por cristinalaird
2026 no es un año más en el
calendario: es un cambio de frecuencia, un eco de eras antiguas que vuelve a
activarse. Quienes trabajamos con los ciclos celestes sabemos que no todos los
años pesan lo mismo.
Algunos pasan rozando la superficie de la historia; otros golpean el fondo y lo
reconfiguran.
2026 pertenece a los segundos.
Cuatro de los grandes regentes del destino humano —
Plutón, Neptuno, Urano, Saturno y Júpiter — se mueven de signo o se funden entre sí. Cuando planetas de esta magnitud cambian de territorio, el mundo no sigue igual: las estructuras se quiebran, las narrativas se desarman, las identidades se re-configuran, el alma colectiva se despierta.Plutón ya ha abandonado definitivamente Capricornio y se
ha instalado en Acuario por primera vez desde 1777. Este es el momento cuando
el poder deja de ser pirámide y empieza a volverse red. Para lo bueno
(comprender que debemos funcionar al unísono con el resto de la Humanidad) y
para lo malo ( el poder de los grandes conglomerados)
Urano deja Tauro para entrar en Géminis:
la materia despierta, la mente se electrifica, el lenguaje se vuelve
revolución.
Neptuno abandona Piscis después de catorce años de
disolución, exactamente desde 2011:
la niebla empieza a levantarse.
Saturno se une a él en Aries, en el grado cero del
zodíaco: el nacimiento de un nuevo tiempo.
El regreso del fuego primordial. La chispa de la creación volviendo a empezar.
Alrededor del 20 de Julio,
Júpiter entra en Leo y forma una oposición a Plutón en Acuario, algo así como
la Luna Llena entre estos dos, que comenzaron este ciclo en 2020, cuando el
Covid, cuando el mundo cambió ya que esa unión contaba con Saturno allí en
Capricornio. ¿Qué hemos ganado y perdido desde entonces? ¿Qué hemos aprendido?
Y alrededor de estos
movimientos, Venus retrograda entre
Escorpio y Libra (en Octubre),
Mercurio se sumerge en ciclos de revelación
interior, Marte activa detonadores
evolutivos, particularmente en Abril, cuando se une a Saturno y Neptuno en el
signo que rige,
y Júpiter en Leo a partir de Julio, ofrece expansiones que abren el pecho antes
que la mente.
2026 es el año en que la
humanidad deja definitivamente atrás el viejo relato del neoliberalismo, de la
competencia, de la identidad rígida y del yo como fortaleza. Entra en una fase
donde la pregunta no es “¿qué tengo?” sino “¿quién soy, realmente, cuando dejo
caer las capas?”
Es un año que reclama
profundidad. Que exige sinceridad emocional. Que desmantela lo obsoleto.
Que despierta talentos dormidos. Que inaugura un cambio generacional sin
precedentes. Que exige Verdad.
Cada signo vivirá esta
metamorfosis de manera distinta, pero todos estaremos entrando, con asombro,
con vértigo, con claridad creciente, en un tiempo donde ya no basta sobrevivir:
queremos renacer.
Esta es la Alquimia del nuevo
humano.
ARIES 2026
«La Forja del Nuevo Ser»
2026 es un año iniciático para
ti, Aries. No un tránsito más: un antes y un después en tu
historia personal. Todo converge sobre tu signo: identidad,
propósito, heridas, rebeldía, visión y destino. Este es el año en que te forjas
de nuevo.
La conjunción Saturno–Neptuno en 0° Aries se forma exacta el 20
de Febrero, aunque ya ha estado actuando desde la distancia — Podemos decir
rotundamente que significa el Nacimiento del Nuevo Yo,
o mejor dicho del Nuevo TÚ. Es imposible exagerar la importancia de esta
conjunción. Sucede en tu signo, en tu
grado cero, el punto germinal. Esto es algo que no ocurre desde el año 4361 AC,
hace más de 6000 años.
Culmina un ciclo de 36 años (la última vez que este encuentro ocurrió, fue en
Capricornio en 1989) y comienza otro de 36 años:
Tu identidad se vuelve a
escribir desde cero. Lo viejo se deshace y
algo nuevo que aún no tiene forma, comienza. Un impulso energético te grita
desde el interior de tu psique: «Tú puedes»
Abril y Mayo cuando tu
regente, Marte, también se pasee por tu signo, el impulso será apoteótico. Todo
parece llevarte a un nuevo comienzo.
En este momento posiblemente
sientes como: un vacío fértil, una confusión sagrada, un llamado que no puedes
ignorar. Este tránsito te exige: renacer desde la verdad interior, madurar,
dejar ilusiones infantiles, abrazar tu verdadera misión. Si eres muy joven
quizás una situación más allá de tu control, te lleva a este cambio que te
exige vivir un nuevo tú.
Urano acompañado de Sedna desde los primeros grados de Géminis forman
un sextil (60º) también histórico a Saturno y Neptuno en tu signo y es como si
te encendieran la cabeza con rapidez, claridad, revelación.
Sedna añade una dimensión espiritual:
usas tu voz para decir verdades que antes callabas. Este
tránsito activa tu valentía mental y la honestidad radical.
Plutón desde los primeros
grados de Acuario forma un sextil a Saturno- Neptuno y también un histórico
trígono (120º) a Urano lo que en conjunto abren una avenida de posibilidades
como nunca antes. De repente, todo parece más fácil.
