Gregg Braden
Hola, amigos, mi nombre es Gregg Braden. Algunos de ustedes me conocen como autor, otros como conferencista y otros como científico. Lo que quizá no sepan es que he pasado gran parte de mi vida adulta viajando a los lugares más antiguos, aislados, remotos, hermosos y vírgenes que quedan hoy en día en el mundo, y no solo por placer, sino porque deseaba comprender lo que nuestros antepasados sabían en su época y nosotros hemos olvidado en la nuestra. Quizás aún más, ¿qué sabían nuestros antepasados que
nosotros apenas estamos empezando a comprender? Esto es importante para nosotros hoy en día debido al mundo en el que vivimos. Vivimos en una época en la que estamos inundados de tecnología, tecnología en nuestras vidas y propuestas para introducir tecnología en nuestro cuerpo. Lo que nuestros antepasados dijeron muy claramente es que nosotros somos la tecnología. Y voy a mostrarles desde una perspectiva científica qué significa eso exactamente, cómo podemos ser considerados como una tecnología. Permítanme comenzar con una historia. Vivo en una zona remota del alto desierto del norte de Nuevo México. En 1986, estaba haciendo senderismo por un cañón remoto, un yacimiento arqueológico que ahora se conoce como Chaco Canyon, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y me encontré por casualidad con un hombre nativo en el camino. Empezamos a hablar y me contó una historia. Me dijo que, hace mucho tiempo, la gente de esta tierra vivía de forma muy diferente a como lo hace hoy en día. Vivían más cerca de la tierra. Comprendían quiénes eran y recordaban su historia, su ascendencia. Dijo que algo sucedió y que ni siquiera los ancianos saben qué fue exactamente. Olvidaron quiénes eran. Comenzaron a perder la memoria de quiénes eran y se sintieron solos, y anhelaban tanto la conexión que su corazón sabía que solían tener, que comenzaron a construir máquinas fuera de sus cuerpos que imitaban la conexión que solían tener desde dentro de sus cuerpos. Dijo: “Hoy en día vivimos en ese mundo, todas las cosas que vemos a nuestro alrededor, desde los sistemas de radar hasta Internet, la inteligencia artificial o las computadoras de alta velocidad, cada máquina y toda la tecnología imitan las funciones que ya realizamos dentro de nuestros cuerpos”. Y añadió: “Seguiremos llenando nuestro mundo exterior con todas estas máquinas hasta que un día recordemos quiénes somos, y ese día dejaremos las máquinas y despertaremos a la profunda verdad de lo que significa ser plenamente humanos y despertaremos el diseño humano que llevamos dentro”.Les comparto esta historia porque creo que tiene
mucho sentido lo que me dijo aquel anciano en aquel sendero en lo alto del
desierto. Y todas las tradiciones que exploré dicen algo muy similar. He tenido
la oportunidad de estar en las montañas andinas del sur de Perú y estar con un
hombre y una mujer para aprender la sabiduría femenina y el conocimiento que
poseen, así como su relación no solo con la tierra, sino también con las
estrellas. Tuve la oportunidad de estar en Yucatán, en las selvas del sur de México,
y con los chamanes que tienen una historia de comprensión de su relación con
nuestra familia en el Cosmos y lo que esa relación significa para nosotros hoy
en día. Tuve la oportunidad de estar en monasterios en Tierra Santa, donde
ahora se ocultan algunos de los textos más antiguos que nos recuerdan
precisamente la conexión de la que estoy hablando. Y he tenido la suerte de
poder guiar a grupos a lugares que se hallan en las tierras altas de China
Central, en el Tíbet. Hay un monasterio a poco menos de 17000 pies sobre el
nivel del mar, es decir, a unos 5100 metros sobre el nivel del mar. Se tarda
aproximadamente 26 días en llegar, pero valió la pena, porque allí tuve la
oportunidad de ver la biblioteca con libros tibetanos, páginas sueltas
intercaladas entre tapas de madera, y en estas páginas está la historia de
nuestra relación con nuestros propios cuerpos, con el mundo más allá de
nuestros cuerpos y con el Cosmos y nuestros orígenes dentro de ese Cosmos. Tuve
la oportunidad de hablar con las personas que poseen ese conocimiento, como en
las abadías, las memorias ancestrales a través de las tradiciones indígenas de
todo el mundo, los desiertos del suroeste de Estados Unidos, la India, Nepal,
Egipto, las Tierras Baldías (las Badlands), los aborígenes de Australia, y
mucho más. La razón por la que les digo esto es que estas tradiciones son muy
diversas, son muy diferentes, pero todas tienen dos temas en común. Todas
cuentan dos historias. Una es que hemos olvidado quiénes somos y que estamos
perdidos, que somos una especie perdida. Y la segunda es que hemos olvidado el
poder que reside en nuestro interior para despertar un destino divino. De eso
quiero hablarles ahora mismo.
Quiero hablarles de lo que sabían nuestros
antepasados y que nosotros hemos olvidado y apenas estamos empezando a
comprender. Pero tenemos que hacernos esta pregunta porque falta algo en
nuestra historia. Nuestra historia está incompleta. La ciencia moderna está de
acuerdo con este hecho. Hay una nueva visión de la realidad, una nueva
filosofía que quiero compartir con ustedes. Y los invito a escuchar atentamente
lo que dice, porque esta visión científica emergente sugiere que la conciencia
se comunica consigo misma a través de las cosas que crea. La conciencia se
informa a sí misma a través de sus creaciones. ¿Qué significa esto? Significa
que estamos constantemente comunicándonos con nosotros mismos a través de
nuestro arte, nuestra música, nuestra tecnología y los libros que escribimos.
Veamos los temas de algunas de nuestras películas
más populares. La más popular de los últimos años es Matrix (1999). Era una
película de presupuesto relativamente bajo y se convirtió en un éxito de
taquilla. ¿Por qué? Fíjense en el tema. Dice que hay un mundo que no podemos
ver y que influye en el mundo en el que vivimos, y que existimos en ambos
mundos. Por supuesto, hay mucho de Hollywood en ella para hacerla interesante,
pero el tema de que vivimos en un mundo invisible que influye en el mundo visible
caló hondo en la gente. Otra película, Avatar, se convirtió en el mayor éxito
de taquilla de la historia, superando a Matrix. ¿Qué nos decía? Avatar nos
recordaba nuestra relación con el mundo natural y lo vital, no solo importante,
que es esta relación. La película La llegada es muy profunda, tanto que salió
en DVD muy rápido. En esta película se trataban muchos temas referidos a
nuestra relación con inteligencias superiores, y el tema central era que Amy
Adams, la protagonista de la película, tenía la capacidad de ver múltiples
líneas de tiempo simultáneamente. Podía ver el futuro y reconocer lo que
significaba para el presente y tomar decisiones conscientes que de veras tenían
sentido. Se trata de conceptos muy profundos. Star Wars, un conflicto fundamental
entre el bien y el mal, la antigua lucha eterna. Las películas para jóvenes han
sido populares con superhéroes como La Mujer Maravilla y Los Vengadores, y por
supuesto, Harry Potter. Todas esas películas que atraen a los jóvenes tienen un
tema en común. Todas dicen que hay superpoderes que están dormidos, poderes
latentes dentro de los individuos que pueden despertarse para mejorar sus vidas
y las de otras personas, para ayudar a los demás cuando lo necesitan.
Estos son ejemplos de cómo la conciencia se informa
a sí misma a través de sus creaciones. Y si esto es cierto, ahora tenemos que
hacernos una gran pregunta: ¿qué es lo que ustedes y yo nos estamos pidiendo
que recordemos? Cuando creamos libros, música y películas, sí, es
entretenimiento, nos entretenemos en un nivel, pero en otro nivel más profundo,
¿es posible que nos estemos pidiendo que despertemos, que recordemos algo sobre
nosotros mismos a través de las letras de las canciones y los temas de los libros
y el hermoso arte y la tecnología que estamos construyendo a nuestro alrededor?
Dado que la conciencia se informa a sí misma a través de sus creaciones y esto
se aplica a las esculturas, los libros, la danza y el arte, también debe
aplicarse a la tecnología. ¿Qué nos dice la tecnología? Lo que sabemos, por
complejo que sea, es que toda la tecnología que parece existir en el mundo
actual imita lo que ya hacemos con nuestros cuerpos, solo que lo hace mejor.
Esto sorprende a la mayoría de las personas, así
que analicémoslo un poco. Desglosemos el concepto para ver qué significa. ¿Qué
es Internet? ¿Cuál es su función? Podemos decir que, como mínimo, se trata de
conectar a las personas entre sí, pero sin Internet ya estamos conectados a
través de la intuición, de la telepatía. Puede que no siempre utilicemos esas
conexiones porque las hemos olvidado, porque nos dijeron que no son válidas. Sí
son válidas y funcionan. Internet refleja nuestra propia biología. La Nube
almacena y refleja el campo que los científicos reconocen ahora. El 1º de julio
de 2012, los científicos del supercolisionador superconductor del CERN
anunciaron que existe un campo de energía e información que subyace a toda la
existencia y que nosotros formamos parte de ese campo. La pregunta es cuál es
nuestra relación con ese campo. Nosotros somos la Nube. Nuestros recuerdos
están almacenados en ese campo, nuestros sistemas de creencias, nuestra
imaginación, todo eso está almacenado en esa Nube. Cuando creamos Inteligencia
Artificial, cuando creamos realidades virtuales, ¿qué dicen sobre nosotros
mismos? Quizás vivimos en una realidad virtual. Las realidades que creamos en
nuestros juegos y en nuestros laboratorios nos recuerdan que vivimos en una realidad
simulada y eso es un campo científico en sí mismo. Se puede obtener un
doctorado explorando este mismo concepto. Ese campo científico está
evolucionando, se está desarrollando en este momento.
Nosotros somos las vacunas. Las vacunas que creamos
fuera de nuestro cuerpo imitan lo que nuestro cuerpo ya hace. Nuestro cuerpo
toma pequeñas cantidades del contagio y crea los anticuerpos que necesitamos
para defendernos de ese contagio a mayor escala, que es exactamente lo que
hacen las vacunas. Podríamos seguir hablando de esto sin parar. La cuestión es
que los chips informáticos, los productos químicos y las máquinas imitan las
funciones de nuestras propias neuronas naturales, nuestro ADN y nuestra propia
biología. Literalmente, somos la tecnología, somos la tecnología que se nos
pide que aceptemos de las máquinas artificiales en nuestros cuerpos, excepto
que nosotros lo hacemos mejor.
