Querida,
Hoy
quiero por un segundo ir todavía más lejos y proyectarme al 2026 en concreto, a
sus eclipses.
Porqué
si le preguntaríamos a un astrónomo que es un eclipse te diría lo siguiente: La
mirada tradicional dice que un eclipse es una alineación de Sol, Luna y Tierra.
Correcto… pero se puede llevar a otro nivel.
Eso es lo que ve un astrónomo.
Porqué
si le hacemos la misma pregunta a una astrologa interdimensional te diría que
lo que nadie explica —y acá está el oro— es que un eclipse es también: Un
momento en el que el tiempo deja de avanzar y empieza a ordenarse.
¿En
serio Maia?
Sí:
un eclipse actúa como un sincronizador temporal. te lo desgloso de manera que
podamos razonar juntos.
Primero
¿Qué significa “sincronización temporal”? Significa que el tiempo no fluye como
una línea recta. Fluye como un campo con múltiples probabilidades, rutas,
bifurcaciones.
Vos
podés estar:
en
la línea temporal correcta, alineada a tu propósito,
en
una desviada, sostenida por tu personaje,
o
en una línea que no te pertenece, pero que cargas por miedo, cultura o hábitos
familiares.
Un
eclipse, entonces, es un punto de recalibración.
Un
micro-instante donde, si sabés usar el patrón, podés sacarte de la línea
equivocada y colocarte en la que sí corresponde a tu evolución.
Es
como si el universo dijera: “Pausa. Reset. Volvamos a casa."
Y
¿Cómo funciona ese “reacomodo del tiempo”?
Mira
Durante un eclipse, la luz solar —que es información— se interrumpe.
Esa
interrupción genera: un pequeño “vacío de programación” un apagón momentáneo
del ego lineal y un micro-salto del inconsciente donde se reorganizan
decisiones internas.
El
ego sostiene la línea vieja.
El
alma sostiene la nueva.
El
eclipse corta la interferencia.
Es
decir: Por unos minutos, el yo antiguo se queda sin energía suficiente para
sostenerse.
Y
ahí se cuela la actualización del alma.
Pero
—y este es un punto fundamental— muchas personas viven los eclipses de forma
dura.
No
por el eclipse. Sino por la resistencia al cambio.
Por
eso este ángulo es tan profundo y tan sanador.
Este
es el espíritu que encarnan los astrólogos interdimensionales.
Con
la mirada en el cielo y los ojos en la tierra
Aripka.

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