Por José L. Stevens
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Traducción: Marcela
Borean
En el nivel esencial todo es uno, el todo y la nada combinados en el
gran vacío que los antiguos indúes llamaron el Akasha, los taoistas en China
llamaron Tao, y nuestros físicos cuánticos actuales llaman el campo del punto
cero ó el campo cuántico. El universo físico, en donde residen nuestras
personalidades, es dual, compuesto de muchas partes y límites. En su nivel más
nuclear, este universo físico está hecho de vibraciones, frecuencias, ondas de
luz, ondas que se convierten en partículas cuando las observamos. Este universo
físico está hecho de una red de frecuencias y distintas sub-frecuencias,
todas
las cuales se influencian mutuamente y frecuentemente se combinan para componer
varias experiencias complejas. Damos esto por hecho, pero al hacerlo fallamos
en la comprensión de la naturaleza de esta realidad y en cómo funciona. Cuando
fallamos en comprender cómo funciona nuestra realidad virtual no somos capaces
de interactuar con la vida en una manera altamente consciente para poder crear
exactamente lo que queremos.
La rueda medicinal es un antiguo mapa chamánico que se refiere
indirectamente a esta red de frecuencias y las organiza para nosotros. Hay
tantas ruedas de medicina como tribus hay en este mundo y, sin embargo, aunque
hay diferencias importantes, algunos aspectos básicos son siempre los mismos.
Aquí vamos a utilizar la rueda medicinal como una herramienta básica para
entender algo más sobre los campos de frecuencias con las que interactuamos
cada día. Sería tentador pensar en estos campos como un espectro ocupando
posiciones superiores e inferiores en relación mutua, pero eso no sería
exactamente correcto. La verdad es que estos campos coexisten, anidan juntos,
son iguales en valor y no forman un espectro con posiciones más altas y más
bajas. Sin embargo, cada campo o frecuencia es en realidad un conjunto de
vibraciones que se pueden utilizar ya sea positiva o negativamente, según sea
el caso. En lugar de pensar en lo negativo como malo, sería más exacto decir
que utilizar las frecuencias negativamente produce simplemente un conjunto
diferente de resultados, por ejemplo, más sufrimiento en lugar de la alegría de
utilizarlos de manera positiva.
¿Cuántos de estos campos existen? Eso se desconoce. Hay conjuntos de
frecuencias que como seres humanos experimentamos y hay algunos que no pueden
ser experimentados en la forma humana, pero quizás puedan ser experimentados en
alguna otra forma en otras partes del universo de la que no tenemos
conocimiento. La vida está en todas partes en este universo y existe una red de
frecuencias con un conjunto infinito de conexiones que existe como un trasfondo
de soporte para las experiencias en todos lados.
Otra manera de hablar de estas frecuencias sería citar los arquetipos de
los que C. G. Jung hablaba, o los campos mórficos referenciados por Rupert
Sheldrake. Estos se refieren a las principales experiencias comunes que parecen
existir en el inconsciente colectivo. Son comunes a todos los seres humanos por
acuerdo en los niveles más profundos, y surgen cuando son necesarios para
catalizar la transición y el cambio espiritual, físico, emocional y
psicológico.
Antes de seguir adelante con este tema permítanme dar algunos ejemplos
acerca de lo que estos campos parecen. Podemos afirmar que un campo es el
masculino con todos sus atributos, tales como la generosidad, la actitud
protectora, la fuerza, la contundencia, y la orientación a la acción. También
lleva las cualidades de la violencia, el control y la agresión. Obviamente,
este campo tiene muchos subcampos dentro de él. Otro campo es el femenino con
sus atributos de receptividad, nutrición, soporte y equilibrio, mientras que
exhibe alternativamente caos, voracidad y manipulación. Una vez más el femenino
tiene muchas vibraciones dentro de él, dependiendo de lo que buscamos
experimentar. Además, el campo de lo femenino incluye el subcampo que llamamos
la madre, representada por la dirección sur de la rueda medicinal.
Otros campos o conjuntos de frecuencias están relacionados con la
belleza, la claridad, la conectividad, la sabiduría, la capacidad lúdica, los
animales, las plantas, los minerales, las gemas, el viento, el agua, la tierra,
y una lista casi infinita de otras cualidades que experimentamos y entran en
contacto con nosotros como seres humanos.