A partir de Julio entra en Leo
y las cosas se acelerarán aún más. Ya no hay nada que no puedas hacer o por lo
menos es lo que sentirás. El peligro es cometer Hubris creyendo que puedes más
de lo que realmente puedes. Cordura y auto-control serán necesarios pero
también es importante disfrutar de los momentos cuando parece que todo va sobre
ruedas. Pueden ser momentos kármicos, cuando el fruto de tu esfuerzo se ve
compensado.
La conjunción Eris-Kirón para
los nacidos en el último decanato (entre el 9 y el 19 de Abril) continua
forzándote a aceptar quien eres completamente, y a desentenderte de la opinión
que los demás tengan de ti.
TAURO 2026
La Liberación del Destino:
Renacer sin Seguridad
Para Tauro, 2026 es un
año de liberación radical, aunque no siempre cómoda.
Tras siete años de Urano en tu signo y la cuadratura permanente de Plutón desde
2023, has estado en un proceso de terremoto interno. Ahora ese proceso culmina y se resuelve.
Este es el año en que lo que
parecía imposible, «cambiar lo que nunca quisiste cambiar», finalmente se
suelta. 2026 te pide una cosa sobre todo: coraje para soltar el antiguo
yo.
La histórica conjunción
Saturno-Neptuno a 0º Aries, ocurre en tu casa 12, el territorio del
inconsciente, la memoria heredada y el karma familiar.
Para ti Tauro, esto significa
un cierre de un ciclo de 36 años, y si eres más joven que eso también sientes
que un importante ciclo de tu vida concluye, ya que se siente como el fin de
patrones invisibles que has seguido sin ni siquiera cuestionarte. Disolución de
miedos antiguos que no comprendías. Descubres heridas no dichas y vives el
derrumbe de viejas estructuras internas y esta es la parte menos fácil para ti.
Saturno aquí te obliga a
hacerte responsable de lo que has evitado.
Neptuno te pide entregar lo que ya no puedes controlar.
Es un año de limpieza espiritual profunda, como si fueras vaciada/o
por dentro para poder comenzar de nuevo. Lo que terminas —relaciones, trabajos,
miedos, mandatos familiares— es definitivo.
Es el final del “viejo Tauro”
y esto está reforzado por Plutón que impacta directamente tu casa 10.
El destino, la vocación, la imagen pública, el lugar que ocupas en la sociedad.
Esto es enorme. Tu carrera, tu profesión, tu trabajo cambia, sí o sí. No
importa si llevas 20 años en lo mismo:
2026 trae una puerta nueva y otra que se cierra. El impulso es a dejar trabajos
que te limitan, romper techos impuestos, asumir un rol más en sintonía con tu
alma permitiendo lo nuevo, la tecnología, las técnicas innovadoras permear en
todo lo que haces.
Lo que pierdes no es pérdida.
Es liberación.
Urano en Géminis en tu natural
casa 2, te dice: Y si…? Pruebas algo nuevo, permites la inestabilidad, o tener
Fé, en aquello que tú no controlas?
Venus, tu regente, retrograda
(algo que hace cada 18 meses) en tu casa 7 (relaciones) y luego en tu casa 6
(hábitos, rutinas y compromisos). De Escorpio a Libra lo que te invita a la
revisión de lo que esperas de la pareja, a redefinir acuerdos, diseñar nuevas
reglas de convivencia o vínculos y por sobre todo, sanación de heridas
afectivas antiguas. Viejos amores pueden volver para concluir con amor y
complicidad. Es un tránsito de limpieza afectiva y de alineación relacional..
En Libra, Venus te ayuda a
reconstruir vínculos desde la armonía.
En Escorpio, destruye lo falso para dejar lo real.
2026 es un año cuando sueltas
lo que te mantenía pequeña/o, liberas un ciclo ancestral, renaces
financieramente, cambias tu destino profesional, sanas raíces invisibles,
recuperas tu voy y por sobretodo, descubres tu verdadero valor.
GÉMINIS 2026
El Despertar de la Mente
Superior: Cuando Tu Voz Cambia el Mundo
Para Géminis, 2026 es un
año fundacional, un renacimiento intelectual y espiritual.
Tu signo recibe uno de los tránsitos más importantes de la década: Urano y Sedna entrando en Géminis, en tu grado cero. Se
activa tu mente, tu voz, tu identidad intelectual, tu capacidad de conectar
ideas y personas.
Este es el año en que dejas de ser mensajero para convertirte en arquitecta/o de tu propio significado.
La histórica conjunción
Saturno-Neptuno a 0º Aries, cae en tu casa 11: redes, comunidad, proyectos
colectivos, futuro. Es cuando tu verdadera Tribu te reclama.
Esto para ti, Géminis
significa: un nuevo propósito social, un movimiento, una comunidad o grupo que
te reclama, un sueño colectivo que despierta tu vocación, dejar atrás amistades
vacías, asumir un rol más visionario en el mundo.
Saturno te pide compromiso con
una causa.
Neptuno te pide inspiración, servicio, sensibilidad.
Ambos juntos dicen: “Tu mente no es solo tuya. Ponerla al servicio del futuro es tu
misión de ahora en adelante.”
2026 puede introducirte a un
círculo nuevo, tu “tribu del futuro”, donde te sientes finalmente comprendido/a
y que realmente perteneces.
Urano y Sedna a 0º Géminis, es El tránsito para
Géminis.
