La vía vertical es el camino de la conciencia y de
la elección consciente. La persona que ha elegido avanzar en su crecimiento
espiritual, de cultivar el conocimiento de su yo superior, se encuentra
siguiendo la vía vertical. La vía vertical es el camino de la claridad.
El potencial de creación de claridad y la experiencia de interacción con tu
Maestro son una y la misma cosa.
La vía horizontal es el camino que satisface a la
personalidad, el de los deseos. Por ejemplo, una mujer o un hombre que dedica
su vida a acumular (sea en el plano que sea) se encuentra siguiendo la vía
horizontal. Si acumulan, si ganan, satisfacen su personalidad, y si pierden lo
acumulado o ganado,
se apenan, pero en ningún caso sirven a su yo superior. No
sirven a su crecimiento espiritual. Esto no quiere decir que no se dé algún
tipo de aprendizaje en cualquier situación, y que cuando el seguimiento de una
vía horizontal deja de ser apropiado para el aprendizaje, del alma, ese alma no
lo abandone.
Más tarde o más temprano, todas las almas
regresarán al camino del verdadero poder. Todas las situaciones sirven a este
fin y cada alma lo acabará consiguiendo.
La vía vertical comienza cuando se toma la decisión
de hacer esto conscientemente.
Cada una de las almas humanas posee a un mismo
tiempo guías y Maestros. Un guía no es un Maestro. Guías son aquellos a quienes
podemos considerar expertos en ciertos campos y a quienes se llama para hacer
consultas. Por ejemplo, si estás escribiendo un libro, o creando un proyecto u
organizando un acontecimiento, dispondrás de un guía que posee la cualidad de
entusiasmarte, o la creatividad, o una visión determinada que tú deseas
incorporar a tu trabajo.
Por decirlo de alguna manera, los Maestros operan
en un plano de compromiso mucho más personal, aunque se trate de energías
impersonales que nosotros personalizamos, y hacia los que sentimos una
verdadera relación personal. Un Maestro te conduce siempre a mantener una
relación más estrecha con tu alma. Pretende que fijes tu atención en la vía
vertical, y en la diferencia existente entre la vía vertical y la horizontal.
Guías y Maestros asisten al alma en cada una de las
fases de su evolución. El número de guías y Maestros que posee un alma depende
de lo que ella pretenda conseguir y de su nivel de disponibilidad al servicio
impersonal amoroso. Las almas que asumen la realización de SERVICIO de gran
magnitud reciben una mayor asistencia.
Tu alma conoce a sus guías y a sus Maestros.
Recibió su sabiduría y su compasión en el momento en que se le asignó la
encarnación que se convirtió en ti mismo, y aquella parte de tu alma que eres
tú acabará cayendo en las manos amorosas de aquéllos cuando la encarnación que
eres tú llegue a su fin, cuando tú regreses al Hogar.
En cada momento recibes una guía y una asistencia
amorosas. Y en cada momento se te impulsa y se te anima a que camines hacia la
luz. Las decisiones que tomas las has de realizar tú. Un Maestro no puede, y no
debería, aunque pudiera, vivir tu vida por ti. Pero las respuestas que te pueda
proporcionar dependen de las preguntas que tú le hagas. Conmoverán tus
sentimientos de manera que conduzcan tu conocimiento hacia zonas que necesiten
purificarse.
Fuente: Internet
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