Examinemos esto un poco más. Todos los animales se relacionan con el
mismo campo o frecuencia. Sin embargo, cada animal es único y tiene sus propias
cualidades y dones específicos, algo que los chamanes llaman su medicina. Si
queremos, podemos invocar a la frecuencia de los animales en general, o podemos
llamar a una subcategoría de animales tales como insectos, aves, reptiles,
mamíferos de cuatro patas, peces, crustáceos, y así sucesivamente. Si queremos
ser más especializados aún, podemos llamar a un tipo específico de reptiles
como la tortuga, el lagarto o la serpiente, o una subcategoría de aves, tales
como aves de presa, córvidos, buitres, colibríes, loros, y así sucesivamente.
Si queremos una especialidad podemos llamar al águila, al cuervo, al cóndor, al
pájaro del amor, y así sucesivamente. Pues dentro del ámbito más amplio de los
animales en general hay decenas de miles de animales que forman parte de este
campo, pero que tienen su propio sabor único del campo. Lo mismo podría decirse
de las plantas o de los minerales, o de las piedras semipreciosas y preciosas.
Los buenos cazadores, los entrenadores de animales, los susurradores de
caballos, y los investigadores de animales están afinados con el campo de los
animales y algunos resuenan con los campos de animales específicos, como los
chimpancés. Estas habilidades son anomalías que no son aleatorias ni curiosas
sino que son el resultado de la colaboración enfocada con ciertos campos reales
de la realidad, tanto si la persona está consciente de ello o no. Nada es
accidental. Lo mismo sería cierto para los tragafuego, los hidrólogos, los
electricistas, los carpinteros, los metalúrgicos, los físicos nucleares, los
meteorólogos, los oceanógrafos, los zoólogos, y así sucesivamente.
El campo del clima tiene lluvia, nieve, aguanieve, viento, calor, frío,
calma, tempestad, truenos, relámpagos, humedad, y así sucesivamente.
Obviamente, estos están relacionados con otros campos que tienen que ver con el
agua, aire, fuego y tierra. Consecuentemente los campos pueden trabajar juntos o
separados. Es por esto que los campos son un tapiz o red trabajando
conjuntamente en muchas combinaciones para nuestro beneficio. Los chamanes
entienden esto y lo llaman el entramado de la vida.
Cuando nos sentimos lúdicos es porque, o hemos entrado en el campo del
juego inconscientemente, o porque lo hemos convocado deliberadamente a través
de una intención o a través de nuestro deseo de hacerlo. Obviamente ese campo
no es excluyente de los demás, así que podemos estar en el campo del juego al
mismo tiempo que estamos en el campo de la gratitud, del amor, o de la
conectividad. Podríamos elegir ir a un parque de diversiones donde miles de
personas tienden a convocar a ese campo cuando van allí, haciendo que sea fácil
entrar en él. Por otro lado, podemos recibir un mensaje de texto doloroso
mientras estamos en el parque de atracciones y desconectarnos del campo lúdico
a pesar de que otros todavía están disfrutandolo. En otras palabras, los campos
están siempre disponibles en todo momento y en todo lugar. Resonamos con ellos
por elección, por deseo, o por necesidad y a veces por resistencia. Tal vez
hayas escuchado la historia de Victor Frankl, un judio que fue capaz de
convocar a los campos de alegría mientras se encontraba recluido en un campo de
concentración durante el régimen nazi. Mientras que otros a su alrededor morían
como moscas, el fue capaz de mantenerse vivo al trabajar con campos y
frecuencias específicas. Los convocó para su propio beneficio, mientras que
otros languidecían porque se olvidaron de ellos.
A veces nos retiramos de ciertos campos o de conjuntos de frecuencias
específicas para poder centrarnos en otra cosa. Al retirarnos de demasiados
campos podemos experimentar la sensación de estar bastante aislados e incluso
deprimidos porque no estamos participando activamente en ninguno de ellos. Esto
provoca que nos volvamos muy vulnerables y puede incluso conducirnos a la
muerte.
