine Anliker
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