Es tan grande que marca un antes y un después en tu personalidad.
Urano rompe tu antigua
identidad, enciende tu mente, acelera tu vida, como nunca antes. Te vuelve aún
más intuitivo/a, rápida/o. Nada que te limite será permitido a partir de ahora.
Sedna lo profundiza: tu voz
recobra el coraje de comunicar lo escondido por años, y con ello tu voz
adquiere una fuerza espiritual que te abre un portal a otro nivel de
consciencia. Este tránsito es una verdadera mutación mental y liberación
personal.
Plutón en Acuario desde tu
casa 9, estimula tus creencias, sabiduría, estudios superiores, forma de pensar
y también viajes largos, aunque sean virtuales que transformarán tu mente. Te
ayudará a abandonar ideas que te limitaban, creencias heredadas negativas,
estudiar algo que te marca un nuevo. destino. Encuentro con maestros que te
enseñan a conectar con tu propia Verdad. Plutón destruirá tu antigua visión del
mundo para darte una verdad más grande.
Júpiter viajando por tu casa 2
la primera parte del año te trae mejoras económicas, oportunidades financieras,
reconciliación con tu cuerpo, valoración de tus talentos y abundancia
emocional.
La conjunción Eris-Kirón
viajando por tu casa 11, repara amistades, te ayuda a comprender que tus
propios complejos te han hecho sentir desplazada/o, no invitada/o. Es en tu
interior donde debe ocurrir la Aceptación. Es la purificación de tu mundo
social. Lo falso se cae. Lo verdadero llega. Te ayudará a conectar con gente
que te ve de verdad.
En este 2026, renace tu
verdadera identidad, revolucionas tu mente, transformas tus creencias, ordenas
tus finanzas, sanas tu vida social, pero lo más importante: elevas tu
consciencia.
CÁNCER 2026
El hogar interior despierta
Para Cáncer, 2026 no llega
como un golpe externo sino como una marea interna que
sube, suave al principio, y luego te obliga a mirar dentro de ti con una
profundidad casi sagrada. Es un año de íntima revelación, una especie de
regreso a casa, no a la casa física sino a esa otra, la que llevas adentro como
un secreto antiguo.
La conjunción Saturno–Neptuno
en Aries toca la zona más alta de tu carta, ese punto que habla de tu destino,
de la imagen que proyectas al mundo, de lo que vienes a sostener con tus actos.
Y, sin embargo, la influencia no se siente como una exigencia fría del
exterior, sino como una llamada silenciosa que emerge desde el fondo del
pecho: “es hora de crecer hacia arriba sin traicionar lo que eres por
dentro”.
Es un tipo de maduración espiritual, como si el cielo te pidiera que fueras
adulta/o sin dejar de ser alma.
Al mismo tiempo, Urano
entrando en Géminis abre una grieta luminosa en tu inconsciente. De pronto,
sueños, intuiciones, memorias, sílabas sueltas de un pasado emocional vuelven a
aparecer. No para confundirte, sino para reorganizar tu paisaje interno. Es un
despertar extraño, eléctrico, como si una lámpara que siempre estuvo apagada de
pronto revelara un rincón de ti que no habías visto con claridad.
Hay un diálogo entre tu mente profunda y tu instinto: uno desentierra, el otro
comprende.
Plutón en Acuario continúa
disolviendo viejos miedos ligados a la pérdida, la intimidad, el control, la
vulnerabilidad. No es un tránsito suave, porque toca tus fibras más sensibles,
pero sí es un tránsito honesto. Te desnuda frente a ti misma/o y te pide que
ames esas partes que aún escondes, que reconozcas la fuerza que hay en mostrar
tu profundidad sin disculpas.
Para Cáncer, el 2026 es un año para sanar el miedo a depender y el
miedo a entregar.
Lo que muere no es el amor, sino la necesidad de retenerlo.
Mientras todo esto sucede,
Júpiter en tu signo hasta julio funciona como un abrazo cósmico, un baluarte de
protección emocional. Te recuerda que aquello que temes soltar ya no te
sostiene, y que lo nuevo no siempre llega con violencia: a veces llega en forma
de alivio.
Tu cuerpo, tus gestos cotidianos, tu intuición… todo se expande.
Es como si volvieras a confiar en la vida, en tu camino, en tu capacidad de
nutrirte y nutrir a otros. La suerte te acompaña.
La conjunción Eris–Quirón en
Aries toca la herida de sentirte insuficiente o poco vista por el mundo. Tal
vez reaparece una sensación antigua de “no pertenezco” o “no soy lo bastante
fuerte para esto”. Pero esa sensación viene para disolverse. Lo que parecía
debilidad era en realidad sensibilidad sin nombrar, y en 2026 esa sensibilidad
se convierte en brújula.
Y luego, más cerca del final
del año, Venus retrogradando desde Escorpio hacia Libra te hace revisar tu
capacidad de gozar, de amar, de entregarte a Eros como fuerza vital. Comienzas
a mirar tu deseo con más honestidad, a soltar culpas heredadas, a redefinir lo
que significa intimar con otro ser humano.
El amor vuelve a tu vida no como una necesidad, sino como una elección
consciente.
En conjunto, 2026 no te exige
lucha, sino verdad.
No te pide armaduras, sino autenticidad.