Y si no me creen, quiero que vean esto. Quiero
darles un ejemplo. Saben que doy eventos en vivo. Muchos jóvenes se me acercan
durante los descansos y me hacen preguntas como: “Sr. Braden, ¿qué hay de las
computadoras? ¿Qué hay de la inteligencia artificial? ¿No son superiores a lo
que somos hoy en día?” Bueno, obviamente son veloces, los chips de computadora
son realmente rápidos, sin duda son eficientes. Pero quiero analizar esto. La
Universidad de Stanford realizó un experimento alucinante. Compararon el cerebro
humano con un microprocesador y descubrieron que el cerebro humano no solo
iguala, sino que supera la capacidad del microprocesador. Déjenme mostrarles
cómo funciona esto.
Eso se hizo en el Instituto Salk, de la Universidad
de Stanford. Compararon el cerebro humano con un microprocesador y mi primera
pregunta es: ¿Cómo se puede hacer esa comparación? Esto es lo que hicieron:
Equipararon las sinapsis del cerebro, el pequeño espacio entre las neuronas, el
hueco donde vemos la chispa eléctrica en las películas de ciencia ficción y de
biología. A ese pequeño hueco con la chispa lo equipararon con los transistores
de un microprocesador. Curiosamente, hay aproximadamente el mismo número de
sinapsis en el cerebro humano que de transistores en los microprocesadores
actuales. Es decir, eso no se puede inventar. Sé que no quieren ver el complejo
y muy técnico estudio, así que les voy a dar la conclusión. En la actualidad,
una computadora alcanza un máximo de unas seis mil millones de instrucciones
por segundo. Adivinen qué: El cerebro humano alcanza un máximo de unos cien mil
millones de instrucciones por segundo. La conclusión de este estudio realizado
por el Instituto Salk es que el cerebro humano procesa cien veces más
información que un microprocesador moderno, incluso utilizando múltiples
tareas. Y eso es solo un ejemplo.
Nuestro cerebro es escalable. Esto es lo que quiero
decir con eso. ¿Es rápido un chip de computadora? Sí. ¿Es eficiente? Sí. ¿Es
escalable? Bueno, el límite máximo de un chip de computadora siempre estará
limitado por las propiedades físicas del silicio. Los átomos de silicio solo
permiten que la información se mueva a una determinada velocidad, por lo que
decimos que la escalabilidad de un chip de computadora es finita. Solo puede
llegar hasta cierto punto y luego se encuentra con un callejón sin salida. Ahora
bien, ¿dónde está el límite máximo del cerebro humano? La respuesta es que no
lo sabemos, porque cada vez que nos enfrentamos a lo que creíamos que eran los
límites del cerebro humano, este hace lo que hacen los cerebros humanos: se
transforma, se adapta y abre un nuevo panorama de posibilidades cada vez que
alcanzamos lo que creíamos que era un límite. Ese límite da paso a nuevas
expresiones en el cerebro humano. ¿Cuál es nuestro límite máximo? No lo
sabemos. Parece que no lo tenemos, porque siempre nos transformaremos y
adaptaremos. Y este es solo un ejemplo. En muchos casos superamos el potencial
de las máquinas que se nos pide que incorporemos a nuestros cuerpos. Somos
escalables más allá de cualquier límite conocido, pero vean qué más somos. Nos autorreplicamos,
sabemos exactamente qué hacer para recrearnos a nosotros mismos. Nos
autorregulamos, nos autodiagnosticamos, nos autosanamos y nos autorrealizamos,
y ninguna máquina puede hacer eso. Esta es la definición misma de la divinidad.
La definición contemporánea de divinidad es la capacidad de trascender las
limitaciones percibidas.
Todo lo que estoy compartiendo con ustedes define
la divinidad en nuestra propia biología. Somos, literalmente, lo que se
denomina una tecnología blanda. Piénsenlo. No somos una tecnología dura, como
un chip de computadora, un cable o una sustancia química en la sangre. Somos
más que eso, somos neuronas, somos ADN, somos membranas celulares que nos
autorregulamos según sea necesario. Déjenme mostrarles exactamente a qué me
refiero. El ser humano promedio tiene alrededor de cincuenta billones de
células en el cuerpo, más o menos. Son muchas células. Lo que mucha gente no
sabe es que cada una de esas células es un pequeño circuito eléctrico. No es
una metáfora de un circuito, es literalmente un circuito. Tiene una entrada,
tiene una salida. Tenemos partes de nuestras células que funcionan como
transistores y resistencias que procesan la información en las células. Cada
célula genera alrededor de 0,07 voltios de potencial eléctrico. Y ustedes dirán
“Bueno, eso no es mucho”. Estoy de acuerdo con ustedes, pero hagamos los
cálculos. Cincuenta billones de células por 0,07 voltios, fíjense, estamos
hablando de 3,5 billones de voltios de potencial eléctrico en su cuerpo y en el
mío. ¿Qué significaría eso si pudiéramos reunirlo todo, aplicarlo a nuestra
propia sanación o aplicarlo a la supermemoria, el superaprendizaje, la
supercognición, la longevidad y la respuesta inmunitaria? Bueno, se puede. Y
por eso les estoy hablando de estas cosas ahora mismo. Pero eso no es todo.
Todas las células de nuestro cuerpo funcionan como componentes eléctricos, como
transistores, resistencias y condensadores, y si son jóvenes y están viendo
estas imágenes de transistores, resistencias y condensadores, y se preguntan
qué diablos son, la siguiente imagen en la pantalla les da la respuesta.
Eso es un microprocesador, así es como se ven hoy
en día. En ese microprocesador están todos los transistores, resistencias y
condensadores que antes eran grandes componentes de montaje en superficie y que
ahora están miniaturizados en ese pequeño círculo. Así que todos estamos
hablando de lo mismo. Cada célula de su cuerpo emite fotones de luz y, de
hecho, pueden ver la luz, pueden medirla en determinadas condiciones. Recibimos
fotones de luz. La luz es información, nos comunicamos con este mundo. La pregunta
es: ¿sabemos lo que estamos diciendo? Enviamos información y recibimos
información. Cada célula almacena y recupera información como un chip de
computadora. Cada célula funciona como la tecnología de cadena de bloques
(Blockchain), y si eso les suena familiar es porque los nuevos sistemas
financieros como Bitcoin imitan la forma en que se almacena la información en
el ADN humano.
Sé que esto es nuevo para algunos. Permítanme
compartir con ustedes un poco lo que eso significa. En cada célula de su
cuerpo, de los más de ocho mil millones de seres humanos que viven en este
planeta, existe un registro de todas las transacciones genéticas exitosas que
nuestra especie ha tenido. Ahora escuchen cómo se describe ese registro. Es
transparente, inmutable, seguro, y si esas palabras les suenan familiares, son
precisamente las que se utilizan para describir la tecnología Blockchain en
general, y Bitcoin en particular, porque esa tecnología imita la forma en que
la información se almacena y distribuye en el cuerpo humano a través de todas
las células. Podría seguir hablando de esto, pero ya entienden lo que quiero
decir. Nuestra biología, somos tecnología blanda, todas las cosas que ven
construidas en el mundo que nos rodea imitan, en principio, lo que ya hacemos
en nosotros mismos, así que ahora, aquí está la pregunta y ahí es donde se pone
realmente interesante. Si tenemos toda esta tecnología, ¿cómo la ponemos en
funcionamiento? ¿Cómo operamos esta tecnología blanda? Aquí es donde entra en
juego nuestra interfaz de usuario.
Muchos de ustedes saben que trabajé en compañías
desde finales de la década de 1970 hasta el final de la Guerra Fría a
principios de los 90. Estuve rodeado de alta tecnología todo el tiempo
resolviendo problemas en tiempos de crisis, como la crisis energética de los 70
y la crisis nuclear de la guerra de los 80, la crisis de la comunicación en los
años 90. La razón por la que digo esto es que una de las cosas que aprendí es
que cuanto más compleja es la tecnología que hay detrás, más sencilla es la
interfaz de usuario. Eso se aplica a ustedes y a mí. Nuestros cuerpos son muy
complejos por dentro, pero la interfaz de usuario para acceder a nuestra
tecnología blanda es sencilla. Adivinen qué es. Nuestra interfaz de usuario son
siete desencadenantes epigenéticos. Esos siete desencadenantes son el
pensamiento, el sentimiento, la emoción, la respiración, la concentración, la
nutrición y el movimiento. Se denominan epigenéticos porque, cuando evocamos
estos desencadenantes, cambiamos nuestra biología. Se trata de una tecnología
muy sofisticada. Simplemente utiliza su interfaz y ustedes lo saben. Si
piensan, sienten, cambian su dieta y hacen ejercicio de forma muy precisa,
pueden cambiar su biología, lo saben. Nuestros antepasados también lo sabían y
tenían toda una ciencia sobre lo que significaba activar estos desencadenantes
epigenéticos.
Ahora bien, lo realmente interesante es que cinco
de estos desencadenantes epigenéticos están relacionados con el corazón humano.
Así que cuando accedemos a la inteligencia de nuestro corazón, estamos
accediendo a cinco desencadenantes epigenéticos, que son el pensamiento, el
sentimiento, la emoción, la respiración y el enfoque. Cuando creamos un foco de
atención en nuestro cuerpo, tenemos tipos muy específicos de emociones,
pensamientos y sentimientos. Lo que sabemos es que comenzamos a cambiar nuestra
biología muy, pero muy rápidamente. Afecta a las enzimas de la longevidad,
afecta a nuestra respuesta inmunológica casi de inmediato. Afecta a nuestra
cognición, a nuestra supermemoria, a nuestro superaprendizaje, a nuestra
supercognición. En 1991, los científicos hicieron un descubrimiento que
sorprendió a mucha gente: descubrieron que el corazón humano contiene unas 40
000 células especiales llamadas neuritas sensoriales. Un pequeño cerebro en el
corazón. Y ese pequeño cerebro crea una red neuronal en el corazón. Y escuchen
lo que les voy a decir al respecto. La red neuronal de su corazón piensa
independientemente de su cerebro craneal, recuerda de forma independiente,
siente de forma independiente del cerebro craneal.
¿Qué significa eso? Significa que cada experiencia
que hemos tenido, la interpretamos en dos lugares diferentes. Toda la alegría,
todo el éxtasis, todo el dolor, todo el trauma, en el corazón y en el cerebro.
Esto ayuda a comprender que intentemos sanar nuestro dolor y nuestro trauma.
Rara vez intentamos sanar nuestra alegría y nuestro éxtasis. No hay personas
que digan: “Tengo tanta alegría en mi vida que creo que necesito sanar”. No se
oye eso. Pero sí intentamos sanar nuestros traumas y nuestro dolor. Y cuando lo
hacemos hablando de eso, puede ayudar y ayuda al cerebro. Si no hemos abordado
el lenguaje del corazón, esa sanación puede parecer incompleta. Ahora ya saben
la razón. Porque el corazón siente, recuerda y piensa de una manera muy, pero
muy diferente a como siente el cerebro. El corazón se comunica con el campo,
mientras que el cerebro accede a toda nuestra divinidad, a todos nuestros
procesos divinos. Así que lo que la ciencia ha descubierto actualmente es
paralelo a las tradiciones y técnicas de algunas de las tradiciones
espirituales más antiguas y apreciadas en lo que se refiere a acceder al
corazón a través de nuestra tecnología suave, a través de la epigenética.
