por
Prem Rawat
¿Quién
eres tú? Déjame darte una pequeña lección de economía. Si te dijera que vas a
recibir 25.550 dólares, ¿es mucho dinero?
Para
unos, es mucho; para otros, no. Con eso no podrás comprarte una casa, un auto,
un refrigerador, una lavadora y comprar comida durante mucho tiempo. Hoy día,
25.550 dólares no dan para tanto. Si es todo lo que tienes, no te va a durar
mucho.
¿Qué
tiene que ver contigo el número 25.550? Pues bien, si un ser humano vive 70
años, por término medio, ésos son los días que le corresponden. Eso es todo.
¿Eso es todo? ¿Sólo 25.550 días? Es lo que dice mi calculadora. 25.550 míseros
días, algunos de los cuales pasaron volando mientras ibas por ahí en pañales
tratando de aprender a andar. Luego volaron otros cuantos mientras aprendías a
contar hasta 25.550. Y cuando llegas a los últimos 550, vienen en monedas de 5
y 10 centavos. Simplemente vas día a día, y ya está. Y todos los días pierdes
un dólar. No puedes hacer nada para retenerlos. Sólo tienes 25.550.
Cuando
hablo, no quiero hacer que la gente se sienta culpable. Sólo intento transmitir
una sensación de urgencia, porque la gente está tan ocupada que quiero que
desvíen su atención hacia ellos mismos y su existencia. Cuando yo me haya ido,
¿seguirá existiendo este mundo? Ni lo dudes. ¿Habrá flores? Desde luego.
¿Lloverá? Sí. ¿Brillará el sol? Por supuesto. Pero la cuestión es que yo no
estaré aquí para disfrutarlo. Así que 25.550 es una buena manera de llevar el
tema a un punto desde el que puedas empezar a ver la importancia de esta vida,
lo valiosa, sencilla y hermosa que es. Tanto si decides gastarlo como si no, el
dólar desaparecerá.
¿Qué
quieres comprar con ese dólar diario que recibes durante 25.550 días?
Personalmente, yo quiero comprar la alegría más verdadera, la sinceridad que
sólo un ser humano puede tener respecto al infinito que reside en mí. Quiero
ser libre.
Una
persona feliz puede transmitir felicidad. Si quieres hacer algo bueno, aprende
a sentirte plenamente satisfecho. Encontrar la forma de sentirse pleno es el
arte más increíble que hay. ¿Por qué? Porque lo que buscas está en tu interior
y siempre ha estado ahí. Por eso empezaron los 25.550, y se acabarán cuando esa
cosa se vaya. Y tú la estás buscando, a pesar de que nunca la perdiste.
Muchos
me dicen: “Llevo mucho tiempo buscando”. Yo les contesto: “¡Pero si nunca lo
perdiste!”.
“¡Ah!
¡Bien! Entonces enséñame dónde está. ¿En ese cajón? ¿En aquel armario? ¿En la
guantera?”.
“No.
No. No”.
“¿En
mi habitación? ¿En mi auto? ¿Está ahí?”.
En
cuantos más sitios buscas, más larga es tu lista porque quieres comprobar que
no está aquí, ni ahí, ni allí; porque quieres poder decir: “Bueno, ahí ya he
mirado”.
¿Dónde
está? Dentro de ti. Y lo que digo es que tienes que conocerlo. Tienes que saber
en esta vida. No hay otra alternativa. Eres como un amplificador. Amplifica el
saber. Amplifica la plenitud. Amplifica la alegría del corazón. Trae a tu vida
la belleza de la existencia misma. Tu vida no puede ser sólo para satisfacer
las ideas sobre qué es lo esencial en la vida. El espectáculo hacia el que te
sientes atraído seguirá ahí. Estás caminando por este parque de atracciones de
la vida. Cuando te vayas, vendrán otros, y seguirán viniendo durante muchísimo
tiempo.
Comprende
la oportunidad que se te ha dado. A esta vasija llega el asombroso regalo del
aliento. ¿Cómo será mañana? En un sentido, no será diferente de hoy ni de ayer,
pero si estás plenamente satisfecho, será único. Y entonces no tendrás que
contar los 25.550, porque no importará. Cada uno te hará infinitamente rico.
Haber vivido una vida entera sin conocer es una tragedia. En
tu vida, conoce y siéntete pleno. Si no lo encuentras, aquí estoy. Pero lo más
importante es encontrarlo. Lo que buscas está dentro de ti. Estar vivo es tu
billete de lotería. Ganaste. Por término medio, vendrá 25.550 veces. No tendrás
por qué volver a ser pobre. Ése es el regalo: 25.550.
Me
estremezco cada vez que pienso en ese número. ¿Eso es todo? ¡No es suficiente!
Pero, tengas lo que tengas, es la bendición suprema en tu vida. Se te ha dado
la bondad. Captúrala. Vive en la alegría. Siéntete plenamente satisfecho.
…
…
…
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