por Dana Mrkich
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Traducción: Ana Tallon
Este ha sido, de lejos, uno de los meses más intensos que recuerde.
Casi todos los días escucho que algo importantísimo le está sucediendo a
alguien que conocemos, y lo mismo se aplica a muchos familiares y amigos
quienes están pasando por cambios radicales o les está pasando en sus círculos
sociales este mes. Y abarca todos los ámbitos: el festivo, los desafíos, el
emocional, el traumático, etc.
Muertes inesperadas,
casamientos, embarazos, enfermedades, operaciones, rupturas, viajes
trasatlánticos súbitos y breves, grandes reuniones familiares, planes que
cambian diez veces, ser invitados a tres cosas el mismo día, momentos
monumentales tanto en el ámbito laboral como en el hogar. Es como un suministro
constante de noticiones.
Hemos tenido dos eclipses
sumados al posicionamiento de Plutón y a Mercurio retrogrado, lo que explica
algo de esto, pero no todo. Más allá de la astrología, está el hecho energético
de que, personal y colectivamente, continuamos transitando un cambio evolutivo
de gran envergadura. A veces el oleaje es relativamente suave, en otras ingresa
rompiendo todo como un tsunami. Incluso si personalmente no están
experimentando ningún cambio vital, o sienten que ya han tenido su cuota de
olas tipo tsunami en esta vida y muchas gracias, es human sentir el impacto de
esas olas sobre los que los rodean.
Si en lo personal están ‘libres
de olas’, meses como este ofrecen una oportunidad para permanecer así de calmo,
constante y firme como una roca para otros. Si las olas están chapoteando en su
orilla (o los están volteando), busquen algo que represente esa roca para
ustedes: una rutina de yoga matinal, meditar, leer el diario o caminar. Algo
que los centre y les recuerde qué es real y qué es importante.
Es como si hubiera realidades
sobrepuestas en este instante. Puede que estén mirando algo que se desarrolla
de forma políticamente correcta y piensen
que parece un programa de reality. En cierta forma es así. En términos
de vibración, hay (por lo menos) dos mundos existiendo ahora. (Bueno,
técnicamente hay billones de mundos, pero éstos son dos de ellos). Está el
mundo lúcido, consiente, basado en el corazón, en el que puede que no todo sea
perfecto, pero en el cual la gente al menos intenta hacer el bien, vivir de
forma saludable, cuidar de sus familias y
velar por su comunidad. Y también tenemos el mundo fabricado. Este mundo
no está regido por el corazón, sino más bien está torcido por el poder, el
control y el miedo. Es un mundo viejo,
moribundo, con muy poca fuerza vital remanente. Solía ser un mundo que la
mayoría de la gente aceptaba como ‘normal’, pero está muy lejos de serlo.
Con cada pensamiento,
palabra, acción y elección, entregamos nuestra energía a uno de estos mundos.
Cada vez más de nosotros nos sentimos repelidos al dar nuestra energía al viejo
mundo y nos vamos desconectando en masa. Contrariamente, nos sentimos más
felices y vivos cuando giramos nuestras antenas hacia el nuevo mundo y las
nuevas formas de vivir.
Esto no se trata de una
guerra de polaridades, sino de una evolución vibratoria colectiva. Como
colectivo estamos listos para un nuevo capítulo, por lo tanto tiene sentido que
el viejo gradualmente se torne obsoleto.
‘Nunca se cambian las cosas combatiendo la
realidad existente. Para cambiar algo hay que construir un nuevo modelo que
deje obsoleto el anterior’.-
Buckminster Fuller
A partir del 23 de septiembre
Mercurio transita de forma directa por lo que todo lo que ha estado un poco
caótico en cuanto a horarios y electrónica, debería empezar a estabilizarse.
Desde el lunes 26 de septiembre
Plutón comenzó a transitar de forma directa. Si este ha sido un año de trabajo
intenso en cuanto a transformación, este es un buen momento para preguntarse
que ha estado intentando enseñarte Plutón. ¿Ya han aprendido la lección? Con
suerte si, así Plutón puede tratarlos más gentilmente en su tránsito sobre
terreno ya gastado en lo que resta del año.
© Dana Mrkich 2016. Se permite
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