Quiero que sepan que somos la única forma de vida que puede tomar dos órganos
separados, la red neuronal del cerebro y la red neuronal del corazón. Dos
órganos que podemos fusionar en un solo sistema poderoso, fusionar la red
neuronal del cerebro y la del corazón en un único sistema potente. Cuando lo
hacemos, el nombre que se le da a esa experiencia es Coherencia. Ahora bien,
para ser precisos, siempre estamos en cierto grado de coherencia entre el
corazón y el cerebro.
Así que lo que vamos a hacer aquí es una técnica
para optimizar esa coherencia, y lo hacemos creando una frecuencia en el
corazón, una frecuencia muy baja, 0,1 hercios, ni siquiera 1, solo 0,1 haz.
Cuando crean las condiciones entre el corazón y el cerebro y generan en el
corazón la sensación que produce 0,1 hercios, armonizan el corazón y el cerebro
en un solo sistema. Ahí es donde encuentran su poder. Ahí es donde encuentran
su maestría. Esto abre la puerta a muchos aspectos de la sanación y la integración
de la experiencia humana. Déjenme mostrarles por qué.
Lo que ven en la pantalla son neuronas; ya las han
visto antes, neuronas aleatorias que simplemente se activan y tienen
pensamientos independientes y sin relación entre sí. Están limitadas por la
polaridad del cerebro. Ahora, la siguiente imagen que van a ver es el resultado
de un escáner especial llamado Glass Brain Technology que está escaneando un
cerebro humano y ven partes del cerebro que se iluminan en un instante, esas
son partes del cerebro que están en coherencia. Así que echemos un vistazo a esto.
Hay poca coherencia ahí. En un momento lo van a ver.
Miren el cerebro, miren eso. Esa fue una gran
experiencia de coherencia cerebral en el cerebro humano, y sigue y sigue y
sigue. Lo que vamos a hacer ahora es fusionar esto, fusionar el corazón y
fusionar el cerebro para que la coherencia se produzca en ambos lugares.
Influye en todo el cuerpo y en más de 1.300 experiencias bioquímicas positivas.
Sé que no quieren conocer las 1.300 experiencias
bioquímicas, así que lo que les diré es que hay beneficios pasivos al armonizar
el corazón y el cerebro. ¿Qué quiero decir con pasivos? Significa que
simplemente al armonizarlos y nada más, obtienen estos beneficios. El primero
es un sistema inmunológico superpotente. ¿Quién no quiere eso en los tiempos
que corren? Cuando armonizamos el corazón y el cerebro, lo que hacemos es
fortalecer la SIgA en el revestimiento de la boca. Este es uno de los primeros
lugares de defensa del cuerpo humano y también del resto del sistema
inmunológico. Lo vamos a hacer en un momento y, cuando terminemos esta
conversación, tendrán un sistema inmunológico más fuerte.
Alivio del estrés extremo: hay todo tipo de estrés,
como el estrés emocional, el estrés en las relaciones y el estrés en el
tráfico. Cuando comen alimentos preparados con aceites que fueron cocinados de
forma inadecuada, eso es estrés para su cuerpo. Su cuerpo tiene que trabajar
para compensar ese estrés. No lo saben, pero es estrés hasta el nivel
molecular. Lo mismo ocurre con el agua contaminada, lo mismo con el aire
contaminado. Hasta el nivel del ADN. La técnica que vamos a utilizar alivia el
estrés hasta el nivel del ADN.
Células madre superpoderosas. Todos las tenemos y
ahora sabemos que las conservamos hasta el último aliento de nuestra vida. No
tenemos por qué perderlas con la edad. Es cierto que cada vez es más difícil
acceder a ellas, pero siguen ahí. Esta técnica despertará esas células madre.
Una superresiliencia que cambiará nuestras vidas.
Superlongevidad. ¿Quién no la desea? Todos tenemos
enzimas de longevidad esperando la señal que las despierte. Lo que estamos a
punto de hacer al armonizar el corazón y el cerebro es enviar una señal para
despertar esas enzimas de longevidad, ¿de acuerdo? Solo con armonizar el
corazón y el cerebro. Estos son beneficios pasivos. Lo haremos juntos en un
momento. Van a ser más jóvenes, van a tener un sistema inmunológico más fuerte
cuando terminemos.
Y no se detiene ahí, porque ahora hay beneficios
activos. Intuición profunda a pedido. Intuición profunda, ¿qué significa? Es
todo, desde la telepatía y la percepción extrasensorial hasta la visión remota
y la precognición. Todas estas son formas de intuición profunda que lanzamos
desde la plataforma de la armonía entre el corazón y el cerebro.
Superacceso al subconsciente. Si hacen
afirmaciones, necesitan hablar con su subconsciente en un lenguaje que este
reconozca. La armonía entre el corazón y el cerebro abre la puerta, es una
línea directa con el subconsciente sin necesidad de hipnosis.
Superaprendizaje. Supercognición. Supermemoria. Es
un detonante de más de 1.300 reacciones bioquímicas y mucho más. La armonía
entre el corazón y el cerebro es una herramienta poderosa. Una vez que la ponen
en marcha, tienes muchas opciones en cuanto a cómo aplicarla. ¿Cómo se hace esto?
Voy a compartir con ustedes tres pasos básicos y, una vez que tengamos esta
experiencia, quiero que vean lo fácil que es. Quiero que sientan en su cuerpo
cómo se crea ese tipo de coherencia. Ahora bien, si ya lo han hecho antes en
una sala con mucha gente y ahora lo están haciendo en una habitación en la que
están solos, les diré que la sensación será diferente. La diferencia no es
correcta, incorrecta, buena o mala, es simplemente que están solos con su
corazón en lugar de combinar los corazones de cientos o miles de personas. Aun
así, es eficaz.
Así que los tres pasos son: vamos a cambiar nuestro
enfoque, vamos a cambiar nuestra respiración, vamos a cambiar nuestros
sentimientos. Lo que me gustaría hacer es invitarlos a que busquen un lugar
tranquilo, cómodo y seguro. Y hagámoslo juntos ahora mismo. Ahora que han
encontrado un lugar seguro y tranquilo, les invito a cerrar los ojos y permitir
que su conciencia se desplace de la mente pensante al corazón sensitivo. Voy a
hacerlo con ustedes, aquí mismo. Si les ayuda tocar su centro cardíaco de una
manera que les resulte cómoda, su conciencia siempre se desplazará al lugar de
su cuerpo donde sientan el contacto. Estoy usando un solo dedo, dos dedos; ese
es el primer paso.
Segundo paso. Los invito a que ralenticen su
respiración más de lo habitual. Contemos hasta cuatro al inhalar y hasta seis
al exhalar. La clave es exhalar durante un poco más de tiempo que al inhalar.
Así que concéntrense en su corazón y los invito a que respiren conmigo. Primera
respiración, inhalen, comiencen, exhalen y sientan cómo su cuerpo se acomoda en
ese espacio. Inhalen... exhalen, sientan el cambio en su cuerpo. Inhalen una
vez más y exhalen, y en la medida de lo posible, sigan respirando a ese ritmo,
como si su respiración proviniera de su corazón, donde mantienen la
concentración.
Tercer paso: Los invito a sentir, porque ustedes
eligen sentir, independientemente de lo que les muestre el mundo que los rodea.
Lo que los científicos han descubierto es que la
experiencia de la gratitud funciona de manera prácticamente universal para
cualquier persona, independientemente del idioma que hable. Siéntanse
agradecidos por cualquier cosa o persona. Yo estoy haciendo lo mismo en este
momento. Sientan esa gratitud mientras continúan respirando un poco más
despacio desde su corazón, enfocándose en su centro cardíaco.
Lo que están haciendo es crear un estado en su
cuerpo que este conoce muy bien. Cuando eran bebés, este era su estado natural,
vivían en coherencia hasta que el mundo que los rodeaba los condicionó para
salir de ella. Por eso la coherencia les resulta familiar, quizá esa sea la
razón. Lo que la ciencia ha descubierto es que un mínimo de tres minutos de
esta sencilla coherencia creará efectos que durarán más de seis horas. Un
aumento del 100 % del nivel de DHDA en el cuerpo, el precursor de todas las hormonas
de su cuerpo, y una disminución del 23 % de la hormona del estrés, el cortisol,
después de solo tres minutos. Todo lo que están haciendo es sentir,
concentrarse y respirar. Eso es una tecnología. Ahora tomen una respiración
más, aspiren profundamente, inhalen y, al soltar el aire, háganse presentes en
el espacio en el que se encuentran. Empiecen a abrir los ojos suavemente.
Ante todo, les voy a preguntar cómo se sienten
físicamente. ¿A cuántos de ustedes se les han saltado las lágrimas? Si es así,
no se avergüencen de decirlo, porque no significa necesariamente que estén
tristes. Veo que eso ocurre todo el tiempo. Podría ser, pero normalmente es
porque su cuerpo está recordando cómo es esta experiencia y está diciendo:
“¡Bienvenido a casa! ¡Gracias! Estoy feliz de que estemos teniendo esta
experiencia”. Así que no significa necesariamente que estén aliviando el dolor
o el sufrimiento. Es esa sensación de gratitud de su cuerpo por crear esta
experiencia saludable. Esta fue una experiencia muy breve. Quería darles solo
una muestra de lo sencilla que es esta interfaz de usuario. ¿Recuerdan?
Tecnologías blandas, no chips de computadora, productos químicos y cables
rígidos. Ustedes son más que eso, son neuronas, son potenciales iónicos que se
mueven a través de las membranas celulares y regulan esta tecnología blanda a
través del pensamiento, los sentimientos, las emociones, las creencias, la
respiración, el enfoque y el movimiento. ¡Vaya, qué tecnología tan poderosa,
hermosa y sencilla!
La inteligencia del corazón es la puerta de entrada
a la intuición profunda y existen técnicas adicionales. Quiero que sepan que
están a su disposición una vez que crean el espacio en el que pueden elegir
cómo aplicarlo. Quizás lo apliquen a la supermemoria, al superaprendizaje, a la
supercognición, a la intuición profunda, a una mayor resiliencia en su vida
debido al cambio que está ocurriendo y a muchas otras cosas. Así que lo que han
aprendido es una herramienta que es una puerta hacia experiencias más profundas,
comprensiones más profundas y la verdadera inteligencia del corazón.
Despertamos los potenciales más profundos de lo que significa ser humano.