Podemos ayudarnos invocando varias frecuencias específicas y entrando en
resonancia con ellas. En el ejemplo de sentirse desconectados y deprimidos,
podríamos llamar a la frecuencia de conexión y automáticamente comenzaría
a abrir puertas y ventanas para sentirnos conectados. Alguien que nos importa
podría llamarnos de forma espontánea o pasar de visita o un amigo podría caer
con su perro para que se lo cuidemos por la noche. Si hemos estado confundidos
por algo podemos llamar a la frecuencia de la claridad y al ser activada
automáticamente la confusión comienza a aclararse. ¿Por qué? Porque estamos
entrando en resonancia con la frecuencia de la claridad y eso limpia la
ambigüedad o la densidad. Dado que estos campos de frecuencias ya están
presentes, hemos estado bajo su influencia toda nuestra vida y todas nuestras
vidas como seres humanos, por lo cual las conocemos bien. Son el hogar. El
problema es que se nos olvida que están presentes al distraernos o al caer bajo
la influencia de parásitos psicológicos, y dejamos que nuestro dial personal se
deslice fuera de las frecuencias, separándonos de sus beneficios. Ser resonante
con ellas es como estar en la línea de oro. Estando fuera de resonancia con
ellas es como caerse de la línea dorada, haciendo la vida difícil, una
experiencia de lucha y resistencia.
Invocar a un campo requiere de práctica, pero puede ser bastante fácil.
Si estás confundido puedes simplemente decir "Por favor Claridad" y
el campo de la claridad se manifestará de inmediato y comenzará a aclarar la
confusión. Si te enfrentas con un evento donde debes hablar en público puedes
decir "Inspiración, estabilidad y humor por favor" y eso es lo que va
a emerger para apoyarte. Si sientes miedo simplemente puedes decir "Yo
llamo al campo del coraje" y te apoyará al instante. Las personas tienen
dificultades para creer esto porque parece demasiado simple y sin embargo es,
de hecho, así de simple; sin embargo, es más fácil cuando lo crees. Si no lo
crees, ¿cómo puede abrirse?
Cada uno de los campos está conectado a una de las siete direcciones de
la rueda medicinal. Cada dirección es una colección de un gran número de campos.
Los campos de nacimiento e inspiración están en el Este. Los campos de
liberación y ensueño son en el Oeste. Los campos de la belleza y de la
actualización están en el Sur, los campos del poder y de la comunidad están en
el Norte. Los campos del padre y de la sabiduría están arriba, los campos de la
madre y la fertilidad están por debajo. Los campos de la presencia y de la
conciencia vital están en el centro. Cada dirección tiene un gran número de
campos, sin embargo se pueden activar individualmente o como un grupo en
función de lo que queremos activar. Cuando llamamos al Este para nosotros
mismos podemos o bien llamar a los nuevos comienzos o podemos llamar a la
inspiración o ambas cosas a la vez. Todos los campos están disponibles de forma
gratuita. Ellos son el cimiento del ser de este plano físico, son claramente
dones/regalos del Espíritu.
Los dones del Espíritu no son algo que los científicos se preocupen de
investigar, pero no se equivoquen, estas frecuencias son tan reales como su
coche, una silla, o su desayuno y son tan influyentes (si no lo son más aún) en
sus vidas. Algún día cercano se comprenderán más claramente, más probablemente
en términos de la física cuántica.
Dado que estos campos son difíciles de medir a través de las tecnologías
científicas actuales, no son reconocidos como tales por el mundo de la ciencia.
Debido a su formación, su reputación, y todo el dinero del gobierno que es de
suma importancia para las subvenciones, a los científicos no les gusta hablar
de cualquier cosa que no se pueda cuantificar. La antimateria es extremadamente
difícil de cuantificar también. Tenemos la sospecha de su existencia porque
gran parte de la energía creada en el Big Bang después desapareció. Tenemos que
tenerla en cuenta, pero ¿a dónde se fue? Así que los científicos están
actualmente en desventaja debido a su insistencia en la cuantificación de todo.
La antimateria algún día alimentará nuestras naves espaciales, pero no hasta
que puedan ir más allá de sus limitaciones auto impuestas. Los chamanes y
místicos han sabido sobre los campos de frecuencias de los que hemos estado
hablando aquí, desde siempre. Ellos son un hecho e influyen en la vida
cotidiana de todas las personas de maneras importantes. Algún día la gente se
reirá de que no se creía en ellos a principios del 2000, tal como nos sorprende
que la gente no hace mucho tiempo era ignorante de la electricidad, de las
ondas de radio, y tantas cosas que ahora damos por sentado.
