José Stevens
¡Miedo! ¿Quién no experimenta miedo? Casi nadie. Corre sin control como incendio salvaje a través de nuestras vidas. Está allí cuando despertamos en la mañana y antes de ir a dormir en la noche, y en nuestros sueños. Está allí, no solicitado, a lo largo del día, va y viene, va y viene, un tema tan familiar como la tristeza, la ira y sí, el amor. El miedo definitivamente se encuentra en todo el mundo natural y puede verse especialmente en el mundo animal, y como tenemos cuerpos animales, nosotros lo tenemos también.
De hecho, si miras bien, verás que el miedo es parte de la estructura de la naturaleza y tiene sus propiedades, reglas que sigue, y aspectos altamente predecibles. Sin la vibración del miedo, muchos animales no podrían conseguir una buena comida. Toma por ejemplo a un ratoncito. El ratón tiene ojos a los costados de su cara, y entonces vemos que es más bien una presa que un predador, y es cazado por muchos predadores diferentes. Cuando el humilde ratón sale en la noche a buscar alimento está en un estado de miedo constante, los ojos mirando a todos lados, los bigotes temblando, todo el cuerpo temblando y chillando de ansiedad. Esto es solo parte de la realidad de cómo es ser un ratón.La lechuza
es un predador temible, buscando su presa en la noche. Aunque las lechuzas
tienen ojos grandes para ver con poca luz, ese no es el único sentido que usa
para encontrar al ratón. De hecho, la lechuza es como un misil buscando el
calor. Es altamente sensible a la vibración del miedo, y es el miedo del ratón
lo que hace saber a la lechuza exactamente dónde está. La cosa que el ratón
cree que lo salvará es lo que le trae su muerte. Otras presas como los conejos funcionan del
mismo modo. Como están diseñados por la naturaleza para ser comidos por
predadores más grandes, ellos están diseñados con una respuesta de miedo que
los hace notorios para el predador. Usualmente les asegura una muerte rápida y
misericordiosa. De hecho, los ratones y los conejos están atados muy flojamente
a sus cuerpos, de modo que pueden dejarlos vacíos en un segundo. Ese es el
método de la naturaleza.
¿Qué pasaría
si hubiera un ratón que no tuviera ningún miedo de los predadores? La lechuza
no estaría interesada en ese ratón porque estimaría que no está actuando como
un ratón real. Los verdaderos ratones tienen miedo y esos son los únicos
ratones que le interesa comer. Piensa en esto un poco. ¿Qué importancia tiene
esto para ti?
Los humanos
están en la familia de simios, y son predadores muy eficientes con sus pulgares
oponibles, su capacidad de correr rápido y lejos, y sus cerebros agudos y
estratégicos. También tienen la característica predadora de tener los ojos
apuntando hacia adelante, no en los costados de la cabeza para detectar
amenazas desde atrás. Sin embargo, como
sabemos, los humanos, como todos los predadores, a veces son presas ellos
mismos, y esto les provoca considerable cautela y miedo. De hecho, el mayor
miedo de los seres humanos es la aniquilación. No importa cuál sea la amenaza,
ya sea ser asaltado en una calle oscura, o tener que enfrentar una audiencia
para hablar en público, o ser humillado delante de otros, el miedo secreto o no
tan secreto es siempre la aniquilación. “No sobreviviré a esto”. Tan grande es este miedo que motiva a la
gente a usar toda clase de estrategias para disminuir los riesgos involucrados.
Esto podría significar evasión, negación, proyección, y una variedad de otros
mecanismos de defensa, todos diseñados para evitar una amenaza percibida para
su bienestar. Lo que los humanos no se dan cuenta, es que estas estrategias son
también la cosa misma que atraerá los peores miedos hacia ellos, tal como a los
ratones y a los conejos. Las estrategias realmente solo enmascaran el miedo en
la superficie, pero la vibración del miedo aún está allí, difundiéndose para
que todos la noten.
Los
criminales, ladrones, asaltantes, violadores, abusadores de niños y demás, son
todos predadores que vigilan sus alrededores buscando vulnerabilidad y
debilidad. Admiten esto ante la vigencia de la ley. Ellos buscan el miedo, la
incertidumbre, la baja estima, y demás. Esto es lo que los conduce a sus
víctimas. Otra vez, el miedo es el imán que los lleva a elegir sus víctimas. La
misma cosa sucede con la fuerza pública
que elige a alguien para acosar y hostigar, y este mismo fenómeno sucede en el
ámbito escolar, y en la internet, con los acosadores y las víctimas.
Los seres
humanos han desarrollado la extraña lógica de que el miedo es lo que los va a
salvar del tigre. Lo ven como parte de la respuesta de lucha o huida, el motivo
para alejarse rápido o luchar hasta morir.