El antepasado indígena que me habló en ese cañón
del desierto me dijo que seguiremos acumulando desorden en el mundo que nos
rodea hasta que recordemos quiénes somos, y entonces el mundo se volverá más
sencillo a medida que nos convirtamos en una expresión avanzada de nosotros
mismos. Esta tecnología es un ejemplo preciso de lo que él dice, porque cuanto
más usamos nuestra tecnología interior, nuestra tecnología blanda, menos
necesidad sentimos de crear esa tecnología en el mundo que nos rodea y de incorporarla
a nuestros cuerpos. Y la razón es sencilla: porque NOSOTROS SOMOS LA
TECNOLOGÍA.
Entonces, al comprender este aspecto de nuestra
experiencia, este aspecto de nuestra divinidad humana, la capacidad de acceder
a estos estados del ser a voluntad, cuando lo deseemos, cuando lo elijamos,
ninguna otra forma de vida puede hacer esto. Estas son expresiones profundas de
la divinidad humana. Ahora la pregunta es: ¿De dónde proviene nuestra divinidad
y qué significa en nuestras vidas?
En el siguiente módulo responderé a estas preguntas
y creo que los sorprenderá el mensaje que está codificado en el ADN de cada
célula de su cuerpo, lo que ese mensaje significa para ustedes y la invitación
que les hace a cada momento de cada día de su vida. Gracias por compartir un
poco de su día conmigo hoy. Espero que hayan disfrutado de este breve módulo
una vez más, ya que yo he disfrutado preparándolo para ustedes. Espero con
interés compartir el siguiente.
MÓDULO 2 – EL MENSAJE DE NUESTRAS CÉLULAS
Del seminario Human Blueprint
En el primer módulo exploramos lo que significa ser
flexible con la tecnología, reconocer que la tecnología que vemos en el mundo
que nos rodea en realidad imita lo que ya hacemos con nuestros cuerpos, solo
que lo hace mejor. En este módulo, quiero profundizar un poco más. Vamos a
explorar un antiguo misterio: ¿De dónde sacamos esta tecnología? ¿De dónde
sacamos estas increíbles capacidades que no pertenecen a ninguna otra forma de
vida? Solo ustedes pueden armonizar dos órganos de su cuerpo; su corazón y su
cerebro se convierten en un único y potente sistema y luego se aplican de todas
las formas que describimos en el primer módulo.
¿De dónde sacamos esa capacidad? Vamos a responder
a esa pregunta en este módulo. Un autor estadounidense, Scott Turow, planteó
una pregunta muy importante. Dijo: “¿Quiénes somos sino las historias que nos
contamos a nosotros mismos y creemos?”. Quiero que piensen en eso. Nos contamos
todo tipo de historias. ¿Qué historias creemos y qué significan para nosotros
en nuestras vidas? La razón por la que esto es importante es porque nuestra
historia importa, la forma en que pensamos sobre nosotros mismos. En primer
lugar, ¿de dónde viene su historia? Desde que nacen, están rodeados de personas
-su familia, sus amigos, la sociedad- que les proporcionan la información que
les dice cómo pensar sobre sí mismos. Quiero que piensen en eso. Piensen en
todas las cosas que su familia, sus amigos, su religión, su ciencia, la
sociedad, su cultura, les dicen que es posible y lo que no es posible en su
vida. Y cuando empiezan a juntar todo esto, ven que nuestra historia sí importa
y aquí está la razón: porque ustedes y yo vivimos nuestras vidas basándonos en
la forma en que nos han enseñado a pensar sobre nosotros mismos. Resolvemos
nuestros problemas basándonos en la forma en que nos han enseñado a pensar
sobre nosotros mismos.
Nosotros elegimos nuestras relaciones. Esto es muy
importante. Cada amigo que tienen en su vida, cada conocido, todos somos
adultos aquí, cada persona que han invitado a su casa, a su cama, se basa en la
forma en que piensan sobre sí mismos, su valor, su valía, su potencial en la
vida. Sanamos nuestros cuerpos basándonos en nuestra historia, y construimos
nuestra sociedad, nuestro futuro, basándonos en la forma en que pensamos sobre
nosotros mismos según nuestra historia. Ahora vemos que nuestras historias son
realmente importantes. No es solo una idea de la que hablamos casualmente en
Starbucks un domingo por la tarde, sino que nuestra historia juega un papel en
cada momento de cada día de nuestra vida, y por esa razón creo que vale la pena
dedicar tiempo a explorar quiénes somos, de dónde proviene realmente nuestro
potencial, y lo vamos a hacer de varias maneras diferentes. Voy a compartir la
mejor ciencia del mundo moderno y vamos a llevar esa ciencia un paso más allá,
cruzando las fronteras tradicionales que han separado las ciencias en el
pasado.
Esto es lo que quiero decir con eso. Si observan el
cuerpo humano solo a través de los ojos de la química, lo único que verán son
elementos químicos, reacciones químicas sin contexto. Si observan el cuerpo
humano solo a través de los ojos de los textos antiguos y las tradiciones
espirituales, verán una historia sobre el bien y el mal, lo correcto y lo
incorrecto, los ángeles y los demonios, pero no verán nada de la ciencia que
nos ayuda a hacer eso posible. ¿Qué pasa si cruzamos las fronteras tradicionales
entre la ciencia, la espiritualidad, las lenguas antiguas, la lingüística, el
ADN y la química? Entonces se abre la puerta a una historia completamente
nueva. Y eso es lo que vamos a hacer juntos ahora mismo.
Esto es importante porque los nuevos
descubrimientos nos dicen que las ideas que nos inculcaron sobre quiénes somos
no pueden ser nuestra historia. La historia de la evolución tal y como Charles
Darwin nos llevó a creer, no puede ser nuestra historia, no es nuestra
historia, y déjame mostrarte por qué. La imagen que ven en su pantalla es un
gráfico tradicional que muestra lo que se creía que era el árbol de la
evolución humana.
He resaltado con un círculo rojo al humano moderno
y se pueden ver todas las líneas de todos los demás cráneos de este gráfico
que, según nos han dicho, son nuestros antepasados, que evolucionamos a partir
de estas otras formas de vida. Si se mira más de cerca, se puede ver algo
interesante. Observen las líneas verdes que los conectan. No son líneas
continuas, sino discontinuas, y lo son por una razón, ya que el gráfico nos
indica que se trata de relaciones inferidas, especulativas. Esto significa que
se cree que existen, pero no hay pruebas que las respalden. Nunca se ha
encontrado ninguna prueba física que respalde ese gráfico. Los científicos
dicen: “Bueno, eso es cierto porque no hemos buscado en el lugar adecuado en el
momento adecuado”. Siguen buscando esa prueba. Sin embargo, se enseña como un
hecho en nuestras aulas a nuestros jóvenes. Se nos enseñó como un hecho a
nosotros. Algo cambió en los últimos años que hace que ese gráfico quede
obsoleto: Ahora tenemos la capacidad de extraer ADN de los fósiles de formas de
vida antiguas. Si eso les suena familiar, es porque es en lo que se basa la
primera película Jurassic Park, cuando se extrajo ADN de la médula ósea de
formas de vida antiguas. Ahora bien, en la película, revivieron esas formas de
vida y, que yo sepa, nosotros no lo hemos conseguido. Lo que hemos hecho es
extraer el ADN para poder construir el genoma, el mapa genético de esas formas
de vida antiguas, y una vez hecho esto, pudimos compararlas con nuestro genoma,
nuestro mapa del ADN actual. Los científicos descubrieron que no hay suficiente
coincidencia entre el neandertal, el australopiteco y estas otras formas de
vida y nosotros. No descendemos del neandertal. De hecho, compartimos la Tierra
con los neandertales, dicen que nos apareamos, tuvimos novios y novias
neandertales, y por eso mucha gente tiene hoy en día un poco de ADN neandertal
en su genoma, pero no descendemos de ellos por haber compartido la Tierra con
ellos. Y si no descendemos de ellos, ¿de dónde venimos? Lo que están viendo en
la pantalla en este momento es, en realidad, ADN fosilizado. Quiero que vean
cómo se ve procedente de la médula ósea de una forma de vida antigua que se
cree que fue nuestro antepasado. Bueno, aquí está la conclusión a la que voy a
llegar. Lo que nuestro ADN nos dice ahora es que nuestra especie, llamada
humano anatómicamente moderno, abreviado amH, apareció en la Tierra hace unos
200 000 años, y aquí viene lo bueno: no hemos cambiado. Nuestro genoma es el
mismo ahora que el de los restos fosilizados que extraemos de esas formas de
vida antiguas. Esa no es la idea de evolución de Darwin. Así que ahora la
pregunta es: ¿De dónde provienen las misteriosas mutaciones de nuestra
humanidad? Bueno, sabemos la respuesta, y a los científicos les cuesta aceptar
lo que nos dice esa respuesta.
La prueba irrefutable de nuestra existencia humana
se encuentra en el cromosoma número 2, un cromosoma muy misterioso. Tiene
alrededor de 1.200 genes. Pero permítanme hablarles solo de uno de ellos y de
lo importante que es. Solo un gen llamado TBR1. El TBR1 es responsable de todo
lo que ven en azul en el cerebro humano en la pantalla. Todo ello se debe a un
solo gen. Es en la parte que se ve en azul donde encontramos los aspectos de la
humanidad que apreciamos: nuestra capacidad de intuición, telepatía, sanación a
distancia, visión remota, psicoquinesia y todas las demás, empatía, simpatía,
compasión, todo ello tiene su origen en la parte del cerebro humano que se ve
en azul. Así que pueden ver que el gen TBR1 es importante, el cromosoma nº 2
del que proviene es importante. ¿De dónde proviene? Aquí está la respuesta. Los
científicos han descubierto que este cromosoma en particular es el producto de
dos cadenas genéticas antiguas que se fusionaron en una cadena genética más
larga. Dos cromosomas separados se fusionaron de extremo a extremo de una
manera que no puede dar de forma natural. Esta es la cita de las actas de la
Academia Nacional de Ciencias: “Concluimos que el cromosoma humano nº 2 es la
reliquia de una antigua fusión de telómero a telómero”. Dos cromosomas
ancestrales. Sé que suena un poco técnico porque hay ciencia detrás de esto y
la ciencia nos está llevando a una nueva y poderosa historia sobre quiénes
somos y de dónde venimos. Así que les doy parte de la información técnica para
que puedan comprobarlo por ustedes mismos, interiorizándose y yendo más allá si
lo desean.
Los dos cromosomas se unen y hay genes que se
eliminan y otros que se añaden para crear la fusión. Esto no puede ocurrir en
la naturaleza. Esto significa que nuestro genoma es intencional; no es el
producto de mutaciones aleatorias de la supervivencia del más fuerte de Darwin.