No quiere que salgas al mundo llevando sobre los hombros la vieja memoria del
sacrificio, sino que camines ligera/o, recordando que toda vida nueva comienza
dentro, como un latido, como una ola que sube sin hacer ruido.
Cáncer 2026: renaces hacia
adentro para poder renacer hacia afuera.
Recuperas tu hogar interior, y desde allí, todo lo demás se acomoda.
LEO 2026
La restitución del fuego
interno
Para Leo, 2026 se siente como
un retorno —no al pasado, sino a la verdad interior que había quedado enterrada
bajo expectativas, roles y deberes que ya no correspondían a la esencia. Lo que
Plutón está terminando de hacer en tu zona de relaciones no es destruir
vínculos, sino destruir las máscaras que sostenían esos vínculos.
Ya no puedes amar desde la
actuación. No puedes brillar desde la obligación. No puedes seguir dándole al
mundo una luz que ya no nace de tu centro.
2026 te mira directo al
corazón y te pregunta:
¿Qué parte de ti ha sido amor, y qué parte ha sido performance?
Con la conjunción
Saturno–Neptuno en Aries, algo en ti se expande hacia lo alto. Es un año donde
la mente se vuelve horizonte, donde la brújula no apunta al territorio conocido
sino al vasto e incómodo espacio del crecimiento. Quiere que aprendas algo nuevo,
que contemples ideas que desafían tu antigua identidad, que te salgas de tu
propia biografía para entrar en un relato más grande.
Urano entrando en Géminis te
abre a la red: amistades diferentes, comunidades inesperadas, diálogos que
rompen la forma rígida del yo solar. No eres el centro del escenario: eres
parte del tejido. Y eso —aunque al principio incomode— te dará una libertad que
hacía años no sentías.
Júpiter en Cáncer protege tus
pasos invisibles, los que das hacia adentro. Es un tránsito que te invita a
reconocer que no hay liderazgo sin descanso, ni grandeza sin vulnerabilidad. Te
recuerda que el instinto también es sabiduría, y que no siempre tienes que
empujar: a veces el alma avanza cuando tú te detienes. A partir de Julio
entrará en tu signo y como sin darte cuenta, un optimismo inconmensurable
invade tu alma y comprendes que todo es posible con paciencia y dedicación.
Eris y Quirón en Aries tocan
esa herida antigua: la necesidad de validación. Pero no lo hacen para
humillarte, sino para liberarte. 2026 te enseña que tu valor no depende del
aplauso, sino del coraje para sostener tu autenticidad incluso si nadie la celebra.
Y hacia el final del año,
Venus retrógrada entre Libra y Escorpio abre un corredor emocional donde
revisas cómo has amado, cómo te han amado y qué patrones familiares habías
repetido sin darte cuenta. Allí puede ocurrir una gran revelación: la verdadera lealtad no es hacia los demás, sino hacia tu propio
fuego.
2026 no apaga tu sol: le quita
las nubes. No reduce tu luz: la purifica. No te quita nada: te devuelve a ti.
VIRGO — 2026
El año de la alquimia interna
Para Virgo, 2026 es el año
donde todo lo que ha sido analizado, ordenado, decodificado y pulido se
transforma en algo más grande que el método: se vuelve sabiduría encarnada. Has
pasado años entendiendo, organizando, sosteniendo, y ahora el universo te pide
algo radicalmente distinto: transformarte.
La conjunción Saturno–Neptuno
en Aries activa una zona donde el control no existe. Es un territorio
emocional, instintivo, visceral. Allí donde nada es lineal ni lógico. Es
posible que al principio sientas confusión o incluso miedo: Virgo necesita
suelo bajo los pies, pero este tránsito te lleva al borde del abismo para que
aprendas a confiar en tu propio poder regenerador.
Urano en Géminis electrifica
tu zona profesional. Cambios repentinos, oportunidades inesperadas, decisiones
que antes te hubieran parecido impensables. Tu rol social cambia, tu voz
pública también. Es un año donde la vida te empuja a asumir autoridad, no desde
el deber, sino desde la claridad de quien sabe que ya no puede esconder su
talento.
Plutón en Acuario continúa
transformando tu rutina, tu cuerpo, tu manera de trabajar. Es un tránsito
quirúrgico: quita lo que ya no sirve. Te obliga a enfrentar hábitos, dinámicas
y exigencias que erosionan tu energía. 2026 te muestra que la eficiencia no es
productividad: es honestidad con el cuerpo.
Júpiter en Cáncer suaviza el
tejido emocional, te rodea de personas que sostienen en vez de exigir. Es un
año donde la comunidad sana lo que la necesidad de autosuficiencia había
endurecido.
El momento crucial llega con
Venus retrógrada entre Escorpio y Libra: relaciones, contratos, conversaciones
pendientes resurgen. Virgo descubre en 2026 que la palabra no es solo
herramienta: es alimento. Y que a veces la reparación vale más que la perfección.
2026 te pide que dejes de
corregirte. Que te escuches. Que confíes en lo que emerge. Que aceptes que lo
que estás convirtiéndote es más grande que lo que fuiste.
LIBRA — 2026
La restauración del equilibrio
interior
Para Libra, 2026 se siente
como un reflejo que por fin empieza a alinearse.
Durante años has equilibrado situaciones, sostenido vínculos, evitado rupturas,
buscado armonía incluso cuando tu propio eje temblaba. Pero este año el
universo ya no te pide que seas equilibrista: te pide que seas verdad.
