CARTA A LOS GRUPOS
Mes de Escorpio 2016
Era mi séptima visita al
Monte Shasta. Esta vez me esperaban 10 días maravillosos en esa zona del
planeta tan sagrada y tan amada. Caminándola nuevamente sentí el poder inmenso
que contienen los espacios neutros de vida
abundante. El cielo azul intenso, la nieve blanca y brillante, las gigantescas
rocas que encuentras al subir por sus senderos, el agua de manantial o de
deshielo que surge de repente y calma tu sed, los pinos majestuosos que le
sirven de base y el silencio profundo que todo lo embarga hacen que te
deslices, sin esfuerzo, a las zonas neutras de vida abundante, sumergido en el
eterno presente.
Hay lugares, como esta mágica
montaña, que te sumergen en el presente y auspician ese encuentro consciente
con el Alma, pero es posible y también necesario que logremos ese encuentro en
cualquier parte.
Hace mucho que descubrí que
el camino espiritual se recorre quitando y no añadiendo. Hemos acumulado
infinidad de cosas de este mundo que velan la luz del alma; como si el sol
brillara radiante en todo su esplendor, pero no puede entrar al recinto de
aquel que tiene todas sus ventanas tapadas y se queda sumido en la oscuridad.
Nuestro intelecto no para de
pensar, divide y separa para conocer, y rara vez se encuentra en el presente.
Nos hemos acostumbrado a estar en acción, sin parar. Hay que aprender la
sabiduría de la pausa que permite que el movimiento de la acción sea
equilibrado y a la vez nos prepara para penetrar en el silencio de los espacios
de vida abundante, las zonas de profunda neutralidad.
Se dice que el Espacio está
lleno de estos centros de neutralidad que son la tercera fuerza del Universo,
que están más allá de la energía positiva y la negativa, y son el principio y
fin de todas las cosas, la esencia vital misma. En nosotros existen estos
espacios y es ahí en donde tenemos que colocarnos para ser conscientes del
Alma. Desde estos espacios neutros, la vida se hace más ella misma, y se nos
devela el rostro del Ángel de la Presencia.
Cuando haces pausa y observas
la belleza de lo que te rodea, el detalle de la creación, la luz que revela y
sientes la vida que es abundante porque no tiene grados, porque siempre está
completa; en esa pausa entre una actividad y otra, estás acercándote al Alma.
Hay lugares que auspician ese
contacto, como el Monte Shasta, pero la verdadera clave es el silencio y la
pausa.
Puedo sugerirte un método
para que practiques en tu casa. Haces las oraciones o decretos de tu
preferencia. Y cuando sientas que estás alineado y en paz te enfocas en tu
campo mental y te dices: nada elijo, no juzgo. Luego te colocas en tu esfera
emocional y dices mentalmente: me sostengo sin apegos, sin preferencias, sin
aversiones. Luego te enfocas en tu
cuerpo etérico y observas los espacios entre las diferentes líneas de energías
de ese cuerpo y te enfocas en los espacios inter-atómicos de tu cuerpo
físico.
Te mantienes siguiendo el
ritmo de la respiración y observando los espacios entre la inhalación y la
exhalación. Y te dejas fluir, te dejas llevar por ese estado neutro de la vida.
Si lo logras, penetrarás con certeza en la Cámara Secreta, el Sanctum Sanctorum
de tu corazón, que es el corazón de Humanidad.
Practica la neutralidad en
cada momento de tu vida. Ante un conflicto, no tomes partido y sé la fuerza
neutra que auspicia la unión de las partes en contienda. Visualiza tus espacios
neutros y respira con la certeza de que tienes el poder de permanecer en ese
estado en el que eres uno con al Alma. Cuando eso sucede irradias en todas
direcciones y entonces, así como brotan los manantiales, así brota de ti la
vida abundante, llena de amor y de compasión.
Día a día con la intención
sostenida, el deseo de servir, la práctica de la pausa, el silencio, el ritmo,
la observación silenciosa, el amor y el empeño de mantenerte neutral en la vida
diaria, ¡lo lograrás!
Desde el espacio neutro de mi
corazón, te abrazo.
Carmen Santiago
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