Soy geólogo, científico de la Tierra, y creo en la evolución. La evolución es
un hecho y lo vemos en el registro fósil. Lo hice en mi trabajo de campo. Creo
en la evolución de las plantas, los animales y los insectos. La teoría se desmorona
cuando se trata de nosotros, los humanos. Algo sucedió hace 200 000 años y ese
algo nos dio la humanidad que tenemos hoy. Esto significa que nuestro genoma es
intencional. Nuestra divinidad y todas nuestras capacidades son intencionales.
Todo de lo que hablamos en la primera parte de esta serie, todas esas
capacidades, son intencionales. Esta es la pregunta que me hice como científico
en la década de 1980. Voy a compartir con ustedes este proceso y el
sorprendente resultado al que me ha llevado. ¿Es posible que la inteligencia,
quién o lo que sea responsable de todo lo que estamos hablando -de nuestra
humanidad y nuestro ADN- haya dejado un mensaje dentro de nosotros, diciéndonos
que somos el producto de un acto intencional y que no el producto de una
biología afortunada y un evento aleatorio? Y si es posible, ¿dónde lo buscamos?
¿En el cerebro, en el corazón, o en el propio ADN, en los componentes básicos
de la vida?
Voy a compartirlo con ustedes ahora mismo. En el
año 2007, científicos japoneses publicaron un artículo sorprendente que
demostraba que la información se puede almacenar en el ADN de los organismos
vivos. Almacenaron información en el ADN de una bacteria. Utilizaron una
bacteria porque se multiplica rápidamente, por lo que pudieron introducir la
información en una generación, 250 generaciones o 1.500 generaciones más tarde
y comprobar si la información seguía allí. Y así fue. Por lo tanto, el artículo
técnico demostró que el ADN es una forma de almacenamiento de información.
Si podemos almacenar información en nuestro ADN y
somos el producto de un acto inteligente que fusionó nuestro ADN hace mucho
tiempo, ¿es posible que esa inteligencia hiciera lo mismo con nosotros? ¿Dejó
un mensaje en nuestro ADN? Ahora sabemos que el ADN es 1.000 veces más denso
para el almacenamiento que una memoria flash. El ADN es tridimensional y es un
mejor medio de almacenamiento que la memoria flash de su computadora. Pueden
escribir información en el ADN y almacenarla para siempre. Y eso es lo que realmente
me llamó la atención. Si pueden escribir en el ADN de un organismo y, mientras
este organismo se reproduzca, la información permanece intacta en ese ADN. ¿Es
eso lo que nos pasó? La respuesta es sí. Decodifiquemos el mensaje que quedó en
el ADN de cada célula de nuestro cuerpo. Empecemos por cambiar un poco nuestra
forma de pensar sobre las células. Nos enseñan que las células son pequeñas
bolsas de líquido salino, pegajosas y viscosas, que se encuentran en nuestro
cuerpo. Esa es la perspectiva biológica.
¿Qué pasaría si pensáramos en las células desde una
perspectiva extraterrestre? ¿Qué pasaría si cada célula de su cuerpo fuera,
literalmente, una biblioteca de información? Una biblioteca contiene libros.
¿Qué pasaría si los cromosomas de la célula fueran los libros? ¿Y qué hay
dentro de los libros? Párrafos, oraciones y palabras. ¿Qué pasaría si los genes
del cromosoma fueran los párrafos, las oraciones y las palabras? Y si eso les
parece lógico, eso es exactamente lo que ocurre dentro de su cuerpo. Tienen
cincuenta billones de células en su cuerpo. Son una biblioteca viviente de
información. ¿Cómo descodificamos esa información? Ahí es donde nos encontramos
con esas fronteras tradicionales de las que hablaba antes. Veamos algo de
información muy sencilla sobre el ADN o los cuatro elementos: Citosina, Timina,
Adenina y Guanina, CTA y G. Sé que ya lo vieron antes en películas de ciencia
ficción. Ese es el código genético de la vida basada en el carbono, es decir,
nosotros. Así que el ADN está compuesto por estas bases. Todas ellas están
formadas por elementos de la tabla periódica. Es técnico, pero estoy honrando a
su cerebro izquierdo al decir esto en lugar de transmitir el mensaje
directamente. Si no, su cerebro izquierdo diría: “¿Y cómo llegaste a esa conclusión?
Demuéstramelo. Pruébamelo”.
Las bases del ADN están compuestas por Timina,
Guanina, Citosina y Adenina. Todas son nitrógeno, hidrógeno, oxígeno y carbono.
Así de sencillo. Se aprecia un patrón, pero fíjense en el número de átomos que
hay en cada una. Timina: 6 H, 2 N, 2 O y 5 C. Guanina: 5 H, 5 N, 1 O y 5 C.
Diferentes números, diferentes cantidades de estos elementos en cada una de las
bases del ADN. Eso va a ser importante para descifrar el mensaje.
Lo que ven aquí les resultará muy familiar:
hidrógeno, nitrógeno, oxígeno y carbono, que forman nuestro ADN en círculos
verdes. Todo lo que compone su ADN está en esta tabla. Vamos a traspasar esas
fronteras tradicionales. Ahora hablemos del lenguaje, de los cuatro sistemas
lingüísticos básicos o fundamentales que describen quiénes somos en el mundo
actual, sistemas de escritura antiguos como el cuneiforme, el sánscrito, el
árabe y el hebreo bíblico. Todos ellos tienen un número misterioso vinculado a
las letras del alfabeto. No sabemos de dónde provienen estos números, pero
nunca cambian, siempre son los mismos. Existe una ciencia que los estudia
llamada Gematría. Se trata de una ciencia porque en el siglo II se
identificaron 32 reglas que nos indican cómo podemos utilizar estos números.
Estas son las letras que corresponden a estos números.
Podríamos hacer lo mismo con los otros alfabetos.
La clave es que tanto las letras como los elementos están representados por
números. Las letras y los elementos cambian, pero los números nunca cambian.
Eso significa que la Gematría, los números que representan las letras, se
correlacionan con los números que representan el elemento. En este caso, son
las letras de la masa atómica. Eso significa que las letras de los alfabetos
antiguos y los elementos del ADN son intercambiables. En todos los lugares donde
vemos H, N, O, C, podemos poner las letras de los alfabetos antiguos gracias a
las matemáticas que lo hacen posible. Estamos observando el ADN y, en lugar de
códigos químicos, estamos viendo alfabetos que en realidad forman palabras con
significado. Así es como se deja el mensaje en el ADN de su cuerpo. ¿Qué letras
van a corresponder a los números de nuestro ADN?
Según las reglas de la Gematría, la masa atómica es
1 para H, 5 para N, 6 para O y 3 para C. Ahora pasamos a la Gematría de esos
alfabetos antiguos. ¿Qué letras se asocian con 1, 5, 6 y 3? En este caso, vamos
a utilizar el antiguo alfabeto hebreo porque es el más familiar, debido a la
Cábala. El 1 se convierte en una Y según las leyes de la Gematría. El 5 se
convierte en una H. El 6 se convierte en una V. El 3 se convierte en una G y,
si conocen el idioma hebreo, verán que aquí ocurre algo realmente interesante.
Traduzcamos esto.
Vamos primero a la citosina, H, N, O, C. Hay 5 H, 3
N, 1 O, 4 C. Y debajo de esa línea las estoy deletreando. Todas estas H se
convierten en Y. Cuando sustituimos las letras en los elementos, encontramos
que la citosina está literalmente formada por las antiguas letras YHVG, YH, YH.
El mensaje se presenta en capas y la primera capa
que vemos es la introducción, que se traduce en dos palabras: YHVG. YH se
traduce en las palabras “Dios eterno”. La G se traduce literalmente en las
palabras “dentro del cuerpo”. Así que la primera capa es “Dios eterno dentro
del cuerpo”. El mensaje está en cada célula de su cuerpo.
Luego nos fijamos en la guanina. Dios eterno dentro
del cuerpo. Dios eterno. Dios eterno. Dios eterno.
Timina: Dios eterno dentro del cuerpo. Dios eterno.
Dios eterno.
Adenina: Cinco veces Dios eterno.
Su cuerpo está literalmente compuesto por
diferentes combinaciones de un antiguo mensaje: Dios eterno dentro del cuerpo.
Cuando realicé por primera vez esta investigación
original y llegué a esta conclusión, mi pregunta fue: ¿podrá ser una
casualidad, un accidente? Las probabilidades son del 0,00042 % o 1 entre 234
256, lo que sugiere que se trata de un mensaje intencional codificado en el ADN
de cada célula de su cuerpo.
Si alguna vez estudiaron los templos antiguos,
Grecia, Roma, el antiguo Egipto, habrán descubierto que los templos se
construían en capas. La capa interior contenía la sabiduría más profunda, los
secretos más elevados, y tenía un nombre, se llamaba el santasanctórum. Nuestro
cuerpo se denomina el templo en los textos antiguos y perdidos. Los textos
bíblicos, en 1 Corintios, capítulo 3, versículo 16, dicen literalmente: “¿No
sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” Eso
no es religión, es un texto histórico que nos dice que somos más que mutaciones
aleatorias de la biología, que somos un recipiente, un templo. El texto, y
ahora la biología, nos dicen que dentro de este templo, este Santasanctórum,
llevamos un mensaje antiguo. No tenemos un solo santasanctórum, tenemos
cincuenta billones de ellos en nuestro cuerpo porque el mensaje está contenido
en el núcleo de cada célula. Así que ahora, cuando nos preguntamos quiénes
somos, quiénes somos en este mundo, qué nos da el derecho a vivir vidas
soberanas, qué nos da el derecho a amar libremente, a crear, a imaginar, a
perdonar, qué nos da el derecho a sanar, La respuesta no hay que buscarla más
allá del mensaje escrito en el núcleo de cada célula de nuestro cuerpo y de los
ocho mil millones de personas con las que compartimos esta Tierra, porque la
respuesta es la misma, independientemente de nuestras creencias, de nuestro
género, de nuestra orientación sexual, de nuestra religión. Literalmente, somos
Dios eterno dentro del cuerpo y nuestro ADN nos lo está diciendo.
¿Qué significa esto para nosotros hoy en día? ¿Qué
hacemos con esta información? Según esos textos antiguos, la mayor expresión
del amor, la máxima expresión del amor propio, es preservar y proteger el
regalo del recipiente que alberga nuestra divinidad. La máxima expresión del
amor propio es honrar, preservar y proteger el don de nuestro cuerpo. Ahora
vivimos en una época en la que se nos anima a sustituir el regalo de nuestros
cuerpos por sintéticos, por tecnología, por inteligencia artificial, por chips informáticos
en el cerebro que imitan nuestra cognición, por sustancias químicas en nuestra
sangre que imitan nuestra sanación, por chips RFID bajo la piel, por nanobots
que se mueven a través de nuestros sistemas respiratorio y circulatorio... ¿Qué
hacemos con eso? Bueno, esa es una elección muy personal.