La conjunción Saturno–Neptuno
en Aries activa el territorio de “el otro”, pero lo hace de una manera tan
profunda que te obliga a preguntarte algo esencial:
¿Qué parte de mí cedo para que
la paz no se rompa? Y más aún: ¿Dónde está la línea donde amar se convierte en desaparecer?
Esta conjunción disuelve
viejos pactos, idealizaciones del amor, contratos invisibles que ya no
sostienen vida. Pero también siembra la posibilidad de un amor más real, más
consciente, más encarnado. Libra, que tantas veces ha vivido en el deseo del
otro, descubre aquí su propio deseo, puro y desnudo.
Urano entrando en Géminis te
abre caminos que nunca habías considerado. De repente, la mente se expande como
si el aire se volviera territorio. Surgen viajes, estudios, proyectos
intelectuales que te sacan de la duda crónica y te devuelven el entusiasmo.
Urano te recuerda que la belleza no es estática: es movimiento. Sedna, que
acompaña a Urano te trae la voz que haz callado para no alterar el orden.
Plutón en Acuario continúa
transformando tu relación con el amor, la creatividad, el placer y la expresión
personal. Es un tránsito feroz, porque te arranca los disfraces y las
narrativas románticas heredadas. Quiere que ames desde el centro, no desde la
complacencia. Quiere que crees desde la verdad, no desde la perfección.
2026 para Libra es una
revolución del corazón.
Júpiter en Cáncer ilumina tu
vocación, tu lugar en el mundo, tu deseo de contribuir desde lo que sabes hacer
mejor: tejer humanidad. Es un año donde tus dones encuentran un propósito más
grande, donde el reconocimiento llega no por agradar, sino por ser auténtica.
La gran revisión ocurre cuando
Venus —tu planeta— retrograda de Escorpio a Libra. Es un retorno al templo
interno. Una limpieza del espejo. Una re-escritura de tu historia afectiva.
En Libra, Venus retrógrada te
desnuda suavemente: te muestra tus patrones relacionales, tus acuerdos
silenciosos, tus negociaciones que ya no te pertenecen. Te invita a
renegociarte. A elegir de nuevo. A dejar de pedir permiso para ser tú.
En Escorpio, la retrogradación
profundiza aún más:
te lleva a los sótanos del alma, donde guardas deseos prohibidos, miedos
antiguos, pulsiones que temías que destruyeran la armonía. Pero nada destruye:
todo se transforma. Es el amor entrando en madurez.
2026 es un año donde Libra
deja de sostener la balanza por cortesía, y empieza a sostenerla por
conciencia.
Es el año donde descubres que
tu paz es un acto político, que tu belleza es una fuerza creadora, y que tu
corazón, cuando se atreve, no busca equilibrio afuera: lo encarna adentro.
ESCORPIO — 2026
La resurrección consciente
Para Escorpio, 2026 no es un
año: es un umbral.
Un pasaje entre lo que fuiste y lo que ya no puedes seguir siendo.
Tú, que conoces las profundidades como ningún otro signo, has sentido por años
la presión de Plutón desde Capricornio, la disolución de Neptuno en Piscis, el
temblor de Urano en tu zona opuesta.
Has visto derrumbarse sistemas, vínculos, certezas y estructuras internas que
parecían inamovibles.
Pero 2026 se siente distinto:
ya no es caída, es resurrección.
La conjunción Saturno–Neptuno
en Aries activa el territorio de tu cuerpo, tu salud, tu ritmo interno, tus
hábitos y la forma en que fundas tu vida cotidiana. Es una alquimia silenciosa,
profunda, donde el pasado emocional se encuentra con la disciplina del
presente. Allí, Escorpio comienza a sanar no solo la herida psíquica, sino la
encarnación de esa herida.
Es el momento en que comprendes que tu cuerpo es el santuario donde ocurre tu
magia, y no puedes seguir postergándolo.
Urano entrando en Géminis
remueve tus miedos más antiguos, pero no para destruirte, sino para liberarte.
Es un tránsito que te empuja a romper pactos inconscientes con el dolor, a
soltar la obsesión por controlar, a abrirte a una forma de intimidad que nace
de la confianza, no del poder.
A veces sentirás que algo dentro de ti se electrifica, como si una verdad
largamente escondida por fin reclamara luz.
Plutón en Acuario continúa
reestructurando tu hogar interior.
Es un terremoto sutil pero innegable: tus raíces cambian, tu relación con tu
familia cambia, tu historia se reescribe. Plutón quiere que dejes de cargar
fantasmas que no son tuyos, que devuelvas lealtades heredadas que ya cumplieron
su ciclo. Lo que queda después no es vacío: es espacio.
Júpiter en Cáncer te devuelve
fe en la vida.
Es un bálsamo para la desconfianza acumulada, un recordatorio de que el mundo
no es solo campo de batalla, también es campo de crecimiento.
Viajes, aprendizajes, expansiones espirituales y conexiones profundas con
culturas o personas lejanas abren un horizonte que se había estrechado en los
últimos años.
El punto crítico del año llega
con Venus retrógrada entre Libra y Escorpio.
En Libra, te invita a revisar las capas más sutiles de tu deseo: aquellas que
entregaste por miedo, por estrategia o por desgaste.
En Escorpio, Venus retrograda te hace descender al corazón de tu sombra
afectiva, no para castigarte, sino para devolverte tu poder.
