Mes de Sagitario 2020
Cuando
cambian las eras, cuando las edades entran nuevas, los tiempos se revelan en su
realidad cósmica y nos ofrecen la oportunidad de mirar más allá de todas las
formas conocidas. La Jerarquía, que guía y vigila el desarrollo del Plan en la
Tierra, nos dio la invocación con la que podemos atraer las energías necesarias
para iniciar un nuevo tiempo. Así nos fue entregada “La Gran Invocación”.
Ella nos revela cómo nos llega, a través de los planos cósmicos, una
cascada de luz; la Luz y el Amor de Aquel que una vez nos pensó.
En nuestro Universo existen 7 planos de manifestación y todos pertenecen
al Plano Físico Cósmico. Pero hay otros Planos más allá de los siete planos que
conforman nuestro universo. Los sabios nos dicen que existen siete Planos
Cósmicos y lo que nosotros conocemos como nuestro universo abarca sólo el Plano
Físico Cósmico.
Por esta
razón en nuestro Universo, materia es energía y energía es materia, o como
decía la señora Blavatsky: “Espíritu es materia en su grado más sutil y
materia es espíritu en su grado más denso” porque todo se desarrolla en
el Plano Físico Cósmico.
La Gran
Invocación se nos entregó como un mantra de poder para inaugurar la Nueva Era
al ponernos en contacto con la realidad cósmica a la cual pertenecemos como
pensamientos divinos. Y así vamos haciendo conexión con nuestra realidad
cósmica. Cuando decimos... “desde el punto de Luz en la Mente de
Dios... no estamos hablando de nuestro plano mental, ésa no es la
mente de Dios. “La Mente de Dios” es el Plano Mental Cósmico. Y ese Mental
Cósmico se conecta con… “las mentes de los hombres”... ese sí que es nuestro
plano mental. Y cuando decimos: “Desde el punto de Amor en el Corazón
de Dios... nos referimos al Plano Astral Cósmico, y ese plano se
conecta, como una cascada de luz, con… “los corazones de los hombres…” Y
esta frase culmina cuando decimos: “Que Cristo Retorne a la Tierra...” haciendo
referencia a ese centro de amor, la Jerarquía Espiritual del planeta cuya
cabeza es Cristo, el Señor Maitreya. Estamos invocando su exteriorización.
La Gran
Invocación es una cascada cósmica de Luz que va descendiendo de plano en plano.
Primero el Plano Mental Cósmico: “Desde el punto de Luz en la Mente de
Dios…”, luego el Plano Astral Cósmico: “Desde el punto de amor en
el corazón de Dios...” y cuando decimos “Desde el centro donde
la voluntad de Dios es conocida”, ya estamos en el Plano Físico
Cósmico, pero en sus planos superiores, porque Shamballa, el lugar
donde la Voluntad de Dios es conocida está más allá de los planos
mental, astral y físico de nuestro universo.
Y
culmina: “…Desde el centro que llamamos la raza de los hombres…” descendiendo
la luz hasta los planos más densos del Plano Físico Cósmico, que es el mundo
del esfuerzo humano: el mental, el astral y el físico que es en donde se
realiza “… el plan de Amor y de Luz… y se sella la puerta en donde mora
el mal…”
El
intelecto no nos alcanza para abarcar la inmensidad cósmica que queda abierta
con la Gran Invocación, pero a través de la imaginación
podemos fluir en sus cascadas de luz. Imaginemos cómo, de más allá de la
Creación, nos llega desde la Mente y el Corazón de Dios, la Luz, el Amor y el
Poder para cumplir nuestro destino cósmico. Imaginemos, soñemos, alcancemos el
hogar de nuestro Padre, el Gran Poeta que con su canto creó nuestro Universo.
Somos un pensamiento de Dios que quedó grabado en la Mónada, nuestro Espíritu
inmortal.
Y cuando
la pequeña mente proteste y entre en rebeldía le decimos: “Quédate
quieta y déjame soñar, déjame soñar... porque esos sueños fueron grabados en mi
corazón y en el núcleo de cada átomo por mi Padre Celestial. Déjame soñar y
quédate con tus cuentas. Actívate cuando tengo que hacer cosas de este
mundo, pero cuando quiero soñar con las cosas de mi Padre, permite que escuche
el latido de ese corazón que está en cada célula, en cada átomo, en cada núcleo.
Que está en ese fuego que es el fuego del centro del Templo, que es el Fuego
del centro de la Tierra, que es el fuego del corazón del sol que vibra en cada
átomo del cuerpo. Allí está mi Padre, llamándome con su eterno latido. Déjame
soñar, déjame volverme uno con Aquel que me pensó, deja que me salgan alas y
pueda volar por el universo, que es mi hogar, que es mi casa, que es toda esa
inmensidad. Déjame penetrar a la multiplicidad de mundos, que ya vuelvo para
decirte... te toca de nuevo, sigamos por este camino material, pero mientras
tanto, déjame soñar…”
Que cada
vez que pronuncies la Gran Invocación alcances la realidad
cósmica que te habita y puedas escuchar el Canto Sagrado que como cascada de
luz llega hasta ti de más allá de nuestro universo y te da la fuerza para que
puedas cumplir tu parte: sellar la puerta en donde mora el mal…”
Es mi más
ferviente deseo, siempre desde el alma,
LA GRAN INVOCACION
Desde el punto de Luz en la Mente de Dios
Que afluya luz a las mentes de los hombres.
Que la Luz descienda a la Tierra.
Desde el punto de Amor en el corazón de Dios
Que afluya amor a los corazones de los hombres.
Que Cristo retorne a la Tierra.
Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres
El propósito que los Maestros conocen y sirven.
Desde el centro que llamamos la raza de los hombres
Que se realice el plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.
Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.
Que la Luz descienda a la Tierra.
Desde el punto de Amor en el corazón de Dios
Que afluya amor a los corazones de los hombres.
Que Cristo retorne a la Tierra.
Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres
El propósito que los Maestros conocen y sirven.
Desde el centro que llamamos la raza de los hombres
Que se realice el plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.
Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.
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