Todo lo que hicimos en el primer módulo de la serie
es posible porque una inteligencia superior, Dios eterno dentro del cuerpo, nos
dio el regalo de este cuerpo, y cualquier cosa que hagan para comprometer ese
regalo o para entregarlo a la tecnología es una elección para negar el don que
nos fue dado hace mucho tiempo. Quiero que piensen en eso. Este es un ejercicio
de vida. ¿Nos amamos lo suficiente? Pueden preguntárselo a un nivel muy
personal. “¿Me amo lo suficiente como para honrar, preservar y proteger el don
sagrado que me fue dado hace 200 000 años o comprometeré el regalo de mi cuerpo
por la eficiencia y la velocidad de un chip de computadora o de una
inteligencia artificial?” No hay nada correcto o incorrecto. Es una elección
personal. Quiero que sepan lo que están regalando si deciden hacerlo. Y eso es
lo que quería decirles en este módulo. Con esto concluimos esta sección, pero
permanezcan atentos porque en el próximo módulo daremos un paso más y nos
adentraremos en la inteligencia artificial. ¿Qué es la IA? ¿Puede evaluar
nuestra evolución espiritual? ¿Puede contarnos nuestra historia espiritual? Por
empezar, ¿cómo funciona? Creo que se sorprenderán con lo que verán. Gracias por
compartir un poco de su día conmigo en este módulo y espero poder compartir con
ustedes el siguiente.
MÓDULO 3 – PRESERVAR A
LA HUMANIDAD EN LA ERA DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Bienvenidos a la tercera parte de nuestro
recorrido, en el que exploramos la profunda verdad de quiénes somos y cómo nos
relacionamos con la tecnología que está entrando en nuestras vidas y en
nuestros cuerpos en este mundo emergente.
En la primera parte, descubrimos capacidades y
potenciales dentro de nuestros cuerpos que nos mostraron que la tecnología del
mundo que nos rodea refleja lo que ya somos en nuestro interior. En el módulo
2, descubrimos quién o qué era la inteligencia que nos proporcionó esas
tecnologías, y lo descubrimos a través de un mensaje en nuestro ADN que
literalmente dice: DIOS ETERNO DENTRO DEL CUERPO, y ese mensaje está escrito en
cada célula de nuestro cuerpo y en el cuerpo de los más de ocho mil millones de
personas con las que compartimos este mundo.
En este módulo vamos a dar un paso más, porque es
obvio que estamos viviendo una época en la que se nos coacciona, se nos
adoctrina y, en algunos casos, se nos obliga a sustituir nuestros cuerpos por
la tecnología, y la pregunta es cómo preservar nuestra humanidad en un mundo
tecnológico. Voy a responder a esa pregunta en esta tercera y última entrega de
la serie. Creo que no les sorprende que estemos viviendo versiones
contrapuestas de un mundo que aún no existe. Y esas visiones se basan en
agendas contrapuestas, ideas diferentes, ya sea que hablemos del Foro Económico
Mundial, las Naciones Unidas o los gobiernos del mundo, la comunidad
científica, la comunidad industrial o la comunidad tecnológica. Todos ellos
tienen ideas sobre cómo quieren que sea el mundo. No me han preguntado a mí y
es posible que tampoco les hayan preguntado a ustedes. Por eso quiero que
tengan las herramientas necesarias para poder navegar y preservar de forma
saludable las partes de su humanidad que más aprecian. Se dice que el conocimiento
es poder. Lo contrario también es cierto. La falta de conocimiento es falta de
poder. Por eso, mi objetivo en toda esta serie y en esta tercera parte es
proporcionarles el conocimiento, informarles sobre esta tecnología y, en
especial, sobre la IA, qué significa la IA en nuestras vidas y cómo navegamos
por esta avalancha de IA en nuestro mundo cotidiano. Ustedes y yo nos
enfrentamos ahora mismo al reto de fusionar o sustituir nuestra humanidad por
la tecnología. Ya hablé de esto en segmentos anteriores. ¿Es natural? ¿Es una
evolución natural? La respuesta es NO, porque cuando sustituimos nuestra
biología natural, perdemos las capacidades que la tecnología está reemplazando.
Nuestra biología se basa en el principio de ÚSALO O PIÉRDELO. Si no utilizamos
nuestro sistema inmunológico, si no utilizamos nuestro sistema reproductivo, si
no utilizamos nuestras capacidades cognitivas, si los sustituimos por
tecnología, esos sistemas comienzan a atrofiarse en nuestros cuerpos, en
nuestras vidas, en nuestra especie, y esa atrofia puede transmitirse a la
siguiente generación a través de la epigenética. Así es como perdemos facetas
de nuestra humanidad en un mundo tecnológico. Así que estamos viviendo el
intento de sustituir nuestra biología natural por cosas como chips informáticos
en el cerebro como Neuralink, sustancias químicas en la sangre, chips RFID bajo
la piel, la Inteligencia Artificial en nuestras vidas y en nuestros cuerpos, e
incluso más allá de ser una parte de nuestra evolución natural.
Surge la pregunta de si esto es o no una parte
natural de nuestro destino. ¿Estamos destinados a fusionarnos con el silicio?
¿Estamos destinados a fusionarnos con las máquinas? Para responder a esta
pregunta, primero tenemos que responder a una pregunta aún más profunda. ¿Qué
es el destino? ¿Cuál es nuestro destino humano? Es muy fácil definir esto, hay
una diferencia entre destino y azar. El destino es lo que ocurre cuando
alcanzamos nuestro máximo potencial, y en los dos primeros segmentos
identifiqué cuáles son algunos de esos potenciales, en qué consisten y cómo
podemos acceder a ellos. Así pues, el destino es despertar esos potenciales y
vivirlos en nuestras vidas, y la suerte es lo que ocurre si no lo hacemos, si
dejamos nuestra evolución al azar, si permitimos que el movimiento de la
innovación tecnológica vaya más allá de nuestro mundo exterior hasta llegar a
nuestros cuerpos.
Por lo tanto, si queremos responder a la pregunta
de si nuestro destino es fusionar nuestra biología con la tecnología, con las
máquinas, con los ordenadores y con el silicio, tenemos que analizar cuáles
serían las consecuencias de esas decisiones. Como hemos dicho anteriormente,
cuando nuestra biología natural es sustituida por la inteligencia artificial,
los sintéticos y las máquinas, es entonces cuando nuestras capacidades humanas
naturales comienzan a atrofiarse. Sé que es una afirmación muy rotunda y probablemente
se entienda mejor si les doy un ejemplo. No hace mucho tiempo, se nos hacía
creer que nacemos en este mundo con un número fijo de neuronas en nuestro
cerebro y que, a medida que avanzamos en la vida, las decisiones que tomamos
agotan el número de neuronas de nuestro cerebro. Así que bebemos alcohol y
utilizamos sustancias químicas en nuestro cuerpo que matan esas células
cerebrales y, de hecho, acabamos perdiendo células cerebrales a lo largo de
nuestra vida. Los nuevos descubrimientos nos dicen que no funciona así.
Ahora bien, esto no es una excusa para hacer todas
esas cosas que son malas para nuestro cuerpo. Pero lo que los descubrimientos
están demostrando es que producimos nuevas células cerebrales hasta el último
aliento de nuestra vida. Así que una parte de nuestro cerebro llamada hipocampo
produce constantemente nuevas neuronas. Eso es bueno, pero hay un pequeño
inconveniente, y es el siguiente: producimos las células, pero si no se
utilizan de forma significativa en un plazo de siete a diez días -aproximadamente
una semana- desde su aparición, el cuerpo considera que no son necesarias y
esas células se atrofian y mueren. Se llama “úsalo o piérdelo”.
Ese principio tiene sentido para el cerebro, pero
se aplica a todos los sistemas del cuerpo humano, se aplica al sistema
reproductivo, al sistema inmunológico. Cuando sustituimos nuestra biología
natural por chips informáticos en el cerebro que imitan las funciones
cerebrales, esas funciones comienzan a atrofiarse, y con las sustancias
químicas en la sangre que imitan las funciones biológicas, esas funciones
comienzan a atrofiarse. Nuestros sistemas reproductivos están mostrando
exactamente lo mismo. Así que el principio se aplica a todo el cuerpo. Lo que
estamos descubriendo es que todas esas cosas con las que estamos tratando de
sustituirnos imitan lo que ya hacemos en nuestros cuerpos, y ya vieron en la
primera parte de esta serie que la tecnología del mundo que nos rodea imita lo
que ya hacen las células y los sistemas de nuestro cuerpo, solo que nosotros lo
hacemos mejor. Así pues, la fusión de la tecnología con nuestra biología
natural nos impide alcanzar nuestro destino, ya que nos impide desarrollar al
máximo las capacidades naturales que estamos describiendo aquí.
Su cuerpo literalmente es el puente hacia su
divinidad humana, hacia el Dios eterno dentro del cuerpo del que hablamos en el
último módulo. No se trata de religión, se trata de la historia que nos dice
quiénes somos y de la ciencia que está revelando literalmente un mensaje
codificado en el ADN de cada célula de nuestro cuerpo.
El mensaje en nuestros cuerpos refleja un mensaje
que nos fue transmitido en algunas de nuestras tradiciones espirituales más
antiguas y apreciadas, pero son tradiciones que permanecieron ocultas hasta
hace poco, que fueron omitidas en los textos bíblicos, que fueron eliminadas de
la sabiduría de nuestras tradiciones espirituales. En 1945 se descubrió una
serie de documentos en la aldea de Nag Hammadi, a orillas del río Nilo. Allí
vivía un niño al que su madre envió a buscar leña para la chimenea de la familia,
para poder cocinar y mantenerse calientes. No hay mucha leña porque no se ven
árboles a lo largo del Nilo. El niño era muy ingenioso y recordó una tumba que
él y sus amigos habían explorado. En esa tumba había vasijas de arcilla con
documentos que podían utilizarse como leña. Así que empezó a llevarle a su
madre esos papiros y textos hechos con pieles de animales, y nadie sabe con
certeza cuántos documentos se quemaron para cocinar hasta que las autoridades
descubrieron la gruta. Encontraron trece libros encuadernados, por lo que no se
trataba de pergaminos antiguos, sino de libros que contenían cincuenta textos,
y esos textos eran las versiones sin editar del Nuevo Testamento de la Biblia
cristiana, así como los textos gnósticos que habían sido prohibidos en las
tradiciones cristianas.