Es el retorno a un deseo auténtico, encarnado, honesto.
Es la expiación del viejo guion del sacrificio emocional.
2026 te muestra que tu fuerza
no está en resistir, sino en renacer. Que tu magia no está en esconderte, sino
en transformarte. Que tu destino no es la soledad del guerrero, sino la
profundidad del ser que ha atravesado la noche y vuelve con luz propia.
Escorpio re-nace muchas veces
en una sola vida, pero 2026 es un renacimiento distinto:
no resucitas desde la herida, sino desde la conciencia.
SAGITARIO — 2026
La brújula vuelve al corazón
Para Sagitario, 2026 no se
siente como un año: se siente como un llamado.
Un llamado que no viene del horizonte —tu territorio habitual— sino desde
adentro.
Por primera vez en mucho tiempo, el viaje no apunta hacia afuera, sino hacia la
raíz silenciosa de tu propia verdad.
La conjunción Saturno–Neptuno
en Aries abre una grieta luminosa en tu creatividad, tu fuego vital, tu
capacidad de amar y de expresarte sin filtros. Es un tránsito que despierta
tanto tu niño interior como tu místico interior.
A veces sentirás que estás recordando algo que no sabías que habías olvidado.
Otras, que la inspiración llega como un relámpago que te reorganiza el alma.
2026 quiere que vuelvas a crear desde el propósito, no desde el impulso.
Urano entrando en Géminis —tu
signo opuesto— es el sacudón que cambiará tu manera de relacionarte. Sagitario,
que suele amar la libertad por encima de todo, descubrirá que la libertad
verdadera no es distancia, sino coherencia. Personas inesperadas llegan.
Vínculos antiguos se rompen o renacen bajo nuevas reglas. Tu vida afectiva se
vuelve un laboratorio de autenticidad.
Lo que antes tolerabas por comodidad o por exceso de optimismo, ahora se vuelve
imposible.
Plutón en Acuario continúa
transformando tu mente, tu forma de comunicarte, tus ideas fundamentales. Es un
tránsito que desnuda creencias antiguas, dogmas personales, narrativas que ya
no sostienen tu crecimiento.
Lo que pensabas que era “verdad” se transforma, se profundiza, se refina.
Este año Sagitario, pierdes certezas para ganar sabiduría.
Júpiter en Cáncer, por su
parte, abre un espacio emocional que llevabas años evitando.
Es un tránsito que te permite sentir sin juicio, compartir sin exagerar,
sostener sin huir.
Más que expansión, es intimidad. Más que conquista, es pertenencia. A partir de
Julio, cuando tu regente entra en Leo, tu creatividad fluirá sin límites y el
deseo de expansión será más grande que nunca. No olvides que Júpiter no ha
estado en Leo desde hace 12 años.
Y el gran portal del año llega
con Venus retrógrada entre Escorpio y Libra.
En Escorpio te invita a revisar las motivaciones ocultas de tus deseos, aquello
que anhelas pero que a veces temes nombrar.
En Libra te empuja a redefinir amistades, alianzas, proyectos compartidos y tu
rol dentro de los grupos.
Descubres que no puedes seguir siendo el que siempre anima, siempre enseña,
siempre “sabe”.
Ahora necesitas relaciones donde puedas ser vulnerable, imperfecto, humano.
2026 te enseña que el viaje ya
no está afuera: está en tu capacidad de escuchar tu fuego interno.
Que la sabiduría no está en las respuestas, sino en la capacidad de cambiar de
dirección. Que tu verdad no es una flecha fija, sino una brújula viva.
Sagitario no pierdes tu
horizonte en 2026. Lo recolectas. Lo reordenas . Lo vuelves íntimo. Este año no
te pide que explores el mundo, sino que explores lo que realmente te mueve.
CAPRICORNIO — 2026
El desmantelamiento sagrado
Para Capricornio, 2026 es un
año que toca el hueso. No lo superficial, no lo accesorio, no lo negociable.
Toca lo esencial: tu identidad, tu propósito, tu manera de sostener el mundo.
Durante más de una década,
Plutón en tu signo te fue desmontando capa por capa. Primero las estructuras
externas: trabajo, roles, jerarquías, autoridad. Luego las internas: tus
hábitos, tu dureza, tu manera de sobrevivir.
Pero ahora, con Plutón completamente fuera de Capricornio y asentado en
Acuario, comienza la verdadera etapa: reconstruirte desde la
libertad, no desde el deber.
La conjunción Saturno–Neptuno
en Aries activa tu raíz emocional, tu hogar interno, tu memoria ancestral. Es
una sacudida profunda que te dice: “Lo que heredaste ya no te
sirve. Puedes honrarlo, pero no seguirlo, soltarlo.”
Es un tránsito que disuelve
viejas lealtades familiares, mandatos, identidades construidas para sobrevivir.
Capricornio, que siempre ha sostenido a otros, ahora debe aprender a sostenerse
a sí mismo sin muletas emocionales ni guiones heredados.
Urano entrando en Géminis
cambia tu relación con el cuerpo, la salud y el ritmo diario.
No es un tránsito suave, pero sí liberador.
Te obliga a romper rutinas que asfixian, a innovar en la forma en que trabajas,
a flexibilizar la estructura que siempre te ha definido. Nuevas tecnologías,
nuevas labores, nuevas formas de administrar tu energía. Tu día a día se vuelve
laboratorio y revolución.
