Por
Jennifer Hoffman
Traducción:
Rosa García
Una
vez más, estamos atravesando un importante ciclo de limpieza y despeje, un
ciclo en el cual nuestro pasado se nos ofrece como plato principal en el buffet
de la vida (al igual que ocurrió en Septiembre de 1997). ¿Por qué tenemos que
pasar por lo mismo una y otra vez? Porque cada una de esas veces tenemos la
ocasión de contemplar la situación desde un nuevo ángulo y una perspectiva
diferente o, al menos, ese es el propósito de repetir ciclos. De este modo,
podemos limpiar nuestra casa energética, finalizar y
completar, para que así
podamos alcanzar un mayor nivel de congruencia. La congruencia es un estado de
armonía energética en el que la energía fluye con gracia y facilidad. Hasta que
logremos llegar a ese estado, la misma situación se presentará de nuevo ante
nosotros.
Es
momento de limpiar nuestra casa energética y de ocuparnos de algunas tareas de
purga emocional que quizá nos resulten pesadas, ya que así estaremos preparados
para la integración de nuevas energías. A menos que hayamos sanado y completado
los remanentes de nuestro pasado, cuando ingresan nuevas energías, estas se
deslizan hacia los agujeros existentes en nuestro campo energético (debidos a
antiguos dolores, traumas, miedos, remordimientos y heridas). De hecho, las
nuevas energías nos hacen sentir peor. Ese es el motivo de por qué algunas
descargas y cambios energéticos importantes también pueden provocar grandes
crisis existenciales. Toda nuestra energía se eleva en conjunto, no sólo la
“buena” energía. Y, cuando algo llama nuestra atención, también nos enfocamos
más en ello.
No se
trata de tanto de sanar, como de avanzar. Nos centramos tanto en el proceso de
sanación que no prestamos suficiente atención al siguiente paso, cuando ponemos
esa sanación en práctica. La única forma de saber si estamos realmente
sanados y completos, y si hemos terminado algo, es aplicar lo que hemos
aprendido y pasar a la acción. Necesitamos intentarlo y ver qué tal se nos da.
Pero tenemos miedo de obtener los mismos resultados que en el pasado, por lo
que nos adentramos en otro ciclo de sanación, para asegurarnos de que realmente
estamos curados. Aunque, lo único que conseguimos con ello es seguir dando
vueltas en la noria de la sanación. Pasar a la acción, en cambio, nos impulsa
hacia otro nivel donde podemos alcanzar una nueva perspectiva y completar la
situación de manera diferente (lo que nos permite a su vez lograr otro nivel de
conclusión y cierre).
La
conclusión no significa tener que llegar a un final feliz -otra creencia que
utilizamos para insistir en que no hemos terminado de sanar. Creemos que si aún
sentimos dolor, eso significa que todavía nos queda trabajo por hacer. Y quizá
sea así, pero con otro nivel de conciencia. La única forma de avanzar hasta ese
nivel es pasar a la acción y valorar los resultados. Si aún sentimos
dolor, quizá nos quede trabajo, pero con una advertencia. Sentir dolor no
significa que el trabajo de sanación no haya terminado, sino que todavía no
hemos llegado al nivel de cierre y conclusión que nos permitiría estar en
armonía o en congruencia con todos los aspectos de esa situación.
Lo
contrario del dolor no es la ausencia de dolor, es la congruencia. El dolor
aparece cuando hay desarmonía, cuando la energía de nuestras vidas no fluye
libremente. Lo sentimos porque no podemos hacer que encajen todas las piezas-
queremos que funcione algo que no puede funcionar, deseamos ser felices en
situaciones donde no es posible serlo, o amamos a alguien que no nos ama de la
misma manera. La armonía se da cuando hay congruencia, cuando sentimos alegría,
plenitud y bienestar (que incluye las energías de la alegría, la paz y el
amor), y todo ello, como resultado del trabajo interno que lleva a la sensación
interior de conclusión. ¿Cómo podemos llenar los agujeros vacíos que crea nuestro
dolor? La respuesta a esta pregunta es lo que nos ayudará a llegar a la
congruencia.
Llenar
esos espacios vacíos es el trabajo duro que llevamos realizando desde hace
eones y, en particular, en esta vida. Es lo que completa la rejilla 3D para el
proceso de Ascensión y, al tiempo que lo hacemos en nuestras vidas,
también lo estamos haciendo para la rejilla energética de la Tierra.
Eso no quiere decir que lo consigamos; quiere decir que llegaremos a
cierres o a conclusiones que no siempre serán felices. En ocasiones, esos
cierres requerirán aceptación y liberación; otras veces, tendremos que ver
confirmados nuestros mayores temores. Pero nos harán sentir paz y una sensación
de finalización. Si queremos que todos los resultados sean felices y que todas las
confirmaciones sean positivas, limitamos nuestra capacidad de llegar a un
cierre.
Nuestra
insistencia en conseguir finales felices y “buenos” resultados nos mantiene
atascados en ciclos interminables de sanación. Nuestra lección más difícil,
como he escrito durante muchos años, es la aceptación: aceptar las elecciones
de otras personas o las situaciones que no podemos cambiar. También supone
aceptar nuestras propias limitaciones en lo que se refiere a sanar, ayudar y
tener que “completar” a otros. A menudo intentamos que sean mejores personas
para tener la sensación de que nosotros también hemos sanado, pero no funciona
así. Éste es un “viaje individual” que, a menudo, queremos que gire alrededor
de alguien que no somos nosotros. Alcanzamos nuestra congruencia cuando
llenamos nuestros propios espacios vacíos, cuando nos volvemos congruentes
internamente. Entonces estaremos sanados y estaremos también completos en el
exterior.
Debemos
enfocarnos en ser congruentes, no en la sanación, ni en la plenitud, ni en
intentar arreglar a otra persona que podría proporcionarnos la vida alegre y
dichosa que anhelamos. En vez de decir “quiero ser feliz”, podemos declarar la
intención de ser congruentes, de manera que podamos crear un flujo armónico de
energía que haga que todo encaje y funcione. Cada día, podemos encontrar algo
en lo que enfocarnos que nos proporcione alegría, no importa lo grande o lo
pequeño que sea. Y eso nos ayudará a crear el siguiente nivel de conciencia que
necesitamos para trascender el dolor.
Llegará
un día en que habrán acontecimientos alegres y llenos de dicha en nuestras
vidas, sin dolor ni sufrimiento, un día en que habremos alcanzado congruencia y
armonía, y estaremos en un flujo de alegría de manera continua. Ese será
nuestro Cielo en la Tierrapersonal, y es lo que hemos venido a crear aquí.
Y este es el momento: hagámoslo congruente.
Jennifer
Hoffman
Derechos
de autor reservados © 2016 por Jennifer Hoffman. Pueden citar, traducir,
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