Recién
entró Júpiter a Capricornio, y en este signo estará durante un año. La
cualidades jupiterianas contrastan con las de la franja capricorniana, de manera
que su naturaleza tendrá que acoplarse a un signo cuyas energías aparentemente
le son contrarias.
Recordemos
que Capricornio es regido por Saturno, y por lo tanto, Júpiter estará bajo el
dominio del astro de los anillos.
Sin
embargo, si vemos las cosas con un poco más de detenimiento, podremos encontrar
que las energías de ambos astros son complementarias, más que antagónicas.
Es
verdad que Júpiter tiende a la expansión, mientras que Saturno a la
restricción, por tanto la tendencia expansiva jupiteriana se verá limitada al
estar en un signo como Capricornio, bajo la influencia de Saturno.
Ello
puede favorecer áreas como la administrativa y financiera, y traer un mayor
orden, racionalidad y criterio, en el manejo de la economía a nivel global.
Júpiter
se relaciona con el mundo de la ideas, ideologías, filosofía, espíritu de las
leyes, la mente abstracta creativa, mientras que Saturno se relaciona con las
estructuras, con la aplicación práctica y constructiva de toda idea, con la
aplicación efectiva de las leyes, con la concreción de instituciones que
provienen de una determinada concepción ideológica.
Con
Júpiter y sin Saturno, nos quedaríamos en pura filosofía, ideas al aire que se
van disipando o que quedan en libros que de vez en cuando alguien lee. Hace
falta la praxis, la estructura, la concreción que pone Saturno, que a su vez
necesita nutrirse de los conceptos jupiterianos para tener la materia prima de
la estructura que luego formará.
Júpiter
en Capricornio no es tiempo de lanzar nuevas ideas, nuevas corrientes de
pensamiento ni concepciones filosóficas, nos trae un tiempo propicio para la
concreción de las ideas que previamente han sido propuestas; es por tanto un
tiempo de acción práctica, de ir al grano, de construir, edificar, hacer realidad
proyectos.
Publicado
por Pedro González Silva
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