La verdad es que la respuesta de luchar o huir puede ser activada sin
que involucre al miedo. No necesitas tener miedo para buscar evitar al tiburón,
al oso, al criminal, etc. Los maestros en artes marciales saben esto, y
entienden que es sumamente importante mantener la neutralidad cuando se es atacado
por un oponente, o terminarás inmovilizado en el piso. El miedo no es su amigo,
y tampoco es el tuyo, nunca. Eres mucho más eficiente si vienes de la
neutralidad que si vienes del miedo. En Japón se decía entre los Samuráis que el soldado que ya
estaba muerto era el oponente más letal a enfrentar, porque no tenía miedo de
morir.
El miedo
tiene un número de características predecibles y esto permite que sea usado
como una herramienta viciosa por inescrupulosos políticos, tiranos, dictadores
y sus secuaces y aduladores.
La primera
característica predecible es que el miedo siempre engendra más miedo. Si tienes
miedo de una cosa, eso hace más probable que tengas miedo de todo lo que entre
en esa clase de cosas. Un hombre que tiene miedo de una mujer, por ejemplo su
madre, es más probable que tenga miedo de todas las mujeres, que un hombre que
no teme a ninguna. Esto incluye a las mujeres que tienen miedo de los hombres,
también. Si un perro te ha mordido cuando niño y tomaste miedo de los perros en
general, esto va a tener un impacto significativo en tu vida aunque sea
mayormente una ilusión. No es probable que todos los perros te muerdan. Aun
así, es verdad que las personas que tienen miedo de los animales es más
probable que sean atacadas por los animales, porque el miedo se transfiere al
animal, y este se atemoriza y muerde para protegerse.
Por ejemplo,
una vez yo caminaba con mi perro Sancho en las montañas detrás de Santa Fe, en
un sendero no oficial donde no se requieren correas. No había gente alrededor,
y no vi necesidad de conservarlo con su correa, especialmente porque yo tenía
una lesión en el manguito rotador y no quería que empeorara. De pronto apareció
una mujer desde una curva y mostró una gran ansiedad. Empezó a gritarme que lo
atara con su correa, cosa que yo ya estaba haciendo, pero ella no se calmaba.
Traté de tranquilizarla diciéndole que era un perro amigable y que nunca había
mordido a nadie, pero ella estaba tan agitada y gritándome, que Sancho empezó a
ponerse incómodo con ella, y empezó a gruñir, y al ver que ella no se calmaba y
empezaba a atacarme verbalmente por ser un hombre tratando de acallar a una
mujer, vi que la situación se deterioraba. Todo lo que pude hacer fue alejarme
rápidamente, para alejar a Sancho de ella y a ella de él. Ella siguió
insultándome desde lejos, y toda esta cosa fue un gran ejemplo del miedo engendrando
más miedo, porque incluso me preocupé por lo que Sancho pudiera hacer si ella
fuera a intentar atacarme físicamente,
que era una posibilidad muy real, dada su agresión hacia mí. Se volvió obvio
para mí que ella tenía otros problemas. Un miedo se difunde rápidamente a un
número de miedos.
Este ejemplo
nos lleva a la segunda característica predecible, que lo que temes puede
fácilmente asociarse con otras cosas similares pero diferentes. Si te muerde un
perro negro cuando niño, y te encuentras
con algo que te recuerda de ese perro, tal vez una cabra negra o un animal
diferente que aparece y te recuerda de aquel perro, el miedo se difundirá a
todos los objetos similares pero diferentes. Antes de darte cuenta, cualquier
cosa negra y peluda, incluyendo a una persona con un estropajo de pelos negros,
te va a recordar de aquel perro y tendrás miedo de ambos. Quizás el miedo real
tiene que ver más con alguien de sexo diferente o con cómo uno fue tratado
cuando niño. Si tienes miedo de las
dinámicas de una teoría conspirativa, puedes fácilmente ser víctima de otros
hasta que esa es tu realidad, todo va a matarte. Si sabes esto, puedes
fácilmente armar trampas para la gente, y darles más y más miedo, y cuanto más
miedo tienen, más puedes tú controlar su conducta.
Una tercera
característica del miedo es que es contagioso desde otros, como un virus. Este
es el motivo de la conducta de las turbas. En Salem, la gente tenía miedo de
las brujas porque habían sido programados por las autoridades religiosas con
que las brujas estaban ligadas con el diablo y por lo tanto, ellos podían
perder sus almas si había una bruja entre ellos; otra vez el miedo a la
aniquilación. Entonces, este miedo pasaba de persona a persona, y las turbas
salían a buscar brujas para atraparlas, quemarlas, matarlas. Esto también puede
ser manipulado por los que buscan poder y control sobre otros. Noten cómo esto
es tan operativo hoy en día como lo era en el pasado.
