El Centro
de Kabbalah
No hay
que buscar demasiado para encontrar ejemplos de cuán dividido está el mundo.
Enciende las noticias o revisa las actualizaciones en redes sociales, y verás a
políticos atacándose unos a otros, tuits cargados de rabia, protestas,
revueltas y diatribas.
"¿CÓMO DEMOSTRAMOS VERDADERA-MENTE QUE NOS QUEREMOS?".
A menudo
escuchamos que nuestro trabajo espiritual tiene el propósito de ayudarnos a
amarnos unos a otros y a lograr unión. Vemos citas y “memes” en Internet que
dicen cosas como: “Solo el amor vencerá al odio”. Compartimos estos mensajes y
en el fondo creemos que son ciertas. Pero ¿cómo las ponemos en práctica? ¿Cómo
demostramos verdaderamente que nos queremos?
1.
Escucha más y juzga menos.
Cuando
sentimos una convicción muy fuerte, puede ser demasiado difícil escuchar un
punto de vista diferente. Quizá asumamos que ya sabemos lo que la otra persona
va a decir. Tal vez incluso los desacreditemos al creer que sus opiniones son
malignas, inmorales o equivocadas, así que las ignoramos. Pero si no estamos
dispuestos a escuchar a otra persona, ¿cómo podemos esperar que ellos nos
escuchen? ¿Cómo esperamos crecer o desarrollarnos gracias a las personas que
nos rodean?
No
tenemos que estar todos de acuerdo ni tenemos que negociar nuestros valores
para ser cordiales y respetuosos. Hay un poder increíble en tan solo guardar
silencio por un momento y permitir que otra persona explique su punto de vista.
Tratar de entender lo que quiere decir, sin importar cuán extraña o equivocada
te parezca su opinión. Quizá te abra los ojos a algo que no habías tomado en
cuenta, o quizá hasta comiences a entender por qué esa persona se siente de esa
manera. Esto da pie a que dejemos de vernos como enemigos y comencemos a
reconocernos mutuamente como individuos complejos con opiniones válidas.
2.
Expresa tu opinión con compasión.
No
podemos cambiar a los demás. Depende de nosotros hacer nuestros propios
cambios. Esto significa que obligar a los demás a que estén de acuerdo con
nosotros casi nunca funciona.
Pero si
estamos dispuestos a hacer el esfuerzo, es posible que podamos expresar
nuestras ideas, sentimientos y opiniones de una manera sana y compasiva que
pueda tener trascendencia.
Puede ser
tentador sobresaltarse en una discusión, pero si abordamos a los demás con el
amor como nuestra intención, podremos expresarnos de manera respetuosa. Todo
consiste en ajustar nuestra conciencia antes de hablar. ¿Estamos intentando
obligar a que alguien esté de acuerdo con nosotros, o queremos abrirle los ojos
a una perspectiva diferente?
3. Sé
gentil con los demás, incluso si no crees que lo merezcan.
Cada
persona, desde nuestro mejor amigo hasta nuestro peor enemigo, está hecha del
Creador. Esto significa que todos compartimos la misma esencia espiritual. A
veces la gente es grosera, insensible, malintencionada y con poca visión. Esto
no les hace ser menos merecedores de amor.
Cuando
estamos ante alguien que no podemos soportar, es una gran oportunidad para
poner en práctica nuestro trabajo espiritual. ¿Podemos superar esos
sentimientos y ofrecer una mano amable? Piensa en la persona que más te enoja o
altera. ¿Qué debería suceder para que seas amable con ella? ¿La ayudarías si
estuviera en aprietos? La bondad es contagiosa. Cuando hacemos un esfuerzo
consciente para tratar a la gente con respeto y amor, especialmente cuando nos
cuesta hacerlo, existe la posibilidad de que inspiremos a los demás a hacer lo
mismo.
Ser
amable no significa que permitamos que las personas nos pisoteen o nos
maltraten. A veces lo más amable que podemos hacer por ellas y por nosotros es
alejarnos de una relación o situación que nos cause dolor. Tampoco significa
que nos abstengamos de enfrentarlos si están lastimando a otros. Con la
conciencia adecuada, podemos ser fuertes y emprender acciones con amor.
4.
Permite que la gente tome sus propias decisiones.
Crear unidad no significa que todos pensemos y actuemos de la misma manera. Nuestro trabajo es amar a nuestros vecinos, incluso si no estamos de acuerdo con ellos. A veces solo tenemos que estar de acuerdo en no estar de acuerdo, ¡y eso está bien! Las personas forman sus opiniones en función de sus experiencias de vida, a lo que han estado expuestos y a las personas que las rodean. Es imposible comprender todos los factores que hacen que una persona sea quien es. Pero darles espacio para resolver las cosas y tomar decisiones, incluso si están equivocadas, en realidad ayuda a cerrar la separación.
5. Trata
de encontrar cosas en común.
Desde los
teléfonos y teclados, es fácil ver a las demás personas como caricaturas
bidimensionales; algo tan lejano a nosotros con quienes no tenemos nada en
común. Pero la verdad es que la gente es multifacética. Cuando nos sentamos y
conectamos con las personas, a menudo descubriremos que tenemos más cosas en
común que las que nos diferencian. Depende de nosotros mirar más allá de las diferencias
y tratar de ver las similitudes. Cuanto más reconozcamos que somos semejantes,
más unidos estaremos.
Rav Berg
dijo una vez: “Unión es cuando superamos las características diferentes que hay
entre nosotros y más bien elegimos conectarnos a nivel del alma”.
El hecho
de que el mundo esté dividido es una oportunidad para que hagamos el trabajo
espiritual necesario para crear unión. Esto significa ser pacientes, restringir
nuestra naturaleza reactiva y aprender a ver a los demás por lo que son:
hermosas creaciones de Dios. Cuanto más practiquemos estos comportamientos, más
Luz revelaremos y más se hará parte de nuestra naturaleza.
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