Plutón en Acuario continúa
transformando tu relación con el dinero, el valor y los recursos.
Este no es un tránsito de pérdidas, sino de redefinición: lo que valía antes ya
no vale ahora.
Te vuelves más consciente del intercambio energético, del tiempo como recurso
sagrado, del talento como moneda espiritual. Tu productividad deja de definirse
por el esfuerzo, y empieza a definirse por la autenticidad.
Júpiter en Cáncer ilumina tus
vínculos.
Es un tránsito que suaviza las defensas, que te recuerda que no tienes que ser
roca para ser fuerte.
Relaciones importantes se abren, se sanan o se reinventan.
Este es uno de los pocos momentos del año donde Capricornio siente que puede
descansar en otro sin perder identidad.
Y el momento decisivo llega
con Venus retrógrada entre Libra y Escorpio.
En Libra, Venus te enfrenta a tu reputación, tu rol social, tus alianzas
profesionales.
¿A quién has complacido? ¿A quién has sacrificado tu tiempo? ¿Con qué autoridad
te casaste sin darte cuenta?
En Escorpio, la retrogradación
corta lazos invisibles con amistades, grupos o causas que ya no están alineadas
con tu futuro. Puede doler, pero es sagrado: tu energía regresa a ti.
2026 no es un año de
destrucción para Capricornio. Ese capítulo ya terminó. Ahora viene la purificación del propósito, la restitución del poder, el nacimiento de una identidad que no es máscara, sino alma
estructurada.
Este año te enseña que no eres
la montaña: eres la voluntad que la atraviesa. No eres la dureza:
eres la sabiduría que aprendió a no quebrarse. No eres el deber: eres la
presencia consciente que ahora puede elegir.
Capricornio renace en 2026 no
desde el sacrificio, sino desde la libertad de haber sobrevivido a todo.
ACUARIO — 2026
El despertar del futuro
interior
Para Acuario, 2026 es un
temblor de alma.
Un año donde el futuro deja de ser una idea —y se convierte en cuerpo.
Un año donde tu identidad, tu misión y tu conciencia atraviesan una
actualización tan radical que parece venir de otra dimensión.
Plutón ya está plenamente
asentado en tu signo, removiendo tu identidad desde el núcleo. Y esto no es
ligero. Esto no es simbólico. Es tectónico.
Plutón no quiere que seas diferente: quiere que seas auténtico.
Y para ello debe arrancarte todo lo que imitabas, todas las máscaras que te
servían para avanzar, todas las versiones de ti que eran estrategias y no
destino. Si insistes en usar el viejo tú, la ansiedad y el miedo te invadirán.
2026 es el año en que Acuario
deja de vivir en su mente y empieza a vivir en su verdad energética.
La conjunción Saturno–Neptuno
en Aries abre tu voz, tu mensaje, tu forma de pensar. Es una expansión mental
que disuelve viejos conceptos, viejas creencias, viejos lenguajes internos.
Tu pensamiento se vuelve más instintivo, más imaginativo, más místico sin
perder su lógica. Hablas desde otro lugar. Piensas desde otro centro.
Comprendes desde otro sentido.
Urano entrando en Géminis
despierta tus dones creativos, tu alegría, tu impulso erótico, tu niño
interior.
Es un tránsito que quiere que experimentes, que juegues, que pruebes nuevas
formas de amar, crear, expresarte, relacionarte. El futuro no será frío ni
mecánico —será humano, sensual, impredecible— y Urano te lo recuerda. Sedna te
ayuda a despertar esa voz interior que temías escuchar por miedo al impacto
emocional. Ahora puedes dejarle hablar.
Júpiter en Cáncer te ayuda a
reconstruir tu cuerpo emocional.
Después de años de desconexión o sobreintelectualización, este tránsito te
enseña a sentir sin asustarte, a necesitar sin avergonzarte, a pedir sin miedo
a perder independencia.
Aprendes que la vulnerabilidad es una forma de libertad.
Y la gran iniciación del año
llega con Venus retrógrada entre Libra y Escorpio.
En Libra te invita a revisar tus ideales, tus creencias filosóficas, tus
códigos de justicia.
¿Has estado buscando “elevar la conciencia colectiva” sin mirar tu propia
herida?
¿Has exigido libertad sin darte permiso para amar?
En Escorpio, Venus te pide
descender al corazón de tus contratos invisibles:
los que tienes con el trabajo, con el poder, con la comunidad, con tus sueños.
Allí ocurre la alquimia que redefine tu propósito desde la honestidad.
2026 te revela algo inmenso:
no basta con cambiar el mundo. Primero debes cambiar tu vibración interna.
Plutón en Acuario quiere que tus mutaciones no sean conceptuales, sino
encarnadas.
Urano quiere que tu libertad sea emocional, no solo ideológica. Júpiter quiere
que tu inteligencia incluya ternura. Venus retrógrada quiere que tus vínculos
sean espacios de verdad, aunque duela reconocer donde no estábamos prestando
atención.
Acuario renace en 2026 como un
puente viviente entre el humano que fuimos y el humano que podemos llegar a
ser.
Tu misión se vuelve clara: no
ir delante del mundo, sino convertirte en la frecuencia que el mundo todavía no
sabe que necesita.
PISCIS — 2026
El final del sueño, el
nacimiento de la visión
Para Piscis, 2026 no es un
tránsito: es un destino.