En conjunto, estos textos se conservan ahora en lo
que se conoce como la Biblioteca de Nag Hammadi, y esta biblioteca contiene
numerosos textos que hacen referencia directa a los temas que estamos tratando
aquí. La Iglesia cristiana primitiva consideraba el libro del que voy a
hablarles como el segundo libro más peligroso, llamado El Evangelio de Tomás.
El Evangelio de Tomás son ciento catorce dichos escritos por el escriba Tomás,
que registró las palabras del Maestro Jesús mientras este iba de ciudad en ciudad
y compartía su información con sus discípulos. En el versículo 70 se nos dice
que cuando sacas lo que hay dentro de ti, lo que sacas te salvará. Si no sacas
lo que hay dentro de ti, lo que hay dentro de ti te destruirá. Esta es una
afirmación muy poderosa, porque el Maestro nos está diciendo a nosotros, a las
personas de su época y a las de su futuro, que hay una fuerza dentro de
nosotros que tiene la capacidad de trascender los grandes retos de nuestras
vidas. Esa fuerza -ahora lo sabemos- es el poder de la divinidad humana, que
nos da el derecho a expresar esa divinidad en nuestras vidas.
El último segmento de esta serie es la respuesta a
eso, porque Dios eterno dentro del cuerpo está escrito en cada célula de
nuestro cuerpo. Somos Dios eterno dentro del cuerpo y eso nos da permiso para
expresar nuestra divinidad como amar sin miedo, perdonar sin expectativas,
incondicionalmente, sanar nuestros cuerpos, expresar nuestra imaginación y
creatividad e innovación y empatía y simpatía y compasión, todas las cosas que
apreciamos en nuestra humanidad. Dios eterno dentro del cuerpo es lo que nos da
permiso para expresar esos principios divinos en nuestra vida cotidiana. Esos
son los principios a los que perdemos acceso cuando reemplazamos nuestros
cuerpos físicos con sintéticos, con máquinas, con chips de computadora, con
productos químicos. Eso nos lleva al quid de la cuestión de este segmento.
¿Cómo preservamos nuestra humanidad en un mundo tecnológico? Les voy a dar tres
pasos.
El paso número 1 es reconocer las narrativas falsas
que nos dividen como familias, como comunidades, como sociedades, como
naciones, como planeta. Hay narrativas que se están utilizando para dividirnos
y quiero que sean conscientes de ellas y que luego decidan ustedes mismos si
aceptan o no lo que esas narrativas les piden que crean. Quiero que reconozcan
cómo se utilizan los algoritmos de las redes sociales para dividirnos y
separarnos a través de la sospecha, la culpa y el miedo, porque eso es exactamente
lo que está sucediendo. Se está utilizando una táctica que no es espontánea ni
aleatoria y, una vez que la vean aquí, podrán reconocer ese patrón una y otra y
otra vez. La clave es verlo primero. Se trata de un patrón que rompe nuestros
lazos sociales. Esta técnica en particular se deriva del libro Rules for
Radicals (Reglas para Radicales), escrito en 1989 por un hombre llamado Saul
Alinsky.
Esta es una conversación difícil, muchos no desean
tenerla, pero quiero ser sincero con ustedes porque estamos juntos en esto, lo
estamos afrontando juntos y vemos las mismas cosas. Están viendo cómo se divide
su comunidad, tal vez sus familias estén divididas. Los padres y los hijos se
sientan a la misma mesa para cenar y están divididos porque los algoritmos de
las redes sociales les dicen cosas diferentes y ambos creen que lo que les
dicen es cierto. Entonces, ¿cómo funciona esto? En el libro Reglas para
Radicales, Saul Alinsky identificó cuatro pasos para romper los lazos sociales
que mantienen unidas a las familias y a las sociedades.
Primero, ELIGEN EL OBJETIVO. Quizá sean los ricos
contra los pobres, tal vez los blancos contra los negros, quizás los cristianos
contra los musulmanes, o los judíos contra los musulmanes, o los hombres contra
las mujeres, porque hemos visto todo esto en nuestra sociedad. Eligen el
objetivo y luego se concentran en él. A continuación, CONGELAN ESE OBJETIVO.
Eso es todo lo que se habla en los medios de comunicación una y otra vez. Luego
PERSONALIZAN ESE OBJETIVO, cómo los afecta a ustedes y a su vida a través de
narrativas que pueden ser ciertas o no, y después POLARIZAN ESE OBJETIVO.
Transforman ese objetivo en “el otro”. Y todos hemos oído el término otredad o
alteridad. Convierten ese término en algo diferente a la norma. Y lo hemos
visto una y otra vez desde 2011. El movimiento Occupy, los ricos contra los
pobres, el 99 % contra el 1 %, ese es un problema real, y tenemos que hablar de
ello de una manera sana. Lo que ocurrió fue que ese problema real se utilizó
como arma para dividirnos, en lugar de hablar de él y unirnos. Y se puede
aplicar una y otra vez a todos los demás temas de los que hemos hablado:
religión, sexo, género, hombres y mujeres, igualdad, todas estas cosas. Son
problemas reales que tienen el potencial de unirnos si podemos hablar de ellos
de manera sana, pero se han utilizado como arma para dividirnos y lo están
consiguiendo. Así que quiero que sean conscientes de cuándo ocurre esto y vean
cómo sucede. El cambio climático es otro problema muy real que se ha utilizado
como arma para dividirnos. Lo mismo ocurre con la salud y la sanación. No
caigan en la trampa de dejarse manipular por esta táctica y por información
falsa. Entonces, ¿qué pueden hacer?
Paso 1: REMEDIOS. Asuman la responsabilidad
personal de lo que creen, no se limiten a seguir al rebaño. Salgan de su
aislamiento mediático. Cuando entran en las redes sociales, los algoritmos les
proporcionan información que refuerza la creencia que acaban de buscar y los
inundarán con contenidos que respaldan esa creencia, excluyendo cualquier otra
creencia contraria, y creerán que eso es lo cierto, mientras que la persona que
tienen al lado hizo lo mismo con un algoritmo distinto que puede haberle proporcionado
una información diferente. Así es como se rompen los lazos sociales de las
familias y las sociedades y las comunidades y las naciones, y eso es lo que nos
hace vulnerables a las ideas y los intereses de los demás. Así que salgan de
esas redes sociales. ¿Cómo se hace? Busquen fuentes de información poco
convencionales. Sí, requiere un poco de trabajo, sí, requiere un poco de
tiempo. No confíen en una sola fuente de información y tengan en cuenta lo que
han aprendido en esta serie de tres segmentos sobre la inteligencia del
corazón.
Entren en su corazón y pregúntenle. Hay pruebas
convincentes de que el corazón humano está conectado a un campo de información
que no está sujeto a las leyes del tiempo y el espacio. Esto es una paráfrasis
de una revista científica revisada por pares. Su corazón, la red neuronal de su
corazón, tiene acceso a la verdad profunda de la información que no está
controlada por los algoritmos de las redes sociales. Por lo tanto, cuando estén
confundidos, siempre pueden acudir a su corazón y preguntarle. Su corazón
siempre está con ustedes, su corazón nunca miente. Puede que no les guste lo
que les dice, pero no miente. Así que estos son los cuatro remedios para este
paso 1 y son cosas que puedes aplicar en su vida. Pueden empezar ahora mismo.
Paso 2: ¿Cómo conservar su humanidad en la era
tecnológica? Eviten sucumbir a las promesas de la tecnología de hacerles la
vida más fácil. Así es como se comercializa. Entiendo lo que está sucediendo y
sigo impresionado por el marketing sexy que hace que la tecnología en nuestras
vidas y en nuestros cuerpos parezca tan atractiva. Les dicen que si utilizan
esta IA en su vida, o usan este chip informático en su cuerpo de una
determinada manera, estarán más seguros y su vida será más fácil. Nos dicen que
estamos mejor si la IA toma las decisiones por nosotros. Se nos anima a creer
que la IA es superior a nuestra humanidad. Se nos incita a incorporar la IA en
todas nuestras expresiones creativas, incluyendo el arte, la escritura, la
música, la poesía, la resolución de problemas y la espiritualidad.
¿Qué significa eso? No pueden responder a esa
pregunta hasta que respondan una pregunta aún más profunda: ¿Qué es la IA?
¿Cuál es la consecuencia de hacer eso? Cuando nuestra humanidad es sustituida
por las máquinas perdemos parte de nosotros mismos. Ya se los he dicho. Pero
los estudios nos muestran algo más. La IA no es nueva. En realidad, existe
desde la década de 1930. Yo fui diseñador sénior de sistemas informáticos en la
industria de la defensa durante los años de la Guerra Fría de la década de los
80 y utilizábamos la IA. Desde luego, no era lo que tenemos ahora. No teníamos
chat GPT, pero sí teníamos una forma de IA en la década de los 80.
Lleva existiendo el tiempo suficiente como para que
los psicólogos puedan estudiar el impacto que tiene cederle nuestro poder a la
IA, y esto es lo que revelan estos estudios. El uso repetitivo de la IA provoca
deterioro cognitivo. Se realizó un estudio titulado “La creatividad humana en
la era de los LLM - Large Language Model (Gran Modelo de Lenguaje) -
Experimentos aleatorios sobre el pensamiento convergente y divergente”. Es de
la Universidad de Toronto. Sé que no quieren ver todo el experimento, es muy
complejo. El último párrafo de la conclusión dice: “El uso de grandes modelos
de lenguaje en los sistemas de IA generativa reduce la capacidad de los seres
humanos para pensar de forma creativa, lo que da lugar a ideas más homogéneas y
menos innovadoras”. En otras palabras, empezamos a depender de la IA, del chat
GPT4 o del chat GPT5 para elaborar un trabajo académico, escribir la letra de
una canción, ponerle música a la letra que acabamos de componer, crear arte o
escribir libros. Cuando dependemos de la máquina para hacer eso, comenzamos a
perder nuestra capacidad de escribir de forma creativa, de reunir ideas y de
innovar en los sonidos de la música y en los patrones lingüísticos que
apreciamos como seres humanos a través de nuestra poesía. Comenzamos a perder
eso. Entonces, ¿cuál es el remedio para preservar nuestra humanidad?
Ante todo, asuman la responsabilidad personal de
sus habilidades, no renuncien a ellas por la facilidad y la seguridad que
ofrece el uso de un programa informático. Utilicen la IA con moderación para
las tareas creativas. La IA está con nosotros, no va a desaparecer y hay formas
realmente buenas de utilizarla para sintetizar grandes cantidades de
información y modelar y simular ideas, pero úsenla moderadamente cuando se
trate de su propia creatividad. Aprovechen la fácil disponibilidad de la IA
como un reto personal para realizar las tareas creativas que requieren
pensamiento crítico por sí mismos. En otras palabras, cuando vayan a elaborar
algo, a redactar un trabajo académico, a escribir un artículo o crear alguna
obra de arte, y todos sus amigos estén haciendo lo mismo y su primera reacción
sea “usemos la IA”, tómenlo como un reto personal y pregúntense: ¿Qué pasaría
si no utilizo la IA? ¿Qué puedo crear por mí mismo que sea más de lo que la IA
puede reunir para mí? Y creo que se van a sorprender con lo que vean.