Ahora vean
que, cuanto más joven la edad del alma de una persona, es más probable que
tenga miedo irrazonable. Las almas infantiles están literalmente atemorizadas
por todo lo que consideran “no yo”. Las almas niñitas tienen un miedo mortal de
cualquier cosa que sea diferente de aquello con que se sienten seguras. Es por
esto que los niñitos se aferran a sus mamás y se apartan de una persona no
conocida. Para un niñito este prejuicio es común y comprensible. Es parte de su
etapa de desarrollo. Sin embargo, un adulto que se aparta de los demás porque
tienen piel negra o marrón, está actuando de modo no diferente del niñito, pero
no puede verlo por sí mismo.
Un niño con
retardo tiene miedo de ser acosado o perder ante un niño de más edad, más
fuerte, más inteligente. Las almas jóvenes temen perder en un juego de alto
riesgo donde el ganador se lleva todo, y el que muere con más juguetes gana.
Tienen miedo de no volverse Elon Musk o Jeff Bezos.
Los
adolescentes tienen miedo de no ser comprendidos, de no conectar con sus pares,
o ser considerados raros o nerds. Las almas adolescentes tienen miedo de las
mismas cosas. Los adultos temen no ser buenos padres, amigos o ciudadanos
responsables, porque a veces el ego interfiere. Las almas antiguas no tienen
miedo de mucho, pero lo que realmente les asusta es entregar el ego de una vez
para siempre. Noten que todos ellos tienen miedo de la aniquilación, de una
manera o de otra. Eso es lo que siempre
se esconde detrás de la experiencia humana. La cura para el miedo a la
aniquilación es ser finalmente aniquilado y descubrir que eso no dolió, que
realmente no funcionó, y que estás perfectamente bien, sin la carga de un ego
que está constantemente amenazándote. Aquí es donde el sabio taoísta se ríe
mucho y largo tiempo.
El miedo,
entonces, no es necesario para la supervivencia humana en absoluto. Lo que se
necesita es estar consciente, discernir, y ser prudente en la situación. Si
alguien grita “¡Tiburón!” en la playa,
sales del agua sin demasiado chapoteo. No necesitas mostrar pánico. Si alguien
en el teatro grita “¡Fuego!” será mejor que la gente se mueva hacia las salidas
de manera consciente y todos podrán salir con más seguridad que si cunde el pánico. La emoción
del miedo ha existido por un largo, largo tiempo, y la mayoría de las personas
tienen tanto miedo que son incapaces de permanecer neutrales. Esto es lo que
los mata a ellos y a otros, tal como el miedo mata al ratón y al conejo en
último caso.
Para
concluir, es útil darse cuenta de que, en realidad, cada miedo se agrega a una
negación del Espíritu. Tener miedo es como decir, “A nadie le importa nada de
mí como para protegerme de la aniquilación; ni siquiera al Espíritu.” La realidad es que el Espíritu siempre está
protegiéndonos de la aniquilación, infinita y eternamente. La consciencia es
indestructible. La percepción conciente es permanente. Esta es la verdad que se
intentaba dar con la historia de la resurrección de Jesús. Es la historia arquetípica
de “No tengas miedo. Todo está bien.” Siempre estuvo bien y siempre estará
bien. En última instancia, nuestra misión como seres humanos es trascender el
miedo en todas sus formas, porque es meramente producto del ego, y no es la
verdad para nosotros en el nivel de la esencia. En última instancia, no somos
objetos que pueden ser destruidos. Somos consciencia indestructible.
José Stevens
José Luis
Stevens, Dr., es presidente y cofundador (con su esposa Lena) de los Seminarios
de Power Path (N.T. Sendero de Poder),
escuela internacional y firma consultora dedicada al estudio y aplicación del
chamanismo y la sabiduría indígena al comercio y a la vida cotidiana. José
completó un aprendizaje de diez años con
Huichol (Wixarika) Maracame (Chamán huichol) en las sierras de Méjico Central,
Además, estudia con chamanes Shipibo en el Amazonas Peruano y con Pagos
(chamanes) en los Andes de Perú. En 1983 completó su disertación doctoral en el
Instituto de Estudios Integrales de California enfocada en la interfaz entre el
chamanismo y la consultoría psicológica occidental. Desde entonces, ha
estudiado el chamanismo intercultural alrededor del mundo para destilar los
elementos centrales de la sanación y práctica chamánica. Es autor de veinte
libros y numerosos artículos incluyendo Encuentros con el Poder, Despierta al
Chamán Interior, El Sendero del Poder, Secretos del Chamanismo, Transformar tus
Dragones, y Cómo Orar a la Manera Chamánica.
©2023 Todos
los derechos reservados. www.thepowerpath.com
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incluir toda esta nota de copyright. En tanto el texto se puede compartir, no
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Traducción: M. Cristina
Cáffaro
www.traduccionesparaelcamino.blogspot.com.ar
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