De hecho, las frecuencias son tan fundamentales para nuestra vida que
son como las gafas de sol proverbiales que están en nuestra frente y no las
podemos encontrar. Están demasiado cerca para notarlas, pero no para los
chamanes que están entrenados para no dar nada por sentado, para no aceptar las
apariencias bajo ninguna circunstancia. Entonces, ¿cómo puede un chamán o
cualquier persona caminar sobre las brasas sin quemarse o recoger un carbón
caliente y colocarlo en la boca sin incidentes? El fuego es un campo, una
frecuencia que los huicholes llaman Tatawari’. Tatawari’ puede ser llamado para
que ofrezca sus poderes, para ayudar, para proporcionar apoyo y así
sucesivamente. Ciertos chamanes son especialistas en trabajar con el campo o
con la frecuencia de los incendios. Pueden invocar a su espíritu (una
frecuencia consciente) y recibir sus regalos especiales. En algunos casos, esto
podría ser con el propósito de curar a alguien de una mala infección o fiebre,
o para ayudar a soldar un hueso que no está sanando correctamente. Los Dine
(curanderos Navajos) son particularmente buenos en esto, pero la realidad es
que esto se practica en todo el mundo. ¿Por qué? Porque convocar a las
frecuencias por ayuda simplemente funciona. Se llama a una frecuencia, entras
en resonancia con ella o en otras palabras, te conviertes en ella, y sus dones
son puestos a tu disposición. Cuanta más práctica tienes en hacer esto mejor
llegas a ella. Sin embargo, a fin de convertirte en ella, tienes que dejar de
lado las agendas personales y eso requiere de mucha disciplina personal.
A veces, un chamán o un adepto puede llegar a ser tan eficiente en
llamar a una frecuencia que ocurre de forma casi automática, y aquí puede
llegar a ser un problema. Hay una historia de un chamán del clima nativo
americano que podía llamar a las tormentas o disiparlas como fuera el caso. Él
tenía una excelente reputación local para este trabajo y fue llamado a Chicago
durante una gran sequía para remediar la situación. Cuando llegó allí los
medios de comunicación le dieron cero crédito por considerarlo un charlatán.
Así que él se enojó y se comprometió a mostrarles que iba en serio y predijo
que iba a llamar a una enorme tormenta que la gente no se olvidaría
prontamente. Como predijo, una enorme tormenta de truenos se materializó de la
nada durante su corta visita, y el diluvio creó muchas inundaciones y caos en y
alrededor de la ciudad.
La verdad es que esto nos sucede a cada uno de nosotros a pesar de que
no somos conscientes de ello. Algunas personas son maestros con ciertas
frecuencias y las llaman regularmente como parte de su trabajo. Los maestros
carpinteros son competentes con muchos tipos de maderas, todas provenientes de
las frecuencias de los árboles. Pueden crear obras maestras de muebles y otras
delicias con esto. Otros hacen esto con metales o con cualquiera que sea las
frecuencias en la que se especializan. A veces, debido al mal carácter, pueden
utilizar estas frecuencias en formas que no son para el bien de todos.
Este asunto de los campos o conjuntos de frecuencias es obviamente un
tema amplio e importante que necesita de nuestra atención. Lo importante es
que, desde una perspectiva chamánica, está rogando ser mejor comprendido. En
estos días en que la mayor parte de la población mundial se ha separado de la
naturaleza y de la perspectiva chamánica de la vida, este conocimiento se
necesita más que nunca, para llevarnos de vuelta a nuestro poder personal. La
impotencia no es más que ignorancia, es el olvido de la fuente de energía a
nuestro alrededor, es el olvido de los dones que se nos han provisto para que no
sólo sobrevivamos, sino que prosperemos en este planeta. Este breve artículo
representa una llamada a la acción para utilizar los poderes a nuestro
alrededor para el bienestar propio y el de otros. No es más que un breve
recordatorio de lo que siempre ha estado y sigue estando disponible.
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