Es el año en que Neptuno —tu regente, tu océano, tu alma— deja tu signo después
de catorce años de disolución, inspiración, confusión, sensibilidad extrema y
expansión psíquica.
Te has estado disolviendo desde 2011, poco a poco, capa por capa, identidad
tras identidad. Pero ahora, el agua vuelve a tomar forma. Tú vuelves a tomar
forma.
2026 es el año en que Piscis
recuerda quién es, después de haber sido todos.
La conjunción Saturno–Neptuno
en Aries ocurre en tu zona de valor propio, recursos, sustento y autoconfianza
encarnada. Es la alquimia más profunda que puedas imaginar: el sueño se
cristaliza,
el caos encuentra dirección, la inspiración encuentra estructura. Es el momento
en que aprendes que tu sensibilidad no es fragilidad: es un sensor. Es una
brújula. Es un poder.
Urano entrando en Géminis
remueve tu base emocional, tu hogar interno, tus memorias antiguas. Es un
tránsito que te libera de lealtades familiares invisibles, expectativas ajenas
y mundos internos que ya no te pertenecen. Urano quiere que tu vida se vuelva
más ligera, más móvil, más honesta. Quiere que viajes por dentro y por fuera.
Quiere que descubras que puedes pertenecer sin quedarte atrapada. Que puedes
amar sin tener que decirlo constantemente.
Plutón en Acuario continúa su
trabajo en las zonas más escondidas de tu psique. Es una purga profunda que
saca a la luz miedos antiguos, secretos, intuiciones reprimidas, deseos que no
te permitías nombrar.
Es un tránsito que te vuelve médium de tu propia sombra, no para atormentarte,
sino para devolverte la libertad.
En 2026, Piscis deja de
absorber el dolor colectivo y empieza a desintoxicarse de él.
Júpiter en Cáncer abre la casa
del amor, la creatividad, el placer y la expresión. Por primera vez en mucho
tiempo, tu creatividad florece sin sacrificio. Tu corazón se expande sin miedo.
Tu alegría se vuelve brújula.
Es un año fértil, fértil de verdad: fértil en arte, en vínculos, en proyectos,
en vida interior.
El gran rito iniciático del
año es Venus retrógrada entre Escorpio y Libra.
En Escorpio te lleva a ver tus creencias espirituales desde otro prisma:
¿qué de lo que creías era fe, y qué era evasión?
¿qué era intuición, y qué era miedo disfrazado de visión?
Es una limpieza sagrada de tu relato interno.
En Libra te pide que revises
tus intercambios afectivos, tus contratos energéticos, tus deudas invisibles.
Te invita a reclamar tu poder psíquico y emocional. A dejar de salvar. A dejar
de sacrificar. A amar desde la claridad, no desde la disolución.
Piscis en 2026 experimenta
algo que pocas veces ocurre en una vida humana: un renacimiento del alma.
Lo que se disolvió en los
últimos catorce años ahora se reorganiza. Lo que se perdió, vuelve en forma más
pura. Lo que te hería, se transforma en visión. Lo que te confundía, ahora te
guía.
Piscis renace no desde el
sacrificio, sino desde la soberanía espiritual. No desde la evasión, sino desde
la compasión lúcida. No desde el sueño, sino desde la visión.
2026 no te pide que te mezcles
con el mundo. Te pide que ilumines el mundo con la claridad de quien ha visto
el fondo del océano y ha vuelto con los ojos abiertos.
CONCLUSIÓN:
Y así atraviesa cada signo el
puente que 2026 extiende ante nosotros. No un puente sobre el pasado,
sino un puente a través del alma.
Porque este no es el año de la
prisa, ni del ruido, ni del viejo heroísmo agotado, aunque por supuesto habrá
mucho de ello.
Este es el año en que
comprendemos que la verdadera revolución empieza en silencio y por encima de
todos en nuestro interior: en un pensamiento que se reordena, en una emoción
que se aclara, en un deseo que se revela, en un límite que por fin se sostiene,
pero sobre todo en un corazón que decide decir la verdad.
2026 es la noche previa a un
amanecer nuevo: la hora exacta en que el mundo cambia de piel pero aún no ha
mostrado su rostro.
2026 es la respiración entre
el último latido de un mundo que muere, que caduca y el primer latido de un
mundo que nace. Lo que comienza ahora no es un año: es una frecuencia.
Una vibración que nos llama hacia adelante, hacia lo que podemos llegar a ser
si dejamos que la vida nos atraviese con sentido.
No habrá vuelta atrás. Pero
habrá profundidad. Habrá belleza (siempre hay belleza sobre este planeta a
nuestro alrededor, si la sabes ver). Habrá consciencia. Habrá humano y por
sobre todo, habrá la consciencia de la extraordinaria creatividad humana.
2026 es el comienzo. Lo demás,
lo creamos entre todos.
Si has leído esto para tu
signo de Sol, es decir tu signo zodiacal, entonces lee también lo
correspondiente a tu ascendente, si lo conoces.
No dejes de escuchar nuestro
podcast Astrologia-Música y Tomate en YouTube y en casi
todas las otras plataformas de podcasts. También Spotify, (aunque a veces los
algoritmos de éste, nos quitan episodios por la música).
Para lecturas sobre los
tránsitos y Revolución solar del 2026 en tu vida: https://www.astrologiaarquetipica.com/lecturas-privadas/.

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