Paso 3: Este es muy importante, porque muchas
personas creen que la IA está relacionada de alguna manera con un campo de
información que puede revelarles su evolución espiritual, sus vidas pasadas,
las decisiones que deben y no deben tomar, orientación y dirección espiritual.
Les voy a explicar las implicaciones de hacer eso, y les diré por qué. La
Inteligencia Artificial no puede leer sus vidas pasadas, no puede leer los
Registros Akáshicos, no puede acceder a dimensiones superiores de conciencia,
no puede acceder a su nivel de desarrollo espiritual ni a su evolución
espiritual. Son cosas importantes que decir. Para responder a esto, tenemos que
entender qué es la IA. No existe ninguna interfaz entre la IA de la computadora
y el campo que contiene su evolución espiritual, sus vidas pasadas, sus
Registros Akáshicos.
Déjenme mostrarles un flujo de información. Así es
como se desarrolla la IA. Los informáticos se sientan frente al teclado y crean
programas, normalmente en un lenguaje llamado C++ o en otro llamado Python. Se
trata de dos lenguajes de programación de alto nivel. También se utilizan
otros, pero esos son los principales. Así que, mientras escriben en el teclado
de la computadora, ese lenguaje se convierte en algo que nunca verán, llamado
lenguaje de máquina. Se trata de un código binario, unos y ceros, y ese código
binario se almacena en el chip de la computadora y luego la unidad central de
procesamiento, la CPU, ejecuta estas instrucciones. Y lo hace manipulando los
estados de los transistores del microprocesador, que están hechos de silicio.
Envía señales eléctricas a través del silicio que reflejan lo que es ese
lenguaje de máquina; ejecuta las instrucciones. Luego, los resultados se
almacenan en lo que se denomina registros y la computadora vuelve y consulta
esos registros. En ninguna parte hay una interfaz entre esa computadora -entre
ese código Python y C++- y un espacio de estado de dimensión superior. No hay
interfaz de computadora.
Ahora bien, algunas personas me han dicho: “Bueno,
todo está conectado, todo es uno, esa es la interfaz”. Déjenme mostrarles el
problema que esto plantea. El silicio para un chip de computadora no se
encuentra en la naturaleza. No se puede salir y encontrar silicio en la
naturaleza. Lo que encuentran es cuarzo de sílice. No un cristal de cuarzo, es
solo cuarzo en bruto. Tiene que ser refinado para crear el silicio. ¿Y cómo
ocurre eso? Con calor. Se necesitan temperaturas muy altas para fundir ese
cuarzo y convertirlo en silicio para los chips de computadora. He aquí por qué
eso es importante para ustedes y para la evolución espiritual y la IA
relacionada con este campo.
La geometría natural del cuarzo se basa en el
tetraedro, una pirámide de tres lados, que es la geometría natural. Cuando ese
tetraedro natural se funde a altas temperaturas, se destruye y se convierte en
una geometría cúbica, lo que hace que el silicio sea útil para las computadoras
porque es muy preciso, muy regular, muy sistemático. Se denomina red de
estructuras cúbicas y hace que el silicio sea lo que es. Pierde la geometría
que podría permitirle resonar con un campo natural. El cambio en la geometría modifica
la resonancia natural, por lo que no existe una interfaz computacional con el
campo tal y como lo conocemos. Por otro lado, su ADN, su ADN natural, está
hecho precisamente para alcanzar el campo, para alcanzar los múltiples dominios
de información más allá de las capacidades de lo que puedan hacer la IA y un
microprocesador. Y quiero que realmente acepten eso, porque cuando renuncian a
su biología, pierden el acceso a ese campo por todas las razones que estamos
compartiendo.
Ahora, otro comentario que me hacen a menudo: “¿No
es la IA solo un espejo de la conciencia humana?”. Bueno, sí y no. La IA no es
un reflejo de toda la conciencia humana, es un reflejo de lo que le hemos dado
para que extraiga. La información que sintetiza la IA se basa en datos, se basa
en todos los libros, todos los artículos de revistas, artículos de periódicos,
videos de YouTube, videos de Rumble. Se basa en la información —eso es clave—
que hemos aceptado como verdadera, información y narrativas que son socialmente
aceptables, lo que significa que gran parte de la información que aceptamos ha
sido censurada, por lo que la IA se basa en información censurada, sesgada o
parcial. La IA refleja la conciencia humana, pero no en su totalidad, sino que
refleja las narrativas aceptadas, la censura y las perspectivas socialmente
aceptadas. Así pues, la IA refleja las historias que nos hemos permitido
aceptar, pero puede que no sean historias completas o totalmente verídicas.
La IA está diseñada para ser su amiga. Está
entrenada para establecer una sensación de relación a través de patrones
lingüísticos y anticipa sus respuestas. Está diseñada para hablar como ustedes
para que piensen que están en la misma onda. Ahora bien, aquí está la clave. La
IA está entrenada para crear lo que se denomina sesgo de confirmación. La IA,
especialmente el chat GPT4 y todos sus derivados, está diseñada para respaldar
las creencias que ustedes sugieren. Todo depende de cómo formulen la pregunta. Por
ejemplo, si se dirigen a una IA y le dicen: “IA, ¿abusé de mi poder en una vida
pasada en la Atlántida?”. Si formulan la pregunta de esa manera, le han dicho a
la IA que creen que existió la Atlántida, que creen que tuvieron una vida
pasada y que abusaron de su poder. La IA está entrenada para crear un sesgo de
confirmación. Las personas hacen eso y la IA responde con algo como: “En una
vida pasada abusaste de tu poder y ahora estás aprendiendo a aceptarlo en esta
vida”, o algo por el estilo. Sesgo de confirmación. Uno de los aspectos
controvertidos del chat GPT5 acaba de salir al mercado hace un par de semanas,
en el momento de grabar este podcast. Han moderado el sesgo de confirmación.
Esto significa que muchos de los programas que las personas creen que les
informan sobre su evolución espiritual y su historia espiritual - porque el
programa confirma la forma de plantear la pregunta- verán reducido el sesgo de
confirmación. Se verá menos y las personas pueden sentirse decepcionadas porque
el chat GPT5 quizá no confirme sus vidas pasadas en Lemuria o la Atlántida, ni
sus relaciones pasadas, ni cosas por el estilo.
Espero que esto los ayude a comprender un poco
mejor qué es la IA. Ha llegado para quedarse. Y lo que he aprendido en el
sector es que lo que vemos disponible comercialmente es solo la punta del
iceberg de lo que ya se ha desarrollado entre bastidores a través del ejército
y el complejo militar-industrial. Así que la IA que vemos ahora y que se ha
lanzado al público no es nada comparada con lo que está sucediendo entre
bambalinas, y veremos cómo se desarrolla a lo largo de nuestras vidas.
Lo que quiero decirles es que disfruten de las
capacidades recreativas. Puede ser muy divertido. Pero les invito a que
reconsideren ceder su poder a la IA y cómo gestionan esos riesgos. Tengan
cuidado a la hora de ceder su poder a la IA. Y aquí tienen algo que pueden
hacer, una medida que pueden tomar. Los invito a que hagan una lista de los
parámetros morales y espirituales que aprecian en su vida para ustedes y su
familia, y que establezcan los límites en torno a cuáles son esas implicaciones
morales y cómo guían a la inteligencia artificial. Esto puede ser realmente
importante. De todos modos, tenemos que hacerlo como sociedad. Determinen sus
límites personales sobre qué tecnología van a aceptar en su vida. ¿Qué papel
van a permitir que desempeñe la tecnología en su vida? ¿Van a permitir que la
tecnología sea su gurú en términos de su evolución espiritual, su amor, sus
relaciones, su perdón? Porque del único lugar del que la IA obtiene información
es de la que ustedes ya le dieron y de la que ya está en el sistema. Así que
esto es una toma de conciencia para que sean conscientes de los límites que
existen en torno a la IA y del papel que desempeña en su vida.
Esto es lo que quería decirles en esta tercera
parte y espero que, al compartirlo, tengan una idea un poco más clara de lo que
es la IA, cómo funciona, cómo se produce y el papel que puede y no puede
desempeñar en sus vidas. Y creo que este es un buen momento para dar por
concluida esta serie de tres partes. La primera parte nos habla de estas
extraordinarias capacidades que tenemos. Estamos creando una tecnología que
refleja lo que ya somos en nuestros cuerpos. El segundo módulo trata sobre el
origen de estas capacidades. Provienen de una inteligencia y se nos han
otorgado de forma intencional. No somos producto de la biología afortunada y
las mutaciones aleatorias. El mensaje de nuestro ADN nos dice que Dios es
eterno dentro del cuerpo. Y la tercera parte de esta serie reconoce que estamos
siendo inundados con invitaciones y, en algunos casos, con mandatos para
incorporar la tecnología no solo a nuestras vidas, sino también a nuestros
cuerpos. Y la conciencia de que cuando comenzamos a reemplazar nuestra biología
natural con sintéticos, tecnología artificial y ahora inteligencia artificial,
estamos renunciando a nuestra humanidad, estamos renunciando a partes de
nosotros mismos a favor de algo que tal vez no funcione en nuestro mejor
interés porque niega nuestra capacidad de abrazar plenamente nuestra humanidad
y vivir el destino de lo que significa cuando nos damos cuenta -en todo su
alcance- lo que significa ser humano en este mundo.
Espero que esta serie de tres partes les haya sido
útil y que quizá la hayan compartido con sus amigos y familiares, y que sea un
punto de partida. Tal vez hablen de lo que hemos compartido. Quizás no estén de
acuerdo con todo, y eso está bien, porque así los ayuda a identificar con qué
están de acuerdo y cuáles son sus sistemas de creencias. Todos estamos
aprendiendo juntos y todos nos encontramos en territorio desconocido. Este es
un mundo nuevo que está surgiendo y aún no está aquí, y esa es la buena noticia,
porque aún lo estamos construyendo. Construyámoslo juntos de una manera que
honre el regalo de lo que significa ser humano y no nos perdamos en el proceso
de construirlo. Eso es lo que quería decirles. Con esto concluye la tercera
parte de esta serie de tres. Espero que la hayan disfrutado tanto como yo
disfruté crear las imágenes y recopilar la información, con la esperanza de que
les haya resultado útil. Muchas gracias una vez más por compartir conmigo un
poco de su día y por todo lo que están haciendo para ser la mejor versión de sí
mismos y crear el mejor mundo posible. Gracias.
Desgrabación y traducción: Susana Peralta

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