por Juan Angel Moliterni
Queridos, pueden conectarse con lo infinito y no estar limitados por el
mundo físico. Una vez que son capaces de creer en una posibilidad distinta a la
que han creído o vivido hasta ahora, capaces de pensar que una idea nueva puede
ser posible, entran en la cuarta dimensión, una esfera cuántica en la que todo
es posible.
Cuando comienzan a jugar con los conceptos cuánticos de la cuarta
dimensión, empiezan a aceptar que su visión del mundo podría ser lo
suficientemente grande como para contener ideas que permitan resultados que
parecen milagrosos. De hecho, muchos de los físicos cuánticos de la Tierra se
asemejan a niños, en el sentido de que están dispuestos a imaginar una
realidad
distinta a la de los demás (como Albert Einstein).
La materia existe porque ustedes la han creado con su pensamiento y
porque entre todos mantienen constantemente vivo el espejismo de que existe. La
han fabricado de una forma tan convincente que la han hecho material. Toman
energía cósmica del entorno y con su conocimiento y su conciencia la
transforman para experimentar lo que llaman realidad. Pero la verdad es que su
realidad es solo lo que crean dentro de sus mentes.
La intención son los cimientos energéticos sobre los que se manifiesta
la sustancia y la estructura de sus creencias en forma de realidad observable.
Nunca verán una casa construida sin un plano; básicamente la intención es su
plano para construir la casa. Empiecen haciendo cosas sencillas y seguras que
piensen que están por encima de su capacidad.
Cuando miran algo lo están observando a través de sus filtros
perceptuales, están viendo lo que le han enseñado a ver, lo
que están habituados a ver. Cuando de verdad ven algo, miran más
allá del velo y empiezan a aprender o a hacerse conscientes de los patrones de
energía que crean esa existencia. Cuando ven el mundo con una mirada fresca, la
manera en que perciben la vida se llena de nuevos colores y matices. Tienen que
reestructurar la educación y los paradigmas que aprendieron para poder hacer
uso de las nuevas experiencias. Y comprender que son ustedes quienes crean cada
faceta de su realidad por medio de la intención y la elección.
Lo importante es aceptar el concepto de que todo es energía, incluido
ustedes, y de que realmente están compuestos de esta “materia” cuántica con la
cual co-crean su experiencia objetiva de la realidad. Una vez que el hemisferio
izquierdo del cerebro, racional, comprende que mucho de lo que se enseña actualmente
está basado en algunos de los conceptos clave de la física cuántica, parte de
la llamada “vieja conciencia” puede desprenderse un poco de su precario control
de la realidad para ser reemplazada por un sentido del humor y de la alegría.
Entonces luego, tras pasar algunas semanas inmersos en la agradable
tarea de practicar, de crear soluciones nuevas a sus viejos y desfasados modos
de pensar y de vivir, sus problemas parecerán menos serios y agobiantes. Y no
solo estarán aprendiendo a pensar de una manera original, fuera de los
parámetros establecidos, sino que empezarán a darse cuenta de que esos
parámetros no tienen sentido. Y abran aprendido la clave de divertirse en el
juego de Maya. Pueden realizar cambios instantáneos en trastornos tanto físicos
como emocionales de una manera lúdica y divertida, sintiendo los cambios
energéticos, aunque a veces sean intensos. La realidad no es lo que les pasa
sino lo que perciben de lo que les pasa. No importa lo que sucede sino lo que
ustedes creen que sucede.
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